17
La personalidad de JiSung había dado un giro de repente en los últimos días, era más coqueto, más juguetón, tal vez era solo la versión enamorada y melosa de Han JiSung, y era adorable. Además, parecía que no le gustaba mucho el despedirse, MinHo podría comenzar a considerar irse a vivir a su casa si le preguntaba una sola vez más si tenía algo que hacer y si quería ir a dormir con él, así de fácil era.
Así que, después de compartir básicamente toda la mañana juntos en las dos clases, se dirigían ahora al departamento de JiSung: él dijo que haría una breve parada en el negocio solo para asegurarse de que no faltaran materiales y después seguirían su camino. La conversación principal fluía gracias a los datos aleatorios que MinHo iba leyendo en su celular.
— Antes la gente creía que la caries era un gusano que se comía los dientes, así que tomaban petróleo para matar al gusano.
— ¿De verdad?
— ¡Sí! También bebían pipí para blanquear los dientes.
— Debería darme asco, pero la forma en que dices "pipí" es demasiado linda.
El castaño trató de reprimir la sonrisa boba que se comenzaba a formar en sus labios, tampoco quería ser tan sensible a cada mínima palabra.
— La pipí contiene amoníaco, lo que sí blanquea los dientes pero es demasiado nocivo para la salud —Han asintió a modo de comprensión, aún bastante extrañado con esa información—. Y también creían que el tener caries era un símbolo de nobleza.
Este nuevo dato pareció desconcertar al mayor, pues giró a verlo con completa duda, como esperando una explicación creíble.
— Porque en aquel tiempo el azúcar era cara, solo la gente con una buena economía podía permitirse tener azúcar en sus casas. ¿Tienes caries? Significa que comes azúcar. ¿Por qué tienes azúcar? Porque eres noble.
— Eso es como decir que los ricos tienen obesidad porque tienen dinero para comer mucho.
— Solo que en este tiempo es una tontería, en aquel tiempo era común. Mucha gente incluso se pintaba los dientes de negro para fingir que estaban dañados.
— Creo que por primera vez en mucho tiempo, estoy agradecido de haber nacido en esta época, no me veo rogando por tener caries y luego tomando petróleo para "matar al gusano".
— A mí me seguirías gustando aunque desayunaras petróleo todas las mañanas.
La risa de JiSung resonó dentro del auto, contagiando su alegría con MinHo, quien ya no se esforzaba en controlar su expresión, mucho menos cuando el mayor sujetó su mano, la alzó y dió un corto beso en su dorso, reposando luego en el medio de ambos con sus dedos entrelazados.
— Preferiría que me ayudaras a blanquear mis dientes en las mañanas —respondió él con una expresión más serena y relajada. El menor tardó unos segundos en encontrar el contenido implícito de la oración, pero luego volteó a verlo casi con reproche, una mueca extraña de sorpresa e incredulidad se expresaba en su rostro, la sonrisa grande de Han volviendo a dibujarse en su rostro.
— ¡Qué asco! Es desecho, Ji, eso no se come.
— No es cualquier desecho, es desecho tuyo, es completamente comestible.
— No autorizo, mátame primero.
— Número uno: chupársela a un muerto es un delito; número dos: así ya no harías pipí, no vale.
— Tienes fetiches muy raros, olvida lo de la cena, terminamos.
— ¿Cómo vamos a terminar si ni hemos empezado?
MinHo sabía que era parte de la broma, pero aún así sentía esa leve espinita clavada en alguna parte de su músculo cardíaco, ¿estaba siendo demasiado intenso? Tal vez era muy apresurado, tal vez a JiSung le gustaba ir más lento. Intentó no hacer ninguna expresión rara, agradecía que JiSung fuese concentrado en el camino y no tanto en él.
— Es culpa tuya que no hayamos empezado todavía.
— ¿Tú crees?
— No creo, afirmo. Yo ya dí mi primer paso, ¿recuerdas? Te toca a ti.
— De acuerdo, ¿qué te gustaría que hiciera?
— Se supone que no preguntas eso, debe ser una sorpresa.
— Pero quiero referencias, necesito un punto de partida.
Lee torció los ojos, completamente resignado a darle una pista a Han de lo que podría ser una buena idea para una cita romántica y una petición oficial para ser pareja, decidiendo que tenía el derecho absoluto de vengarse por el tiempo de espera.
— Quiero una cena en un restaurante lujoso en Dubái, luego, cuando nos casemos, quiero mi luna de miel en Japón, y como regalo de bodas quiero un Ferrari de última generación.
— ¿Algo más que quieras?
— Dos hijos, pero hablamos de eso después, por el momento es todo.
— Podemos empezar a trabajar lo de los niños mientras hago reservación en Dubái, ¿te parece?
— No, espera, en Dubái hay edificios muy altos, seguro lo más lujoso esta más arriba, me voy a vomitar si subo a una cosa de esas. Cambiemos el destino, pido España.
— Creo que también había una construcción en medio del mar, tal vez ahí sea más costoso.
— Olvídalo, mar y alto son dos palabras a las que les tengo fobia, busca opciones en España.
— Min, hay una brecha muy grande entre Dubái y España.
— Tú no entiendes mi razonamiento, mira, Dubái tiene estatus y riqueza, es de y para gente adinerada; pero España tiene hombres sexys, es de y para gente caliente.
Un bendito semáforo cambió a rojo justo en el momento preciso, así que JiSung pudo detenerse a observar con completa incredulidad la expresión dulce e inocente del menor después de su comentario.
— ¿Es tu venganza?
— ¿Por qué?
— Cómo vas a decir que quieres ir a España para ver hombres sexys... Peor aún, estando conmigo.
— Ay, por favor, Ji, tú dijiste que no eras celoso.
— Eso no tiene nada que ver con esto, ¿qué voy a hacer yo si me cambias por un español? ¿Ah?
— Te regresas y te casas con GaEul, la que hace animales bonitos con el fondant.
— Ya se me hacía raro que no hubieras dicho nada en el momento. Min, yo no dije nada, yo no halagué nada, yo solo le dije que dejara su trabajo en la mesa y ya.
— Lo sé, por eso no reclamé, solo estoy diciendo que es una opción en caso de que yo decida que los tatuajes de algún español son bonitos.
— Esto es traición, y te atreves a usar mis palabras en mi contra. Lo peor es que aún así me gustas.
La sonrisa tímida de MinHo se dibujó en su rostro a la par que se sumía en el asiento, el semáforo cambió de color y el auto comenzó a andar, una curva que desviaba el trayecto del camino hacia la pastelería lo hizo reaccionar de repente.
— Hey, ¿a dónde vamos?
— A España, para que veas hombres tatuados.
— ¿En serio estás celoso? No los estoy viendo, ¿bien? Era mi fantasía a los catorce.
— Bueno, te voy a llevar a que veas uno, mi mamá tiene ascendencia española.
MinHo se reincorporó en el asiento, sentándose casi de frente a JiSung con una expresión rara en el rostro, entre divertido, emocionado y coqueto, era simplemente difícil de describir.
— ¿De ahí viene tu gran... Genética?
— A veces pienso que solo te gusto por mi cuerpo.
— Al principio, sí, yo ponía velas en mi cuarto para pedirle a la luna que llegara el día en el que me encontraras tan sexy que decidieras cancelar la clase para follarme.
— Lo pensé hoy, de hecho, así que supongo que tu truco de las velas funcionó.
— ¿Entonces ahora vamos en camino a tu casa a tener sexo?
— No lo sé, tal vez. ¿Tú qué quieres?
— Una película, palomitas, y luego el sexo.
— ¿Qué película quieres ver?
— Hmm... La Sirenita, y cada vez que salga una pelirroja, nos besamos.
— Estoy de acuerdo, solo porque es de mis princesas menos favoritas.
— ¿Y cuál es tu princesa favorita?
La conversación volvió a desviarse, como era común para ellos, lo que hacía que fuera también divertido, nunca se acababa el tema de conversación, podían comenzar hablando de fruta y terminar hablando de ballenas flotando en el espacio, y eso era lo maravilloso de su relación.
Al llegar al edificio departamental donde JiSung vivía, MinHo esperó a que su chófer bajara y le abriera la puerta, tomó luego su mano y comenzaron a caminar juntos hacia el elevador. El mayor tecleaba algo en el celular con su mano libre, parecía bastante nervioso de repente, lo que no pasó desapercibido a ojos de Lee.
— Hey, ¿estás bien?
— ¿Hmm?
— Te ves nervioso, ¿pasa algo?
— No, nada, cosas del trabajo y-
El timbre de llamada en su celular los interrumpió, JiSung miró la pantalla y mordió su labio inferior, trataba de ordenar alguna frase.
— Sube, ¿sí? Atiendo la llamada y voy contigo en un rato. ¿Recuerdas la contraseña?
— ¿Creo que sí? ¿Por qué? ¿Pasa algo?
— Nada de lo que debas preocuparte, es mi familia. Ve. Hay jugo de manzana en el refrigerador, toma lo que quieras, ahorita te alcanzo.
MinHo asintió bastante confundido, pero reanudó el camino de todas formas, JiSung atendiendo el teléfono fue lo último que vió antes de que las puertas del ascensor se cerraran. Lo único en lo que podía pensar era que estaba actuando raro.
Por su lado, lo único en lo que JiSung podía pensar era en qué tan alta era la probabilidad de que MinHo realmente abriera el refrigerador, porque si no lo hacía, todo su plan era completamente en vano. Su preocupación era lo único que ChangBin podía escuchar al otro lado de la línea.
— ¿Y por qué no dejaste una nota diciendo "por favor, abre el refrigerador" en la puerta?
— Dime que estás jodiendo, ¿cómo voy a dejar eso escrito ahí así nada más? Sé razonable, por Dios.
— ¡Tú sé razonable! Estábamos viendo una película, estoy en el cine, y me salí para llamarte porque dijiste que era urgente.
— No me hubieras llamado entonces, si me lo ibas a reclamar después. Regrésate, anda, yo nada más quería una excusa para quedarme aquí abajo hasta que lea la carta.
— No, ahora no quiero, ahora me voy a quedar aquí hasta que llegues a la puerta de tu casa.
— Y luego dices que el inmaduro soy yo.
— Lo eres, era más fácil que hicieras lo que la gente normal, una cena, un anillo y listo, sexo en un motel y ya... Alguien pasó aquí y me hizo cara de fuchi, como si nunca hubiera nadie cogido en un motel.
— Yo no lo he hecho.
— Ya pronto, primeramente Dios, tienes que llevártelo de vacaciones a algún lugar para tener la excusa de quedarse en un motel.
— Vacaciones... No suena mal... Vacaciones en Navidad, hace mucho que no salgo en Navidad.
— Te están quitando tu adicción al trabajo, increíble, cuando lo conozca le voy a pedir tips para rehabilitar a mi adicto.
— Esto puede que sea un poco chocante para ti, pero es alguien que ya conoces. Adiós, en el elevador no hay señal.
— ¡Han JiSung, no te atrevas-
La llamada fue cortada, y tampoco respondió a las que hizo después. Subió al elevador y trató de tranquilizarse, tenía que prepararse mentalmente para decir un diálogo bonito y creativo, aunque probablemente se le olvidaría dos microsegundos antes de empezar a hablar.
Solo esperaba que MinHo hubiera encontrado su regalo.
Unos cuantos pisos más arriba, luego de haber llegado al departamento de JiSung y fallado un par de intentos antes de recordar el orden correcto de los números en la contraseña, MinHo quitó sus zapatos y los dejó en la entrada, andando en calcetines por el lugar porque su mente no le recordó que había un par de pantunflas que podía usar, estaba demasiado ocupado pensando en qué sería tan privado sobre su familia que él no podía escuchar, eso lo llevó a pensar que JiSung le había hablado relativamente poco sobre sí mismo, no tenía mucho conocimiento sobre cómo eran sus padres l cómo había sido él de niño. Lo que era también frustrante.
Y, ¿qué mejor cura para la frustración que un gran vaso de jugo de manzana absolutamente delicioso hecho por él amor de su vida? Podía perdonarlo por no contarle nada, pero solo mientras hubiera jugo de manzana en el refrigerador.
Para su sorpresa, había más que solo jugo.
Un pudín con apariencia increíblemente linda, tamaño familiar, en un domo para pastel, adornado con un bonito listón en color rojo y un sobre del mismo color sobre este acaparó su total atención.
JiSung dijo que podía tomar lo que quisiera.
Primero tomó la carta, quería cerciorarse de que no era para algún cliente, no era porque quisiera chismear ni nada por el estilo, para nada.
Su mente quedó en blanco cuando leyó su nombre en el destinatario de la carta.
"No sé si hay algo que te guste más que el pudín, pero en nuestra primera cita me pediste que te comprara uno, y juro que la expresión en tu rostro fue lo más lindo que ví, no solo en ese momento, cada día, cada segundo, desde la primera vez que te ví. Y esto es extraño porque, mientras más tiempo observo tus bonitos ojos, más me atrae tu forma de ser.
Siento que eres tan difícil de describir pero tan fácil de amar que no hay forma en la que pueda no caer por ti, tu sonrisa, tus bromas, y el lindo tono de enfado que haces cuando algo te molesta, las facilidad con la que tú rostro expresa tantas emociones, o tal vez soy solo yo quien lo nota, no lo sé, solo sé que estoy terriblemente atrapado en ti.
Me gusta mirarte cuando hablas, me gusta mirarte cuando estás trabajando en clase, descubrí que también me gusta verte jugar con Soonie, Doongie y Dori, aunque ahora probablemente Doongie jugará más conmigo... No lo sé, todo depende de si mi intento de romanticismo es suficiente para convencerte de quedarte conmigo, o al menos de convencerte para que me des una oportunidad.
Aún hay muchas cosas que no conozco de ti, pero quiero conocerlas, todo, incluso los detalles más pequeños, y si tengo que pasar años contigo para poder conocerte completamente, entonces serán los mejores años que pueda vivir.
Me gustas tanto que lo único que quiero es enamorarme de ti cuántas veces me sean posibles."
MinHo estaba inmerso en la carta, en lo bonita que era la letra de JiSung y en lo mucho que su corazón brincaba dentro de su pecho, tan inmerso que no escuchó la puerta abrirse cuando el mayor llegó.
Reaccionó apenas cuando los brazos de Han se abrazaron a su cintura por detrás, recargó la cabeza sobre su hombro y lo abrazó un poco más fuerte, tomó un hondo respiro antes de comenzar a hablar.
— No es Dubái, tampoco es España, y creo que tendrás que conformarte con el porcentaje mínimo de mi ascendencia, pero quería que esté momento fuese especial e íntimo, solo para ti y para mí. Iba a hacerlo afuera pero no es mi intención usar la presión social en tu contra; y no quería gente observando mientras te expongo mis sentimientos.
MinHo sentía que sus ojos empezaban a lagrimear, no recordaba que alguien alguna vez le hubiera hecho un regalo tan bonito, y las manos de JiSung sobre su abdomen, sus pulgares acariciando su estómago por sobre la tela, se sentía completamente íntimo y especial.
JiSung dejó un beso en su mejilla y otro sobre su hombro, para luego sujetar su cintura y girarlo, poniéndolo de frente a él; observó fijamente sus ojitos brillantes, con más agua de lo usual, absolutamente adoraba lo sensible que era MinHo, y la forma en que sus mejillas y sus orejas se coloreaban de rojo cuando su corazón comenzaba a ir más rápido. El menor apoyó sus manos en los antebrazos de Han, dejó que fuera él quien lo consintiera, las caricias en su cintura y la mirada tan suave que le dedicaba eran todo lo que necesitaba.
— No sé si pienses que voy muy rápido —volvió a hablar el mayor, sin apartar su mirada de la ajena, tragó saliva nervioso y retomó la palabra—. Tal vez soy solo yo sintiendo mucho y tú quieres que nos tomemos un tiempo más para conocernos realmente, y si es así, está bien, puedo esperar el tiempo que sea necesario, salir contigo y platicar contigo nunca van a ser un castigo para mí... Pero el sexo casual tampoco es lo mío. Quiero poder sentirme tuyo, y que poder reclamarte mío también. ¿Aceptarías salir conmigo, Lee MinHo?
MinHo y yo los más ilusos enamorados
Pero es que es JiSung, yo también caigo, yo caí desde que leí su nombre en el capítulo uno (yo lo escribí)
Yo también quiero mi romance gay super intenso y cargado de obsesión desde el primer día
Gracias por leer, el siguiente cap debe salir pronto (espero)
Chau
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