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16

El auto de la madre de SeungMin se estacionó frente a su casa, el claxon le hizo un llamado para avisar que ya habían llegado. MinHo salió un par de minutos después, sostenía su mochila en un hombro, una bolsa de tela más pequeña en el lado contrario y una rebanada de pan en su boca, peleando con las llaves para poder cerrar la puerta.

Cuando finalmente lo consiguió, se encaminó al auto con rápidos pasos cortitos, lanzó la mochila hacia adentro, tomó la bolsa con sumo cuidado y la colocó sobre sus piernas una vez estuvo dentro, cuidaba que el contenido de la bolsa no se moviera mucho.

— Buenos días, señora Kim, buenos días Seung.

— Buenos días, querido —respondió rápidamente la madre de SeungMin usando esa voz alegre y tono maternal que tanto la caracterizaba— ¿Cómo estás? ¿Cómo está HyeJin?

— Bien, yo estoy perfectamente, mi mamá también, se fue más temprano hoy al trabajo.

— Ya veo, dile que haga tiempo para mí pronto, extraño mucho las tardes de té con ella.

— Oki, yo le digo.

— Hey, ¿estamos bien? —irrumpió de pronto SeungMin, parecía dudoso en su forma de hablar, MinHo lo miró extrañado.

— ¿Sí? ¿Por qué lo preguntas?

— No me respondiste los mensajes ayer, creí que te habías metido en problemas por mi culpa.

— Ah, los mensajes... Se me olvidó contestar. Pero estoy bien, ya hablé con mis papás sobre por qué no llegué a casa y les avisé también antes, creyeron que andaba contigo y por eso se preocuparon cuando vieron que no.

— ¿Y en dónde andabas entonces?

El castaño le miró con una expresión demasiado obvia, SeungMin tardó un poco en entender pero cuando lo logró, la mirada en su rostro se volvió invaluable.

— ¡No mam-, mier-, cara-... Dios mío.

— Ya dilo, SeungMin, ya te escuché igual —comentó su madre con gracia, era raro para ella ver a su hijo tan alterado, y aún más escucharlo maldecir.

— No, no, ninguna grosería en este auto cristiano... ¡¿Es en serio?!

— No tengo evidencias físicas que pueda sacar como prueba, pero sí, es en serio.

— Lee MinHo, yo te dije que fueras a hablar con él sobre tu inseguridad, ¡no que te lo comieras!

— Ay, Seung, por favor, como si no me conocieras.

Kim estaba estupefacto, solamente se había descuidado unos minutos y se había perdido de un enorme acontecimiento.

— Entonces ya están saliendo, ¿no?

— Oh, ehm, no, aún no.

— ¿Lo tienen como algo casual?

— No sé... Es que no hablamos sobre eso.

— ¡¿Cómo que no?!

— Pues no. No nos dió tiempo.

— Estuvieron juntos por horas y no les dió tiempo de hablar de su situación sentimental, entiendo.

Tampoco es que él hubiese querido preguntarle.

Pero no estaba seguro de que Han quisiera algo casual con él, porque entonces no le habría llamado en la noche, ni lo trataría de esa forma tan exclusiva y especial, ni le recalcaría que la única persona que le importaba era él.

Cuando bajaron del auto, después de despedirse de la mamá de SeungMin, lo primero que este hizo fue gritar.

— ¿A qué carajo te refieres con que no están saliendo? ¿Cómo no están saliendo? ¿Te llevó a su casa? ¿Fue bueno? ¿Estás bien?

— Tranquilo, tranquilo, respira entre frases al menos... No estamos saliendo oficialmente aún, me llevó a su casa, fue magnífico y glorioso, así que, sí, estoy bien.

— Pero sí va a haber más citas, ¿no? No ha cortado la comunicación ni nada, ¿verdad?

— Ah, no, de hecho me llamó anoche, no fue muy largo pero platicamos un ratito antes de dormir, y me fue a dejar a mi casa ayer en la tarde, y conoció a mis niños, Doongie estuvo meloso con él.

— ¡¿Doongie?!

— ¡Así mismo reaccioné yo! Te juro que no se le quitaba de encima, me sentí como un papá traicionado. No me puedo enojar, si yo fuera un gato, también me le pegaría a JiSung.

— ¿Es una señal divina de que él es el indicado?

— Eso es algo que Felix diría, yo respondería que sí, es el padre de mis hijos, yo lo sé.

— Atención, el padre de tus hijos te está viendo desde la puerta.

MinHo dirigió su mirada a la entrada del salón, encontrando a JiSung observándolo entrañablemente, correspondió su mirada con una suave sonrisa, encaminándose directo a ellos un momento después.

— Buenos días, SeungMin.

— Buenos días, señor Han —le respondió con un corto asentimiento, volviendo su vista nuevamente a MinHo.

— Buen día, Min.

— Hola, buen día.

— ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien?

— Yo dormí de maravilla, ¿y tú?

Han revisó la hora en su reloj, aún faltaba un poco de tiempo hasta que empezara la clase, así que podía darse el lujo de tomarse un tiempo antes de empezar.

— SeungMin, ¿puedes esperarnos adentro? MinHo y yo tenemos que hablar de algo.

Él estaba por irse de todas formas, no era su intención ser el mal tercio ahí, y tampoco tenía ganas de ver a MinHo siendo meloso y cursi con su tutor.

— Claro, te veo adentro, Min —se despidió con una reverencia del mayor y se dirigió al salón, dejando solo al par.

Han lo escaneó un poco, sentía como si no lo hubiera visto en meses, lucía incluso más lindo que la última vez que lo había visto (un día antes), el color oscuro de su playera parecía resaltar el brillo de sus bellos ojos. Simplemente, no sé cansaría de mirarlo nunca.

— Ven, sígueme, hay algo en lo que necesito tu ayuda atrás —comentó Han con una expresión coqueta, tomó su mano y lo dirigió rápidamente a la parte trasera del pequeño edificio, que era donde él estacionaba su auto.

— ¿En qué necesitas ayuda? —preguntó MinHo una vez llegaron ahí, deduciendo que había algo por bajar del vehículo. Estaba por caminar en esa dirección cuando sintió la mano de JiSung atraerlo por la cintura para apegar su cuerpo al propio, caminó de espaldas hasta quedar recargado en la pared, tomándose su tiempo para retratar la expresión nerviosa del rostro del menor en su mente.

— Necesito que soluciones lo que empezaste anoche, ¿quieres? —MinHo parpadeó repetidamente, claramente confundido, ¿anoche? Habían estado haciendo la llamada, platicaron un rato, y luego... Oh, la fotografía.

— Pff, ¿qué tanto pudo haberte causado una sencilla foto?

— ¿Quieres ver?

De nuevo, volvía su tono seductor que sonaba casi como un susurro, le encantaba porque hacía sentir que el momento era algo exclusivo de ellos dos, y así lo era, un tiempo en el que podían saciar su deseo por el otro sin límites.

MinHo deslizó sus manos del pecho a los hombros del mayor, pasando sus manos por detrás de su cuello para hacer que la distancia fuese aún menor, podían sentir sus respiraciones mezclarse y eso parecía hacer cosquillas en alguna parte dentro de ellos, las sonrisas de sus rostros no desaparecían en ningún momento.

— Enséñame.

JiSung inició el beso, lentamente, suavemente, disfrutando con total calma del contacto, ambas de sus manos posadas en la cintura de MinHo porque genuinamente adoraba la forma en que parecía que encajaban a la perfección; el menor emitía lindos sonidos de satisfacción en medio del beso, amaba sentir las mariposas en su estómago cuando su cuerpo era acariciado con esa delicadeza, sentía que podía quedarse así para siempre. Eventualmente, el beso comenzó a subir de tono, había un poco más de necesidad en su unión, JiSung giró de forma que MinHo quedaba entre la pared y su cuerpo, colocó su rodilla entre sus piernas y usó sus manos para recorrer y posicionar los brazos del menor a la altura de su cabeza, recargados en la pared. Lee empuñó sus manos cuando los labios de JiSung comenzaron a bajar hacia su cuello, podía escuchar su pulso acelerado mientras su respiración trataba de regularse, el roce de su intimidad sobre el muslo de Han estaba haciendo estragos en su juicio, lo único en lo que podía pensar era en largarse de ahí, ir a su casa o a cualquier parte y montarlo un buen par de horas.

Pero él se detuvo solo un par de segundos después, cuando notó que MinHo estaba lo suficientemente encendido.

— Más o menos, eso es lo que causó tu foto.

Eso significaba que ahí se terminaba la sesión de la mañana, y MinHo de verdad no quería que terminara ahí.

— Ji, mírame, no me vas a dejar así, ¿verdad? —usó su encanto natural: sus grandes ojos y labios pomposos, haciendo una expresión tierna con la esperanza de conmover aunque fuera un poco el corazón del mayor. No funcionó.

— Entra cuando te sientas mejor, ¿bien?

— ... Me las vas a pagar, Han JiSung, voy a cobrar mi venganza un día de estos.

— Mientras seas tú, lo que sea está bien, estaré esperando tu venganza.

MinHo lo miraba incrédulo, sus ojos entrecerrados lo juzgaban fuertemente, pero a JiSung le parecía bastante divertido; liberó una risa corta, dejando luego un beso en su frente y uno más en la punta de su nariz, acarició su cabello y lo acomodó con sumo cariño, dedicándole una tierna mirada para contemplar su lindo rostro una vez más.

— Te extrañé mucho, Min, aunque haya sido solo un día sin vernos.

— Dale, miénteme, tú sabes que te creo.

— También extrañé mucho tu voz y tus reclamos infundamentados —volvió a besar sus labios, un contacto mucho más corto que el primero, pero cargado igualmente de cariño—, y tus besos, también los extrañé.

— Si me llevaras a vivir contigo no tendrías que extrañarme.

— Bien, mañana mismo te traigo los papeles de boda, ¿está bien?

— Sabes que sí. Creo que ya me tranquilicé, pero aún así tienes una deuda conmigo, no te exhaltes si un día sientes a alguien jalándote los pies en la noche.

— Preferiría que jalarás otra cosa.

— ¡JiSung! Por Dios.

— ¡¿Qué?! ¡La cobija, Min! Me da calor en las noches y es muy cansado despertarme para descobijarme, lo haces tú y listo. Qué malpensado eres.

— No malpensaría si no hicieras esa cosa que haces con las cejas.

— ¿Qué hago con las cejas?

MinHo iba a empezar a explicar, pero una sonrisa boba ganó a formarse en sus labios, desvió la mirada y mordió su labio, eso era sin duda un punto débil para él.

— No te lo voy a decir, tengo dos razones: primero, vas a abusar de eso, y no es justo.

— ¿Por qué no? Tú abusas de los pucheros, y yo no me quejo.

— Es diferente, el consentido en esta relación soy yo. Segundo, esa expresión tuya es demasiado, demasiado, demasiado genial, no hay forma en que la pueda replicar, y de solo acordarme me da un infarto y una erección al mismo tiempo.

— Bien, eso fue más directo de lo que esperaba, pero me conformaré por el momento. Vamos, creo que ya es tarde.

— Eres un profesor muy impuntual, qué mal —se tomó de su brazo para comenzar a caminar juntos hacia la parte frontal del edificio, JiSung realmente adoraba cuando MinHo se abrazaba a él de esa forma—. Por suerte para ti, me gustan los chicos malos.

Incluso la risa de Han era demasiado atractiva, de verdad no se cansaba de escucharlo reír en voz alta, ver sus ojos cerrarse y sus labios formar una gran sonrisa, sus mejillas viéndose más grandes. Se sentía horriblemente enamorado.

JiSung dejó un par de prolongados besos tronados en su mejilla, haciéndolo reír por el repentino contacto.

— No sé qué seas tú, solo sé que me gustas, y mucho.

La forma en que sus sonrisas no desaparecían de sus rostros le daba la certeza a MinHo de que, si bien aún no era oficial, no tardarían mucho en hacer de su relación algo oficial.


Yeii volví o eme ge

Este capítulo... Iba a ser más dramático
Pero dije "nah, todavía no", y salió lo que salió
Es un cap cortito, sí, pero ya voy a estar activo otra vez con las actus, no van a esperar mucho

Los quiero, gracias por leer, chauss



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