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13

Las puertas de la clínica veterinaria se abrieron de par en par, develando a un alegre chico de ojos grandes y cabello castaño buscando a alguien con la mirada entre las personas que se encontraban en el área de recepción, sin embargo, el objeto de su búsqueda salió poco después detrás de la puerta que daba al área de atención médica, una bella mujer de elegante porte, luciendo una impecable bata blanca y con su cabello prolijamente atado en un moño bajo se encaminó al mostrador, esperando a que su hijo imitara la acción.

- Hola, mami, se ve muy guapa, ¿son los aretes que le regalé? Yo sabía que le iban a quedar muy bien.

La mujer analizó cada una de las expresiones en su rostro y la ropa que llevaba puesta - que definitivamente no era suya -, su mirada era la de una típica madre descubriendo los pecados ocultos de tu alma solo con mirar tus ojos, pero a él no parecía darle miedo, estaba demasiado concentrado en disfrutar de la felicidad como para preocuparse por cualquier otra cosa.

- MinHo, amor, disimula un poco, ¿puedes?

- ¿Qué cosa?

- No me hagas decirlo, ¿bien? Se te nota horrores.

- Claro que no, este es mi estado de ánimo natural.

- Ay, por favor, Min, ni que no te conociera, esa sonrisa de bobo no es normal en ti. Apuesto a que te reirías de algún chiste de tu papá.

- Los chistes de papá son muy buenos, él es muy gracioso.

- ¿Ves? Estás siendo incoherente. Ten las llaves, te encargo que me ayudes con la cena, voy a quedarme un poco más tarde hoy, pero tu papá dijo que llegaba temprano.

- Sip, yo me encargo, y perdón de nuevo por no avisar nada desde anoche.

- Para ahí, no me lo recuerdes, no te imaginas el nivel de preocupación que tenía, traté de decirme "calma, HyeJin, el niño duerme mucho, si se desveló, seguro que está dormido", ¿pero no decirme nada desde anoche? Qué pecado.

- No vuelve a suceder, mami, la veo en la noche, voy a prepararle un pastel chiquito, ¿sip?

Su mirada enternecedora y expresión inocente la llevaron a recordar a su niño cuando era pequeñito, ¿en qué momento había crecido tanto?

Le dió un cálido abrazo y un corto beso en la frente, acomodó su cabello antes de separarse de él.

- Ve con cuidado, avísame cuando llegues a la casa. Te amo.

- Y yo a usted. ¡Bye, hasta luego!

Se despidió con una amplia sonrisa, cruzó la calle y subió al auto de tono oscuro que estaba esperándolo frente a la clínica, su madre siguió con la mirada su trayecto, era como que veía una nueva faceta de MinHo, una que la hacía sentir bastante complacida.

En el auto, Han JiSung esperaba por él recostado en el asiento del conductor, sus ojos permanecían cerrados mientras tarareaba la canción que sonaba en el radio, miró en dirección a la puerta cuando esta fue abierta y observó a MinHo subirse y colocarse el cinturón.

- ¿Cómo está tu mamá?

- En perfectas condiciones, tengo casa sola hasta eso de las seis o siete de la tarde, pero dijeron que no cerrara la puerta, así que tendremos que hacerlo con la puerta abierta.

- ¿Que no habías dicho en la mañana que con lo de anoche era suficiente? - enderezó el asiento y encendió el auto, tomando rumbo a la casa del menor.

- Olvida eso, te estoy dando la oportunidad de tu vida, tómalo o déjalo, es mi última oferta.

- Bien, correcto - hizo una corta pausa, fingiendo que consideraba si rechazar o no la propuesta, la mirada y sonrisa alegres de MinHo lo veían fijamente desde el otro asiento, pero la desvió inmediatamente al sentir un apretón en su muslo, para luego ser acariciado suavemente con sus pulgares -. Lo tomo, un gusto hacer negocios con usted. Wow, esto es muy relajante, creo que voy a hacerme dependiente a esto.

La forma en la que seguía apretando y manoseando sus piernas le causó cosquillas en un principio, para luego darse cuenta de que no eran cosquillas comunes, de alguna manera se había vuelto extremadamente sensible ante ese pequeño y sencillo contacto.

- Te recomendaría que no, si lo haces mucho, me voy a sentar encima de ti y no responderé ante las consecuencias.

- ¿Sabes manejar?

- Sí, ¿por qué?

- Resolvimos el problema, tu manejas en lo que yo me encargo de tu bonito trasero... Oye, es una buena idea.

- ¡Era broma! No voy a tener sexo en un auto en movimiento a plena luz del día, si estuviera parqueado, tal vez; si fuera de noche, seguro, ¿por qué no? Pero no aquí, imagina que aparezco en las noticias o me demandan por actos de voyerismo, no podría volver a salir nunca de mi casa.

- Sería una buena experiencia, salir con un delincuente, hasta podríamos usar las horas de visita de la cárcel para ver si encuentro más lunares en tus piernas.

- ¿Tengo lunares en las piernas?

- Sí, me encantan, me tomé el tiempo de contar seis, pero podría haber más, y yo los voy a encontrar, no te preocupes.

- ... Falta que les pongas nombre.

- Ya lo hice, hay uno cerca de tu rodilla, pero por dentro, se llama Do; el que está abajo de ese se llama Ri, como tu gato.

- ¿Te acuerdas del nombre de mis gatos? Dios, eso es jugar fuerte, ¿te interesa casarte?

- Sí, pero él aún debe terminar la universidad.

- Haa, la universidad, olvídalo, aún me quedan dos años - se tiró en el respaldo del asiento con fastidio, venía de pasar una gran noche, de las mejores de su vida, y tenía que llegar a preparar materiales para la universidad, una mierda -. Oye, Ji, ¿y si dejo la carrera?

- Yo te recomendaría que no, podrías solo terminarla y dejarlo como una opción, ¿quieres salirte de la universidad?

- Quiero quedarme contigo, me da mucho cansancio pensar en todo lo que tengo que hacer cuando podría estar hablando contigo en la panadería todo el día.

Han mantuvo su vista fija al frente, pero algo en su expresión cambió, también había dejado de jugar con su pierna, ahora solo la mantenía reposando de forma superficial.

- Min, no quiero ser un obstáculo en tu vida, ¿bien? Yo sé que ahora lo dices a modo de juego, y que no estás amenazando con salirte en serio, pero si algún día no puedes acoplar tu tiempo para que nos veamos, o simplemente estás demasiado ocupado, está bien, no quiero que lo nuestro se anteponga a tu propia vida.

- ¿Eso significa que nuestra relación no es tan importante para ti?

- No, significa que si un día te hartas de mí, o un día me muero, vas a poder seguir adelante sin arrepentimientos.

- Ay, por favor, la única forma en que me podría hartar de ti sería que hubiésemos tenido sexo durante ocho meses seguidos con solo tres minutos de descanso entre cada ronda - JiSung hizo una mueca de dolor -; y nosotros vamos a morir juntos en la celda de la cárcel cuando nos descubran en medio del acto sexual.

- Eso si logramos sobrevivir a los ocho meses... Mierda, no, eso debe matarte.

El menor se acercó a él, colocando una de sus manos peligrosamente cerca de su entrepierna y haciendo una de esas expresiones que agrandaban sus ojos en señal de súplica.

- ¿Quieres que hagamos el experimento? - se aseguró de usar un tono susurrante y seductor, y mordió su labio inferior ligeramente al terminar, casi pudo ver al mayor tragar saliva.

- Gracias, pero no, otro día con más calma tal vez.

MinHo se alejó de él riendo con ganas ante la forma en que Han parecía estremecerse con dolor de solo imaginarse el escenario.

Lamentablemente, el recorrido ya estaba por terminar. Podían divisar la bonita casa en colores claros con arbustos florales decorándola por fuera a solo unos cuantos metros, era una verdadera pena.

- Gracias igual, por preocuparte por mi futuro. Y por recordar el nombre de mis gatos también - el carro se estacionó al frente de su casa, se desabrochó el cinturón en cuanto el motor se apagó -. Y gracias por traerme a casa, me hubiera sentido pésimo si tuviese que venir en metro o a pie.

- No agradezcas por nada de eso, te lo dije, estoy genuinamente interesado en ti, no quiero que solo salgamos y tengamos sexo, eres demasiado bonito para que te traten así.

Sentía sus mejillas arder, así que se giró a la ventana tratando de retener una sonrisa tímida, tomó su celular y abrió la puerta del auto.

- Oye, ¿tienes mucho trabajo hoy?

- Creo que no, SeolYoon ya me habría llamado.

- ¿Tiene tu número?

- El de trabajo, sí.

- Ah... Bueno, si no tienes que irte de inmediato, ¿quieres conocer a mis niños? Es algo muy importante, ¿sabes? Si ellos no te quieren, yo tampoco.

- Auch, eso es cruel. Bien, vayamos a conocer a los niños - se apresuró a tomar las llaves del auto, su billetera y su celular, cuidando de no dejar nada valioso a la vista.

- ¿En serio?

- Por supuesto, tampoco es que tenga muchas ganas de irme, espera, dame un segundo.

Se bajó rápidamente del carro y lo rodeó, abrió la puerta y le tendió la mano esperando a que el menor la tomara, acción que fue respondida de inmediato, sintiendo la calidez de su mano mezclarse con la propia.

Caminaron hasta la entrada de su casa tomados de la mano, MinHo se sentía como la protagonista adolescente enamorada tomando la mano del chico popular de la escuela por primera vez, y fue aún peor cuando soltó su mano para abrir la puerta, pues JiSung llevó su mano a la curva de su cintura mientras esperaban para poder entrar.

- Si ves desorden o algo, no he estado acá desde ayer, culpa mía no es - abrió la puerta y se hizo a un lado, invitándolo a pasar, se sentía muy nervioso de repente, nunca había llevado a alguien a su casa.

- ¿Quién más vive acá aparte de tus papás?

- Mi hermanita, tiene seis años, será fácil para ti, solo debes recordar un nombre femenino: HyeJin. Mi papá está tan enamorado de mi mamá que le puso su nombre a mi hermana.

- ¿Es ella? - tomó una de las fotografías que se encontraban en unas repisas en la sala, una pequeña niña muy sonriente andando en bicicleta se veía en ella.

- Sip, es ella, la bicicleta era mía, estaba en casa del abuelo, un día fuimos, la encontró y se quedó con ella - explicó brevemente luego de ver la foto, dejó sus pertenencias en la repisa y le entregó un par de pantuflas a Han -. Voy a buscar la comida de los niños, puedes seguir viendo las fotos, ya vengo.

MinHo se fue en dirección a la cocina. Había varias fotografías colgadas en la pared, pero solo dos lograron captar la mayor parte de su atención.

- Oye, Min, ¿este eres tú?

El mencionado se acercó para ver la imagen, cargaba tres paquetitos de alimento para gatos.

- Sip, soy yo, tenía como cuatro o tres años, no sé, a mamá siempre le gustó ponerme cositas con flores, y a mí me divertía mucho también.

- ¿Puedo tomarle una foto? - preguntó sonriéndole inconscientemente a la imagen del pequeño MinHo.

- ¿Para qué quieres una foto de mi foto?

- No sé, para tenerla, eras adorable, Dios, mira tus cachetitos, y tus ojitos, necesito tener una réplica en mi celular.

- Tómala, pero igual puedo darte copias la próxima vez, te la regalaría pero no quiero que mi mamá me pregunte dónde está esa foto.

- Hablando de tus padres, ¿son ellos? - señaló una de las fotografías que estaban colgadas en la pared, mostraba a una pareja de recién casados en un precioso jardín.

- Ajá, son ellos el día de su boda.

- Oh, se ven jóvenes, ¿qué edad tenían?

- Mi mamá tenía veinte, mi papá veinticuatro, es de esos pocos matrimonios arreglados que funcionan inesperadamente bien - JiSung tomó uno de los sobres y lo siguió hasta donde estaban los platos, en un lado de la sala, había también un arenero y torres para cada uno, era como una habitación para ellos.

- ¿Ah sí? ¿Tú familia es adinerada?

- ¿Por qué? ¿Me vas a dejar si soy pobre?

- No, contrataría tus servicios para ayudarte a salir de la pobreza.

- Qué sucio - le dirigió una expresión de reproche, que se veía bastante falsa para denotar molestia real.

- Servicios de cocina, lindo, servicios de cocina, ahora que si quieres servir también en lo otro, arreglamos - le guiñó un ojo y mordió ligeramente su labio inferior, obteniendo una carcajada del menor.

- Bueno, arreglemos entonces, necesito pagar unas cosas de la universidad.

- De acuerdo, ¿cuánto necesitas?

- ¿Cuánto podría darme?

- ¿Cuánto podrías hacer?

- ¿Cuánto quiere que haga?

La distancia nuevamente se había reducido al mínimo posible al igual que el volumen de sus voces, sus miradas se desviaron casi por inercia a los labios contrarios; no logrando retener el impulso ni el deseo, se unieron lentamente, disfrutando con calma de la consonancia de sus bocas y la sensación de compartir aquel cálido contacto, pero la visita repentina de un par de felinos ronroneando cerca del menor los obligó a separarse.

- Ay, Soonie, amor, ¿no ves que estaba ocupado? - el gato maulló en respuesta, se subió a su regazo y se restregó en su pecho, siendo seguido por Dori, quien también buscaba su atención -. Oww, mi bebé, ¿ahora sí me extrañaste mucho? Aww, bebito, yo también te extrañé, mi chiquito bonito.

- ¿Dónde está Doongie?

- Shh, no estoy hablando contigo. Ay, no me muerdas, Soonie, también a ti te extrañé mi amor, ¿no has comido? Ya serví tu comida, ¿ves? - señaló el plato de comida, pero el gato no hizo caso, seguía removiéndose sobre sus piernas -. ¿No tienes hambre, bebé? ¿Estás aburrido? ¿Quieres jugar? ¿Por qué no juegas con tus hermanos, hmm? Oye, es cierto, ¿dónde dejaste a Doongie? - el gatito gris respondió con un maullido, pero no dió explicaciones largas y se fue a comer, dejando a MinHo confundido, peor cuando también Soonie lo dejó y se fue a comer.

- ¿Se escapó? - preguntó JiSung bastante preocupado, había estado muy divertido observando la interacción de los gatos con su dueño, pero se sintió repentinamente consternado por la no aparición del tercer gato.

- Nah, es muy flojo para escaparse, si no está acá abajo, está en mi cuarto... Ay, Dios, que no esté en mi cuarto, por favor - se puso de pie y sacudió un poco su ropa, tendiendo su mano al mayor para ayudarlo a ponerse de pie -. Ven, acompáñame.

El mayor lo siguió de cerca escaleras arriba, escuchando murmullos de queja de parte del castaño, parecía rogar porque el felino no hubiese desordenado la ropa limpia.

Por fortuna, la cama desordenada y un par de papeles arrugados tirados en el piso fueron su recibimiento al entrar a la habitación.

- ¡Doongie! ¿Qué te dije de meterte a mi cuarto cuando no estoy? ¿Dónde estás?

- Meow - respondió el gato, probablemente desde abajo de la cama, la sábana colgante se movía demasiado.

- Nada de "meow", la sábana que me ensuciaste estaba limpia.

- Eh, Min, creo que el requisito para que algo se ensucie es que esté limpio... - apenas se escuchó la voz de Han, el gato salió de su escondite, caminando hasta llegar a sus piernas para restregarse en ellas.

- No lo defiendas, mira cómo dejó mi cama. Ven acá, te voy a llevar abajo con los demás - cuando intentó tocarlo, el gato le gruñó, para luego volver a ronronear apegado al cuerpo de JiSung. MinHo lo miraba atónito -. ¿Me gruñiste a mí? ¿A mi? Te fui a conseguir papá, ¿y me cambias por él?

- Meow.

- Traidor. Eres mi hijo, a mí me has costado, no me merezco este trato.

- ¿Quieres que lo lleve abajo?

- Ni te emociones, Doongie nunca deja que nadie lo to- ¡Doongie! ¿Qué haces en los brazos de este extraño?

- Creo que no quiere hablar contigo, ¿quieres hablar con él, chiquito?

- Meow.

- Dice que no.

- Mira que como vuelvas a maullarle a él Doongie-

- Meow.

- Basta, me está torturando, llévatelo, debo reflexionar sobre este acontecimiento.

Lejos de burlarse de su expresión dramática, JiSung se fue haciéndole mimos al gato, quien respondía con maullidos tiernos y ronroneos en medio de sus brazos, lo que lo convertía en una doble traición.

Comenzó a acomodar su cuarto, quitó las sábanas llenas de pelo y huellas de gato; Han regresó a la habitación cuando él buscaba un juego de sábanas limpias en su clóset, parecía estar demasiado concentrado en ello pues solo notó la presencia del mayor cuando este posó sus manos en su cintura, sintiendo un leve escalofrío en su espalda cuando comenzó a dejar un par de besos superficiales en su cuello.

- Cariño, los niños ya se fueron, ¿tienes algo de tiempo?

- Lo tengo, dime, ¿en qué posición me pongo? ¿Qué haremos?

- Recarga tus manos en el colchón y levanta el culo, ¿puedes?

MinHo asintió eufórico, dejó el juego de sábanas que acababa de elegir en el clóset y se fue apresuradamente al borde de la cama, recargando sus manos en el colchón y apoyando su peso en sus codos para elevar lo suficiente su trasero, esperando a lo que fuera que hiciera JiSung.

Él se acercó un poco después, colocándose detrás de él y rozando su pelvis en su cadera y sujetando su cintura con sus manos, apegándose más a él, se sentía tan caliente. Sin embargo, su excitación bajó drásticamente cuando una pila de sábanas ya desdobladas apareció en medio de su campo visual.

- Vamos a tender tu cama, SeolYoon acaba de decirme que alguien necesita que arregle un pastel para llevárselo antes de las cinco, tengo que irme.

- Olvídalo, yo me encargo de esto, tú vete, se te va a hacer tarde.

- ¿No vas a despedirme? - MinHo rió bajito, se acercó a él y se abrazó a su cuello, trató de sostenerle la mirada, pero no pudo, tenerlo cerca hacia que su músculo bombeador de sangre hiciera de todo excepto bombear sangre, brincoteaba y se golpeteaba en su pecho, la sangre se acumulaba en sus mejillas y orejas, su rostro hacia muecas extrañas de alegría y sentía el impulso de reír por cualquier cosa, y adoraba sentirse así.

- Oye, ¿yo de verdad te gusto?

- ¿No me crees?

- ¿Por qué tú no te pones nervioso?

- Claro que sí, siento que me sudan las manos, me hormiguean los pies, todo, eres demasiado, demasiado, demasiado bonito, por supuesto que me pongo nervioso. Creo que es más como que todavía estoy procesándolo, te veo y digo "wow, ¿de verdad me comí todo eso?".

El menor arrancó a reír, se acercó a sus labios aún con una sonrisa amplia y dejó un corto piquito, que fue luego imitado por JiSung, iniciando luego una serie de contraataques cada vez más largos, hasta el punto en que no pudieron separarse más, sus labios se abrazaban suavemente, cortas risas se escapaban entre besos pero no se alejaron hasta un rato después. El mayor observó fijamente sus ojitos brillantes, realmente le encantaban, podía dormirse viéndolos. Dejó un último beso en la punta de su nariz y apretó sus cachetitos.

- Si no te lo demuestro mucho, perdóname, ¿sí? Y dímelo, me mataría hacerte sentir mal.

- Gracias, mi amor, la próxima vez que nos veamos me voy a poner una tanga negra para ti, ¿sí?

- Gracias, pero igual te verías mejor sin ella.

- Bueno, te espero desnudo y recién bañado en tu cama, ¿así?

- Sí, gracias, me encantaría.

- Dios, ya vete, se te va a hacer tarde acá y yo no quiero sentirme culpable después - lo jaló de la mano para para llevarlo abajo de nuevo, era tan injusto que tuviera que irse cuando estaban teniendo tan buen rato juntos -. Y despídete de los niños antes de irte, es tu deber como parte de esta familia.

Han se aseguró de pasar por las torres de los gatos, donde ellos estaban acostados: Soonie lo ignoró rotundamente, Dori solo maulló en respuesta a sus caricias y Doongie básicamente se le abalanzó encima de nuevo, haciendo caso omiso al reclamo de MinHo, estaba muy encariñado con JiSung.

- No estoy seguro de que eso sea bueno - comentó al ver el apego inexplicable del gato hacia el mayor -, se va a deprimir si no lo vienes a ver seguido.

- ¿Quieres que arregle los horarios de visita con tu padre para verte? ¿Sí? Oh, eres tan tierno, por supuesto que voy a venir a verte chiquito.

- Dios mío, Doongie, yo lo ví primero, tú haz fila.

- Bueno, toma - lo entregó en brazos de MinHo una vez llegaron a la puerta, finalmente era hora de despedirse, incluso el gato parecía renuente a su ida -. Supongo que te veré mañana en clase, te traería al terminar pero debo atender al otro grupo.

- No te apures, casi siempre voy y vengo con SeungMin, así que está bien.

- Bueno... Cuídate mucho, ¿bien? Tienes mi número, si quieres hablar de algo solo envía un mensaje, trataré de responderte lo más rápido posible.

- Claro, gracias de nuevo, por todo, de verdad que fue una noche increíble, gracias.

- Gracias a ti, te quiero mucho, te veo mañana, bonito.

- Hasta mañana, guapo.

Un beso cortito de despedida y un par de miradas tímidas fueron lo último que se vió en el pasillo de la entrada, Han subió a su auto, viendo la patita delantera de Doongie ser agitada por MinHo a fin de despedirlo.

Se sentía tan mal tener que despedirse.


Añísimos me costó, años
Pregunten a cualquiera que me conozca, sufrí para sacar esto

Valoren mi esfuerzo, sí? Yo sé que parece que me lo saqué de las patas, pero de verdad que no, gracias

Gracias por leer, los quiero mucho, gracias por su apoyo, chaus

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