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10

El tiempo pasó tortuosamente lento, nunca había sentido sesenta minutos tardar tanto, cada vez que sus ojos volvían a ver al reloj de pared que estaba en la panadería, resultaba que solo habían pasado uno o dos minutos, ¿cuánto faltaba para que llegaran por el pedido? ¿Por qué JiSung se había ido y lo había dejado con la chica? No tenía nada en contra de SeolYoon, pero le daba un poquito de pena haber creído que ella estaba tratando de robarle a Han, aún sin tener ninguna prueba contundente de ello. Y, volviendo al tema, ¿por qué tardaban tanto en recoger ese pedido? ¿Por qué JiSung no llegaba más rápido?

— Disculpa, MinHo — la suave voz de la chica lo sacó de sus pensamientos y lo hizo desviar la mirada del reloj de su celular —, si no te molesta, ¿puedo preguntar cuál es tu relación con el señor Han?

— Ah, eso... — qué buena pregunta.

Si decía que eran amantes, probablemente implicaba problemas para JiSung; si decía que eran amigos, sentía que se traicionaba a sí mismo; si decía que eran novios, era muy apresurado, no lo eran aún; si decía que estaban saliendo diría la verdad, pero tampoco sabía si tenía permitido expresarlo así. Dios, qué difícil.

— Si es algo muy privado, no importa, olvida que pregunté eso, solo me dió curiosidad porque el señor Han habla mucho sobre ti.

Oh, SeolYoon, sabes ganarte a la gente.

— ¿Habla de mí? ¿Qué dice?

— Mmm, siempre dice que eres muy divertido, y que te ríes de sus bromas, lo que me parece muy extraño porque sus bromas siempre son malas.

— ¡No es verdad! Sus bromas son muy graciosas, más cuando las dice él, tiene una forma muy única de contar esos chistes, es muy divertido y — ah, probablemente había hablado de más — ... Bueno, no importa, ¿qué más dice de mí?

— ¿Por qué no me preguntas a mí directamente?

Los ojos de MinHo brillaron al ver a JiSung entrar por la puerta de la cocina, cosa que no pasó desapercibida por la chica.

— ¿A dónde fue, señor Han? — cuestionó el menor, haciendo reír al mencionado por el tonito de voz que había usado, tan educado, como si no le hubiera reclamado hacia un rato por trabajar con una chica.

— A la farmacia.

— ¿Se siente mal? — preguntó esta vez SeolYoon.

— Ah, no, yo estoy perfecto, no era para mí.

— ¿No? ¿Entonces para quién? — volvió a preguntar MinHo con total inocencia.

— Para ti, por supuesto, lo necesitarás al rato — el castaño lo miró confundido, pero luego ató los cabos y el rubor subió a su rostro. SeolYoon parecía no captar la idea —. En fin, ¿no han venido aún?

— Nop, aún nadie — respondió ella.

— Bueno, SeolYoon, puedes empezar a organizar tus cosas, vamos a esperar unos diez minutos más.

La chica asintió en acuerdo, yéndose a la cocina, donde Han le había dicho que podía dejar sus pertenencias. Ahora MinHo podía hablar con naturalidad.

— ¡Oye! No hagas comentarios así en público, menos en frente de una chica, y menos si esa chica va a tus clases y trabaja contigo.

La respuesta de JiSung fueron muchas carcajadas, totalmente lo opuesto a lo que él esperaba.

— ¡No solo te rías! Podría creer que salgo contigo para pasar el curso, o algo así.

Han seguía riendo.

— Retiro mi propuesta, ya no quiero tener hijos contigo.

— Ow, no digas eso — habló finalmente, aún tratando de regular su respiración —, nuestros niños se pondrán tristes. Perdón, es solo que te veías tan lindo tratando de disimular, eres demasiado lindo — se acercó hasta él, sujetando sus manos con ternura —. ¿Hablaste ya con tus padres?

— Sí, mamá dijo que no hay problema, mi papá dijo que no quería enterarse de que regresé caminando a mi casa mañana.

— Por supuesto que no, puede contar con eso. ¿Qué hora es?

— Seis y cuarto.

— ¿Comiste ya?

— ¿Por qué? ¿Me invitas a cenar?

— Claro, solo si tú quieres.

— Me encantaría, gracias.

JiSung asintió, acercando una de sus manos para dejar un beso en sus nudillos, dirigiendo luego su mirada a sus labios; una señal muy clara para MinHo, quien se acercó rápidamente con la intención de besarlo. Claro, si no hubiesen sido interrumpidos por la campana de la puerta de la tienda, anunciando la llegada de alguien al lugar.

— Hola, buenas tardes — habló el hombre —, vengo a recoger un pedido a nombre de Kim MinWoo.

— Claro, permítame un momento — fue lo único que Han dijo antes de alejarse nuevamente para dirigirse a la cocina.

MinHo estaba entre frustrado y aliviado, no había tenido su beso, pero al menos ya se iba el último de los pedidos, lo que significaba el comienzo de su velada romántica.

— Ah, por cierto, mi mamá ya sabe que estoy saliendo contigo.

JiSung casi se ahoga con el agua.

— ¿Eh?

— Bueno, no sabe que estoy saliendo "contigo", sabe que estoy saliendo con alguien.

— Oh, ¿le dijiste que tenías una cita o algo?

— Nop, nos vió en tu carro la primera vez que me fuiste a dejar allá.

— Nos vió en mi carro, ah — tomó otro bocado de su comida mientras ordenaba los recuerdos del suceso, hasta que se dió cuenta de lo que eso significaba — ¡¿Nos vió en... Ahí?! Mierda.

— Hey, hey, hey, cuidado con el vocabulario que usas, soy un niño en proceso de crianza, tienes que ser un buen ejemplo.

— ¡Perdón! Se me salió, es que... Dios, ni siquiera nos hemos conocido.

— Ah sí, también dijo que esperaba que te presentara pronto, y que no dejara que te propasaras conmigo después de dos citas, y que tuviera cuidado.

— Dios mío, estoy tachado de abusador con tus padres, voy a tener que disculparme con ellos mil veces.

— ¿Por qué? ¿Por besar al amor de tu vida?

— ¿Te auto-nombras el amor de mi vida? — bromeó.

— Mhm, ¿por qué? ¿No lo soy?

— No...

— De acuerdo, detengamos esto aquí — se puso de pie rápidamente, sacudiendo las migajas de pan de su pantalón y dispuesto a irse de la casa del mayor —, me voy y no vuelves a saber nunca más nada de mí.

— Jajajajaja, espera, no me dejas terminar — lo tomó del brazo para atraerlo hacia él y sentarlo sobre sus piernas, sonriendo al ver la expresión nerviosa sobre el rostro del menor —. No eres el amor de mi vida, porque mi vida es muy corta en comparación a lo que siento por ti.

— Eso es asquerosamente cursi — dijo casi riendo.

— ¿No te gusta?

— Me gusta todo lo que tú hagas — colocó sus manos sobre los hombros de Han, sintiendo las manos ajenas rodeando su cintura —, incluso si dices groserías.

— Olvida eso, ¿sí? No lo pensé.

— Shh, fue sexy, dí otra.

— No funciona así, bonito, no las digo nada más porque sí.

— ¿Y cómo hago que digas una? — MinHo solamente susurraba, la distancia entre sus labios era demasiado corta, podía escucharlo a la perfección; además, rozaba sus belfos cada vez que hablaba, pero sin besarlo, quería jugar un poco con él.

— ¿Por qué tú afán por escucharme maldecir? — cuestionó divertido, imitando el volumen de su voz.

— No lo sé, es mi nuevo fetiche, ¿me lo cumples, porfis?

— No, haz silencio y bésame.

MinHo sonrió de lado, cerrando sus ojos para acercarse a besarlo pero alejándose al instante, riéndose al ver la reacción confundida de JiSung.

Él estaba a punto de levantarse, no contaba con el firme agarre del mayor sobre su cintura, lo sujetó en su lugar con una mano y con la otra tomó su barbilla, impidiéndole de moverse fuera de su espacio personal y uniéndose en un beso lento, podía sentir a MinHo sonriendo en medio del beso y cruzando los brazos detrás de su cuello para apegarse más a él. Sus lenguas se encontraron pronto, encendiendo de nuevo la fogosidad en el tacto; hilos de saliva conectaban sus labios cada vez que se separaban, y eran desvanecidos al segundo siguiente cuando volvían a unirse.

JiSung dirigió ambas de sus manos a la espalda de MinHo, acarició con sus pulgares su cintura, por encima de su playera, los escalofríos comenzaron a recorrer la espalda del menor, quien sentía sus manos ansiosas por tocar; incapaz de retener sus impulsos, recorrió desde los hombros hasta el pecho de Han, adorando la firmeza de sus músculos y la forma en que se tensaban al sentir su tacto.

Culparlo era un crimen, él mismo se consideraba un hormonal de primera.

Sus dedos comenzaron a desabrochar los botones en la camisa de Han, pero no era precisamente su mejor habilidad, así que le estaba costando un poco, provocándole una risa al contrario y haciéndolo romper el contacto.

— ¿Necesitas ayuda? — le preguntó con un tono entre divertido y coqueto.

— ¡No te burles! No es mi culpa que uses camisas elegantes todo el tiempo — JiSung volvió a reír a la par que desabrochaba su camisa.

— ¿Te molesta?

— En realidad, no, te ves guapo con ellas, pero son un fastidio — las manos de Han eran notablemente más rápidas en ese trabajo, su vista estaba perdida en la forma en que su camisa comenzaba a abrirse más y más, hasta la altura de su abdomen, pero no pudo evitar sentirse un poco decepcionado cuando todos los botones fueron desabrochados —. ¿Es en serio?

— ¿Qué? Tengo que usarla, la tela de las camisas es muy delgada.

— ¡¿Llevas dos capas de ropa todos los días?!

— Naturalmente, ¿quieres que ande por la calle con ropa semi transparente? No puedo mostrarle a todo el mundo lo que solamente es para ti.

MinHo quiso replicar, pero ese último comentario lo hizo morderse la lengua, es decir, podría acostumbrarse a lidiar con quitarle una camisa y luego una playera todos los días, si ese implicaba que nadie más gozaría de ver lo que él sí podía ver, e incluso tocar.

Han se inclinó un poco hacia el frente para poder quitar por completo su camisa, la playera blanca que portaba debajo no era holgada ni de una tela demasiado gruesa, para Lee, era demasiado caliente la forma en que se quitaba la ropa solo para él.

—¿Así mejor? — le preguntó una vez dejó la prenda a un lado del sillón, volviendo las manos al sitio en el que estaban antes.

— Sip, gracias, ahora es mi turno, estas sí las sé quitar — Han rió por su comentario.

Los dedos de sus manos se sentían nerviosos, podía verlos temblar al sujetar el borde de la playera, no era la primera vez que tenía sexo, tampoco era la primera vez que veía a un hombre desnudo, pero se sentía tan ansioso como si lo fuera. Tragó saliva y se relamió los labios mientras comenzaba a subir su playera, no tardó mucho, pero en su mente, la imagen corría en cámara lenta: su vientre; su abdomen, mierda, tenía six pack; los pliegues de sus músculos; la curvatura de su cintura que subía gradualmente hasta ensancharse a la altura de sus costillas; seguía la parte más esperada, su pecho, si tocarlo por encima de la camisa era como tocar dos firmes, preciosas, suaves montañas, verlo seguro sería la gloria; y lo era, juraba que lo usaría de almohada apenas tuviera la oportunidad.

Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando llegó al área de sus clavículas, es que, simplemente, quería gritar de la emoción.

— Ah, cierto, olvidé avisarte — comentó Han al ver su expresión, estaba perplejo por lo que veía —. ¡Sorpresa!

MinHo paseó sus manos por su pecho desnudo, trazando con sus dígitos la silueta del tatuaje en forma de estrella que le adornaba por debajo de las clavículas, era bastante grande, y lo hacía ver tan sensual; su punto débil por los hombres tatuados había vuelto de repente.

— Nunca me imaginé que tuvieras un tatuaje.

— En realidad, son dos.

— Mierda, ¿tienes otro? ¿Dónde? ¿Puedo ver?

Parecía un gatito emocionado por haber descubierto algo interesante, sus ojos brillaban y destilaban curiosidad, se veía tan tierno ante sus ojos que no podía contenerlo, su rostro apenas podía con la felicidad que el menor le provocaba; sujetó sus mejillas y se acercó a dejar varios besitos en su frente y pómulos, otro en la punta de su nariz y uno último en sus labios.

— Puedes verlo, pero tienes que encontrarlo primero, mi amor.

Una sonrisa llena de nerviosismo se formó en el rostro de MinHo, se sentía terriblemente cautivado por cada pequeña corta palabra que salía de labios del mayor.

Han sujetó sus piernas, poniéndose de pie con él cargado para llevarlo hacia su habitación, caminaba lento para evitar tropezar mientras dejaba suaves besos en la tersa piel de su cuello. Lee mantenía el agarre sobre sus hombros, con sus piernas abrazadas al torso del mayor, disfrutaba de las sensaciones que él causaba sobre su cuerpo.

Hábilmente, JiSung abrió la puerta de la habitación con una sola mano, cerrándola luego tras de sí. El menor se separó un poco con la intención de bajarse, quería sexo, sí, pero también quería ver en qué condiciones lo tendría, lloraría si resultaba estar en la casa de un depravado sexual, peor aún si resultaba que el cuarto estaba terriblemente sucio, y seguro saldría corriendo si encontraba una revista porno debajo de su cama.

Ignorando la manera en que él le preguntaba con la mirada qué estaba haciendo, se dedicó a recorrer la habitación a paso lento, observando de un lado a otro, concluyendo que simplemente no conocía lo suficiente de ese hombre. Primero, lo sorprendía con un tatuaje en el pecho, luego le decía que en realidad eran dos, y después entraba a su habitación para ver que, de hecho, no era nada del otro mundo: colores neutros, algunos cuantos cuadros de fotografías en el escritorio, estantes con libros, un clóset, todo encajaba perfecto con la imagen de un hombre adulto soltero. Se sentía ansioso, si entrar a la cocina de la tienda le había hecho sentir importante, estar con él a solas en ese lugar le ponía los vellos de punta.

Se sentó en el borde de la cama, sosteniendo su peso con sus manos detrás de su cuerpo y sus piernas ligeramente separadas. La vista de JiSung se desvió inconscientemente a la forma en que sus muslos se ensanchaban al estar en esa posición, sentía la necesidad inminente de morderlos hasta hartarse, y estaba seguro de que aún así no sería suficiente.

— ¿Me ayudas? — musitó MinHo, sacando de sus pensamientos al mayor —. Digamos que, ver a un hombre tatuado, semidesnudo, y comiéndome con la mirada, hace que la ropa sobre.

Han se relamió los labios de forma inconsciente, se acercó con cautela hasta él y trazó su silueta con lentitud a la par que se colocaba en cuclillas frente a él para quedar a su altura. Dios, no podía creer el pedazo de manjar que estaba a punto de devorar.

Sujetó el borde de su playera, deslizando con lentitud hacia arriba sin romper el contacto visual, pero MinHo no parecía dudar en absoluto de su propuesta, así que se dispuso a deleitar su vista. La blanquecina piel de su abdomen fue revelada de a poco, tan suave como la recordaba, la formita tan bonita que tenía su ombligo, la línea en forma de V que enmarcaba su pelvis, los leves pliegues de sus músculos, la curva de su cintura, los botoncitos en su pecho que, por cierto, no era del todo plano, el área de sus clavículas... Se sentía hipnotizado. Su mente trataba de asimilar todo lo que estaba viendo, pero simplemente no era capaz de digerirlo.

— Yo sé que soy demasiado sexy, no hace falta que me mires tanto, vas a hacerme un agujero en el pecho — bromeó MinHo al verlo tan concentrado en esa zona en específico.

— Solo para que sepas, hasta hace cinco segundos, mi postre favorito era el cheesecake de fresa — tan pronto terminó de hablar, sus labios se dirigieron a su abdomen, dejaba besos suaves y húmedos en todas partes, acompañados de leves mordidas y roces de su lengua, saboreaba cada centímetro de piel que recorría.

La calidez y humedad de su boca le causaba cosquillas en el vientre, era cuidadoso, pero sensual, subió gradualmente hasta poder mordisquear sus tetillas, asegurándose de estimularlas correctamente, gran parte de su atención estaba enfocada en ello. Por inercia, MinHo comenzó a recostarse en el colchón de a poco, sostenía entre sus dedos las suaves hebras del cabello del mayor, soltaba suspiros pesados al sentir la forma en que él comenzaba a acomodarse mejor sobre su cuerpo. Las manos de JiSung se dieron a la tarea de apartar su short: tomó de sus tobillos para flexionar sus piernas un poco, deslizó las yemas de sus dedos con lentitud hacia la pretina, jalando las prendas lentamente hacia abajo; la fresca brisa de la habitación hizo que soltara un jadeo suave al sentir su piel expuesta.

JiSung se separó de él, no sin antes dejar una serie de besos recorriendo desde su pecho al ombligo, se levantó solamente para contemplar la preciosa figura de su amante, completamente desnudo, esperando por su siguiente movimiento. Su mirada se paseó con fruición por su cuerpo, los suaves relieves de su piel, uno que otro lunar que adornaban en sus piernas y que resaltaban en su piel pálida, la forma en que su expresión corporal se mostraba tímida ante él y su mirada parecía evitar el contacto. Si alguna vez, enfermo en cama, comenzaba a tener delirios, deseaba que fuera esa imagen de Lee MinHo repitiéndose en bucle en su mente hasta el día de su muerte.

Además, nunca creyó que algún día la expresión "lindo" fuera lo primero que cruzara por su mente al ver la zona íntima semi-erecta de otro hombre, era increíble.

— Dios, Min, eres simplemente perfecto — sus manos se apoyaron en sus muslos mientras él se colocaba de rodillas frente al menor — ¿Me dejas chupártela?

Un rojo brillante coloreó el rostro de MinHo — ¡No preguntes esas cosas, me da pena! Haz lo que quieras.

— Si yo fuera tú, me pondría ciertos límites, ¿sabes?

Él lo miró confundido, pero se arrepintió instantáneamente: no sabía si describirlo como la mejor o la más bochornosa escena que sus ojos habían visto, pero sabía que era candente, cautivadora, seductora la forma en que Han observaba su pene como si fuera una maravilla; y luego estaba la forma en que su boca lo engulló con deseo, su lengua dejaba trazos y caricias a lo largo de su falo, sus mejillas se ahuecaban para succionar con fuerza. MinHo echó la cabeza hacia atrás, su voz salía en un tono agudo.

Pronto comenzó a sentir los efectos del excelente oral que le estaban haciendo, un cosquilleo se inició en su vientre y bajó hasta sus testículos, estaba seguro de que el mayor podía comenzar a sentir el sabor de su presemen en su boca.

Finas líneas de saliva resbalaban de su miembro, mojaban sus bolas y se encausaban hasta su entrada, misma que fue buscada a tientas por los largos y delgados dedos del contrario, presionó por encima en un intento por estimularlo un poco antes de comenzar a prepararlo, y digamos que ese era uno de sus puntos más sensibles.

Ji- ah, oye, no muerdas — presionó ligeramente en su nuca para llamar su atención, pero él seguía demasiado enfocado en comerlo —. Amor, voy a correrme, sácalo.

Le respondió con un sonido de negación, la vibración le hizo sentir escalofríos y arquear un poco la espalda.

— Han~ — tal vez era porque su voz se escuchaba demasiado débil, pero él no respondía — Hey, estoy cerca.

— Lo sé — lo sacó solo un poco de su boca para responder y luego volvió a su tarea.

— No hagas eso, no lo comas, no sabe ri— sus palabras fueron drásticamente silenciadas por los dedos de JiSung, tres de ellos llenaron su boca y comenzaron a embestirlo lentamente, era su señal para que guardara silencio y cooperara en el trabajo.

Se aseguró de cubrirlos por completo con su saliva, lo mordisqueaba de vez en cuando, a lo que Han respondía empujando sus dedos más hacia su garganta, provocándole arcadas y ojos lagrimosos, pero le encantaba, era un juego divertido y tentador.

De un momento a otro, dejó su boca para dirigirse a su entrada, donde introdujo solo uno de ellos con lentitud hasta que lo recibió por completo. Un gemido ahogado se escuchó en la habitación. Su mano libre se encargó de masajear sus bolas, se sentían tensas, pero él se encargaría de ayudarlo a relajarse, aprovechó los fluidos que escurrían para estimularlo con mayor facilidad.

Pronto fueron dos dedos los que se encontraban estirándolo, y era magnífico, ya no le importaba si sonidos penosos salían de sus labios o si JiSung quería chuparlo hasta el cansancio, quería correrse, y quería que lo embistiera más.

— Otro.

— ¿Mm?

— Más, dame más~

Que su boca estuviera ocupada no significaba que no le daría a su terroncito de azúcar lo que le pidiera.

Introdujo un tercer dedo, embistiendo lo más adentro que podía y acelerando la velocidad a medida que sentía que sus músculos se relajaban. Podía sentir cómo él arqueaba su espalda, espasmos recorrían su columna y le erizaban la piel, sus testículos estaban tratando de contenerse, pero era seguro que acabaría pronto, lo sabía porque sus ansiosas manos presionaban su cabeza, obligándolo a recibirlo profundo, casi hasta la garganta.

Pronto fue incapaz de controlarse más, su esencia fue liberada acompañado de un gemido alto y agudo. Su visión se tornó borrosa y su respiración errática, sentía un alivio enorme en el cuerpo, producto de su precioso orgasmo, mismo que había producido el único y real amor de su vida; él se alejó poco después, tragó todo e incluso limpió sus labios con su lengua, se veía - y se sentía - orgulloso de sí mismo, de haber logrado crear esa mirada complacida y expresión extasiada en el rostro de MinHo.

El castaño le extendió los brazos, quería sentirlo cerca de su cuerpo, y fue correspondido con un fuerte abrazo, el calor de sus cuerpos creaba un cómodo ambiente entre ellos.

— Eso fue increíble — murmuró mientras peinaba los cabellos oscuros de Han, quien se encontraba ocupado en besar lentamente la lechosa piel de su cuello —. Eres muy bueno en eso, gracias.

— ¿Sí? Tú también eres muy bueno en tu trabajo — era un deleite para él probar su piel, lamerlo y besarlo, se sentía privilegiado.

— Pero yo no hice nada.

— Gemiste muy bien, eres excelente para eso— MinHo soltó una carcajada, estrechó el rostro del mayor entre sus manos y lo alzó para buscar su mirada, pausando para analizar sus facciones. Era cómico creer que alguien con un rostro tan lindo, tierno e inocente fuese capaz de llevar esa clase de conversación.

— Se supone que yo estaba saliendo con un osito de peluche con cara tierna que no decía groserías ni comentarios morbosos, ¿dónde escondieron a mi Han JiSung?

El mencionado sonrió con diversión, tomó una de las manos que acunaban sus mejillas y dejó un beso húmedo en sus nudillos antes de erguirse nuevamente.

— Y aún no termino contigo. Voltéate, ponte sobre tus rodillas y abre tus bonitas piernas para mí, ¿quieres, amor?




El banner rosita rompe con mi burbuja de lujuria que con mucho esfuerzo construí... ¿Debería hacerle otro banner? Solo para cuando sean cosas no religiosas.

Gracias por su paciencia, esto es en compensación por estar tan inactiva últimamente; traté, yo de verdad traté de sacar algo el fin de semana pero no me dió el tiempo.

Si ven errores, me avisan. Gracias por leer, los quiero mucho, chauu
<3

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