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07

Los pajaritos cantaban alegremente, las flores coloreaban los arbustos y jardines, los rayos del sol entraban tenuemente por las cortinas cada vez que el viento lanzaba una brisa suave y apacible... Y alguien llevaba media hora llamándolo para desayunar.

— ¡LEE MINHO! ¡Despierta ya! Te dije claro ayer que volvieras temprano para que no pasara precisamente esto.

Wow, la voz que escuchaba a lo lejos, de repente, había aparecido en su habitación y le había quitado la cobija, fascinante.

Se giró en la cama, tomó una almohada y la abrazó, murmurando un par de cosas que parecían carecer de sentido.

— Más vale que reacciones a la de ya y bajes a desayunar, hoy voy a cubrir a una compañera unas horas en la clínica, dijiste que íbamos a avanzar con la serie que teníamos pendiente.

Escuchó los pasos de su madre saliendo de la habitación y el sonido de la puerta al ser cerrada, se levantó y se sentó en la orilla de la cama para esperar a que su cuerpo reaccionara.

Después de asearse y ponerse un atuendo más decente - una playera blanca y un short negro -, bajó a la cocina, donde HyeJin se encontraba sirviendo los platos del desayuno.

— Hola, má, gracias por esperarme.

Ella lo observó con una mirada indescifrable, de pies a cabeza, y luego le señaló su plato de comida con la cabeza.

— No te estaba esperando, resulta que alguien se acabó el jugo de manzana que había dejado, tuve que hacer más.

— Yo también extrañé desayunar con usted, mami.

— ¿Cómo te fue anoche, Min? Perdona que no salí a recibirte — se sentó frente a él, terminando de acomodar los frascos de mermelada y miel en la mesa.

— No hay problema, de seguro estaba cansada... Me fue bien, me divertí mucho, cené sushi en un restaurante en el centro, estaba muy rico, debemos ir la próxima vez que salgamos.

— Claro, me alegra que te lo hayas pasado bien, ¿fuiste ayer a lo de la universidad?

— Sip, fui con SeungMin, ya me dieron la reasignación de grupo y el horario, voy a ver si puedo ir la próxima semana a conseguir los materiales.

— Muy bien, ¿hoy qué vas a hacer?

Lo pensó un poco mientras tomaba jugo, le fascinaba el jugo de manzana que preparaba su mamá, nunca nadie lograba prepararlo igual que ella, ni siquiera él mismo.

— Voy a salir más tarde — 'aún no confirmo la hora con JiSung' —, puede que vuelva un poco tarde también, igual que ayer.

— Oh, bueno, si necesitas que vaya por ti, me avisas, y me envías un mensaje cuando salgas de la casa.

— Oki doki.

— Oye, ¿adivina qué pasó ayer en la clínica?

La mejor parte de desayunar con su madre, era que siempre tenía buenos chismes que comentar: ella trabajaba en una clínica veterinaria, así que siempre había novedades, desde gente que no servía para cuidar una mascota, hasta los que cuidaban de más a los pobres animalitos, uno encontraba cada buena historia.

Después de un largo desayuno, donde el platillo principal fue criticar a una señora que había dejado a su cachorrito andar por la terraza de su casa sin protección, ambos se encontraban en el sillón de la sala viendo una serie de suspenso que su madre había conocido por recomendación de alguien en su trabajo; MinHo estaba inmerso en la trama, sostenía una bolsa de galletas en su regazo, pero ni siquiera había comido más de dos, el capítulo estaba por terminar y aún no daban con el culpable, imposible.

Y, en efecto, el capítulo terminó sin atrapar al maldito, pésimo servicio. Oh, pero podían ver otro capítulo.

— ¿Qué hora es, Min?

— Son... Quince a las diez.

— Ay, tengo que irme ya, yo quería saber qué seguía, será mañana, supongo.

— Sip... Bueno, yo me voy a dormir otro rato, apuesto a que el asesino es el amigo de la infancia.

— Te digo yo que es el vecino, se le ve en la cara.

— ¿Apostamos? — MinHo no ganaba una sola apuesta, pero seguía teniendo la esperanza de lograrlo algún día.

— De acuerdo, el que pierda le concede un deseo al que gane, así que más te vale que vayas preparando tu billetera, cielito.

— Eso no se puede saber, hasta mañana, quédese con nosotros, mismo canal a la misma hora, sabremos si Goku podrá derrotar a Vegeta.

HyeJin le dió un zape en la nuca al pasar atrás de él, riendo por el quejido exagerado de su hijo, para dirigirse después a su habitación y prepararse para su trabajo. Mientras, MinHo se recostó en el sillón, tomando su celular para enviarle un mensaje de "buenos días" a JiSung y responder los dieciséis mensajes de SeungMin.

Él quería hacerse un tinte, y quería que MinHo lo acompañara porque, al parecer, la decoloración estaba al dos por uno, ofertas son ofertas.

Oh, pero necesitaba pedir permiso para eso.

Sus padres no eran gente muy conservadora, pero había ciertas cosas que tenían que acatar mientras su abuelo siguiera vivo. No era que odiara a su abuelo, simplemente... El señor era muy cerrado de mente. ¿Qué diría su abuelo sobre un tinte?

Se entretuvo un rato en el celular con un videojuego que Felix le recomendó, esperaba a que su madre pasara por la sala para poder platicar con ella.

No mucho después, HyeJin salió de su habitación y se encaminó al comedor para ver si hacía falta algo a la vez que acomodaba su cabello en una trenza.

— Creo que hay suficiente para hoy y mañana, podemos ir con tu papá a hacer las compras después, ¿verdad?

— Creo que sí, igual si falta algo, le aviso.

— Bien... Bueno, creo que ya me voy, ¿necesitas algo? ¿Tienes dinero para tu salida de al rato?

— Sí, todavía... Má, ¿me deja hacerme un tinte?

HyeJin detuvo su andar un momento, suspiró hondo y se sentó nuevamente a su lado en el sillón.

— ¿Un tinte?

— Mhm, SeungMin vió que en un local tienen descuento de dos por uno, quería que fuéramos a hacernos un tinte.

— ... ¿De qué color lo pedirías?

— No lo sé, rubio o castaño, algo así.

— Ah, bueno, supongo que está bien.

— Bueno, entonces voy a salir como a las dos para ir con él a eso, y de ahí me paso al otro asunto que le comenté en la mañana.

— Está bien, me vas avisando como quiera.

El chico asintió mientras tecleaba en su celular, ella tomó una de sus manos y le dió un par de caricias mientras ordenaba ciertos pensamientos en su cabeza, comenzó a hablar al ver la mirada extrañada de su hijo.

— Min, ya eres grande, ya estás cerca de tus veinte años, y te puedo asegurar que sigues siendo mi adoración. Perdóname, sé que mi lado de la familia te ha limitado mucho todo este tiempo, tal vez te has sentido cohibido conmigo o algo, y no quiero que sea así, yo te amo, y mucho, ¿bien?

— Yo también la amo mucho, mami.

— Lo sé... Ahora, como hay amor en nuestra familia, tengo que decirte algo.

MinHo se acomodó en su lugar para prestar atención a lo que diría su madre.

— Eres libre de hacer con tu cuerpo lo que quieras, piercings, tintes, si quieres tatuarte, no sé, tú tomarás tus decisiones, pero ten cuidado de con quién andas, eres alguien muy valioso, ¿sí? No andes por ahí besando a desconocidos en autos extraños.

— ¿Qué?

— Eso, ten cuidado, si alguien realmente te quiere, va a esforzarse por ti y te va a dar tu lugar, nada de que una o dos salidas y ya quieran propasarse contigo, vales más que eso.

Se sentía perdido, estaba perplejo, y difícilmente lograba hilar más de dos palabras en una oración.

— Bueno, eso es todo, y si estás saliendo con alguien, espero saber quién es un día de estos, no le voy a decir nada a tu padre hasta que lo hagas tú. Te amo, cuídate mucho y nos vemos al rato.

— Sí, bye.

La mujer se despidió dándole un beso en la frente, tomó las llaves de su auto y salió de la casa, dejando a su hijo con una extraña expresión de sorpresa, confusión y vergüenza.

Subió a su habitación para arreglarse, tenía que ir a ver a SeungMin lo antes posible.

Después de casi dos horas - porque no decidía qué ropa ponerse -, llegó finalmente a la casa de SeungMin, avisándole que estaba abajo para que fuera a abrirle. No tuvo que esperar mucho, cuando MinHo iba a verlo primero y sin avisar, significaba que algo había pasado; apenas SeungMin abrió la puerta, lo examinó por completo, buscaba signos visibles de daño, como la vez que se cayó de la bicicleta de su primito y se raspó el brazo, o la vez que se tropezó en la calle y se ensució el pantalón con materia fecal, o la vez que tocó el sartén para ver si estaba caliente y se le hizo una llaga enorme en la palma de la mano. Cosas que siempre sucedían.

— No, SeungMin, no es nada de lo que estás pensando.

— ¿Entonces? Habíamos quedado en que yo pasaba por ti en un rato más.

— Te espero, es que necesitaba contarte algo.

— Bueno, voy por mi mochila y nos vamos, ¿va?

— Va, pero no te tardes.

SeungMin viró los ojos y entró de vuelta a su casa para cerrar todo y tomar su mochila antes de salir, comenzaron a caminar juntos por la acera mientras SeungMin se cercioraba de no haber olvidado nada.

— Bueno, ya está, traje todo, el plan es ir a lo del cabello, vamos por una nieve y luego a comprar unas cosas al centro, vemos si podemos pasar por la panadería para que veas al amor de tu vida, y nos regresamos a eso de las seis o siete.

— Definitivamente, me vas a matar cuando termine de contarte lo que te iba a contar.

— Oh, cierto, escupe.

Sería un camino muy largo hasta la peluquería.

Luego de lo que pareció ser el recorrido más largo de su vida, muchas interrupciones cargadas de sorpresa de parte de su mejor amigo y una decoloración exitosa, SeungMin finalmente había quedado al tanto de los detalles de su cita con Han JiSung, el acuerdo para una segunda salida y los momentos de gloria que había gozado cuando llegó la hora de despedirse. Ahora solo quedaba contarle la parte que involucraba a su madre.

E incluso la chica que le estaba aplicando el tinte rubio a SeungMin quedó sorprendida un segundo al escucharlo hablar.

— Mientes.

— ¡Que no! Yo también hice esa misma expresión cuando me dijo eso, pensé 'no hay forma de que me haya visto', pero insistió en lo mismo, y luego dijo "espero que lo presentes", ¡no podía reaccionar!

— Mierda, ¿pero no lo identificó a él?

— No lo sé, no me dijo nada, solo que no anduviera-

— Besando desconocidos en sus autos, sí — interrumpió, la noticia era impactante para él —. Por Dios, MinHo, ¿en qué estabas pensando lanzándote así en frente de tu propia casa?

— Tenía necesidades que atender.

SeungMin largó un suspiro hondo.

— ¿Y el señor Han ya lo sabe?

— No, pensaba decirle en algún punto de la noche, no sé, saber qué piensa él sobre el asunto; si él no quiere nada serio está bien, tampoco me acerque a él por esa razón en primer lugar, sería cuestión de ser más cuidadoso de aquí en adelante.

SeungMin sentía un deje de tristeza en su voz,  MinHo no había pasado más de medio año conociendo al hombre, pero se veía que le gustaba en serio, y sabía que, aunque lo negara, esperaba ser correspondido por el mayor.

Simultáneamente, en algún otro local no muy lejos de ahí, Seo ChangBin había pasado a dejar un par de documentos en la panadería de Han JiSung, lo que en realidad era una excusa para ir a comer panes sin pagar.

Pero, por primera vez en los casi ocho años que tenía de conocer a JiSung, se arrepentía de abusar de su amabilidad. No había parado de escuchar hablar acerca del chico de diecinueve años que le había hecho un amarre a su gran amigo de toda la vida; juraría que lo haría pagar, tenía que sufrir las consecuencias de haber convertido a su amigo adicto al trabajo en un enamorado empedernido.

— ¿Tú crees que sea momento de que haga las cosas serias y empiece a hacer planes a futuro?

— Hey, hey, más despacio, velocista, no quieras adelantar mucho las cosas.

— ¿Por qué no?

— Ji, escucha con atención, estoy muy feliz por ti, ¿bien? Conociste a alguien que, al parecer, es genial, comparte intereses contigo y congenian bien, te felicito mucho, y espero que lo disfrutes.

— ¿Pero?

— Pero el chico anda en sus veinte, tienes que considerar que él también tiene planes, cosas que quiere hacer a futuro; tú ya tienes bases para formar tu vida, tienes un negocio bien establecido, una buena fuente de ingresos, ya tienes el cimiento de tu futuro, él no. No puedes simplemente interponerte sin más, tienes que llevar un paso lento que no le dificulte la vida al chico.

Han suspiró profundamente, seguía acomodando los panes de las vitrinas mientras Bin se mecía en la silla detrás del mostrador, era lo que hacía siempre que terminaba temprano el trabajo en la empresa de su padre.

— Tienes razón, Bin, tengo que ir más lento.

— Sí, yo siempre tengo razón... Y, solo para que lo sepas, mi familia también compra solo pasteles tuyos, eh, también podrías ser el pastelero personal de mi familia.

— Yo te lo ofrecí, pero tú te negaste.

— Es que, siento que sería mucho abuso de tu noble corazón.

JiSung se echó a reír, su relación con ChangBin no involucraba mucho cariño o palabras tiernas, era más hacerse burlas, pero había ciertos momentos en los que también podían desahogarse con el otro con toda confianza. Agradecía mucho su amistad.

— Bueno, me quedaré acá un rato más, termina de acomodar eso. Voy a poner algo en la televisión.

— Sí, adelante, abusa del internet de mi local.

— Local que yo te conseguí.

— Pero yo pagué.

— Buena. ¿Te parece si vemos Iron Man?

Tres películas alcanzaban a cubrir el tiempo restante hasta el momento de cerrar el local.


MinHo debe es aprender a ser más cuidadoso

Dropeaba un solo cap vieron
Es que, si les tiro otros dos, se me acaban las reservas más rápido pipipi
Pero el cap que sigue no tiene drama, así que no se preocupen, nos vemos aquí la próxima semana

Los quiero, chau<3

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