05
Sus piernas fueron separadas bruscamente por esas delgadas manos que habían estado acariciando su cintura segundos antes, el contraste entre la delicadeza y la rudeza con que el mayor lo trataba le volvía loco.
Han deslizó las puntas de sus dedos por la piel de sus muslos, recorriendo la totalidad de ellos y apretando de vez en cuando, sentía quemarse ante cada toque, su cuerpo estaba cada vez más sensible. Los labios ajenos comenzaron a repartir besos húmedos desde su pelvis hasta su pecho, dejando mordidas a su paso y trazando líneas irregulares con su lengua, creando sonidos vergonzosos y obscenos mientras subía por su cuello, delineó el contorno de su mandíbula para finalmente llegar a sus labios, y justo antes de que pudieran unirlos...
— ¡LEE MINHO! ¡Son las tres de la tarde! ¡¿Qué piensas dormir todo el día?!
Caracoles, rayos y centellas.
— Una mierda, deja dormir, Kim.
— ¡¿No te fueron suficientes trece horas?! Tu mamá pensaba que te habías muerto.
MinHo solamente se giró en la cama, acomodó su cobija y se volvió a recostar.
— Interrumpiste mi sueño, largo, necesito ver si puedo continuarlo.
— Bueno, supongo que tu sueño es más importante que hacer el trámite de la uni.
Santa, jodida, maldita mierda.
Se levantó tan rápido que, por un momento, solamente podía ver estrellas y el piso dando vueltas, saltarse comidas era lo peor que podía haber hecho.
— No recordaba que era hoy — dijo una vez logró estabilizarse.
— Sí, se nota — respondió SeungMin con obvio fastidio —, ¿qué estabas soñando?
— Te cuento luego, voy a bañarme, saca un bóxer del cajón y checa si están mis papeles completos en la carpeta azul del escritorio.
— Sí, su majestad, ¿qué más necesita? ¿Le lavo el cabello también? ¿Le lavo la espalda? Aquí su fiel lacayo está dispuesto a servirle.
— Por favor, ¿sí? — hizo un puchero en dirección a su amigo, él siempre le decía que, lejos de dar ternura, le causaban pena ajena.
— Con tal de que no vuelvas a hacer eso. Apúrate, si no salimos antes de las tres y treinta, te voy a hacer un piercing en la oreja y verás cómo reacciona tu madre.
Un piercing sonaba tentador, le daría un toque más cool.
Oh, pero Han era más de gente tierna.
— No, no son lindos y al señor Han le gusta que yo me vea lindo.
El silencio que se formó en la habitación era letal.
— ¿Qué?
— Eso, un piercing me haría ver más sexy, no sé, atrevido o algo así, y no le gustaría a mi terroncito de azúcar.
— Nunca me había arrepentido tanto de poder escuchar... ¿Él dijo eso?
— ¿Qué cosa?
— Que le gustan los chicos tiernos.
— Nop, pero mi oportunidad llegó cuando me vestí al estilo soft boy cute.
— MinHo, en serio, deja de preocuparme, tú no eres el Lee MinHo que yo conocía, él nunca se referiría a sí mismo como "soft boy", me das miedo.
— Ay, mi querido amigo SeungMin, el amor cambia a la gente, no eres capaz de sentirlo porque eres un amor-fóbico de primera, pero ya llegarás a mi situación un día.
Se fue a bañar dando saltitos de alegría, dejando a un muy confundido y asustado Kim SeungMin en su habitación, su amigo estaba siendo afectado por una fuerza mayor que el universo mismo, lo estaba perdiendo.
— ¿No te sientes culpable con tantos... Sueños húmedos?
Gracias a Dios, la calle estaba prácticamente sola, gracias a Dios y a MinHo por levantarse tarde, los alumnos madrugadores ya se habían ido.
— En parte, sí, pero no han sido muchos, solo tres, y nunca se culmina el acto.
— ¿Ah, no? Creí que hacías todo de todo en tu sueño.
— Nah, solamente es mi imaginación repitiendo que sus manos tienen mucha fuerza y que seguro apretarían bien mis piernas.
— Ah — eso se traducía como "demasiada información".
Siguieron caminando hasta llegar al edificio de la universidad, los pasillos estaban un poco bastante vacíos, MinHo podía reconocer un par de rostros de gente que, al parecer, cursaban con él la carrera, no identificaba muchos nombres, a veces ni siquiera se acordaba de que era amigo de SeungMin.
Llegaron hasta la oficina que correspondía a su grupo, agradecían que aún estuvieran atendiendo, el más agradecido era MinHo, de lo contrario, tendría que haber aguantado los reclamos de SeungMin durante los casi ochenta minutos de camino de la universidad a su casa.
Tomaron asiento para esperar a su turno, había unos cuantos chicos delante de ellos, así que podían relajarse un rato.
— MinHo, ¿crees que los demás ya hayan venido?
— ¿Felix y JeongIn? Nah, seguro se quedaron dormidos.
— Voy a mandarles un mensaje, a ver si pueden llegar antes de que dejen de atender.
Asintió en respuesta mientras él sacaba el celular para enviar el mensaje.
— No le llega... A ninguno de los dos — comentó SeungMin, revisando una y otra vez los chats —. O tienen el celular apagado o no tienen señal.
— O les robaron el celular, ya no sería novedad.
— Ojalá que no, ya van como cinco veces y apenas es septiembre, no han disfrutado ni un solo celular este año.
— ... Oye, ¿tú crees que tenga un trauma?
— De seguro sí.
— ¿Crees que pueda afectarme mucho?
SeungMin lo miró raro.
— MinHo, comprendo que, con tu nuevo cambio de emociones, seas más empático pero, ¿por qué te afectaría a ti directamente el trauma de JeongIn o de Felix?
MinHo lo miró confundido.
— ¿Por qué me afectaría el trauma de ellos?
— Es exactamente lo que acabo de preguntar.
— ¿Quién estaba hablando de ellos? Yo hablo de mí, seguro tengo un trauma.
— ¿Con los celulares robados?
— ¿No? Con el sexo.
— ¡Shh! ¿No ves que hay más gente aquí? — sus susurros eran muy poco silenciosos.
— Nadie sabe a qué o a quién me refiero, y no es raro ver a un universitario hablar de sexo.
— Excepto si ese universitario es un virgen de primera.
— ¡Hey! Cuida lo que dices, yo no soy virgen, soy un abstenido sexual.
— Eso no existe.
— Existe a partir de hoy.
— ¿Qué cosa existe? — la voz de Felix se dejó escuchar, venía acompañado de JeongIn.
— ¡Hey! — SeungMin se levantó para saludarlos con emoción — Les mandé mensajes, pero no les llegó.
— Ah, nos robaron los celulares hace como una semana — respondió JeongIn con indiferencia, al parecer no había trauma.
— ¿Por qué siempre los asaltan?
— ¡Es culpa del novio de JeongIn! — exclamó Felix, llamando la atención de más de uno —. Él es un niño bueno de casa, y se supone que yo soy su ángel protector o algo así, su mamá siempre me dice: "Lixie, vigila que HyunJin no me lastime a mi Innie, él es un niño bueno". Me toca ir de niñero a soportar a este par besarse en callejones olvidados por Dios, y luego vamos de regreso y nos asaltan, culpa mía no es.
El trauma solamente había afectado a Felix, se podía ver que estaba entre molesto y asustado.
— ¿Y por qué van a esos callejones?
— HyunJin... Lo comprenderán cuando lo conozcan. ¿De qué estaban hablando hace rato?
— MinHo cree tener un trauma con el sexo.
— ¿Te da miedo tener sexo? ¿No era que tenías muchas ganas hasta antes de las vacaciones?
— No... No lo sé.
— ¿Recuerdan lo que les hablé por el grupo? — preguntó SeungMin, acercando los asientos para que la conversación fuera más privada.
— ¿Sobre los cursos de repostería y eso? ¿MinHo y el amor de su vida que conoció por casualidad?
— Eso mismo, ahora quiere avanzar pero no sabe cómo.
— ¿Él no sabe cómo avanzar en una relación? ¿Lee MinHo? ¿El que juraba que podía tener a cualquier hombre a sus pies?
— Chicos, sigo aquí — se incluyó al ver cómo todos empezaban a hablar de su vida amorosa —. No es que no sepa avanzar, ya le confesé que me atrae, y parece que él no está tan opuesto a la idea.
— ¿Qué le dijiste? — indagó SeungMin, resultaba que no se había enterado de los avances.
— Eso solamente, que me atrae, él dijo que, por la brecha de edad, sentía que no era apropiado, así que me pidió un tiempo para pensarlo, y yo le dije que estaba bien.
— ¿Por qué no me habías dicho?
— Me daba penita... Eso fue hace cuatro días.
— ¿Y no te ha hablado? — preguntó JeongIn.
— Ni una sola vez desde la última vez que lo ví, que fue hace cuatro días.
Se recargaron en los asientos como analizando la situación.
— Bueno, ¿y por qué piensas que tienes un trauma? — preguntó JeongIn, volviendo al tema inicial.
MinHo soltó un suspiro largo, sus pensamientos comenzaban a formular ideas que se amontonaban en forma de palabras en sus labios.
— Creo que tengo miedo de idealizarlo mucho, creo que por eso nunca pasa mucho en mis sueños, me da miedo crearme una expectativa y terminar desilusionado o lastimado... Creo.
Había momentos en los que el Lee MinHo usualmente juguetón y bromista se volvía completamente serio en su forma de hablar, su tono de voz sonaba un poco más apagado y tendía a jugar con sus dedos en señal de nerviosismo, se sabía que él era bastante sensible y emocional, aunque lo demostrara muy poco.
El turno de SeungMin para pasar a la oficina finalmente llegó, la sala de espera se quedó en silencio un par de minutos.
— MinHo, si te sirve de ayuda, es normal tener miedo cuando se trata de alguien que te importa — fue JeongIn quien le dió ánimos primero.
— Innie tiene razón — añadió Felix, palmeando su espalda en señal de apoyo —, no te martirices tanto, deja que las cosas vayan a su tiempo.
Bueno, tal vez podía intentar hacer eso
JeongIn cambió el tema enseñándoles un juego nuevo que había encontrado mientras esperaban sus respectivos turnos, le daba tiempo a MinHo de enfriar su cabeza.
Se encontraban yendo camino de regreso a la casa de MinHo, iban tarareando canciones mientras caminaban por las conocidas calles de su colonia, era un privilegio que vivieran cerca el uno del otro.
— Oye, Min, ¿y por qué no intentas hablarle tú?
— ¿A Han? ¿Yo por qué?
— Pues porque el interesado eres tú... Digo, tal vez ha estado ocupado con su trabajo y eso.
— Tal vez, pero es raro que no haya tenido una sola chance libre en cuatro días.
SeungMin le dió la razón y siguió la canción que había dejado de cantar antes de empezar a hablar.
— ¿Entonces solamente vas a esperar a que llegue el sábado para verlo en clase?
— Pues sí.
— ¿Y por qué no vas a verlo en la panadería?
Hizo silencio un momento, era una buena idea pero no le parecía del todo correcta.
— Creo que me da miedo. Puede que yo no le guste, o que piense que soy raro, y no quiero tener que soportar verlo disgustado conmigo.
— Te gusta mucho.
MinHo dirigió su mirada a él, parando un segundo antes de seguir caminando.
— ¿A qué viene eso?
— No sé, solo, es muy obvio, te despiertas sobre qué puedes hacer para gustarle y te la pasas el día entero pensando en él.
— Eso es mentira, no es mi único pensamiento del día; y no es que me guste, solo me parece atractivo.
— ¿No es esa la definición de gustar? — MinHo se encogió de hombros y siguió caminando —. Bueno, finge que no te importa, estoy seguro de que, si te llega un mensaje de él en este momento, hasta saltas de la emoción.
Estaban a punto de llegar a la casa de MinHo cuando el tono de llamada sonó en su celular, era raro porque pocas veces tenía llamadas que atender. Sacó su celular y pudo jurar que su corazón paró de latir por un momento al leer "Han mi amorcito padre de mis hijos" en la pantalla de su teléfono, SeungMin lo miró cuestionando quién le llamaba, pero su boca no podía articular una sola palabra, así que solo le mostró el celular, a lo que el reaccionó de la misma forma.
— ¡Responde, responde!
— ¡No puedo, me tiemblan los dedos!
— ¡Rápido o se corta la llamada!
— Ah, mierda — limpió rápidamente el sudor de sus manos y respondió la llamada — ¿Hola?
— Hola, buenas tardes, MinHo, ¿cómo estás? — ah, su voz, su melodiosa y magnífica voz.
— A-ah, pues, bien, sí, gracias, ¿usted? — no creía lo bajita que estaba saliendo su voz.
SeungMin tomó su mano libre para llevarlo hasta su casa para entrar, sentarse en la sala y evitar que hiciera el ridículo en la vía pública.
— Me alegra que estés bien, yo también, aunque he estado muy ocupado con el trabajo en estos días, recién me desocupé y aproveché para llamarte.
— Oh, entiendo... ¿Necesitaba hablar de algo conmigo?
— Oye, pon el altavoz — susurró SeungMin a su lado, tratando de que no se escuchara mucho su voz, MinHo acató la orden.
— No, nada en especial... Extrañaba tu voz.
SeungMin se puso de pie casi al instante y comenzó a caminar alrededor del sillón, con razón MinHo estaba tan flechado.
— ... Yo también extrañaba su voz...
— ¿Estás ocupado? ¿Interrumpo algo?
— Nop, recién llego de hacer un trámite en la universidad, ¿usted qué hace?
— Acabo de cerrar el local, planeaba ir a casa pero creo que me gustaría salir un rato, si estás libre, claro.
MinHo volteó a ver a SeungMin, él lo miró de vuelta, ambos estaban perplejos, se escuchó una risita nerviosa al otro lado de la línea, SeungMin lo alentó a responder a su invitación, pero JiSung habló antes.
— Perdona, ¿te tomé por sorpresa?
— ¿Perdón?
— Te estoy invitando a salir, MinHo, tengamos una cita.
— ¿Cita? ¿U-usted y y-yo? — SeungMin quería darle un golpe en la cabeza, no podía ser tan difícil comprender el mensaje.
— Mhm, solo si tú quieres.
— ¡Sí! Digo — moduló de nuevo su voz —, ehm, sí, está bien, ¿dónde nos vemos?
— ¿Hay algún lugar al que quieras ir? Si no, hay una película que quiero ver, ¿te gustaría acompañarme?
— Sisi, sí me gustaría.
— Bien, ¿te parece si nos vemos en la estación de metro del centro? Me gustaría pasar por ti, pero no sé la dirección de tu casa.
— No hay problema, yo llego ahí en unos veinte o treinta minutos, me da tiempo para mentalizarme.
— Jajajaja, está bien, con cuidado.
— Sip, hasta luego.
La llamada fue cortada y MinHo finalmente pudo dejar salir el grito que le oprimía el pecho, realmente no contenía la emoción.
— ¡¿Escuchaste?! ¡Extrañaba mi voz! ¡Le hice falta! ¡Estuvo ocupado, pero me llamó! ¿Significa que tengo oportunidad?
— Lee MinHo, vuelve a tus sentidos, ¡literalmente acaba de invitarte a salir!
Se escuchó un segundo grito, aún más agudo y fuerte que el anterior.
— ¡Tengo una cita! ¡Una cita, Seung! ¡No creí que viviría para ver este día!
— Me alegro mucho por ti, pero dijiste que llegabas en media hora, y necesitas bañarte, vestirte e irte, llevas diez minutos de retraso.
— ¡Ah, cierto, tienes razón! Tengo que apurarme y vestirme bonito... ¡Wah, el mejor día de toda mi vida!
— ¡Pero ve ya! Voy a ir a casa y ver si me dejan usar el auto para llevarte más rápido, arréglate mientras y en un rato vuelvo, ¿bien?
— Gracias, SeungMin, eres un gran amigo, muchas, muchas gracias, te adoro.
— Bendito sea Han JiSung por darte tan buen temperamento con una sola llamada, increíble.
MinHo solo le hizo un gesto de orgullo para ir corriendo a su habitación y comenzar a arreglarse, no podía esperar a reunirse con el hombre de sus sueños.
Yo también quiero una cita con Han JiSung TT
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