Poco común era que un hombre se interesara en la cocina, sobre todo en la familia Han, había sido un completo milagro para JiSung el no tener oposición alguna de sus padres con respecto a abrir una repostería.

Siempre había tenido el sueño de dedicarse a preparar toda clase de pasteles y postres, esos que se veían bonitos, sabían rico, y no podían fallar cuando de convivios y reuniones se trataba.

Pero dedicarse al trabajo de tus sueños no siempre es la mejor opción, no cuando se trabaja solo.

Había logrado construir su establecimiento de a poco, con calma, lo había diseñado y decorado tal como siempre lo había soñado, le encantaba. Sin embargo, se dió cuenta de que las cosas no serían tan fáciles.

Logró establecer su nombre y una marca al segundo año de haber comenzado, la gente ya conocía al famoso pastelero de la ciudad, decían que sus productos expresaban totalmente el amor que le tenía a su trabajo. Era una buena señal, la gente buscaba más y más y eso le generaba mayores ingresos... Pero también mayor demanda.

Y mayor demanda no es un buen concepto para alguien que comenzó solo su emprendimiento, ahora necesitaba ayuda. Una idea grandiosa cruzó su mente.

— ¿Dar clases de repostería?

— Así como escuchaste.

— ¿Tú? ¿Han JiSung? ¿Dando clases?

— ¿Qué tiene de increíble?

— Bueno, sin ofender Sung, pero explicar no es precisamente lo tuyo, se necesita un poco de... No sé, ¿talento natural? Para poder seguirte el paso.

Seo ChangBin era un gran amigo, la mayor parte del tiempo, pero tenía esa manera cruda y directa de decir las cosas que, si no fuera porque estaba acostumbrado, lo hubieran hecho llorar.

Porque sí, aunque se hacía el rudo, tenía un corazón muy sensible cuando se trataba de comida.

— ¿Entonces solo contrato a alguien? Debes entender que no es tan fácil, yo tengo una forma de hacer las cosas, y eso es lo que me ha puesto donde estoy, no quiero que sea demasiado notorio que hay alguien más interviniendo en el proceso de preparación.

ChangBin dió un largo suspiro y recargó la cabeza en el respaldo del sillón.

— Podrías intentarlo, dar clases, solo tengo que advertirte que podría haber gente que no termine el curso, y no debería sorprenderte, ¿me explico?

JiSung asintió emocionado, finalmente tenía el permiso de su encargado administrativo y mejor amigo, ahora solo restaba publicar el anuncio en algunas cuantas redes sociales y esperar.

La espera fue bastante más corta de lo que esperaba, habían pasado al menos tres semanas y las inscripciones ya habían llegado al límite establecido, ahora realmente comenzaba a cuestionar su decisión, no sabía cómo acoplar su tiempo para atender a tanta gente.

Por sugerencia de Seo, y para organizar mejor sus horarios, formó dos grupos, elegidos por orden de edad: unos serían atendidos en la mañana y otros por la tarde.

Aguardaba en el salón que había aclimatado durante la semana, constaba solamente de unos cuarenta asientos dispuestos a lo largo de tres grandes mesas de madera, donde los grupos tomarían las clases teóricas.

Era sábado, día en que daría bienvenida a sus nuevos alumnos, y se sentía realmente nervioso, le había dado al menos seis vueltas al salón y había revisado sus apuntes otras tantas, sentía que el tiempo pasaba tortuosamente lento, se arrepentía profundamente de todas las decisiones de su vida que lo habían llevado a estar en esa situación.

Eran las nueve y treinta cuando una chica se asomó al salón.

— Buenos días, ¿usted es el señor Han?

— Así es, bienvenida, toma asiento donde gustes.

— Gracias.

La chica pasó y se sentó en uno de las primeras sillas, se podía notar que era del tipo que no dice mucho pero es diligente.

Poco tiempo después, llegaron otro par de chicas, entraron después de saludar y se acomodaron en los asientos de más atrás. Se dieron las nueve cuarenta y ya habían al menos veinte asientos ocupados, su confianza empezó a aumentar de golpe.

Para las diez y cinco, quedaban solo tres asientos vacíos, supuso que eran personas que, al final, habían decidido no ir, así que comenzó con el curso de la clase.

— Vamos a comenzar, buenos días, mi nombre es Han JiSung y estaré dando esté taller sobre repostería y panadería. ¿Alguno de ustedes ha practicado por su cuenta o trabajado en algo relacionado antes?

Unos cuantos alzaron la mano.

— Bien, supongo que será un poco más sencillo para ustedes dado que ya se han relacionado con esto antes. Comenzaré por explicarles su horario, el que les fue enviado por correo: los días sábados tendrán una clase de noventa minutos a esta hora, es una clase teórica por lo que deberán traer su libreta y lápiz para hacer apuntes. Los domingos tienen una sesión de ciento cincuenta minutos, que son dos horas y media, empezando a las dos de la tarde, esta es una clase práctica, los materiales son variados, pero se los estaría comunicando ya sea por el chat de grupo o el día sábado.

— Profesor — la chica del asiento delantero alzó la mano — ¿Cuál chat de grupo?

— Vamos a hacerlo hoy, para esto, necesito a un representante de grupo, su trabajo no será difícil, solo debe dar los avisos en caso de que yo no pueda y ver que todo esté en orden. ¿Algún voluntario?

Un par de chicos de la parte de atrás se susurraron algo rápidamente y en voz baja, y después, uno de ellos alzó la mano.

— Bien, ¿cuál es tu nombre?

— Lee MinHo.

— Gracias, MinHo, ¿puedes quedarte un poco después de la clase para darte indicaciones?

— Sí, claro, no hay problema.

— Bueno, muchas gracias. Les voy a pasar una hoja, necesito que apunten su nombre y número de celular, si alguno no puede estar en el grupo de chat, puede decirme al final de la clase y veré la manera de comunicarme con ustedes. ¿Hasta aquí todo bien?

Todo parecía marchar sobre ruedas, se sentía más tranquilo, sus nervios habían disminuido y creía estar llevando bien las cosas. Estúpido Seo, le había infundido un miedo innecesario, no tenía nada de qué preocuparse.

— Y bueno, eso sería todo, mañana vamos a empezar con algo muy básico, les enviaré la lista de materiales en un rato más. Muchas gracias por venir, los espero mañana.

La gente comenzó a levantarse de sus asientos y salieron del salón, algunos pasaban de largo y otros se despedían amablemente, los más extrovertidos no tardaron en intercambiar números de teléfono y hacer planes para ir a comer después de la clase, era algo bueno que la diferencia de edad no fuera tan grande.

— Profesor Han.

El mencionado dirigió su vista a quien identificaba como MinHo, el representante de la clase A, cargaba su mochila de un solo lado y con su mano libre sostenía su celular, el chico con el que había platicado antes le dijo que lo esperaría fuera del salón y luego salió.

— Joven Lee, ¿cierto?

— Puede llamarme solamente MinHo, así es más cómodo.

— De acuerdo, MinHo, como había mencionado, no es un trabajo demasiado pesado y no hay ninguna condición, solamente debes revisar que todo esté en orden en el grupo y dar algunos avisos si así se necesita, te daré mi número de trabajo, ese es el que agregarás al grupo.

El chico se apresuró a encender su teléfono y abrir la aplicación de teléfono para teclear la secuencia que le era dada.

— Bien, ahora, mi número personal es algo que solo puedes tener tú, mi teléfono de trabajo suele quedarse sin batería, y lo comparto con alguien más, así que sería más rápido contactarme a mi número personal en caso de que tengan alguna duda o haya algo que necesiten resolver de manera inmediata.

— Mhm, entiendo, ¿me lo dice, por favor?

JiSung dictaba nuevamente una secuencia y MinHo la tecleaba al pie de la letra, guardó el contacto y luego apagó su celular.

— De acuerdo, creo que es todo, ¿tienes alguna duda?

El chico lo pensó un par de segundos antes de responder.

— Esto tal vez no tenga nada que ver con la clase, y puede ser algo muy personal... — Han hizo un gesto para que continuara — ¿Qué edad tiene? Se ve bastante joven para ser maestro.

— Jajaja, ¿te parece? Tengo veinticinco años, se podría decir que aún soy joven.

— Otra pregunta personal, ¿estudió la universidad?

— Algo así, es complicado.

— Ah... Otra pregunta personal, ¿tiene pa-

— MinHo, ya vámonos, mi mamá vino por nosotros.

El chico de tinte anaranjado que esperaba fuera del salón lo llamó desde el marco de la puerta, pero MinHo aún no quería irse, era posible notarlo por la forma leve en que sus dientes mordían su labio inferior en señal de súplica.

— Nos vemos mañana, MinHo, que tengas un lindo día.

Los grandes ojos del chico volvieron a posarse sobre el mayor, parecía querer hacer un comentario más, pero simplemente soltó un "hasta mañana" antes de dirigirse a la puerta del salón.

Realmente estaba perdido.

— ¡¿En serio estabas tratando de ligarte al maestro?!

— ¡SHH! No lo digas tan fuerte, Kim, no estaba ligando... Era solo una conversación normal.

— MinHo, dos cosas, uno: contigo, ninguna conversación es normal; dos: tú no sueles conversar tanto con gente que acabas de conocer.

— Lo sé, pero no estaba ligando.

— Entonces, ¿qué hacías?

— Estaba... Entablando una sana relación profesor - alumno representante.

— Mhm, claro, desde aquí se ve cómo te crece la nariz, mentiroso.

— Ninguna mentira, solo realidades. ¿Qué? ¿Me vas a decir que nunca te pareció atractivo algún profesor?

— Una cosa es cuando un maestro te parece atractivo, y otra es cuando vas y te le regalas sin más.

MinHo solo hizo una expresión de desacuerdo y tomó su celular para revisar el chat de grupo, sabía que SeungMin, su mejor amigo, estaba en todo lo correcto, que era raro para alguien como él salirse tanto de su zona de confort solamente por una simple atracción hacia su nuevo profesor.

De hecho, era fácil comprender la perspectiva de SeungMin: su amigo, quien prefería mil veces quedarse encerrado con sus gatos en un lugar de mala muerte que saludar a una persona en la calle, ese día, de repente, se acercó a un completo desconocido y comenzó a preguntar sobre su vida privada. Era totalmente anormal.

— Si yo fuera el profesor, no te hubiera respondido.

— Lo sé, porque tú eres grosero; el profesor Han es el ser más amable del mundo.

— Supongo que se puede decir que es lindo. ¿Cuántos años dijiste que tenía?

— Veinticinco, pero más te vale que tengas cuidado eh, yo lo ví primero.

— Mm... Tal vez.

El tono era de lo más desinteresado posible, pero MinHo sabía que había algo oculto en su pequeño comentario.

— ¿"Tal vez"?

— Mhm, tal vez.

— ¿Qué quieres decir con eso, Seung?

— Solo que, tal vez tú le hayas echado el ojo primero, pero él no te ha visto a ti.

El mayor de los dos fingió un dolor en el pecho de manera exagerada, según SeungMin, aunque debía admitir que era divertido ver a su amigo tan ilusionado con ese crush pasajero.