「Terminar」1/2
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➳♡ Los días transcurrieron con lentitud y así distintas situaciones también lo hicieron.
Haruka y Kakashi no se hablaban, no se veían ni tenían intención de hacerlo pues estaban bastante enojados el uno con el otro desde la pelea, en cambio Iruka también había desparecido.
Haru ahora mismo estaba en casa de Anko, desde la cama miraba a su amiga cambiarse mientras se sumergía en sus propios pensamientos y jugaba con una almohada. Estaría mintiendo si dijera que no había pensado en el Hatake, en realidad, la mayoría de sus pensamientos se trataban de él.
— ¿Entonces qué...? ¿Ya no lo piensas ver?.— aquellas dos hablaban del futuro de la pareja desde que Haru le contó todo y le pidió consejos a la peliazul que apenas sabía qué decirle.
— No.— la castaña respondió secamente y vio como la chica que había terminado de ponerse su camiseta, la miraba de muy mala manera.
— Haru, eso no es muy maduro de tu parte.— la regañó pero la castaña solo puso sus ojos en blanco.
— ¿Cuando fui madura?.— contestó con obviedad a lo que le sacó un suspiro a su amiga que luego de acomodar su equipo ninja, fue a sentarse a su lado en la cama.
— Piensa en cómo se habría sentido él, llegar a la casa de su novia y encontrarla con un tipo arriba, besándola.— ahora Anko fue quien trató de ser obvia y aclararle la mente, vio como Byakko hacia una mueca de disgusto.
— Era Iru-chan.— murmuró. Ella también estaba preocupada por su mejor amigo que luego del incidente ya no apareció y el cual tampoco había tenido tiempo para buscar, estaba segura que él también se sentía muy mal.
— ¡Mucho peor! Con su mejor amigo.— Anko le dio un pequeño golpe en la cabeza y mordiendo su labio inferior, sin poder creer que estuviera tratando de justificarlo.
— Ankocchi, no te pongas de su lado.— bufo, sobando el lugar donde la habia golpeado y luego tapando su rostro con una almohada. La peliazul rió levemente.
— No estoy de su lado, solo creo que deberían arreglar las cosas.— dijo. Haru destapó sus ojitos y la miró con la misma mirada de un cachorrito entristecido.
(...)
La noche había llegado y gracias a las charlas de toda la tarde con su mejor amiga, creyó que lo mejor sería arreglar las cosas con su novio. Eso hacían las parejas que se querían, ¿verdad?
Una vez en la vida ella debía ser quien termine con las tonterías, aunque suene irónico.
— Ne, Bakakashi, debo decirte algo.— de camino a casa de Kakashi, Haru hablaba sola y trataba de crear diálogos para entablar una conversación correcta con su novio.— Oi Bakakashi ya, háblame.— sus expresiones cambiaban a cada segundo mientras se le ocurría algo mejor o que pudiera acoplarse más a la situación.— Bakakashi, ¿q-quieres hacerlo?.— se quedó pensando por unos segundos, creyendo que esa sería la mejor opción, hasta que notó que estaba frente a su restaurante favorito, y ni bien se deleitó con el aroma y vio dentro, encontró de espaldas la figura bastante conocida de un peliplata.
Haruka notó que dentro de Ichiraku estaba Kakashi sentado en la barra mientras leía, y sin pensarlo dos veces trató de esconderse.
— ¡Kakashi-kun!.— dos mujeres rodeaban a Kakashi, quién leía su libro favorito mientras parecía esperar la orden en la barra. Haru se escondió tras la pared, con la oreja pegada a esta.
— Oiga, Kakashi-kun, ¿por qué no nos dice qué le vio a su novia?.— las dos sostenían cada uno de sus brazos mientras se fregaban contra él que sinceramente parecía no darles mucha importancia y solo se mantenía leyendo las hojas. No eran tan jóvenes ni tan viejas, parecían rondar sus edades, como veinte a veinticinco.
— Se rumorea que sale con ella porque se la pasó siguiéndolo y no le quedó otra que aceptar.— comentó la rubia de lado izquierdo mientras descaradamente acariciaba su bicep.
— Es huérfana, ¿verdad?.— volvió a preguntar la pelinegra y al parecer pensando en algo.— La niña la que su hermano desertó y se fue con Orochimaru.— Haru frunció el ceño con cierta molestia, le parecía extraño que sepan aquello.
Alrededor de su vida y mayormente en su infancia había sido muy criticada por la decisión de su hermano que al irse con el sannin se había deshecho de muchos ninjas de la hoja. Ella entendía el enojo y odio de los habitantes, en ese entonces ella también estaba muy enojada con su hermano, pero sólo era una niña indefensa que injustamente cargó con las consecuencias que otros dejaron.
Al crecer, las criticas o insultos terminaron por dejar de importarle, sin embargo, hablar de su hermano de manera despectiva era otra cosa. Nadie podía hacerlo.
— Creo que usted es mucho para una mujer como esa.— volvió a decir la rubia, haciendo un leve puchero con sus labios. Kakashi pasó la hoja.— Además de que puede ser una traicionera tal y como su hermano, ¿nunca lo pensó?.— Haruka se asomó un poco y vio a Kakashi, esperando a que al menos les pidiera que pararán, sin embargo no fue así.
— Eso puede ser cierto... Woah, Kakashi-kun es tan valiente por haber aceptado salir con ella.— lo alabo la pelinegra.
Y otra vez era lo mismo, ella la maldita acosadora y él el pobre muchacho que había aceptado por lastima. ¿Era eso algo coherente? Definitivamente no, Haruka no mendigaba amor y Kakashi no era un perverso como para salir con alguien por lastima.
— Debe estar trabajando en conjunto con su hermano... Si es que él aún no está muerto.— un escalofrío despertó por completo la furia de la castaña que no iba a dejarles seguir con sus palabras. Aquello fue la gota que rebalsó el vaso y Haru no pudo seguir escuchando sin replicar pues su sangre hervía.
Salió detrás de la pared mientras las oía reír y sin miedo se paró al lado de los tres.
— No voy a dejar que hablen de esa forma de mi hermano, no tuvieron el gusto de conocer la persona que solía ser y tampoco conocen quién soy yo.— los tres de espaldas voltearon al escuchar la voz femenina.— No me importa si quieren acostarse con Kakashi, pero deberían tratar de conseguirlo con sus propios encantos, no desvalorizandome, idiotas.—su mirada indicaba cuan molesta e irritaba se encontraba, sus cejas estaban fruncidas y solo se quedó mirándolas por unos segundos para luego mirar a Kakashi y chasquear su lengua.
Haru se fue sin hacer nada de lo que iba a hacer, sin esperar respuesta tampoco. Sus ojos ardían y su corazón palpitaba con fuerza, quería golpear a alguien. Se sintió humillada, por completo, y lo que más le dolió fue ver que Kakashi siquiera había hecho algo para que pararan con su habladuría.
— Ella si que da miedo.— comentó una de ellas.
Kakashi dejó el dinero en la barra sin siquiera haber recibido su orden aún y decidió seguir a Haruka tan rápido como pudo.
— ¡Haru!
Salió de Ichiraku y la buscó con la mirada, encontrándola en medio de la calle, yéndose. Corrió hasta ella, sin embargo solo se quedó unos pasos detrás, mientras la seguía.
— Haruka.— Kakashi la llamó pero ella no pensaba voltearse pues sus lagrimas se habían descontrolado y comenzado a caer y si había algo que odiaba era demostrar lo débil que era.— Haru.— logró alcanzar su brazo y detuvieron su caminar. Ella trató de limpiar sus lagrimas y volteó.
— ¿Qué quieres? .— por fin lo enfrentó, sus miradas se cruzaron. Kakashi no supo qué decir, en realidad sabia que debía ir tras Haru pero no había pensado qué diría por lo que calló por unos instantes en los que se dedicó a ver su rostro y acomodó su garganta.
— ¿Estas bien?.— preguntó por fin y vio como ella solo soltaba un par de risas irónicas para zafarse de su agarre y volver a caminar.— Haruka.— él no dudó en seguirla pues no podía hacerlo. En esos días estuvo pensando en ir a buscarla para arreglar las cosas aunque al parecer Byakko fue más rápida.
— Ya lo entendí Kakashi, ya entendí. — gruñó y suspiró, haciendo que él se confunda. — No puedo retroceder el maldito tiempo atrás, Iru-chan me besó sin mi consentimiento, lo viste ¿qué quieres que haga? ¿que te pida perdón de rodillas? Yo no quería besarle, ¿para qué querría hacer eso cuando te tengo a ti?. Lo invité a casa solo porque quise fingir que no sabia de sus sentimientos para no herirlo, quería fingir que podíamos seguir siendo los amigos de siempre, ¡yo te elegí a ti y tú lo sabías! ¿qué puedo hacer ahora que lo he arruinado?.— su voz rasposa y los fuertes gestos de sus manos mientras apresuraba su paso expresaban cuan incomoda se le hacia la situación.— No creía que fueses tan malditamente inmaduro, tampoco creí que Iru-chan se atrevería a hacer algo de eso y que yo no pudiera darle un gran golpe, pero ya ves... en esta estúpida vida ni siquiera terminamos de conocernos a unos mismos.— su paso paró y refregó su rostro, tratando de regular su respiración. Haru volteó y los dos quedaron separados por solo unos cuantos segundos.— Solo sé... que jamás dejaría que nadie se atreva a hablar mal de ti frente a mi o tratar de humillarte, a ti, a tu gente o a tus ideales, porque sé cuanto vales y sé cuán asombroso eres...— Kakashi se sorprendió, pues eso era lo que la tenia tan enojada, el haber escuchado todo lo que aquellas chicas dijeron y no haber dicho nada.— ¿Soy una potencial traidora para ti? ¿También crees que mi hermano es un imbécil muerto?.— Como si hubiese recordado todo, Haru volvió a llorar, su expresión cambió a una mueca llena de tristeza mientras su cabeza bajaba y ella trataba de detener las lagrimas. Él quiso abrazarla, sin embargo no pudo, y se sintió completamente una basura. Se supone que él debía cuidarla pero se confió, creyendo que la conocía a la perfección.— Maldición ni siquiera sé por qué estoy llorando ahora... si hubiese sabido que ser tu novia me traería tantos problemas jamás hubiese aceptado.— la muchacha agradeció haber quedado en un lugar aislado sin mucha gente pues se sentía bastante patética ya, que otros la vean llorar sería el colmo. Aquellas palabras habían dolido como el mismo infierno en el corazón del peliplata que estaba desorientado, ¿desde cuando estaban peleados? No lo sabía con exactitud, pero todos esos días que no había podido saludar a Haru, que no había podido verla o siquiera sentirla cerca... Le parecieron una porquería. La necesitaba en su vida, de eso no había duda, amaba pasar el tiempo a su lado y frente a tantas atrocidades del mundo... Haru era su cura.
— ¿Te arrepientes?.— su voz profunda y ronca preguntó, había duda en sus palabras y tuvo miedo de decirlo, sin embargo lo hizo y buscó los ojos avellana frente a él que lo miraban con dolor.
— Claro que me arrepiento.— admitió sin titubear, sincerándose ante la persona que más quería.— ¿Crees que es lindo tener que estar pensando en ti desde que me levanto hasta que voy a dormir? No es divertido cambiar mi humor según como este contigo, no es divertido el dolor en mi corazón cuando peleamos o no te veo, yo no quiero ser así, yo solo quiero que tú seas feliz.— inconscientemente una de las manos de Haru fueron hasta su propio pecho, al lado izquierdo justo donde su corazón yacía.— Quizás todos tengan razón ¿qué me viste?.— se encogió de hombros, resignada.— No soy lo suficiente para ti.— quiso creer que todos los comentarios que constantemente recibió a lo largo de los meses que había intentado construir su relación.— Ya déjalo Kakashi, esto no fue nunca una buena idea.— estaba cansada, no se sentía ella misma y le asustaba seguir lastimando a Kakashi o lastimarse a sí misma.— Terminemos.
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ya, creo que estos os me están desesperando
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