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— ¡Muevete Obito-kun!.— gritó Haru escandalizada, moviéndose de un lado para otro y acostada en el regazo del pelinegro sin sacar la vista de su teléfono celular y tecleando la pantalla táctil repetidas veces y con rapidez.

— Curame Bakaharu, ¡curame rápido que me muero!.— el Uchiha estaba de igual manera, lloriqueando y gritando como si ellos fueran los únicos en la habitación.

— Acercate, me matarán si voy por ti, ¡Obito-kun!.— los dos se movían y gritaban como si no hubiese nadie más allí en el salón de clases y viviendo a flor de piel ese juego, tal y como si estuviesen en la sala de su casa sin nada que hacer.

Kakashi miraba la escena inexpresivo. Rin los miraba a sus dos amigo de brazos cruzados, con una leve sonrisa burlona.

— Oigan, dejen eso.— ordenó ella, acercándose a Obito y arrebatándole el celular de repente, viendo como su cara pronto demostraba sorpresa y miedo, como si le hubieran robado una parte de su alma.

— ¡No Rin! ¡No seas injusta! ¿Por qué no le quitas el celular a él?.— chilló el Uchiha, nervioso y queriendo su celular de vuelta, señalando a Kakashi que bien sumergido en otro mundo estaba, con sus auriculares, y sólo mirando a Haru como si de eso dependiera su vida.

— Kakashi solo está escuchando música y él no necesita clases de apoyo. De hecho, es el tutor de Haru.— le recordó Rin, como si fuera la cosa más obvia del planeta y viendo a su amiga que seguía tratando de salvar su jueguito del teléfono.— Ahora vámonos que tengo que ayudarte con biología, tengan buena clase.— ella lo agarró de la cobarta pero él aún seguía con las narices en el juego de Haru.

— Espera RinRin, todavía nos falta un poquito.— pidió Haru, haciendo un pucherito pero sin sacar la mirada en ningún momento de la pantalla.

— Nada de RinRin, ustedes todo el día están con eso, deberían cansarse.— los regaño como una madre regaña a sus hijos y apretó suavemente la mejilla de Obito mientras él a aferraba al brazo de Haru.

— ¡Haru salvame de Rin!.— gritó mientras la Nohara movía suavemente el rostro del Uchiha y reía divertida por la escena. Kakashi suspiró y guardó sus pertenencias en la mochila para luego levantarse e ir hasta sus amigos. Él, de la nada, tomó el mismo brazo de la castaña que Obito estaba tomando, sacando a propósito la mano del pelinegro que lo miró extrañado al momento de ver como lo apartaba de su amiga.

— Haruka.— como si no le importara mucho la mirada confusa de su amigo o no se hubiese dado cuenta de su obvia y rara acción de apartarlo de Haru, habló.— Vámonos.— jaló suavemente de ella y logró hacer que se levantara del regazo de Obito y sus ojos avellana lo miraran fugazmente.

— ¿Eh? ¿Nosotros también?.— preguntó y recibió un simple asentimiento por parte del peliplata. Sin decir más, Haru tomó velozmente sus cosas y se levantó de su asiento, saludando a sus amigos con un ademán y una sonrisa pero aún con el celular frente a sus ojos.

— ¡Suerte!.— gritó Rin y los saludó, vendo como sus amigos comenzaban a marcharse. Kakashi sostenía el brazo de Haruka para hacer que ella camine aún sin que la muchacha estuviese mirando el camino.

No pasó mucho tiempo hasta que aquellos dos quedaron solos en los pasillos desolados de la universidad. Kakashi aún la observaba mientras ella seguía con otra de sus partidas mientras era guiada por él.

— Haruka.— la llamó luego de esperar un buen rato a que la chica le preste atención pero al ver que no ocurría, tuvo que reaccionar de alguna manera. Necesitaba su atención, en esas horas que estuvieron juntos ella no había volteado a verlo ni una sola vez y eso le incomodaba, a decir verdad.

— Ya voy.— balbuceo la castaña mientras de paso murmuraba unas que otras maldiciones. El peliplata claramente se molestó. Su respuesta había parecido más una respuesta solo po obligación más de que le estuviera prestando atención.

— Haru.— volvió a llamarla y decidió tratar con otra táctica por lo que se posicionó detrás de ella, abrazándola por la cintura y acercándose a su cuello. Pero no recibió ningún tipo de reacción.

— Que ya voy.— repitió dandole más golpes que otra cosa a la pantalla y él, cansado de su tontería, le arrebató el celular repentinamente y con su mano desocupada rápidamente la tomó de la barbilla para inmediatamente correr su rostro a un lado y besarla en medio del pasillo, necesitado por sentirla.

Un beso profundo y muy cálido que la hizo estremecer, un beso con cierta fuerza y vigor.

— ¿Ahora si?.— murmuró cuando se separaron, quedando a centímetros de los labios femeninos y relamiendo sus propios labios.

Ella se volvió un tomate y miró hacia los lados, temerosa de encontrar a alguien más por allí que pudiera haberlos visto.

— Kakashi, me asustas si haces eso.— lo golpeó mientras refunfuñaba. Él guardó el celular que había arrebatado en su propio bolsillo y apoyó su barbilla en el hombro de la chica.

— No hay nadie, no hay de qué asustarse.— la tranquilizó, sin dejar de abrazarla.— Además no me estabas prestando atención.— se quejó, encogiéndose de hombros y apretando suavemente su agarre mientras caminaban juntos y algo lento por estar tan pegados.

— Estaba en una partida importante.— se excusó Haru, mirando hacia otro lugar tratando de ignorar las cosquillas en su cuello por los pequeños besitos que él depositaba.

— ¿Más importante que yo?.— el peliplata buscó su mirada, acomodandose un poco y ni bien la encontró y estuvo a centímetros de ella, volvió a unir sus labios con los ajenos.

Sus dientes suavemente apretaron el labio inferior de la muchacha y los dos pararon de caminar para poder besarse mejor. Él aún seguia detrás pero eso no era inconveniente para que ese beso se sintiera jodidamente genial.

— Hey, estamos en la universidad, en cualquier momento podrían volver los chicos.— Haru se alarmó luego de que se separaran, Kakashi rodó los ojos y luego la tomó de la mano para ir hacia los casilleros y dejar de estar en el medio del pasillo.

— ¿Rin y Obito? Creeme, él no la dejará.— aseguró cuando apoyó su espalda sobre el casillero y la abrazó, dejando descansar a la chica sobre su cuerpo. Vio a la castaña hacer una mueca de disgusto que a él le desagrado bastante pues una idea aún seguía intacta en su mente.— Hey, ¿por qué esa cara? ¿Te decepciona no ser Rin?.— supuso y pronto vio la indignada mirada de su acompañante sobre si.

— Callate, ¡lo superé hace mucho!.— declaró Haru muy segura de sus palabras y le lanzó una patada a Kakashi que él esquivó. El Hatake sabía que a la castaña le solía gustar su amigo desde niña.

— A veces siento que en cualquiera de los universos siempre estarás enamorada de Obito y a mi me dejas como premio consuelo.— comentó como si nada, con cierto tono de decepción dejándose oír en su voz.

— ¿Qué universos?.— balbuceo confundida, sin entender a qué se refería y luego le restó importancia.— Como sea, eso es porque tú eras odioso antes y creí que nos llevaríamos muy mal.— confesó mientras arreglaba un poco el cabello de su novio que aún parecía molesto.

— Hasta que probaste un poco de mi.— el Hatake tomó los brazos de la castaña y los entrelazó en su cuello mientras él la tomaba de la cintura, para poder estar más cerca.

— ¿Disculpa? Tú fuiste quien me rogó para que saliéramos.— recordó ella, acariciando su cuero cabelludo y riendo levemente, burlandose de su novio.

— Si, y aún si salimos te gusta dejar todo en secreto.— Kakashi fruncio leve el ceño, recordandole ese pequeñisimo detalle.— ¿No quieres que él lo descubra?.— volvió a insistir y Haru se fastidió y se apartó, cabreada.

Honestamente al chico si le molestaba mucho tener que salir con la chica que amaba y hacerlo todo en secreto por su miedo irracional, como si quisiera ocultarlo u odiara el hecho de que alguien pudiera enterarse que salía con él.

— ¿Por qué siempre tienes que cuestionar y arruinar todo?.— le reclamó, cruzándose de brazos.

— Solo digo que sería más sencillo si le dijeramos que somos novios.— dijo tranquilo. — Rin no trataría de tomar ventaja de mi, yo no me preocuparía por Obito.— habló como si aquello fuese lo más sencillo del mundo.

— Kakashi.— Haru dijo como advertencía para que parara y lo miró de mala manera.

— Haruka.— él la llamó en respuesta, sin intención de rendirse en su reclamo. Ella pareció pensarlo unos momentos hasta que volvió a negar fervientemente.

— Rin es nuestra amiga y me odiara, y Obito me odiara porque Rin me odiara.— se quejó como si quisiera hacer un mohín de niña pequeña.

— Pero yo no te odiaré.— habló obvio y Haru refrego su propio rostro, completamente en desacuerdo pues le daba mucho miedo la reacción que podrían llegar a tener sus amigos al enterarse de que ellos en realidad salían desde hace ya un tiempo.

— Todos somos amigos, ¿no te importa nuestra amistad?.— hizo un puchero y él bufo, ya cansado de que insista en seguir ocultándolo todo.

— Nosotros dejamos de ser amigos desde el día que yo me enamoré de ti pero al parecer tú no te enamoraste de mi.—  fue lo ultimo que dijo para acomodar la mochila sobre su hombro y comenzar a irse, dejando a Haru allí que no se quedaría como si nada.

— ¡Kakashi! ¡¿Qué sucede contigo?!.— le gritó y comenzó a seguirlo mientras veía como él sacaba un libro y comenzaba a leer, como si no le importara.

— Te la pasas junto a Obito, acostada en su hombro o su regazo, toqueteandolo, jugando con él y halagándolo ¿aún preguntas qué me pasa?.— la muchacha escuchó el tono de burla en la voz de su novio y al darse cuenta que él no pensaba parar, corrió y tomó su brazo, haciendo fuerza para que el Hatake no siguiera caminando.

— Ven aquí.— ordenó y como si nada abrió la primera puerta que vio, entrando junto a él a un pequeño armario con elementos de limpieza.

— ¿Por qué me metiste al armario del conserje?.— Kakashi fruncio el ceño cuando Haru cerró la puerta y lo miró de mala manera, a centímetros de él puesto que estaban pegados por lo pequeño que era el cuarto.

— Te daré lo que quieres.— declaró la castaña y como si nada lo tomó violentamente del cuello y lo besó, sorprendiéndolo por completo.

Sus cuerpos se rozaban, él podía sentir los pechos de su novia chocar contra su cuerpo y sus calidos labios lo envolvian de tal forma que comenzaba a sentir calor por todo el cuerpo.

Sus lenguas se buscaban y luchaban dentro de sus cavidades bucales sin ningún miedo y sus manos se acariciaban por doquier.

— Haru.— la llamó por lo bajo cuando los dos tomaron aire y al darse cuenta que ella no pensaba parar, que tenía apuro.— No hagas esto aquí.— pidió casi como si solo dijera esas palabras porque sí y no porque fuese su intención. De hecho, sus manos estaban aferradas en los glúteos de su chica y no querían salir de allí.

— Callate, todo es tu culpa por ir gritando como si nada ¿crees que no quiero decirle a todas esas personas que van tras de ti que tú eres mio?.— lo tomó del cuello de la camisa y acercó su rostro al de ella nuevamente, enfrentandolo.— Eres mío Hatake, solo te necesito a ti.— sus palabras lo encendían por completo y sonrió cuando sintió como ella suavemente acariciaba su entrepierna con su muslo, provocandolo e invitándolo a la locura de desearla y reclamarla como suya en ese mismo instante.

— ¿Quién te gusta más? ¿Obito o yo?.— a Haru la masculinidad de su novio la intimidaba y eso le encantaba completamente, sentirlo era todo lo que necesitaba.— ¿Quieres que deje mi nombre como marca en tu cuerpo? Quizás así ya no sea necesario revelar nuestro secreto.— sus caricias suaves y tener la sensación y vista del cuerpo femenino tan de cerca lo comenzaban a poner duro y no tenía intención de aguantarse nada.

— Tú, tú eres el único que quiero y quiero que hagas lo que te plazca conmigo.— ella gruño sobre sus labios y sonrió para luego besar suavemente y repetidas veces estos. El Hatake subió lentamente la playera de su novia hasta sacarla por completo y dejarla sobre uno de los baldes allí, sin darle mucha importancia.

— Ya deja de pegarte a él, deja de halagarlo, pegate a mi y halagame, hazme sentir que soy el único en tu vida y el unico en quien piensas.— Kakashi la tomó de los muslos y la alzó, pegandola contra una de las paredes mientras ella entrelazaba sus piernas alrededor de su torso, y se deleitó cuando escuchó el dulce gemido que ella soltó cuando su espalda tocó la pared.

El Hatake besó el cuello su novia, comenzando a dejar marcas rojas en su piel, disfrutando de cada centímetro de esta y lamiendo sus senos, obteniendo el acceso completo de su parte.

— ¿Estás realmente tan inseguro de mi amor por ti?.— Haru su burló y una mordida en su cuello que Kakashi utilizó como un correctivo por sus palabras, la hizo gemir.

— Estoy inseguro de no ser lo suficiente para ti, de no ser lo que buscas.— confesó sin temor de verse vulnerable ante su novia, creía que el que ella supiera sus sentimientos y él el saber los sentimientos de ella era mucho más importante.— Has que sienta que eres completamente mía.— él aprovechó para observarla y meter su mano bajo el sostén de la muchacha así apretar suavemente y acariciar uno de sus pechos, disfrutando por completo su sexy expresión.

La espalda de Haru estaba arqueada, disfrutando de las rápidas y curiosas manos masculinas.

— Entonces desabrocha tu cinturón, cariño.— susurró, mordiendo sensualmente su labio inferior y ocasionando que Kakashi ya deje de dudar.

En otra parte de los pasillos, Obito y Rin caminaban juntos. Él llevaba las mochilas de los dos y ella llevaba algunos libros.

— ¡Rin! ¿Por qué tienes tantas ganas de ir a ver qué hacen Haru y Kakashi?.— Obito se quejó, mientras comía un poco de pan que ella le extendía.

— Ya te lo dije, sospecho que hay algo en ellos.— la castaña sonrió con ciertos nervios, Obito alzó una de sus cejas, extrañado.

— ¿Y...?.— el Uchiha no terminaba de entender y tampoco creía mucho en eso pues Haru y Kakashi eran bastante diferentes, extraños y disparejos.

— Y no nos lo dijeron por miedo.— Rin rió, encontrando divertida la expresión de su amigo.— ¿Recuerdas que a Haru le gustabas y a mi claramente me gustaba Kakashi? Quizás tienen miedo de que pensemos que es extraño.— se encogió de hombros.

— ¿Y cuál es el plan?.— preguntó el Uchiha y los dos pararon su paso para quedar frente al armario con las cosas que necesitaban.

— Aprovechando que debemos limpiar cerca del aula de la biblioteca, podríamos esperarlos por ahí, por lo que sé están ahí.— ella miró una última vez la lista de lo que necesitaban sacar de allí que el conserje había pedido de favor si pudieran traer, Obito abrió la puerta sin titubear... y ninguno de los dos esperaba encontrar lo que había dentro.

Rin dejó caer la lista, los libros y su mandíbula al suelo.

Kakashi miró con fastidio hacia atrás cuando sintió la puerta abrirse y Haru soltó un chillido cuando reaccionó y  vio la puerta abrirse y a sus amigos delante, mientras trataba de cubrirse con el cuerpo de su novio.

Obito no entendía nada.

— ¿Qué? ¡¿Ustedes?!.— tardó unos segundos hasta comprender lo que veía y los señaló, acusatorio e incrédulo. Cuando Kakashi recordó que Haru estaba literalmente sin su playera, solo con su sostén, pronto la tapó de los ojos curiosos y maliciosos de Obito.

— Obito cierra tus ojos o desearás no tener ninguno.— gruño, mirándolo de muy mala manera y cerrando la puerta.

Los dos estaban sin palabras

— Creo que... no necesitamos excusas ahora.— opinó Obito y vio como Rin estaba roja y con humo saliendo de su cabeza, como si la escena la hubiese dejado en otro universo.

Bueno, algo es algo.
¡Espero les guste!

Leí sus ideas, me sorprendió encontrar algunas similares a las notas que tenía escritas y me parecieron súper divertidas ¡gracias por el apoyo!

Also, seguro hay errores pero tranca, después lo edito xd