〖Pandilla〗#1 AU
El encuentro
☆
Una buena tarde veraniega y con bastante calor molestaba a Kakashi al punto en que en cada pagina terminada de su libro debía abanicarse y maldecir por lo bajo. Esa nueva ciudad era horrenda, solo campo y unas cuantas casas, para llegar al centro debía estar caminando una media hora y para nada se parecía a su antiguo hogar que ahora se arrepentía de dejar por sus estupideces.
Mientras sus ojos seguían paseándose por los párrafos de una de sus novelas favoritas y su mente se concentraba en recrear la escena escrita él pudo escuchar voces molestas acercándose por delante, lo cual inevitablemente hizo que levantara sutilmente la mirada mientras cambiaba de pagina. Unos cuatro muchachos estaban cruzándose en su camino, al parecer tres de ellos estaban acosando a otro. En ese momento maldijo decidir salir temprano para poder ir lento sin llegar tan tarde. ¿Debía involucrarse en algo que poco le importaba? Después de todo cosas como estas lo habían hecho cambiar de ciudad.
Uno lo estaba golpeando mientras los otros dos no lo dejaban moverse...
— Maldición.— dijo por lo bajo el desinteresado y guardó temporalmente su libro, sabiendo que si no hacía nada, se arrepentiría por comportarse como un imbécil. Su mente lo castigaría bastante.
No tardó mucho en llegar hasta ellos y escuchar mejor lo que esos cuatro decían.
— Que conste que si te vemos otra vez por aquí, quedarás irreconocible.— dijo un pelinegro, al parecer el único que hablaba y quien tenía del cuello y golpeaba al peliplata que sonreía mientras un hilo de sangre bajaba por su labio inferior.
Solo ese lo había golpeado y al parecer ahora lo amenazaba. Que aburrido.
— Hey, ¿qué se supone que hacen en medio de la acera? Esto es vía pública. No dejan pasar.— Kakashi "preguntó" con suma obviedad mientras caminaba hasta ellos y recibía las miradas del cuarteto completo.
— No te metas en asuntos ajenos.— uno con un cigarrillo entre los labios dijo de manera amenazante y recibió una mirada cansada del Hatake.
— Tarde. Ponerse a amenazar a alguien en medio de la vía publica hace que automáticamente el asunto deje de ser ajeno, ¿no?.— sus ojos se arquearon y una sonrisa coqueta se escondió bajo su cubrebocas.— Tres contra uno es de cobardes.— comentó, poniéndose al lado del otro peliplata de orbes violetas.
— Alguien por fin me da la razón.— sonrió el que era sostenido por el cuello como si eso fuese el pan de su vida. El pelinegro que lo sostenía le lanzó un puñetazo pero este pronto se detuvo sin oportunidad de llegar a tocar el rostro magullado. Kakashi había alcanzado a pararlo y en ello ambos, el golpeador y el salvador, se miraron fijamente.
— No sabes en lo que te metes, mejor vete.— el pelinegro de voz áspera advirtió y se soltó bruscamente del agarre del peliplata.
— ¿Eres sordo o tu cerebro simplemente no entiende?.— Kakashi preguntó con ironía y el de orbes violetas rió tan fuerte e histérico como pudo. El pelinegro lo empujó y tiró al suelo para luego ir contra a Kakashi.— ¿Vas a golpearme solo o con tus amiguitos?.— lo provocó y ni bien el pelinegro se iba a lanzar contra él, una voz femenina los detuvo.
— ¡Oooi!.— todos los muchachos miraron a la dueña de esa voz y vieron a una peliazul a unos cuantos metros de ellos. Al parecer se dirigía a los tres bravucones.— Dejen de perder el tiempo con ese idiota. ¡Oni los llama!.— aviso mientras movía su mano frenéticamente para que vayan hasta ella. El pelinegro de voz áspera se quejó por lo bajo, volvió su vista a Kakashi pero no dijo nada y solo observó a aquel que aun seguía en el suelo.
— Más te vale que cortes de una vez con tus estupideces, es una amenaza.— le dijo y volteó, empujando a Kakashi con su hombro.
— Tiemblo de miedo.— dijo el de orbes violetas con una gran sonrisa.— Háganle llegar mis besitos a la castañita.— pidió coqueto mientras volteaban.
— Cierra el hocico.— el del cigarrillo le tiro la colilla de este en medio de la cara y los tres se fueron hacia donde la peliazul aguardaba. No tardaron mucho en llegar hasta ella y marchar.
Cuando ya los habían perdido de vista Kakashi se volteo a ver a aquel en el suelo.
— ¿No crees que es imprudente seguir provocando?.— comentó el Hatake mientras estiraba su mano hasta él para poder ayudarle a levantarse.
— Somos viejos conocidos.— aclaró y le chocó los cinco sonoramente, rechazando su ayuda.— Buen gesto, aunque no era necesario.— se levantó del suelo por sí mismo y lamió la sangre de sus labios sin sacarle la vista de encima al Hatake.— La próxima que te vea me acordaré de ti.— aseguró entre risas para luego marcharse, como si nada.
El del cubrebocas quedó confundido ante esa premisa y solo lo vio marchar hasta decidir nuevamente sacar su libro y caminar al instituto, creyendo que había perdido mucho tiempo en estupideces.
(...)
Muchas caras nuevas, un entorno desagradable a su parecer. La gente iba y venía, todo lo que escuchaba era cuchicheo y habían algunos que solo lo miraban. Al parecer en ese pueblito era extraño ver caras nuevas.
Mientras caminaba sin importarle lo que los otros hacían o decían escuchó una voz peculiar.
— ¡Kakashi!.— ni bien escuchó su nombre el Hatake levantó la mirada para ver quién era. Un castaño de cabello medianamente largo y una bandana en el cabello sacudía su mano frente a él con una gran sonrisa, el nuevo lo reconoció de inmediato y el pelilargo corrió hasta él. — Hey Kakashi, no te pudiste resistir a esta secundaria eh.— dijo con picardía y lo abrazó por los hombros.
— Ha pasado tiempo, Genma.— murmuró Kakashi, feliz de volver a ver a su amigo y correspondiendo su abrazo.
— Quién diría que te mudarías por aquí tú también, te mostraré a mis amigos pronto.— habló el castaño ciertamente emocionado y Kakashi asintió, sabiendo que aunque quisiera no podría huir de ello y solo debía aceptar.
— ¡Genma!.— antes de que pudieran seguir conversando una voz aguda los interrumpió y cuando los ojos azabache se elevaron vieron a cierta peliazul que antes ya habían visto y un nuevo rostro de una castaña.
— Hey Anko, Rin, llegan a tiempo.— saludó el recién mencionado a ambas muchachas cuando estuvieron lo suficientemente cerca y de pronto señaló al peliplata.— Él será nuestro nuevo compañero, tiene buena cara pero no mejor que la mía.— lo presentó a ambas como si nada. Rin rió y se acercó mientras Anko parecía analizarlo.
— Hatake Kakashi.— se presentó el peliplata haciendo una leve reverencia.
— Soy Nohara Rin.— la castaña también se presentó inmediata y cordialmente.
— ¿Tú no eres el que estaba con el idiota de Hidan?.— de pronto Anko lo señaló y miró con desaprobación sabiendo que esos ojos y ese cabello ya los había visto... hace un rato.
— Ah, eres quien fue a buscar a los otros tres, ¿no?.— recordó con muy poco interés.
— ¿Conociste a la pandilla?.— Genma preguntó impresionado al escuchar lo que hablaban.
— ¿Conocer? El desgraciado se puso de lado de Hidan y si no era por mí, él y Obito todavía seguirían golpeándose.— Anko habló con cierto resentimiento y Rin la empujó suavemente para corregir su vocabulario.
— No me digas que... ¿estás con los Akatsuki? ¿Tan rápido?.— la sonrisa de Genma desapareció y el palillo que llevaba en los labios se movió rápidamente al otro extremo.
— ¿Pandilla? ¿De qué hablas?.— Kakashi medio confundido solo lo miró esperando respuesta.
— Así son las cosas aquí... ya verás los problemas.— Anko afirmó y de pronto otra voz entró a escena. Al parecer era común que aparezca una persona diferente a la mitad de las conversaciones.
— Hey chicos.— la voz grave y áspera venía de espaldas a Kakashi y se acercaba.— Oni dice que tiene asuntos que atender con el par de idiotas por las peleas de la otra vez así que probablemente no me vean por aquí, iremos juntos.— avisó el muchacho, al parecer caminaba lentamente hacia sus amigos.— En caso de que otros de Akatsuki vengan a buscar problemas quedarán a cargo ustedes, Genma y Anko.— ordenó y Kakashi vio como los dos nombrados asentían.— Asuma y Yamato van a estar en el otro distrito al igual que la escuadra de Izumo y Kotetsu.— una vez terminó, Anko saltó de emoción.
— ¿Podemos patearles el trasero?.— preguntó felizmente y el peliplata vio como Rin hacia una mueca en desacuerdo.
— Oni no lo permite. Al menos no por ahora.— Kakashi vio como aquel que hablaba se puso justo a su lado.— ¿Y este quién es?.— preguntó de pronto y ambos se miraron, reconociéndose enseguida.— ¿Por qué están con el idiota que protegió a Hidan?.— preguntó frunciendo el ceño y mirando a Kakashi con desaprobación.
— Ah eres tú, el descerebrado.— el Hatake ni siquiera se preocupaba en medir sus palabras, no era como si le fuese a dar miedo ni mucho menos.
— ¿Qué dijiste?.— ni bien él oyó como lo había llamado perdió los estribos y tomó a Kakashi del cuello. ¿Otra costumbre allí?.
— ¡Obito! ¡Suéltalo!.— Rin se interpuso entre ambos sin hesitar cuando vio la escena alarmante y tomó la muñeca de Obito. Él la miró y luego a Kakashi.
— Mira idiota, no te quiero ver la cara cerca nuestro otra vez.— dijo en modo de advertencia, decidido a soltarlo, pero la carcajada irónica del peliplata lo volvió a molestar.
— ¿Solo sabes amenazar? Por lo que veo no te acompañan otros dos atrás, supongo que eso es una pandilla para ustedes eh.— comentó entre sarcástico y divertido, Obito tensó la mandíbula y alzó su puño. Los estudiantes comenzaban a agruparse.
— ¡Obito!.— Rin volvió a alzar la voz en modo de advertencia, tratando de impedir que golpeen al nuevo y que Obito se metiera en más problemas.
— Ir entre tres contra una sola persona y actuar como estúpidos matones, me dan risa, pandilla de pacotilla.— Kakashi volvió a provocar simplemente porque estaba aburrido y la situación parecía poder ponerse divertida, irónicamente hizo lo mismo que hacía Hidan. Obito sin escuchar a Rin, y haciendo una rápida seña a Anko para que la saque de su lado, lo apretó más fuerte del cuello y se preparó para darle un puñetazo mientras todos miraban pero eso paró de repente cuando unos pasos se escucharon.
— Obitocchi~ ya para.— aquella voz femenina hizo que inmediatamente Obito soltara a Kakashi y que todos a excepción de Rin y el peliplata se pusieran firmes. El Hatake no pudo evitar ver a qué se debía todo eso y solo encontró a una muchacha castaña de coletas caminar hacia ellos mientras comía una paleta. Su rostro era como el de una niña tierna y su caminata tampoco era apresurada. De pronto Anko, Genma y Obito se inclinaron haciendo una reverencia.— ¿Qué hacen?~.— preguntó la castaña con una sonrisita y llegó hasta ellos, parándose justo en frente del peliplata.
— Él es el que estaba con Hidan.— Obito anunció y las cejas de Haru se elevaron y su expresión delató cierta curiosidad.
— Ya veo...— murmuró y asintió suavemente, mirando de arriba a abajo a Kakashi quien solo alzaba una ceja. Luego de que lo analizara, la castaña se dio cuenta de la multitud y frunció el ceño.— Fuera. Todos.— de inmediato cuando ella pronunció esas simples palabras todos los demás estudiantes comenzaron a desaparecer.— Así que amigo del psicótico, eh.— rió suavemente cuando devolvió sus ojos fijos a los azabache.
— ¿Se supone que tengo que darte mis datos solo por aparecer de la nada y tener a los otros haciéndote reverencia?.— Kakashi no se dejaba intimidar, mucho menos por una niña con una paleta.
— Niño lindo, no sabes de lo que hablas.— aseguró ella sacando la paleta de su boca.— Para ser nuevo por aquí creo que tienes la lengua bastante larga.— comentó mientras ambos se miraban fijamente y sin titubear.
— Y seguro solo eso.— Anko bromeó.
— ¡Anko-san!.— Rin la regañó. Genma aguantaba la risa y Obito rechinaba sus dientes, la de coletas suspiró.
— ¿Estás interesada?.— Kakashi no perdió el tiempo y refutó aquello que Anko bromeó.
— Hey cubrebocas.— lo llamó tranquila la castaña y de pronto él sintió como el cuello de su uniforme fue tironeado y repentinamente estaba a muy pocos centímetros de la cara de aquella de coletas.— ¿Te calmas o te calmo?.— preguntó ella y lo único que atinó a hacer el peliplata fue tragar grueso. Esa chica desprendía cierta fuerza de sus ojos y el aroma a cereza llegó a Kakashi que se quedó sin habla y parecía que en un santiamén se sintió intimidado.— Eso creí.— rió ella y en vez de soltarlo, llevó su mano hasta la barbilla del muchacho.
— ¿Qué buscas de tan cerca? Si tanto quieres acercarte puedo besarte para sacarte las ganas.— la ceja de la castaña se alzó y los ojitos azabache se curvaron aunque sus manos sudaban.
— Mejor sigue siendo bonito y no te metas con los míos, es una advertencia.— dijo ella peligrosamente cerca de sus labios, hasta rozando el cubrebocas, y esbozó una sonrisa falsa. Kakashi no pudo evitar darle un fugaz vistazo a aquellos labios.
— Al menos sabemos que te parezco bonito.— una carcajada socarrona salió de los labios del Hatake que a pesar de sentirse extraño, no dejaba notarlo. Todos veían esa escena estupefactos, no habían muchos que se atrevieran a hablar de esa manera frente a la muchacha pero claro que el nuevo no sabía nada de ella.
— Espero que abajo de todo ese ego haya algo de inteligencia, no repito las cosas dos veces.— volvió a amenazarlo, borrando la sonrisa de su propio rostro y antes de que el muchacho pudiera hacer algo, ella lo soltó para poder voltearse hasta el pelinegro detrás suyo.— Vayámonos ya, Gai-chan puede llegar a irse él contra todos imprudentemente.— dijo, restandole importancia al anonadado peliplata y retirándose luego de saludar a todos con un signo de la paz. El ahora conocido como Obito le dio un beso a Rin y siguió a la de coletas.
Kakashi había quedado mudo y Genma se le acercó para reconfortarlo.
— Lo siento por eso Kakashi, no son malos es solo que así están acostumbrados.— trató de excusar el del palillo en medio de los labios mientras los ojos azabache solo seguían la figura femenina.
— ¿Quién es ella?.— preguntó con su vista a un fija y firme en la silueta que se marchaba y escuchó una risita traviesa salir de la garganta de su amigo.
— Créeme, ya la conocerás. Es Haru, aunque los amigos la llamamos de otra manera. Aunque eso tendrás que averiguarlo por tu cuenta.— comentó pícaro y golpeó su hombro mientras el otro solo chasqueó la lengua.— Rin, sé linda como siempre y hazme un favor, ¿si?.— luego de molestar a Kakashi, Genma se dirigió a la castaña.
— ¿Qué necesitas?.— preguntó ella suavemente y con una sonrisa cordial.
— Kakashi es nuevo por aquí, ¿podrías darle un tour por el instituto y llevarlo a su clase?.— pidió y le guiñó un ojo, la castaña rió y negó suavemente gracias a la ocurrencia de su amigo.
— Bien.— asintió sin mucho problema y Genma festejó.
— Genial, nosotros tenemos cosas que atender así que nos retiramos. Nos vemos.— el pelilargo saludó a ambos y comenzó a caminar en dirección contraria al instituto.
— Adiós, niño lindo.— Anko sacó su dedo medio y sonrió mientras se lo mostraba a Kakashi y se iba junto a Genma, el Hatake solo se resignó y sacó su libro para poder leer.
Rin y Kakashi se quedaron solos en medio de la acera así que la muchacha revisó su reloj y ni bien supo qué hora era se dirigió a Kakashi.
— ¿Te muestro el instituto, Hatake-san?.— preguntó amablemente a lo que Kakashi asintió.
Ambos daban vueltas por el instituto y Rin le hablaba sobre qué era cada aula o habitación y de qué servían y demás. Cuando llegaron al aula, que curiosamente compartían, charlaron de trivialidades.
— Genma-kun tiene razón, los chicos son geniales y amables, solo que ahora están con unos problemas.— de repente Rin sacó el tema que no habían hablado pero quedó pendiente.
— ¿De "pandilleros"?.— preguntó irónico descansando su cabeza en el pupitre y ella hizo una mueca.
— Sí.— honestamente no supo qué responder, al parecer a Kakashi como a ella no le gustaba lo de la pandilla pero a diferencia de él, Rin así había conocido a sus amigos y sabía que en realidad no era todo tan malo como se escuchaba.— Pero una vez que los conozcas verás que lo que te digo es cierto.— aseguró pero Kakashi quien mantenía su libro abierto solo negó y posó su vista en las hojas.
— Lo dudo.— está vez él aseguró y Rin solo se limitó a desanimarse y entender.
(...)
Obito, Haru y Gai estaban caminando tranquilos hasta aquellas dos figuras en las sombras con chaquetas claramente distinguibles. Uno fumaba y sonreía ampliamente mientras los veía acercarse y el otro lejos de importarle solo contaba dinero.
— ¡Pero si ahí está el amor de mi vida!.— el de cabello grisáceo gritó, refiriéndose a la castaña de coletas, mientras soltaba el humo de su cigarro.— ¿Sabes lo que hicieron tus matones?.— dijo señalando a Obito. El trío paro su caminar a unos pocos metros de aquellos.— Me agarraron entre tres y me golpearon, ¿me das un besito curativo?.— el de orbes violetas señaló la comisura de sus labios donde justamente tenía una herida, esperando a que la muchacha acceda a besarlo pero lo único que ella hizo fue una mueca de asco.
— Me repugnas.— dijo y el otro hizo un suave puchero, gustandole completamente que lo rechacé. El que estaba a su lado, un pelinegro de cabello largo, terminó de contar dinero y dirigió su mirada a la de coletas.
— ¿Qué hacen por aquí?.— preguntó guardando el fajo de dinero en uno de sus bolsillos y observando a Haruka con desinterés.
— Salgan de nuestro territorio y dejen a los nuestros, no son sus perros.— Haru no dio vueltas y fue directo al punto.
— Nadie dice que lo sean, pero son dinero fácil y es increíblemente estúpido lo rápido que tu séquito enfurece.— Kakuzu también era directo con sus palabras y no le.importaba provocarla.
— Nuestro distrito no está hecho para peleas callejeras ni sustancias tóxicas, retírense o haré que lo hagan.— afirmó ella y los dos muchachos detrás de ella dieron un paso adelante.
— Eso es lo que más me gusta de ti, no le tienes miedo a nada.— el de pelo gris dijo mordiendo su labio inferior al terminar su frase pero solo consiguió una mirada amenazante de los muchachos y una mueca asqueada de la chica.
— Les he aguantado el que hayan acorralado a uno de los míos entre cinco y la advertencia fue considerablemente pequeña a comparación de lo que ustedes hicieron, si quieren tener problemas los tendrán.— aseguró sin cambiar su expresión a pesar de las muecas insistentes de Hidan.— Salgan del territorio y esto es asunto muerto.
— Ya sabes niña, vas a tener que obligarnos.— el pelinegro habló claro y conciso.
— Bien.— asintió y el trío volteó para irse, sin volver a mirarlos.
— Adiós, ¡belleza!.— sonrió tan perversamente como siempre aquel conocido como Hidan.
(...)
Las clases habían terminado y a la hora de volver a casa Kakashi no volvió a ver a Genma ni a la de cabello azul, solo estuvo con Rin y otros dos llamados Kurenai e Iruka los cuales fueron bastante agradables. No había sido un primer día difícil (sin contar la mañana) ni tampoco completamente aburrido pero aún no iba a confiarse, claramente. Habían inconsistencias y cosas no muy claras que a su parecer parecían tonterías de niños.
Mientras caminaba a paso tortuga de regreso a casa con su libro en mano escuchó a alguien acercándose detrás.
— Iru-chan, en serio perdóname.— una voz femenina pidió con un tono más agudo del normal.
— Haruka-san no me gusta que hagas esto por mí.— otra voz masculina pero suave contestó con firmeza. Kakashi dejó de leer.
— Ellos se lo buscaron.— aquello sonó parecido a una justificación hecha por una niña.— ¿Si me perdonas Irucchi?.— otra vez la voz femenina se agudizó y una pequeña carcajada del chico se escuchó.
— Está bien pero ya no lo hagas, las cosas pueden empeorar y ellos tienen mucha gente en el distrito, nosotros...— la estaba sermoneando pero de la nada su discurso fue cortado.
— ¡Más rápido Irucchi!.— ella exclamó.
— ¿Eh?.—el otro sonó confundido.
— ¡Vamos! ¡Corre como el viento!.— volvió a decir ella, dándole una orden.
— ¡S-si!.— él rápidamente accedió y al parecer comenzó a hacer lo que se le pidió. ¿Eran aquellos dos niños pequeños jugando?
— ¡Woooohoooo!.— aquella gritó como si estuviese en un gran juego a toda velocidad.
Kakashi de pronto sintió como alguien corrió a su lado y su mirada se alzó, de espaldas vio a un muchacho familiar a sus ojos cargar a una muchacha de coletas, él corría y ella reía a carcajadas mientras se aferraba a él. De pronto el muchacho dio un par de vueltas y Kakashi pudo ver el rostro de la muchacha de casualidad, la muchacha que hoy en la mañana lo había amenazado como un demonio ahora reía como una pequeña niña.
☆
Habemus nuevo AU, está medio flojo pero ¿qué les parece?
Además ¿qué les gustaría que escribiera? ¿Que quieren leer?
¡Los leo!
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