「Melodía del abandono」#3
జ్ఞూ
Con lágrimas en sus ojos y rabia, la castaña se dirigió con la misma velocidad de un rayo directo al bosque de dónde había llegado hace tan solo minutos, sabiendo exactamente y de memoria qué camino tomar.
No le era difícil seguir el rastro de Orochimaru y sus sirvientes, pasó muchísimo tiempo investigándolo, investigando cada detalle y pequeña pista que él y sus secuaces eran capaces de dejar. Ellos, al creerse invencibles, pensaban que no muchos irían a enfrentarlos. Haruka no aguantaría eso, podría ser una cobarde pero cuando tocaban a su gente todo cambiaba.
Su hermano, el abuelo, su propia vida... Iría a cobrarle todo aquello que esa serpiente descaradamente arrebató, corría hacia ello... Pero no pudo seguir, pues en su camino un kunai envenenado le fue lanzado desde las sombras y el cual por suerte pudo esquivar. No le fue difícil visualizar aquella figura que se mantenía observándola y provocándola así que decidió seguir a aquel ninja que la enfrentaba. Estaba segura que era un secuaz del sannin.
Kakashi no tardó ningún minuto más, ni bien la vio correr, corrió detrás de ella y la siguió.
Ahora buscaba a su novia con desespero. Habia estado luchando todo el día, su energía no estaba al cien por ciento pero haría todo y más por proteger a su amada.
Gracias a dios y tal vez a su rapidez, mientras corría, logró verla unos metros delante suyo, también corriendo pero viendo como de repente había parado.
— ¡Sal de ahí!.— gritó ella, con una de sus katanas en mano, en posición y esperando a su adversario con todos sus sentidos bien activos. Kakashi se quedó detrás de un árbol, al parecer Haruka se enfrentaba a alguien así que planeaba mantenerse escondido y darle una emboscada a quien quiera que este queriendo lastimarla.— ¡Da la cara y muere por la inmunda serpiente! Aún tengo que darle su merecido de parte de Hiruzen-dono.— exclamó llena de furia y unas graves risotadas resonaron por el bosque, Haru se mantuvo en guardia.
Un silbido comenzó a sonar y el cuerpo de la muchacha pareció paralizarse y titubear por unos minutos al reconocer lo que escuchaba, pero pronto sacó un pergamino y de él salió una flauta. Kakashi no entendía lo que veía ni qué ocurría, porqué tenia una flauta y qué significaba ese sonido pero ni bien ella comenzó a tocar la flauta, el cuerpo del peliplata dolió intensamente desde el interior, como fuego quemandolo, y al reaccionar y darse cuenta de lo que era, como pudo tapó sus oídos lo más rápido y firme posible, alejándose un poco de ahí pero aún siendo capaz de ver.
La música dejaba escapar un espeso humo entre gris y negro alrededor del instrumento y de la muchacha, y el Hatake pudo ver los ojos avellana de su novia cambiar de color a un intenso amarillo y brillar.
Un gemido de dolor y un gran estruendo de algo chocando contra el suelo llegó a los oídos de Haru que pronto dejó de tocar y ni bien alejó el instrumento, tosió, dejando salir sangre de sus labios. Ignorando ese hecho, caminó lentamente a donde se había oído el ruido, con su respiración agitada.
Kakashi la siguió, muy preocupado por lo que estaba ocurriendo, ingeniándosela y sacando algo de su equipo ninja por si debía volver a cubrir sus oídos.
— Nee~ Q-Que linda te ves, Akagawa-san, al parecer has avanzado mucho en tu técnica pero no lo suficiente para no dañarte a ti misma.— alguien dijo débilmente de entre las sombras y pasos lentos se escucharon gracias a las hojas siendo pisadas. En su posición, Kakashi logró ver que justo en frente de su novia, alguien estaba saliendo.
— Me estas confundiendo con alguien más, idiota.— la castaña guardó la flauta en su cinturón y apuntó el filo de su katana hacia aquella silueta sombría cubierta por una túnica. La confusión se hizo dueña de su expresión, sabía que había escuchado una melodía que solo ella y su hermano conocían pero aquel tumulto cubierto en túnicas que la había llamado con otro nombre extraño no podía ser su hermano.
Estaba cabizbajo, no mostraba su rostro, caminaba con cierta flojera en su cuerpo, como si nada le preocupara y solo unos metros los separaban a aquellos dos.
—¿Eeeh? ¿No recuerdas tu nombre original, Akagawa Oni?.— preguntó aquel con un tono burlesco y desagradable, como si quisiera colmarle la paciencia.— ¿Debería llamarte Byakko Haruka-chan?.— levantó la mirada y se deshizo de la capucha que cubría su rostro. Kakashi vio los ojos nuevamente avellanas de su novia abrirse a tope e inspeccionó al muchacho rápidamente al notar que ella parecía conocerlo.— Bueno, tiene sentido, eras muy pequeña para ese entonces, hermanita.— una sonrisa ladina se instaló en el rostro del muchacho de castaños cabellos. Kakashi observó detenidamente sus facciones, sorprendido por lo que había oído. Tenía algunos lunares en su rostro, era castaño y de ojos verdes, sus labios eran finos, no pudo negar que habían similitudes con las facciones de Haruka.
Las manos de la kunoichi comenzaron a temblar y por un momento el filo de su katana cayó un poco.
—¿T-Te...Tetsuya?.— la voz de la chica salió en un pobre hilo y no era difícil notar el repentino sudor en su frente. En un par de segundos ya era un desastre y eso preocupaba muchísimo a Kakashi. ¿Tetsuya?
¿Aquel... era su hermano?
— Pequeña Oni, si me recuerdas.— él siguió con el tono agudo y molesto, completamente tranquilo, nada que ver con Haruka que apenas podía mantenerse. Kakashi conocía bien esa expresión, podía jurar que ella quería huír y llorar.— ¡Tu aniki te extraño! ¿No vendrás corriendo a abrazarme?.— como si aquello fuese lo más normal del mundo, como si hubiesen vivido siempre juntos, él abrió sus brazos y sonrió felizmente, esperándola.
Haru temblaba como una hoja, estaba pálida y la respiración era pesada, le costaba estar de pie allí, frente a él.
— D-Detente.— nuevamente, queriendo reaccionar, acomodó el filo de su espada y lo enfrentó. Una traviesa lágrima recorrió la mejilla de la castaña que había estado aguantando su dolor desde ver al abuelo sin vida, en el suelo.
Tristemente su corazón no quería calmarse, hace mucho tiempo que no había vuelto a enfrentar a su hermano y sin embargo ahí lo tenia, frente a ella, burlándose en sus propios ojos.
— ¿Eh? ¿Qué pasa Oni?.— el llamado Tetsuya frunció su ceño e hizo un puchero con sus labios, como si no le gustara verla llorar.
— ¡No me llames así!.— la garganta de Haruka se desgarró al gritar aquello con furia y con tan solo ver sus ojos se notaba la rabia que sentía.
— ¿Acaso duele tu corazón si te llamo así? Pero así te llamas, ese es el nombre que nuestra querida madre eligió.— dijo, bufando y encogiéndose de hombros. Estaba dañando a Haruka con solo mantenerse ahí frente a su mirada.— ¿Lo recuerdas? Eres la pequeña niña maldita, Oni Akagawa, la niña demonio del río rojo, así quería identificarte nuestra madre.— sonrió ampliamente. Aún en el escondite, Kakashi sintió terribles ganas de salir y enfrentarlo, molerlo a golpes, pero sabía que su novia no se lo perdonaría si llegaba a hacer eso. — Es cierto, jamás te lo conté, ¿verdad? Jamás te conté la historia.— recordó, con una expresión de sorpresa.— Charlemos, revivamos nuestra infancia, imoto-san.— su tono de voz sonaba tan amigable e irritante, como la voz de algún psicópata que busca la simpatía de otros.
Ella se vio tentada a aceptar. No sabía nada acerca de su vida antes del abandono además de los recuerdos con su hermano. Pronto negó, tratando de deshacerse de las ganas de escucharlo, sabía que él solo estaba haciendo tiempo para que la serpiente pudiera escapar.
— No tengo tiempo para esto, ¡tengo que matar a Orochimaru!.— volvió a gritar, queriendo convencerse a sí misma de que ese era su objetivo ahora mismo. Debía matar a quien había asesinado al abuelo, no dejar que su hermano juegue con su mente y sentimientos.
Una expresión de indignación cubrió el rostro del otro castaño.
— Cuidé de ti por mucho tiempo y ¿ahora quieres traicionarme?.— se cruzó de brazos y bufó para luego recargar su espalda en un tronco detrás de él.— No seas ilusa Oni, no puedes matar a lord Orochimaru, ¿no recuerdas tus peleas conmigo y lo inútil que siempre fuiste? Hasta supe del enmascarado que te atacó dos veces, recientemente... Deberías agradecerme ¿sabes? Salvé tu vida esas dos veces con ninjutsu médico, si no fuese por eso, el de la máscara ya te habría asesinado. Tienes un buen hermano ¿no crees?.— los ojos de Kakashi y de Haruka se abrieron a tope, sin creer lo que habían escuchado.
¿Él la había salvado? ¿Sabía quién quería matarla? ¿Alguien enmascarado?
— ¡¿Tetsuya por qué estas tratando de detenerme?! Esa maldita serpiente mató al tercero, ¡ya para!.— gritó ya entrando en la desesperación, con cada segundo que pasaba, Orochimaru se alejaba y no aguantaba seguir escuchando. Quería salvar a su hermano, quería ir a abrazarlo y llorar, quería pedirle que no la deje nunca jamás pero eso, en esas instancias, era imposible.
— Estoy haciendo esto por ti, imoto-san, desde el principio es que estoy haciendo todo por ti.— los ojos verdes del castaño se clavaron en los avellana de su hermana, con una expresión totalmente diferente, seria y oscura.— Aún cuando pude haber elegido irme con mi padre, te cuide a ti por lástima.— se podía escuchar el desprecio de su voz al momento de decir aquella sentencia.
La kunoichi quedó completamente desorientada y confundida. Jamás había sabido acerca de sus padres, según su hermano, ellos eran huérfanos y sus padres jamás habían aparecido. ¿A qué se refería?
— ¿De qué...? ¿de qué estas hablando?.— tragó saliva costosamente. La katana apuntada hacia el castaño temblaba con sutileza y la tensión en el aire era más que notoria.
— Te contaré acerca de lo que antes no te conté, sé que tienes algo de apuro pero... también estas ansiosa por saber acerca de tu infancia y tus padres ¿no?.— él volvió a sonreír, mostrando la hilera frontal de sus dientes y achinando sus ojos.— Mhm, bien, empezaré con el cuento...— asintió convencido, sin esperar un asentimiento de su parte, y aclaró su garganta, como si se estuviera preparando para dar un discurso. Kakashi vio a Haruka sin ninguna intención de detener su habla, como si quisiera saber, y supo que debía idear un plan rápido.— Digamos que todo comenzó cuando la pequeña hija bastarda de la infidelidad de mi madre fue concebida y aquella mujer no tuvo valor suficiente para asesinarte, convirtiéndose en una completa idiota.— explicó, teniendo a Haru atenta a sus palabras y también sus movimientos.— Tenía toda su mierda servida, ¿sabes? Eramos una familia bien acomodada gracias a nuestro clan, fuera del país del fuego... Mamá y yo teníamos lo que queríamos porque mi padre era poderoso, hubiese vivido como un rey toda mi vida... Hasta que la estúpida de nuestra madre se acostó con uno de los plebeyos que servían a la familia... Suena muy patético, siempre que lo recuerdo me da rabia...— masajeó su sien como si los recuerdos realmente lo enloquecieran.— En fin, cuando ocurrió eso, mi padre se había ido por un año, por trabajo... Entonces ¿cómo le dices a alguien acerca de que te embarazaste en su ausencia y el hijo es suyo? No, no lo haces.— Tetsuya estaba contando todo como si fuese una anécdota más, los ojos de Haruka se movían desorbitados, Kakashi quería sacarla allí lo más rápido posible.— Dio a luz en secreto, antes de que mi padre vuelva y decidió escapar al bosque para abandonarte pero antes de que pudiera hacerlo... Mi padre descubrió todo y la echó a la calle con su pequeña y bella bebé, porque si, ella era una mujer bellísima... Somos un calco de ella.— él inspeccionó el rostro de su hermana y una mueca de angustia lo domino.
— Para.— balbuceo la muchacha, sin ánimos de seguir escuchando pero su pedido no fue útil.— ¡Para! ¡Para! No quiero oírte.— gruño, apuntando a él con su agarre más firme y sus nudillos blancos.
— El otro idiota, tu padre, cuando supo de su hija, quiso hacerse cargo de ti, pero fue despedido y jamás se volvió a ver, sospecho que lo ejecutaron.— siguió él sin problema.— A ella también la mataron, tendrías de tener unos tres años para ese entonces, y era obvio que tarde o temprano pasaría. Así que huí a Konoha contigo porque no podía volver con mi padre sabiendo que podría matarte al verte... Así que allí fue que revivimos como hermanos. No eramos hermanos por completo, por eso decidí tomar a Byakko y Seiryū, ¿recuerdas cuando te contaba historias acerca de los animales mitológicos?.— las mejillas y nariz de Haru estaban rojas, no emitía ningún sonido.— Y a ella, a mamá... ¿la recuerdas? Dicen que es posible borrar los recuerdos traumaticos como si nunca hubiesen ocurrido... Ella te odiaba, en cada golpe que te daba lo notaba... Terminó odiandome a mi por defenderte... Pero siempre fuiste tan adorable y pura, no podía dejar que mi pequeña hermana fuese herida, tú no tenias la culpa de existir.— la misericordia y tristeza eran fácil de oírse en la voz del hombre que veía a Haru, Kakashi podía notar el cambio de actitud, de ser un psicópata pasó a ser un hermano tratando de alejar a su hermanita.
— Deja de hablar Tetsuya.— volvió a pedir débilmente pero él no se detuvo.
— ¿Recuerdas cómo te llamaba? Oni, pequeña oni, eso era muy cruel para una pequeña niña...— paso a paso fue acercándose a Haru quién lloraba en silencio.— Nuestra madre era una adúltera, mi padre un cobarde. Jamás los hubiésemos necesitado.— pero de repente ella secó sus lágrimas como pudo, llena de rabia, aunque sus mejillas volvían a humedecerse.— Por eso fue que estuve dispuesto a hacer todo lo que mi pequeña hermana quisiera.— el brazo de Tetsuya se estiró y trató de llegar hasta el rostro de su hermana pero no pudo hacerlo pues tan rápido que vio sus intenciones, Haruka golpeó su mano para alejarlo.
Los ojos avellana dejaron escapar cientos de lagrimas traviesas mientras ahora bajaba poco a poco la espada por completo y seguía en shock.
— Tú no eres esto, Tetsu-aniki... Tu corazón era puro y precioso, tú jamás odiaste.— afirmó, sabiendo quién era en realidad su hermano. Queriendo creer que no había vivido con un mentiroso, que sus padres realmente no los conocían, que quizás su madre no había podido cuidar de sus hijos y dejó que la aldea lo haga por ella, que su padre había muerto dignamente en batalla o de alguna enfermedad. Quería creer que las historias heroicas y dignas que su cabeza había creado eran ciertas y no la atrocidad que recién tuvo que escuchar de los labios de la persona que su corazón más quería.
— Oni.— su voz llena de ironía le molestaba, ese estúpido nombre le molestaba.
— ¡No me llames así! Tú lo sabes muy bien, soy Byakko Haruka, un ninja de la aldea de la hoja en cargo del tercer hokage y con el valor de luchar y morir por la aldea si es necesario, estoy aquí para llevar a mi querido hermano otra vez a la aldea.— aseguró con firmeza, negándose a creer todo lo que oía.
— Tú jamas me conociste ¿cómo siquiera puedes querer a alguien que no existe?.— la expresión de valentía que había mantenido Haru se oscureció al escuchar sus palabras y darse cuenta que había sido engañada, una vez más.— Jamás volveré.
Darse cuenta que a nadie le había costado abandonarla.
Que no servia para nada.
Que ni siquiera, en ningún fugaz segundo, fue deseada por nadie.
Los minutos parecieron eternos luego de la dura frase de Tetsuya, donde todo el aura de Haru cambió. Donde Haru ya no sintió nada, o donde quizás sentía todo.
Inesperadamente ella saltó hacia atrás y su posición cambió, lista para el combate.
— Entonces moriré aquí.— dijo con tal frialdad e indiferencia que ocasionó un escalofrió en la espalda de su novio aún escondido. Sin titubear corrió hasta su hermano y él hasta ella, chocando los filos de su katana y el kunai que el hombre sacó.
— Te volviste toda una mujer, eh, Haru-chan.— una patada llegó a la pierna de Tetsuya que saltó deprisa y trató de golpear a Haruka por la espalda pero ella volteó a su misma velocidad y tomó el brazo que iba a interceptarla, tirando de el hasta abajo y golpeando el cuerpo del mayor contra el suelo.
Los ojos de Kakashi se abrieron a tope.
— Vuelve conmigo, no hace falta que sea a la aldea, podemos ser desertores, dejar de ser ninjas, poner un restaurante en medio del bosque y vivir ahí hasta el último día, no tiene que tratarse de herir o morir, aún podemos tener una vida tranquila.— Haru siquiera trataba de pelear, solo quería hablar con él y de una vez convencerlo a comenzar nuevamente una vida que no estaba completamente perdida. Su voz distante y sus ojos apagados dejaban ver que nada de lo que decía era mentira.
— ¿No te preocupa lastimar el corazón de tu amado al decir esas cosas?.— rió burlón el que estaba en el suelo. En ese instante Kakashi se sorprendió al escuchar esas palabras y trató de ocultarse aún más. No podría ser que lo haya notado.
El pie de Haru fue hasta el pecho de Tetsuya que aún yacía en el suelo y lo pisó para impedir que se levante.
— Él lo entendería, él entendería cualquier cosa y simplemente lo aceptaría porque tal y como yo, solo deseamos nuestra mutua felicidad aún si nuestros caminos deben separarse.— la expresión de Haruka era seria y él corazón de Kakashi se encogió, sintiéndose incómodo por un momento.
— Aún así está es mi decisión, hermana.— al decir eso, tomó de la pantorrilla de la castaña y tiró de ella, haciendo que caiga Haru caiga al suelo y logrando alejarse.— Mejor tú ven conmigo, no debe agradarte Orochimaru, yo podré cuidarte si tú estas ahí conmigo.— De un movimiento la kunoichi se levantó y siguió en guardia.
— Orochimaru no quiere nada más que beneficiarse a él mismo, no le importara perder un súbdito más y mucho menos si nosotros vivimos o morimos.— una mueca dominó el rostro de Tetsuya al escuchar aquello y comenzó a deshacer los vendajes de sus manos y brazos con la mirada de dos personas siguiendo atentamente sus movimientos.
— Estas equivocada.— murmuró, dejando caer lo que lo cubría y a la vista estaba su piel. Sus brazos estaban de un color entre purpura y azul, pútridos y extraños. Sin dejar pasar ni un segundo, su piel comenzó flexibilizarse y transformarse en un filo completamente dañino para cualquiera que lo tocara, como si esos brazos ahora fueran dos cuchillas. Tetsuya le dio una mirada instantánea a su hermana y con la velocidad de un rayo fue hasta ella, con la intención de apuñalarla.
A centímetros del cuello de Haru que aún no entendía lo que habían visto sus ojos, la cuchilla fue detenida.
— Creo que estas equivocado si creíste que podrías tocarla en mi guardia.— Kakashi había salido del escondite ni bien lo vio moverse a él y a Haru distraida, había llegado a tiempo para ir frente a ella y detener su ataque con un simple kunai.
— No me digas, ¿él también es familia ahora?.— los ojos verdosos fueron hasta los ojos avellana y una sonrisa ladina se dejó ver, como si con tan solo su expresión estuviera burlándose. Haru desapareció de atrás de Kakashi y de la vista de su hermano rápidamente, apareciendo justo detrás de él.
— Claro, si quieres puedes venir a la cena familiar.— su voz sonó pegada al cuero cabello de Tetsuya y Kakashi vio por un instante los ojos asesinos y expresión perdida que tenia mientras elevaba su espada, apuntando también al cuello de su hermano.
¡¿Realmente iría por su cuello?!
¡¿Va a matarlo?!
Con un giro inverso y sus cuchillas extendidas, se deshizo de Haruka y Kakashi que se alejaron rápidamente para no ser heridos. Otra vez la castaña se puso en guardia, con la katana en frente y Tetsuya sonrió tenebrosamente.
— En realidad si atacas para matar, eh.— rió por lo bajo, lamiendo un poco de sangre de sus brazos.
— Eso me enseñaste.— cualquier brillo o destello de la Haruka normal había desaparecido. Su rostro era una piedra, como si hubiera perdido su alegría y esperanza, como si solo fuera un robot.
—Tanto quieres a tu hermano que sigues todo lo que te enseño? Me conmueves.— le sonrió enternecido y luego miró a Kakashi.— Esto se pone divertido pero la verdad es que no me gustaría tener ningún tipo de interrupción, solo puedes ser espectador, hermanito.— al momento de decir eso, repentinamente un par de cadenas salieron disparadas de las mangas del castaño e inmovilizaron al peliplata contra el tronco de uno de los miles de arboles allí. Haru miró a su novio por el rabillo de su ojo, como si quisiera decir algo con tan solo su mirada. Como si quisiera que se quedara inmóvil, y así era, ya que con tan solo agacharse y toca el suelo, los pies de Kakashi fueron rodeados de lodo, aprisionándolo.
— ¡No seas ridícula Haruka!.— gruño cabreado, sin poder creer que estaba de acuerdo en luchar sola y tenerlo como un "espectador".
— Esta es mi lucha, Kakashi.— dijo ella fríamente, dejando atrás cualquier rastro de la risueña muchacha que siempre fue.
— ¡Esa es mi hermanita!.— Tetsuya reía alegremente, aplaudiendo por la escena pero Haruka no perdió más tiempo.
La lucha comenzó otra vez y los filos fueron directamente contra ella, Tetsuya apuntaba contra su estomago pero otro salto de Haru impidió ser siquiera rozada y de un giro en el aire con su katana logró cortar parte de la espalda de su hermano que gimió de dolor al sentirlo. Eran rápidos, los dos se movían rápidamente como si de eso se tratara, de escabullirse y golpear.
La castaña no llegó siquiera a aterrizar, antes de que pudiera siquiera tocar el suelo, un dolor punzante se apoderó de su hombro y vio como uno de los filos-brazos de su contrincante había atravesado su piel pues su filo se había estirado y llegado a ella desde su punto ciego.
De un movimiento y aún herido en el suelo, Tetsuya logró mover el brazo que la atravesaba y tirarla contra uno de los arboles.
El cuerpo de la kunoichi no chocó gracias a que pudo estabilizarse y aterrizar bien, aunque con un brazo inútil que colgaba y que podía mover muy débilmente quedaba en desventaja.
— ¿No usaras ninjutsu?.— preguntó curiosamente el castaño, recomponiéndose y haciendo tronar su cuello. Haru también se enderezó y relamió sus labios. Kakashi se había mantenido gritando para ser liberado, sin aguantar verla siendo herida, y había tratado de escapar pero por alguna razón, esas extrañas cadenas lo debilitaban más rápido si se movía, estaban absorbiendo su chakra.
— Para algo sirven mis puños y la katana.— dejó su brazo herido y sangriento detrás de su espalda y lo apuntó con el otro, el cual sostenía el arma.
Así fue la pelea, de puños, de dar y recibir golpes.
Los movimientos de Haruka era como si se trataran de un baile, sus pupilas se achicaron y no pestañeaba en ningún momento, sus labios se mantenían rectos, con ninguna expresión pasando por su rostro, todo contrario a lo que solía ser y todo lo contrario a su hermano que reía cruelmente, gimoteaba y sonreía entre orgulloso y psicópata, disfrutando cada momento de la batalla que partía el corazón de su hermana.
Luego de unos minutos, la katana estaba llena de sangre al igual que el brazo de Haru.
Manteniendo un poco de ventaja y aprovechando el movimiento tosco de Tetsuya, Haru alejó a su hermano de una patada justo en el rostro y sin esperar, lanzó el arma contra él, como si de un kunai se tratara. Pudo tomarlo con la guardia baja y atravesar el mismo hombro que él le había atravesado a ella. Corriendo rápidamente detrás de su katana, hundio más profundo el arma en su piel y clavó a su hermano y la katana en el tronco justo detrás de ellos, impidiéndole a él moverse. Un grito desgarrador salió de la garganta de Tetsuya y luego, en un instante, sonrió otra vez, mirando a su hermana que estaba a centímetros de su rostro.
Kakashi estaba cada vez más debilitado y solo podía mirar.
— Haru-chan, realmente te ves como un demonio ahora mismo.— comentó el de ojos verdes, ladeando un poco su cabeza y observando intensamente sus ojos, sabiendo que su hermana había perdido la cabeza. La inexpresividad de la muchacha no cambió.
— Tetsuya vivamos juntos, sé mi familia otra vez.— pidió nuevamente, sin haberse rendido y sin dar el brazo a torcer, creyendo fervientemente que aún podían ser los hermanos que solían ser antes de que todo ocurriera.
El shinobi desertor chasqueó la lengua molesto.
— Deja de ser un estorbo.— la expresión de Tetsuya había cambiado a una de enfado al escucharla y su brazo se movió levemente sin que Haru lo notara pero que Kakashi, casi cayendo en los brazos de morfeo, si pudo notar.
— ¡Haruka c-cuidado!.— gritó el Hatake pero antes de que la castaña pudiera entender lo que ocurría, su estomago fue atravesado por el brazo de su hermano.
Sangre volvió a salir de sus labios, dejando caer un poco de esta sobre el rostro del siervo del sannin que, inconscientemente, comenzó a temblar sin creer lo qué había hecho.
Aún así, Haruka volvió a levantar su mirada ante él.
— P-prometiste que... estarías conmigo... por siempre, prom-metiste protegerme... e-entonces ¿por qué... siempre... estuve tan sola?.— un par de lagrimas cayeron de sus ojos y fue en reversa lentamente para librarse del filo, ignorando el intenso dolor en sus órganos y concentrándose en la adrenalina de la batalla, siendo seguida por dos pares de ojos estupefactos.— ¿P-por qué... todos pueden venir y jugar conmigo...? ¿Por qué... a nadie le duele abandonarme...? ¿Por qué... debo vivir si solo soy un estorbo?.— la kunoichi consiguió sacar aquel filo de su estomago y cayó de cuclillas suelo.
Sus manos formaron un sello y un clon de sombras apareció para interceptar a Kakashi y lo desató con rapidez, ayudándolo a mantenerse de pie.
—Haru... ¿q-qué haces?.— preguntó el peliplata tratando de mantenerse de pie por si mismo y salir de sus brazos, el clon se lo impidió.
— B-Bakakashi...— sus manos temblaban y sus heridas no paraban de sangrar.— No vuelvas hasta que el clon desaparezca.— ordenó, levantando la mirada y, por un corto periodo de tiempo, volviendo a ser ella al sonreír muy levemente.
El shinobi de konoha se atemorizó por completo pero antes de poder negarse, fue tironeado y llevado lejos por el clon de su novia.
Lo último que él fue capaz de ver antes de alejarse fue a Haruka levantando su flauta.
Los labios temblorosos de la chica se quedaron a unos centímetros de la abertura del instrumento y segundos después bajo la aún shockeada mirada de su hermano una triste canción comenzó a sonar.
Tetsuya al oír lo que la flauta reproducía y reaccionar, desesperadamente tomó la empuñadura de la katana para sacarla de su hombros, sintiendo su cuerpo comenzar a arder y hervir desde el interior.
— Ne~ Tetsu-aniki.— la pequeña jugueteaba con la mano de su hermano mientras caminaban por la calle de la aldea, viendo a los niños y adultos.
— ¿Mhm? Qué ocurre Haru-chan?.— él contestó gentilmente como siempre solía hacer cuando hablaba con su hermanita y la miró con una leve sonrisa.
— Todos tienen padres pero nosotros no conocemos a los nuestros ¿por qué?.— inocentemente preguntó, dejando tildado por unos segundos al mayor que trató de no cambiar su expresión y forzó una sonrisa aún más amplia.
— Pues, a veces los padres no son necesarios para los niños, mientras nos tengamos el uno al otro nos alcanzará.— dijo, apretando suavemente la mano de su hermanita que abria sus ojos llena de sorpresa y comenzaba a asentir, creyendo que jamás necesitaría a nadie más además de aquel castaño.
Lagrimas caían de los ojos de Haru que comenzaban a tinturarse de un color carmesí brillante y dejaban marcas rojas a lo largo de sus mejillas al caer. Su nariz también sangraba pero aún se mantenía concentrada en la música.
— Haru-chan, debes ser buena y siempre escuchar a Hiruzen-dono ¿está bien?.— dijo Tetsuya luego de arropar a su hermana y cantarle una canción, recibiendo un asentimiento muy firme por parte de la niña.
— ¡Si!
Al lograr sacar la katana, Tetsuya cayó al suelo y gateó por el suelo débilmente, estaba siendo torturado por la melodía, con sus oídos y boca sangrando, tratando de alejarse lo más pronto posible del martirio.
— ¡Tetsu-aniki!.— el grito de la niña se escuchó justo después de que el castaño clavara la espada en el estomago del shinobi de Konoha que cuidaba las puertas.
Aún con su pelo desarreglado y el pequeño tigre de peluche, pudo escabullirse sin que su hermano se diera cuenta y seguirlo pero lo que vio no fue para nada bello. Él y las personas que lo habían ido a buscar mataron a muchos de los guardias de Konoha por la noche para hacerse camino libre y no ser atrapados.
— Adiós Haru-chan.— Tetsuya tiró unas cadenas que la ataron y evitaron que los siguiera, y se despidió para luego salir por las puertas de la aldea como si nada. Como si no estuviera abandonado a su hermanita.
De repente la melodía dejó de sonar y segundos después se escuchó la flauta de bambú chocar contra el suelo y seguido de ello, el cuerpo de Haru también cayó encima de este.
— ....
En otra parte del bosque, ya lejos de esa escena, el clon de sombras que llevaba a Kakashi desapareció.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y el pánico lo invadió.
— ¿Ha...Haru?
Hice mi mayor esfuerzo para conseguir que este os no fuera tan malo y para explicar la historia de mi niña, quizás hayan cosas que no logren entenderse y me disculpo si es así.
¿Qué piensan? ¿Qué sienten?
¿Qué creen que va a pasar?
Por cierto, Oni es "demonio/ogro/monstruo" (lo voy a utilizar como demonio aunque creo que sería más como un ogro, uds me entienden) y Akagawa seria algo así como "Río rojo"
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