「 Mejores amigos」
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La noche de Konoha estaba en su apogeo y un grupo de amigos lo vivía al máximo entre risas, bromas y buenos momentos.
— Mira Kakashi, toma de este.— Haru le dio a Kakashi que tome uno de los tantos tragos que había pedido para ella, haciendo que lo tome, e insistiría en darle otro pero el peliplata negó.
— Ya Haru, yo debo llevarte a casa, contigo borracha es suficiente.— rió divertido al ver el puchero que se formaba en sus labios y acarició su mejilla, enternecido.
— ¿Podrían dejar de ser cariñosos? Además ustedes.— se escuchó a Genma, quien señaló a Gai y Kakashi.— Ponen celoso a todos los muchachos aquí.—dijo con una sonrisa ladina, refiriéndose a que sus parejas atraían bastantes miradas.
— Nadie de aquí podría salir con Haru, ella es más de lo que merecen... Hasta para mi.— una de sus manos fue hasta la coronilla de la castaña para acariciarla, como la imagen de un perrito y su amo que hizo que Genma ladeara la cabeza. Gai siquiera había prestado atención, estaba sumido en su pareja.
— ¡Eso suena tan lindo!.— Anko gritó enternecida y ya algo borracha.— Aunque me la robaste, tonto.— bufo, dándole un golpe en la cabeza a Kakashi y rieron juntos. Haru hizo fondo blanco con otro de sus tragos.
— No puedes emborracharte Haru, sueles causar problemas.— Genma la regaño pero ella sacó su lengua, sin escuchar lo que decía.
— Callate Genbaaaaka.— chilló y haciendole la contra, tomó el shot que él tenía.
(...)
Haru y Kakashi salían del establecimiento donde habían pasado la noche con sus amigos. Iban tomados de la mano, Haruka daba pequeños saltitos mientras él se encargaba de ir en el camino correcto a casa.
— Eso estuvo divertido ¿no crees?.— la castaña comentó con una gran sonrisa por haber sido capaz de divertirse tanto con sus amigos y su novio en una noche tan perfecta como esa.
— ¿Hasta que tú y Gai quisieron entrenar en medio de la mesa? Si, estuvo bien.— Kakashi la quiso molestar, siendo divertido, Haru rió con él.
— Hey, no lastimamos a nadie. Gracias a Dios, Gai tiene una novia que lo cuida.— se encogió de hombros recordando como su amiga lo había mantenido a raya al igual que Kakashi a ella, sobornandola con comida y mimitos.
— Yo también te cuido, cariño.— él la jaló un poco para poder acercarla a su cuerpo y así poder pasar su brazo por encima de sus hombros, manteniéndola cerca y dándole un besitoben la frente, haciendo que se sonroje.
La pareja había estado jugando y charlando felizmente mientras se dirigían a casa, sin embargo, la silueta de un extraño apareció frente a ellos y los detuvo de repente. Haru miró extrañada al muchacho de cabeza agacha, Kakashi se mantuvo sereno, el castaño levantó la mirada, enfrentando a la pareja.
— Iru...ka.— el cuerpo de Haru se tensó al ver aquel rostro que hace bastante tiempo no veía y Kakashi lo notó, por lo que apretó suavemente el hombro de su novia, como aliento.— ¿Estas bien?.— se atrevió a preguntar pero el ambiente se mantuvo en silencio. Luego del incidente y pelea de los tres, la pareja ya no había visto a Iruka y ella mentiría si no dijera que lo había extrañado.
Poco a poco el cuerpo de Iruka se movió, se puso de cuclillas y se inclinó ante la pareja.
— Byakko-san, Hatake-san...— se escuchó mientras él mantenia la cabeza en el suelo, sin mirarlos.— Perdón por absolutamente todos los problemas que les causé.— dijo, pidiendo disculpas. Haru miró confundida a Kakashi y luego volvió a Iruka que seguía en el suelo. No supo qué decir, se quedó estupefacta.
El aire era muy tenso y a ella no le gustaba para nada ver a su mejor amigo de esa forma... Tan frágil, tan triste.
— ¿B-Byakko-san?.— rió levemente, con cierta incomodidad pero tratando de calmar el ambiente para arreglar las cosas.— ¡V-vamos! no seas tan frío, sabes que me puedes llamar Haruka-senpai.— la sonrisa en su rostro temblaba mientras se alejaba un poco de Kakashi para ir hacia su amigo y con la intención de tratarlo como siempre había hecho, intentado seguir con su personalidad juguetona. El peliplata miraba sin hacer ninguna expresión o comentario, sabía lo que cada uno significaba para el otro y en verdad esperaba que pudieran arreglar su amistad.
— No, Byakko-san.— pronto, el moreno levantó su vista antes de que ella pueda siquiera acercar su mano a él.— Sé que he sobrepasado los límites, he jugado con usted y falté el respeto a su persona, al igual que con Hatake-san.— al ver la dura y seria expresión del Umino, la sonrisa nerviosa de Haruka, que tanto había luchado por mantener, se esfumó para darle paso a una expresión preocupada.— He decidido alejarme y creo que eso será lo mejor para los tres.— la angustia fue el próximo sentimiento que se manifestó en el rostro de la muchacha que no entendía qué ocurría.
¿Él estaba pensando dejarla como su hermano habia hecho? ¿Como Obito?
— ¿Q-qué?.— su cuerpo había comenzado a temblar inconscientemente. Kakashi quería ir a consolarla y parar con esa tontería pero quizás Iruka estaba muy herido gracias a los sentimientos. Él mismo había sido testigo de lo que aquel hombre sentía y sabe cuán doloroso puede ser enamorarse y amar de alguien inalcanzable. Enamorarse y no ser correspondido.
— Iruka, nadie está enojado contigo.— Kakashi intentó calmar las cosas y hacerle entender que en realidad no había ningún problema, las cosas habían pasado y ninguno mantenía rencor. El moreno lo miró y Kakashi percibió dolor en su mirada.
— Usted sabe muy bien... Lo que siento.— los puños de Iruka se tensaron al decir aquello y corrió su vista, sin atreverse a mirar a la castaña.— Quiero que Byakko-san sea feliz, desde el momento en que la conocí quise que fuera feliz, y sé quién la hace feliz... No puedo evitar que eso... me cause dolor.— un pequeño puchero se formó en los labios de la muchacha que no queria creer en eso ni pensar acerca de perder a su amigo, él volvió a mirarla con su expresión llena de agobio, de tristeza, de lamento y hasta cierto arrepentimiento.— Será mejor alejarnos, yo siempre apreciaré su amistad, gracias por haber sido geniales conmigo y disculpen el haberme entrometido en su vida.— lágrimas habían comenzado a brotar de los ojos avellana de la muchacha y su nariz se había puesto completamente roja, Iruka se levantó y volteó, para comenzar a retirarse.
— ¡Iru-chan!.— salió de la garganta de Haruka, con su tierna voz rota y terminando como un quejido de dolor.— No te vayas Iru-chan, nosotros somos amigos, ¡no me abandones!.— Iruka desapareció en la penumbra de la noche sin voltear en ningún momento.
Kakashi fue hasta Haruka quien lloraba viendo como el otro se alejaba pero no iba detrás de él. No podía hacerlo.
— Haru...— el peliplata abrazó a la chica que lloraba desconsolada y acarició su cabello,queriendo consolarla. Ella también lo abrazó.
— N-no quiero que dejemos de ser amigos p-pero... él estará mejor sin mi, ¿no?.— preguntó y usó sus manitos para intentar limpiar sus lágrimas, su maquillaje comenzaba a correrse y tristemente ya no estaba la expresión feliz que toda la noche había mantenido. — Si le causo desgracias y hago que su corazón duela... e-esta bien que se aleje de mi. Por eso todos se alejan.— Haru lloró en su pecho y el corazón del Hatake se rompía con cada sollozo de su novia.
— No llores pequeña... Tú no le causas dolor y jamás te odiara, él solo necesita tiempo.— no le gustaba verla de esa forma, lo odiaba completamente y aunque entendía el dolor de Iruka, también entendía el de su novia y no dejaría que nadie le haga daño.
— Quiero ir a casa, Kakashi.— escuchó a Haru por lo bajo luego de sorbar sus mocos.
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