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〖Hija〗

Pasado

— ¡Busquen por cada fracción de este maldito lugar!.— ordenó el peliplata sin tratar de esconder su impaciencia ante la situación, recibiendo de inmediato un asentimiento de todos los compañeros que desaparecieron enseguida.

Kakashi estaba extremadamente preocupado por su amiga y era notorio en cada gesto que hacía mientras buscaba junto a los otros por cada potencial escondite.

Él recordaba que en contra de la voluntad de Haruka le habían asignado un grupo de niños, ya hace algunas semanas, para que lidere y ella se convierta en su sensei... Aunque la muchacha se negaba rotundamente y ponía excusas de que aún era joven o que podría hacer otros trabajos, cuando los conoció terminó tomándoles cariño, aún con muchísimo miedo de ser sensei, se lo había mencionado reiteradas veces a él y que estaba buscando alguna forma de no liderar a esos niños ni a ningunos otros, que aunque era agradable sabía que no era lo suyo... Al principio lo único que hacía con su equipo era ir a misiones sencillas, nada de luchas, enfrentamientos o cosas de esas... Pero esta vez habían asignado una misión en la que se supone no debía pasar nada malo, donde escoltarían a alguien y volverían... Pero la fecha en la que debían regresar a la aldea pasó, un día y medio pasó exactamente, lo cual era bastante extraño, y ahora un equipo de shinobis (donde también estaba Kakashi).fue mandado a buscarlos.

Kakashi supo que aquellos lares, el camino que debían tomar para escoltar a la persona que debían, eran muy peligrosos... ¿Se habían encontrado con problemas?

Un ninja llamó y alertó a los muchachos que ni bien lo escucharon sabían que debían volver a reunirse de inmediato.

A unos metros de distancia, uno de los shinobis había encontrado a la muchacha y ordenado al otro que llame a Kakashi. La castaña tenía una expresión aterrorizada, como en shock. Muchas heridas y sangre seca y humeda cubrían su cuerpo, además que aparentemente su brazo diestro y su pierna diestra estaban rotos.

— ¿Haruka-san?.— la llamó el shinobi, intentando ver si estaba consciente o no. Los ojos avellana estaban completamente abiertos mientras abrazaba a uno de los niños de su equipo que estaba recostado en su regazo y con algunas heridas, lleno de vendajes. Ella temblaba, acurrucada en aquel recóndito lugar en el que se escondía junto al pequeño.

— Nos encontraron, n-no pude salvarlos...— balbuceo una y otra vez, sin observar al ninja, como si se lo estuviera recordando a ella misma. Pronto Kakashi y los demás llegaron hasta allí y uno comenzó a tratar las heridas de los dos con rapidez.

El corazón de Kakashi dio un salto de solo verla. Un sentimiento agridulce lo absorbió...

La encontró gratamente con vida, pero completamente rota. Física y mentalmente.

— Maldición.— maldijo Kakashi por lo bajo, hincándose ante ella y tomando su rostro entre sus manos, acariciando este y tratando de encontrar su mirada.

(...)

Al día siguiente y muy temprano Haruka estaba de rodillas en el suelo, su frente tocaba la gélida madera de este y mantenía una respiración lenta, como si esperara ser ejecutada, sin ningún tipo de expresión en su rostro pero con furia y desconsuelo en su corazón.

No se atrevía a mirar a Hiruzen que estaba frente a ella, fumando de su pipa y sintiéndose muy mal por aquella a la que aún veía como una pequeña.

Kakashi también estaba en la habitación, en la puerta y haciendo guardia pero manteniéndose casi invisible, sabíendo que no debía intervenir... Había acompañado a su amiga hasta allí luego de que trataran sus extremidades y que encontraran los cuerpos de los otros dos niños... Sin vida. Ella no dijo nada más en todo el día además de "no pude salvarlos" sin derramar ni una sola lágrima o quejarse.

Aunque Hiruzen al verla le había dicho que no había razón para inclinarse pidiendo disculpas ella simplemente no dijo nada y se mantuvo en su posición.

Pidiendo que le corten la cabeza.

—Hija...— el anciano la llamó, resignado y sabiendo que era culpable directo de lo ocurrido.

— No me llames hija.— ordenó ella rápidamente.

Kakashi la observó sintiéndose como mierda. Él sabía muy bien que Haru no había pedido un equipo en ningún momento, que se había rehusado a la decisión del Hokage, que trató de revertirlo y que jamás quiso involucrarse con nadie porque no se creía lo suficientemente buena porque, en su mente, si alguien debía morir entonces prefería morir ella sola en una misión que ella y todos sus acompañantes arrastrados allí...

Pero los ninjas necesitan trabajo en equipo, es una regla fundamental...

La muerte es normal en este mundo.

— No es tu culpa, estas muertes no son tu culpa, el pequeño que sobrevivió nos contó todo lo que ocurrió y que trataste con todas tus fuerzas de protegerlos, dijo que los interceptaron, que los protegiste con tu cuerpo pero que los niños trataron de ayudarte involucrándose en la pelea...— Hiruzen habló con calma, despidiendo el humo de su sistema.— Esto fue mi culpa, creí que la misión sería sencilla, no pensé que fueran a atacar a unos niños, ni mucho menos que aparecerían ninjas renegados allí...— confesó, cerrando sus ojos y frunciendo su ceño suavemente. Kakashi observó atentamente como el cuerpo de Haruka se tensaba al igual que su mandíbula de solo oír lo que decía, casi temblando de rabia.

Así lo percibía él.

— Te dije que no debías ponerme a cargo unos niños, que no funcionaría.— dijo ella aún con su tono seco y hostil.

— Hija...— volvió a llamarla Hiruzen, cortando su discurso y tratando de que no se echara la culpa.

— No soy tu hija.— volvió a decir fríamente sobre la voz del hokage , oponiéndose a la simple idea que no parecía perturbarle, como si estuviera acostumbrado a ello.

— Cuida tu tono.— dijo.— Tú sabes que aunque hubiesen habido otros jōnin las cosas aún hubiesen terminado mal porque aquello fueron con intenciones viles y sed de sangre, hiciste lo que pudiste. Esos delincuentes iban a matar a cualquiera que se cruzara y aunque es una pena, esta es la vida de un shinobi.— odiaba oír eso, esa estúpida y patética excusa de "la vida del shinobi".

La vida del shinobi es una completa mierda.

Kakashi pudo ver a la perfección como los ojos de Haru se abríeron con fuerza, velozmente y luego de la premisa del anciano, alzando su mirada casi inconscientemente.

— Yo no quiero esta vida, no quiero matar niños, no quiero luchar hasta cansarme y desmayarme, no quiero hacer sufrir a nadie y no quiero ser un ninja en lo absoluto, soy una cobarde y quiero quedarme así, quiero encontrar a mi hermano, abandonar esto y vivir tranquilamente hasta que el destino quiera que me vaya.— exclamó, como si le estuviera recordando sus objetivos.— ¡Sólo deja que...!.— pronto el Hokage la interrumpió.

— No.— las cejas de Haru se fruncieron y se levantó del suelo.

Siempre era lo mismo en sus discusiones, al menos en las que Kakashi había estado presente. Haruka jamás se rindió con su hermano, de hecho había construido su vida alrededor de él y de sus planes de devolverlo con ella, como si fuese su única meta. Kakashi siempre se preguntaba qué pasaría con ella una vez que lo consiguiera, ¿realmente desaparecería? ¿Viviría feliz como comerciante sabiendo que su hermano puede dejar de luchar y también ser feliz? Inevitablemente él quería ver que lo lograra... Quería verla feliz.

Pero el Hokage no le permitía ir a misiones en busca de él, como si supiera que moriría de solo intentarlo. Había organizado algunas para ella, claro, pero se rehusaba a dejarla largarse por su cuenta... Después de todo era otra de los niños desamparados que había criado, no podía dejarla ir así como así.

— Deja que abandone todo esto.— continuo.— Deja que busque sola y que alcance mi felicidad o mi maldito fin, deja que busque a mi hermano sola o me muera en el intento y ya termine todo de una vez, dejame vivir como quiero, por favor.— pidió, casi rogándole.— No pediré nada jamás, si lo logró ya no pediré nada.— aseguró, tratando de convencer a aquel que no parecía siquiera considerarlo.

— Si quieres terminar con esto entonces puedes dejar de ser shinobi y vivir normalmente en la aldea, te apoyaré en ello, pero no dejaré que vayas a una misión suicida y mucho menos a buscar a Tetsuya quien tomó sus propias decisiones años atrás, quien supo qué hacía y quien ahora debe acarrear las consecuencias de sus actos.— el Hokage le dio la espalda, el ojo de Haru tuvo un pequeño toc y sus dientes rechinaron, como si su premisa no le haya gustado en lo absoluto.

— ¡¿Eso en qué te afecta?! ¡¿Por qué no me dejas tomar mis decisiones?!.— gritó cuestionando las decisiones del líder de la aldea y perdiendo la calma que había tratado de mantener.

— Soy el hokage y velo por la vida de mi gente.— sin embargo Sarutobi no perdía la calma.— Hija necesito protegerte.— inmediatamente al escucharlo repetir esa palabra otra vez y de un rápido movimiento Haruka desenfundó la espada que llevaba en la espalda y apuntó directamente al Hokage pero pronto Kakashi se puso adelante, para protegerlo.

— ¡Atrevete a llamarme hija una vez más!.— vociferó por encima de la voz del Hokage, mirando fulminante y casi asesina al anciano que se quedó pasmado por unos segundos y luego bajó aquel particular sombrero que llevaban los hokages, ocultando su rostro. El pelilplata pudo ver la furia, descontrol y angustia que se asomaba por la expresión de su amiga que parecía haber perdido su ser totalmente.

El ambiente se tensó mientras la castaña seguía apuntando directamente al pecho del anciano y por ende al del peliplata con una respiración pesada y rápida. El Hokage suspiró.

— Llevala a casa Kakashi.— dio la orden al peliplata que asintió sin más y de repente Haru pareció entrar en sí, volver a sus cabales y notar lo que estaba haciendo. Sus manos temblaron y tiró la espada a un lado, con su expresión cambiando a una que irradiaba desesperación.

— Ho-Hokage-sama...— lo llamó en un hilo de voz con sus ojos inundandose gracias a las lágrimas.

— Ve a casa Haruka te lo ordeno.— fue lo ultimo que dijo el Sarutobi, dándole la espalda y solo centrándose en su pipa.

Kakashi la escoltó fuera mientras ella parecía pérdida en sus pensamientos.

Los dos llegaron a la casa de la chica y entraron, absolutamente callados.

Kakashi cerró la puerta detrás suyo, Haruka se quedó tildada, parada en medio del camino, justo frente a él.

— Llora si necesitas hacerlo, no dejaré que nadie lo sepa.— dijo, cortando el sepulcral silencio. Haru se volteó suavemente a él, dejándole ver perfectamente su mirada perdida y las miles de lágrimas que caían mientras su expresión era neutra.

Ni bien sus miradas se encontraron y sus corazones se conectaron, Haru cambió su expresión a una llena de tristeza y comenzó lloriquear y sollozar para luego tirarse a los brazos de Kakashi que la contuvo sin problemas, acariciando su cabello y dejando que su pecho fuese humedecido por las lágrimas.

Recuerdo que muchos me preguntaban porqué a Haru no le asignaban un grupo, aquí la razón.

¡Espero les guste! Esto es como cuando tenían 20/21 años los niños, quise retratar cuanto Kakashi solía pensar y apoyar a Haruka aún cuando siquiera se había confesado.

also la escena de Hiruzen y Haru está inspirada en un musical que me gusta, amé hacerlo así akkajskans♥

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