「 El rostro de Kakashi」
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➸ ❀La castaña estaba parada en la puerta del apartamento de Kakashi, golpeando y golpeando sin parar mientras sostenía en su otra mano la olla envuelta en una bolsa. Iba como toda buena amiga y compañera a cuidar a su camarada enfermo, sin previo aviso.. Por lo que él se encontraba durmiendo.
Ella ya estaba hartándose de esperar a ser atendida, en cualquier momento tiraría la puerta abajo si el Hatake no le abría la puerta.
— ¡Oi! Bakakashi!.— gritó una vez más, a nada de entrar sin permiso e ir directamente a golpear al idiota ninja copión.
— Voy, voy..— escuchó la voz de aquel muchacho desde adentro y los vagos pasos acercándose hacia la puerta. La expresión de la castaña era como la de un demonio, hacia frío y quería entrar, no era muy paciente que digamos.
— ¡Apura tus piernas!.— ordenó sin dejar de golpear la madera agresivamente mientras tiritaba.— ¡Se enfriara el caldo de pollo!.— advirtió y de repente la puerta se abrió, haciendo que el puño de Haru sea parado por la mano del peliplata frente a ella.
— Ya, no te enojes Haru.— reclamó él y ella bufo con el ceño fruncido.
— Eres un... — iba a insultarlo con todo su armamento hasta que levantó su mirada y vio a aquel hombre frente a sus ojos, desconociendo todo. Tenia el torso descubierto, su pelo plateado y su cara... expuesta.— ¡¿Y tú quién eres?! ¡¿Por qué hablas como Kakashi?!.— gritó Haru, escandalizada y zafándose de su agarre, dando un salto hacia atrás, sin saber quien era aquel hombre que había abierto la puerta y qué hacia allí.
— ¿Haru?.— él ladeó su cabeza, confundido por su reacción y vio como ella le apuntaba con la cuchara de madera que había sacado de la bolsa que traía.
— ¡AAAAAH! ¡¿Qué le hiciste a Kakashi?!.— volvió a gritar, mirando para todos lados en busca de su amigo y alejándose cada vez más cuando aquel, para ella, "desconocido", se le acercaba.
— Oi Haru, calmate, soy yo.— dijo este, riendo por la situación y alzando sus brazos, inocente. Haru se sonrojo violentamente de solo ver aquella sonrisa pues era muy guapo, estaba semidesnudo y eso no le ayudaba.— Pelo plateado, ojo cerrado, mismo cuerpo.— decía, señalando cada parte que nombraba para que se diera cuenta de que en realidad si era Kakashi... solo que sin máscara.
— ¡¿Y si esto es sólo un jutsu de cambio de apariencia y como apenas conoces a Kakashi lo hiciste así creyendo que caería ante tu truco?!.— cuestionó ella, aún más amenazante con la cuchara de madera y haciendo que Kakashi se aparte un poco.
— Si que tienes imaginación Haruka.— comentó él, seguido de un bufido. Kakashi miró para adentro, aún tratando de calmarla, en busca de su máscara y ni bien la encontró, la tomó y volvió a ponersela.— Mira.— dijo ni bien lo hizo y levantó un poco su cabello aplastado para demostrarle que era quien decía ser. Haru lo observó por unos segundos y luego bajo la cuchara.
— ¿Bakakashi?.— murmuró confundida y Kakashi se alivió de ya no estar siendo amenazado por Haruka y su temible cuchara de madera.
— Harubaka querrás decir.— dijo él, volviendo a sacarse su máscara y haciendo que ella entre a su casa de una vez para cerrar la puerta.
— ¡Oi! No es mi culpa, jamás había visto tu rostro...— se excusó la castaña, dejando la olla que todo ese tiempo había estado cargando y suspirando para luego tirarse en la cama del peliplata.— Estaba preocupada.— admitió, refregando un poco su rostro y cerrando sus ojitos.
— ¿Y qué dices?.— preguntó Kakashi, cruzandose de brazos y recargandose en el marco de la puerta de la cocina. Haru volvió a levantarse y lo miró, esperando a que hable.— ¿Te sigo gustando aún sin la máscara?.— preguntó con una sonrisa pícara que casi mata a la chica y la hizo volver a sonrojarse.
— ¡¿Q-Quién dijo que me gustabas?!.— gritó enojada y él carcajeo divertido. Ella tomó unas almohadas y comenzó a tirarselas.— ¡¿Puedes ir a cubrirte?! Vas a empeorar.— cambió rotundamente de tema viendo como el otro aún reía y asentía para buscar una camiseta que ponerse.
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Haru había vuelto a calentar el caldo de pollo que había preparado y traído exclusivamente para Kakashi y ahora lo servía para llevarlo a la mesa, donde el peliplata ya se encontraba sentado y bien tapado.
— ¿Viniste a cuidarme?.— preguntó Kakashi ya cuando tuvo a la castaña sentada frente a él, mezclando su caldo.
— Si idiota, te enfermaste por estar entrenando conmigo en la lluvia, debo hacerme cargo.— explicó, mirándolo y cubriéndolo bien con la manta. Él no podía dejar de admirar su precioso rostro y sentirse genial de tener a la linda chica cuidándolo.
— Serás una gran esposa y madre algún día, Haru.— comentó vagamente él, recibiendo un repentino golpe en la cabeza.
— ¡Deja de decir estupideces!.— ordenó la kunoichi a lo que él solo se quejó y rió por lo bajo. Ella aún seguía mezclando el caldo de Kakashi que estaba muy caliente (el caldo), él solo miraba aquel líquido dar delicadas vueltas en el plato y Haru lo miraba a él, curiosa e inspeccionando cada parte y detalle de su rostro. Era sorprendente, Kakashi era muy guapo y su sonrisa muy tierna, ella creía que ocultaba algo peor bajo su máscara como alguna cicatriz o dientes feos pero, en realidad, era perfecto.— Tienes un bonito lunar.— comentó la chica, de la nada, llamándole la atención a Hatake que pronto levantaba su vista y la miraba fijamente.
— ¿Huh?.— murmuró, sin haber escuchado bien qué había dicho.
— El lunar..— volvió a mencionar Haru, tocandolo suavemente con su mano desocupada.— Es bonito.— repitió y en ese momento Kakashi se sorprendió más de la cuenta. Su corazón se detuvo por unos segundos y sus ojos temblaron. De repente se sentía muy nervioso e inevitablemente corrió la mirada y tapó disimuladamente su rostro con su mano.
¿Qué era eso que sentía? ¿Por qué le gustó la expresión tan linda de Haru?
— G-gracias.— dijo, acomodando su voz para que sonara normal pero no lo logró. Sus mejillas ardían.
Haru se intrigo al ver a Kakashi tan ansioso de pronto así que bajó y acercó un poco su rostro para poder verlo bien, notando el gran rubor que tenía sobre sus mejillas y como trataba de ocultarlo.
— Wow, tú también te sonrojas..— habló maravillada de ver aquella expresión en Kakashi que jamás había logrado ver y ciertas maripositas en su estómago, aunque las ignoraba.
— Es por.. la fiebre.— el peliplata no quería que lo viera, se sentía extraño de estar tan vulnerable ante ella pero no podía evitarlo. ¿Le gustaba Haru más de la cuenta?
— ¿Estas poniendo excusas?.— la castaña rió sin poder creerlo.— Admite que te hice sonrojar Bakakashi, soy.. ¡soy DIOS!.— exclamó, dejando la cuchara de lado y pegando una risotada digna de algún villano malvado de cuentos infantiles. El chico volvió a mirarla, de mala gana.
— No puedo creer que tengamos la misma edad. suspiró y negó para luego reír un poco.— Haru tomó un poco de caldo con la cuchara y después la mano de Kakashi, para hacer que la mire.
— Abre la boca y di nyaaaan.— ordenó luego de soplar y llevando la cuchara cada vez más cerca a los labios de Kakashi que alzaba sus cejas sorprendido.
— Oi Haru..— él iba a oponerse y trató de detener la cuchara pues no esperaba aquello pero Haru no se lo permitió y al final terminó metiendo la cuchara en la boca del ninja.
— ¿Está rico?.— preguntó feliz luego de alimentarlo. Él saboreo con algo de miedo al principio pero después abrió sus ojos bien grande, asombrado.
— Es.. delicioso.— admitió luego de tragar, ella sonrió alegremente.
— Me alegra saberlo, es todo para ti.— volvió a bajar la cuchara y llenarla de caldo con la intención de alimentar nuevamente a Kakashi. — Nyaaan.— pronunció a medida que acercaba la cuchara. Él sonrió y la aceptó con gusto.
Me ayudan mucho votando y comentando, ¡no tengan vergüenza!♡♡
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