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〖Beso〗

✧₊˚· ७


(

*) Haru recién llegaba de la misión y sus ánimos estaban a tope ya que todo había salido genial y habían llegado sanos y salvo, por lo que, al extrañarlo tanto en esos días de ausencia, quería invitar a Kakashi y quizás a los pequeños que tenia de alumnos a comer pero no los encontraba por ningún lado así que daba vueltas por absolutamente toda la aldea. Le habían informado unos amigos que su novio estaba junto a una muchacha, que era algo así como su escolta o acompañante mientras recorrían la aldea, no entendió muy bien pues fue todo muy a prisa, solo sabía que estaba en medio de una misión así que mejor buscaría a los niños y esperaría a que Kakashi termine su cargo o también invitaría a la muchacha que escoltaba, si es que no había problema.

Mientras caminaba por todos lados y comía una paleta de cereza de esas de las que jamás se cansaba pudo ver a los niños, Sasuke, Sakura y Naruto, subidos a un árbol y cuchicheando como si estuvieran espiando a alguien. Como era sabido ella jamás se quedaba con la duda.

— Hola.— tan de repente y de la nada ella apareció en la rama al lado de los niños que ni bien la vieron casi se mueren del susto.

— ¡Haruka-san! ¿Qué hace aquí?.— Sakura se alarmó, Sasuke miró de reojo a la mayor.

— Los estaba buscando, y a Kakashi-san, ¿lo vieron?.— preguntó y pronto Naruto volteó a verla.

— Mire, él está allí.— lo señaló el pequeño rubio. Debajo del arbol a unos metros de distancia estaba Kakashi de espaldas junto a la mujer que escoltaba.— Ahora les creeré eso de que ustedes solo son amigos, parece que esa es su novia.— le dijo Naruto inocentemente y la castaña fruncio suavemente el ceño, sin gustarle lo que había oído.

Ella los observó pero no podía escuchar nada de lo que decían pues un extraño sentimiento que nunca había sentido se apoderó de ella. Ni siquiera le prestó atención a los niños haciendo tonterías y a punto de caer, solo observó a Kakashi que parecía muy a gusto con la mujer.

— Espera Naruto vas a romper...— Sakura se iba a quejar pero de pronto la arma que los sostenía se rompió. Todos los niños cayeron del árbol pero Haru se quedó allí arriba del arbol y vio a Kakashi caer encima de la mujer.

Hubo un gran silencio y algunos gemidos por parte de los niños que habían caído. Sasuke y Sakura de pronto recordaron algo y voltearon a ver hacia el árbol pero Haru ya se había ido tan rápido como había llegado.

(...)

La cara le había cambiado completamente, estaba de malas queriendo romper cualquier cosa que se le cruzara y de su mente no salía aquella escena de su novio con la muchacha. No era sano pero no tenía otra manera de reaccionar a algo que nunca le había ocurrido.

"Bien, no hay porqué ponerse tristes, eso fue un accidente." Se repetía una y otra vez, no fue culpa de ninguno y ese beso ni siquiera había sido querido o real, ¿por qué se sentía medio tonta?

— ¿Haru? ¿Qué onda?.— Genma y Anko la encontraron en Ichiraku ramen y no perdieron tiempo para sentarse con ella.

— Hola Koko y Gencchi...— saludó Haru después de terminar su tazón de ramen, con una inusual expresión que no solían verle.

— Tú y tus apodos.— se burló Genma, pellizcando suavemente su mejilla.

— Te ves rara. ¿Es por eso de que Kakashi está escoltando a una muchacha?.— rápidamente inquirió Anko y eso hizo que la castaña ponga una expresión peor.

— ¡Para nada!.— exclamó ella negando completamente y aquellos dos se miraron, sabiendo que era exactamente por eso.

— Aish tranquila, tú eres mucho más linda que ella.— la tranquilizó la peliazul afirmando.— ¿No Genma?.— volteó a ver al castaño para que coincida con su opinión y este asintió tranquilo.

— Si ustedes dos no fueran mis amigos, creeme que ya lo hubiese intentado contigo.— Genma confesó y sonrió coqueto pero pronto recibió un golpe en la cabeza por parte de Anko de tan solo escucharlo y él se quejó para luego sobarse.

— Ustedes solo lo dicen para que me lo crea.— sin embargo Haru ignoró toda la escena y la confesión, no parecía creerlo. Ella no era de tener inseguridad o baja autoestima acerca de como se veía, para nada, pero ahora todo era diferente gracias a lobque había visto.

— Eres una preciosura y creeme que muchos pagarían por tener una probadita, me tomé el atrevimiento de buscar en la aldea.— Genma volvió a decir, tratando de animarla y nuevamente recibió otro golpe de Anko que rápidamente lo alejó de su amiga. No tenía permitido coquetearle.

— Y además, sabes que Kakashi te ama y eso que está haciendo es solo su deber, ¿no?.— aseguró la muchacha, abrazándola por detrás y le dio un besito en la mejilla tratando de reconfortar su corazón.

Estaban segura que no había motivos para que Haru se sintiera insegura cuando sabía cuanto la amaba Kakashi.

— Si...— murmuró aún insegura la de coletas, dejando el dinero de su platillo en la barra y tomando un poco de agua tratando de ya no seguir pensando.

— Entonces tranquila, ¡yo invito los primeros tragos!.— cuando vio que su expresión no cambiaba tanto, Anko propuso rápidamente sabiendo que eso la pondría de humor.— Luego embriaguemos a Genma para que pague los siguientes.— esta vez susurró en su oído, haciendo reír suavemente a la castaña que asintió.

(...)

Estaban ebrios, terriblemente ebrios.

No solo habían bebido uno o dos tragos, habían botellas vacías por doquier, habían jugado cualquier tipo de juego con el alcohol y simplemente no terminaban más. No tenían fondo a pesar de estar casi al borde del coma.

— Haru-chaaan, no me gusta cuando estas desanimada...— Anko estaba pegada a su amiga que solo reía pero no decía mucho como solía hacer siempre que salían a tomar y jugar.

— Ya, debemos ir a casa~.— ordenó ella con una pequeña sonrisa y tocando una y otra vez la mejilla de Anko para convencerla.

— No Haruuuu, es nuestro día libre.— Genma se opuso, haciendo un X con sus brazos. La de coletas rodó los ojos y rió suavemente.

— Bien, quedense si gustan pero tomen un poco de agua, a la jefa del local no le gustará nada si vomitan.— advirtió y los dos asintieron como niños recibiendo ordenes de su madre.

— ¡Adiós!.— dijeron al unísono cuando ella se marchaba y alzaron sus manos de un lado para el otro hasta que ella desapareció por la puerta.

El bar y su casa no quedaban tan lejos por lo que caminar no era un problema aunque lo hacía en zig zag y medio mareada.
Trataba de despejar su mente de cualquier pensamiento extraño que la haga dudar de Kakashi. Definitivamente le había molestado lo qje había visto, no lo podía negar.

Tonta Haruka, ya deja de pensar en eso, ¡fue un accidente!

Su corazón se sentía extraño, chiquito y dolía pero sabía que no había razón siquiera para llorar.

Trató de no pensar en nada de camino a casa, ¡no iba a ir a ver a Kakashi! ¡Lo castigaría por un día entero!

— Haru.— ni bien entró a casa encontró al peliplata unos metros delante de la puerta principal de donde ella entraba, él salía de la ducha y secaba su cabello, apenas llevaba una toalla atada en la cintura.

— ¡¿K-Kakashi?! ¡¿Qué haces aquí?!.— su cara se torno aún más roja y casi cayó cuando lo vio de esa manera por lo que Kakashi se apresuró a llegar hasta ella.

— No te vi en todo el día, no podía ir a dormir sin siquiera escucharte o verte al menos por un rato.— confesó y la rodeó con sus brazos para tratar de estabilizarla pero ella no podía sacar la vista de sus pectorales.— ¿Tomaste mucho?.— preguntó casi en un ronroneo (al menos así le pareció a Haru). El cuerpo frío de su novio hacia contraste con el suyo que estaba completamente caliente.

¡Pero estaba enojada! Debía ser igual de fría -aunqueestuviesedisfrutandolasensaciónylavista-

— Si, no... No te preocupes.— dijo, restándole importancia y empujándolo suavemente para separarse de él.— Entonces... ¿Cómo estuvo tu día?.— preguntó una vez que ambos estuvieron un poco más apartados, frente a frente, sosteniéndose en la puerta.

— Bien, estuve acompañando a una muchacha por la aldea y mostrándole distintos lugares.— explicó él, poniendo la toalla que usaba para secar su cabello en su hombro.— Por cierto, Naruto me dijo que estabas allí.— de repente dijo y la expresión de sorpresa de la castaña le impidió mentir.

— ¿E-eh?.— mientras desataba su cabello y escuchó aquello, Haru sintió mucha vergüenza.

— Que me estabas buscando y te quedaste un rato con ellos que espiaban, hasta que cayeron del árbol.— volvió a explicar y ella se sintió una verdadera tonta.

— Naruto no se guarda nada eh.— habló a regañadientes, dándose la vuelta y sacándose los zapatos y revolviendo su melena, evitando mirarlo.

— Fue un accidente.— dijo antes que nada, sabiendo que, aunque ella no le pediría explicación, él sentía que debía hacerlo.— No quise besarla y lo siento porque hayas visto eso, sabes que a la única mujer que me gusta besar y besaría por siempre es a ti.— afirmó sin ninguna duda y el ceño de Haru se frunció y sus mejillas enrojecieron mucho más.

Maldito y tierno tonto.

— No hace falta que lo expliques, vi muy bien que no fue intencional y no te preocupes, en serio.— dijo, haciéndose la despreocupada mientras ahora se deshacía de su top, quedando en ropa interior.

— ¿Estas enojada?.— preguntó y ella se dio nuevamente la vuelta, dandole una mirada severa. No dijo nada, solo caminó hasta él mientras sus pantalones desabrochados caían suavemente por el movimiento y Kakashi no podía evitar ver esa escena preciosa ante sus ojos.— ¿Estás celosa?.— exactamente eso era, conocía esa expresión. ¡Claro que estaba enojada!

— ¿Lo disfrutaste?.— preguntó fulminante una vez frente a él, apoyando su dedo índice sobre el pecho de su novio y mirándolo fijamente, exigiendo una respuesta sincera.

— No, no eras tú.— volvió a asegurar firmemente. Jamás disfrutaría besar a nadie más que no sea ella.

— Estoy muy enojada.— eso hacía el alcohol, la hacía tan transparente y potenciaba cualquiera de sus sentimientos.

— ¿Qué puedo hacer para qué me perdones?.— sonrió de lado acariciando suavemente su mejilla pero Haru caminó, haciéndolo retroceder hasta que su espalda tocó la pared.

— Ya sabes qué debes hacer.— aseguró y peligrosamente bajó una de sus manos hasta la simple toalla que llevaba Kakashi.—Besame hasta que nuestro labios sangren.— ordenó, pegándose a él.— Y haz un buen trabajo.— susurró por encima de sus labios mientras las manos masculinas bajaban por su espalda.

— Con gusto.— sonrió de lado y comenzó su trabajo con un fogoso beso.

¡Otro de la maratón! Nos vemos en una horas;)

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