- ¿Vendrás a la fiesta? -, pregunta Zoe  a su compañero de clase Lincon. 
-No lose. Tengo exámenes y quiero dedicarle tiempo.-

Zoe le quita los libros de las manos a Lincon y  Zoe le vacila  dando  un paso atrás.

- Es el cumpleaños de Cole. No puedes faltar. No me pongas excusas  ¿Por qué no quieres ir? Además ira Vivian ja, ja, y eso ya es un motivo para que vayas – dice Zoe, tratando de tentar Lincon.
- Si Vivian asiste a la fiesta, el baboso y macabro de Charlie también ira.-
- ¿Qué tienes en contra de Charlie?-
- A parte de que me cae mal,  está siempre encima de Vivian y no se despega de ella.-
- Tú ven a la fiesta y ya me ocupo yo de mantener a Charlie  ocupado,- le dice Zoe.

Después de las clases Zoe  volvió a asaltar a Lincon.

-¿Iras? –
- Si, iré.-
- Genial, porque he hablado con Vivian y uuu también le apetece pasar un rato contigo –

La expresión de Lincon cambio cuando  Zoe acabo  la frase.

-¡Lincon! ,- corre Zoe a su encuentro.
-Hola Zoe. He venido como te prometí,-dice Lincon esbozando una sonrisa.
- Sí, sí...has venido por ella.-
- ¿Esta?-
- Llegara en un momento con Cole. Han ido a por una cosa a casa de Vivian. Dicen que es un juego  que será divertido y serio al mismo tiempo.-
- Bueno, me da igual mientras la vea.-

Cole y Vivian llegaron 2 horas más tarde. Allí ya les esperaba Zoe, Charlie y Lincon jugando a la consola. La madre de Cole les había preparado bocadillos y una tarta.
La  fiesta trascurrió entre risas con  Lincon y Vivian charlando  durante toda la noche.

- ¿Dónde habéis ido Cole y tú? Cuando he llagado no estabais,- pregunta Lincon.
- Jajá, ji. He ido a mi casa a coger una cosa.-
-¿El qué?-, responde Lincon con curiosidad.
- Ahora lo veras. Es una sorpresa.-

Vivian coloca unas cosas encima de la mesa y Charlie coloca 5 sillas en el centro del salón .Cierra las ventanas y enciende una vela.

-¿Qué es esto?- pregunta Cole.
- Vamos a hacer un juego,- responde Vivian.

Charlie coloca una linterna en cada silla.

-Vamos a jugar al juego de la silla. De pequeño se me daba muy bien,-dice Cole entre risas.
- Este es un juego diferente y aunque solo debería hacerlo uno, probare  a ver qué ocurre si somos cinco,- finaliza Charlie.
-¿Y de que se trata? , pregunta Lincon.

Vivian se acerca a él.

-Nos tenemos que poner delante de las sillas y permanecer inmóviles.
En algún momento la linterna caerá y  cuando lo haga nos daremos la vuelta y miraremos a la pared. El  que este en línea con esa silla, tiene  que buscar la linterna sin dejar de mirar la pared, guiado únicamente por la luz que  emitan las otras linternas. Cuando la tengáis, sin dejar de  mirar a la pared, tenéis que encender la luz y decir en voz alta “el juego ha terminado”. Durante ese momento bajo ningún concepto nadie dirá ni una palabra. Aunque sintáis que algo os respira en la nunca, no os giréis y los que estáis observando, no abráis la boca…-

-¿Alguna vez habéis hecho esto?-pregunta Cole.
-Si -, responde con contundencia Charlie.
- Me voy a casa. No me gustan estas cosas,-anuncia Lincon cogiendo su cazadora.
- No te vayas aun .Quiero que estés conmigo -, le dice Vivian, agarrándolo del brazo.
- No insistas Vivian. Si se quiere ir es  porque tiene miedo y es un blando, que se vaya,- comenta Charlie mientras Cole, emula el ruido de una gallina.

Lincon vuelve a dejar la chaqueta y se incorpora.

- ¿Qué se supone que tiene que ocurrir?- pregunta Lincon, cada vez más nervioso.

Charlie se acerca a él y se coloca a su espalda.

-No se sabe el origen, ni como se llamaba. Cuanta la leyenda  que un hombre fue  torturado hasta la muerte. Los hechos se produjeron en una habitación a oscuras y con la única luz de una linterna. Aquel hombre atado a una silla murió  allí mismo, por las terribles heridas que sufrió.  Según cuentan, su espíritu permaneció en otra dimisión y solo aparece cuando alguien le invoca y lo hace únicamente  durante unos minutos .Los ruidos que emiten corresponde al dolor  que padeció cuando lo torturaban, -finaliza  Charlie