Capítulo 10
Margaret y Mia, realizaron durante esos días múltiples excursiones y actividades. Navegaron con un Kayak y descendieron por una cascada. Con ello regresaron y desde el primer día, Margaret se incorporo una clínica formado parte de la plantilla en psiquiatría.
Pasaron los meses y Margaret por consejo de su doctora, dejo de tomarse su medicación dado que desde hacía mucho tiempo, no tenia pesadillas y es por ello que empezó a deshacerse de todas esas pastillas que se tomaba desde niña.
- ¡¡Margaret!! Tienes una llamada-, la informa su responsable en el hospital.
Margaret rápido coge la llamada.
- ¿Mama? Te he dicho que no me llames al trabajo. Sabes que las llamadas te las devuelvo en cuanto puedo.-
- Lose hija.-
-¿Qué ocurre mama?-
- Tu tío Raíl. Ha fallecido esta mañana.-
Margaret llego al cementerio y se rodeo de muchos familiares y amigos de su tío que la querían dar el pésame. Margaret atendió a todos uno a uno y al finalizar se reunió con sus padres y tíos.
-¡Margaret! -
Su madre camina hacia ella y la lleva lejos de la multitud.
-¿Qué ocurre?-
Su madre saca un trozo de papel del bolsillo y se lo entrega.
-¿Qué es esto? ¿Dos fotografías?-
- Las tenía tu tío en la mano cuando la encontraron.-
Margaret observo la imagen y en una de ella se ve el exterior de una casa preciosa de madera, rodeada de arboles.
En la otra imagen se ve a su abuelo con otra mujer.
-¿Sabes quién es?-
-….si.-
- Dime que no es quien yo creo que es...-.
- Si mama es ella .Jamás me olvidaría de ese rostro.-
- Joder Margaret.-
Su madre y ella se vuelven a reunir con la familia.
Durante el entierro, Margaret se mantuvo al margen tratando de organizar su cabeza y ante todo asimilar la pérdida de su tío.
La imagen de Mavis la descolocaba y en su mente volvía a recordarla.
-Mama. Me voy. Nos vemos mañana.-
Margaret recibe los últimos pésames, por parte de los últimos que han llegado y que no habían podido hacerlo.
- Te quería dar el pésame por el fallecimiento de tu tío,- le dice una mujer que se acerca hasta su posición.
- Gracias.-
- Le conocía. Era un gran hombre.-
- Gracias Sra.-.
-¿Me harías el favor de darle recuerdos a tu madre de mi parte? Tengo algo de prisa y la veo ocupada.-
-Claro .Dígame su nombre y se lo diré en unos minutos.-
La mujer se giro se colóco su Pamela.
-¡¡disculpe!! Grito Margaret.¡¡Su nombre!!-
Margaret camino hacia ella y esta se detuvo.
-Sra. No me dijo su nombre.-
- Cierto. Me llamo Mavis.-
-¿Cómo? dijo Margaret sorprendida.-
La mujer desaparecio y Margaret volvió con sus familiares.
Durante los siguientes días todo marcho normal y nuevamente los meses hicieron olvidar todo aquel tiempo pasado.
- Mama. Hoy ceno con vosotros. Mia tiene ganas de verte.-
-¡genial! Respondió su madre entusiasmada.-
Margaret y Mia llegaron a las 21:00, como los padres de Margaret habían pedido. La madre de Margaret preparo un asado, con verduras y de postre unas fresas. La cena marcho muy animada con una Mia, que no paraba de contar anécdotas del viaje que hicieron entes del fallecimiento de su abuelo.
- Voy a por el postre, anuncia su madre que se levanta con rapidez.
- Voy a ayudar a tu madre, dice el padre de Margaret levantándose a la vez que habla.
- Cariño. ¿Tienes tú el regalo de Margaret?
En ese momento la mujer deja caer las fresas al suelo.
- .Yo recojo esto-
La madre se queda quieta y empieza a ayudar a recoger las fresas que se han quedado esparcidas por el suelo...
El padre coge mas fresas de la nevera.
- Dame por favor ese cuenco de ahí,- le pide el padre.
La madre coge el cuenco y se lo lanza desde la distancia. Este se rompe en mil trozos al impactar contra la encimera.
- Ve con tu hija. Yo recojo esto-, dice la mujer mientras recoge los cristales
Minutos después entra su padre con el postre
-¡¡Hola hija!! El postre está listo.-
Margaret observo a su padre mientras este reparte el postre.
Mia la hace una pequeña broma con una fresa y ambas comienzan a reírse. Margaret le sigue la broma, cuando de repente su padre se pone en pie, coge un cuchillo de la mesa y lo sujeta apuntando hacia su cara.
Margaret se pone en pie y Mia hace lo mismo.
-Papa. ¿Qué estás haciendo?-
-No lose hija.-
- Pues deja ese cuchillo...-.
- No puedo, no pudo mover las manos.-
-Para por favor deja ese cuchillo en la mesa. Me estas asustando.-
El padre apretó los dientes.
-¡¡Deja ese cuchillo!!- la insiste Margaret
- ¡No puedo!-grita el padre.
Acerca cada vez más las manos a su cara. Su padre lucha contra sí mismo para alejar el cuchillo de su cara.
- ¡¡joder no lo hagas!! -Grita Margaret.
- Ella me controla-, dice llorando.
-¿Cómo? ¿Quién te controla? –
- Hija ¡ayúdame! ¡Ayudameeee!
Margaret agarro el brazo de su padre y tiro hacia ella.
Su padre sigue luchando, pero las fuerzas empiezan a fallarle y su mano vuelve a moverse hacia su cara.
- ¡¡No te rindas!!- Grita Margaret desesperada.
-Mia. No te quedes mirando y ayúdanos.- dijo Margaret mirando a su padre.
Mia agarra a su padre por la espalda y esta tira del hacia ella.
-¡¡Vamos!! ¡¡Ya!! ¡¡¡Tira Mia!!-grito Margaret.
Juntos tiran pero no logran alejar la mano y esta se acerca aun mas a la cara dejando la punta del cuchillo a unos centímetros de su ojo derecho.
Su padre empieza a acusar el cansancio y tanto Mia como Margaret, observan como las manos de su padre, cada vez están más relajadas.
- Papa. No te rindas por favor .Lo conseguiremos,- dice Margaret cada vez más desesperada.
Su padre la mira y solo con leves gestos con la cara, anuncia lo que Margaret, sabe que es ya imposible de evitar .Con los labios, Margaret trata de trasmitirle un último rayo de esperanza, pero este con lagrimas la responde.
-….por favor .Sigue conmigo –
-Hija. Lo siento…
El tiempo se detiene y cuando Margaret ve como el cuchillo se introduce en el ojo de su padre. Mia cerró los ojos y sintió como el cuerpo del padre se va hacia delante y ella agarrada aun a él, se queda apoyada en su espalda.
Mia se queda inmóvil y Margaret contempla el cadáver de su padre con la mitad del cuerpo apoyado en la mesa. Tras varios minutos, Mia y Margaret se observan.
- ¿Y mi madre? -Pregunta Margaret.
- En la cocina,- responde Mia rápidamente.
Margaret se gira y al segundo paso que da con dirección a la cocina, ve a su madre saliendo de ella .Margaret se queda quieta mientras su madre avanza hacia ellos.
- ¡Hola hija! ¿Te gusto el postre?-, dice su madre entre risas.
- ¿Quién eres tú?-
- Venga ya Margaret. ¿No me reconoces?-
Los ojos cambian.
-No...No puede ser.-
-¿No te alegras de volver a verme?-
Margaret se queda quieta.
- ¿Mavis?-
- Buena chica.-
- ¿Qué haces aquí?-
- Pues dando una vuelta y visitando a quien me ha quemado viva.
¿Creías que te ibas a librar de mí para siempre?
Que ilusa eres-
Margaret se abalanzo sobre ella y la pego la espalda contra el suelo.
-¡¡deja a mi madre!!-
-Ella me pertenece.-
- ¡¡Déjala!!- grito Margaret.
Mavis escapo de los brazos de Margaret.
-No lo entiendes...No puedes acabar conmigo.
Margaret pone una rodilla en el suelo.
Mia se acerca a Margaret y la puso la mano en la espalda.
Margaret se giro y ve el rostro de Mavis en la cara de Mia.
- ¡noooo!-
- No 'puedes acabar conmigo estoy en todas partes.-
-¡Que quieres!-
- Quiero que pagues todo lo que me has hecho.-
Mavis destrozo contra el cuerpo de Margaret una silla. Esta le soltó un puñetazo y cayó fulminada al suelo .Pero al levantarse Margaret observo como la expresión y los ojos son de su madre. La ayuda a ponerse en pie pero justo cuando lo hace, ella tira hacia abajo, nuevamente con los ojos cambiados.
- No puedes hacer nada.-
Mia agarro por la espalda a Margaret y la tiro contra el mural.
Margaret empezó a soltar puñetazos hasta que Mia cayó al suelo ensangrentada.
- No insistas...no lograras nada,- dice esta desde el suelo
Margaret salió del apartamento asustada y corrió escaleras abajo.
Arranco el coche y cuando se disponía a iniciar la marcha, Margaret perdió el conocimiento.
(Margaret ve que está en la casa, pero esta vez esta sola y ni los niños y Yusef están en el salón. Camino despacio cuando aparece Mavis.
- Creí que no volverías por aquí, pero aquí estas...-
- ¡¡ Déjame salir!!-
- Yo te dejaría irte pero ahora es tu tío quien no quiere que te vayas.
Su tío entra en el salón con un aspecto mucho más rejuvenecido.
- No tío no, déjame que me vaya-
- No puedo hacer eso. Es la mujer que amo y ella decide-
-¡¡Soy tu sobrina!!
-No me hagas elegir-
Raily agarro a Margaret del brazo.
-¿Qué estás haciendo? ¿Dónde me llevas?¡¡tío!!
Suéltame- le pidió insistentemente
- No puedo. Ella quiere que estés aquí y yo hare lo que me pida-
Margaret escapo de su tío, con un movimiento hábil.
- Quiero despertar-
Corrió hacia la entrada cuando vio que Mavis la espera apoyada en la puerta. Mavis vio a Margaret y esta se freno en seco.
- Estas atrapada y no podrás salir-
Mavis corrió hacia ella y la propino un fuerte empujón que dejo a Margaret dolorida en el suelo.
Mavis agarro a Margaret del tobillo y la arrastro hasta el salón. Las luces se apagaron y se hizo el silencio.
- ¡¡que alguien me despierte!!- grito Margaret a pulmón.
- Deja de gritar Margaret y no insistas-
Esta vez no te despertaras. ..
Mavis camino por el pasillo que hay en las habitaciones y dejo al descubierto una puerta de madera oculta debajo de la alfombra. Saco la llave de dentro de su boca y abrió una trampilla. A continuación, coloco a Margaret en el borde.
-¿Qué hay ahí de dentro? pregunta Margaret asustada.
Mavis la observa mientras paso su mano por el hombro de su tío, que la sujetaba por la espalda con mucha brusquedad.
- Buena pregunta ¿Que habrá hay dentro? –decía Mavis con ironía.
Mavis cogió a Margaret de la barbilla y el pego junto a ella.
Margaret cerro los ojos y aprieto los dientes.
Esta pego su cara a la suya hasta que sus labios se rozaban.
Mavis inclino el cuerpo de Margaret dejándola ligeramente inclinada, con la cabeza apuntando hacia el agujero.
-Lo que hay ahí dentro es, lo que has estado buscado todo este tiempo… -
Margaret cayó al foso y Mavis rápido cerró la tapa con la llave.
-Ahora podre volver a estar tranquila durante un tiempo-, dijo Mavis.
-¿Estás segura?-, respondió Raily.
- Si. No lo encontrara y además...no despertara. Yusef recibirá un fuerte castigo por hacer lo que ha hecho. Le dejo que se divierta pero sabiendo bien con quien lo hace y traerla aquí ha sido un tremendo error.-
- Tú la elegiste.-dice Raily.
- Si, cierto. Espero que no vuelva a meter nadie las narices donde no debe. Que la espera siga siendo lenta pero tranquila.-comento Mavis con tono preocupante.
- Raily… Ya no te necesito.
-¿Deseas que me vaya?- respondió Raily.
-Sí, vete y no me molestes durante un tiempo. –
-¿Aun te puedo ser útil?-
- Ya lo has sido…Ahora sal de mi casa.
Raily se marcho, Mavis se tumbo se sentó el sofá, donde se relajo.
(-Mia, Mia... abrió los ojos.-
-¿Dónde estoy? ¿Qué lugar es este?-
Mia se incorporo lentamente y observo a su alrededor con los ojos mínimamente abiertos. Delante de ella, una puerta entre abierta. A un lado una mesa grande y dos enormes sofás. Entre la mesa y los sofás en el suelo en una alfombra, juguetes de niño y al otro lado una pelota cerca mueble del salón. Mia sale del salón y entra en una habitación. Un enorme reloj de pared la llama la atención. Al acercase Mia lee en la mesa el nombre de Yusef.
-¿Dónde estoy?-
Mia regreso al salón. Se quedo en el centro y comienzo a recordar todas las conversaciones que ha tenido con Margaret.
- No puede ser. No me puedo creer que este donde creo que estoy. Quiero despertar,-suplicaba Mia cerrando los ojos.)
Pocos minutos después, Mia se despertó y comienzo a asimilar el sueño que acaba de tener. Se vuelve a tumbar en la cama, se tapo la cara con las manos y comienzo a pensar lo que significa el haber soñado, lo que acababa de soñar.
- Mia…Mia…-
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