Esa tarde Springtrap quedó con encontrarse con la eterna dueña de su corazón, aunque duela así lo era.

El chico sintió la presencia de un ser  tras suyo aún ya sabiendo de quien se trataba.

- Springtrap.

La verdad era que, Joy lo habia llamado a altas horas de la madrugada para detallarle datos de la chica de ojos ambar y el plan que  tenian su amigo y ella.

Obviamente acepto, encontrandose aquí.

No sabia como reaccionar cuando ella pronuncio su nombre, llamandolo.

Habian pasado algunos dias, que para él eran como años.

Aún podia sentir el sabor de aquellas torrenteras de lágrimas que salian por sus cristales nubosos.

Podia escuchar aún los gritos de rabia que regalo a los cuatro vientos.

Podia sentir el hueco profundo que tenia dentro.

Y todo por ella.

Queria volterase y abrazarla hasta el final, olvidar lo que ocurrió y regresar a su lado, pero tambien una parte suya queria irse e ignorarla.

- Mangle-. Saludó.- ¿A que viniste?-. Tratando se sonar lo mas sereno posible.

- Te he extrañado mucho. No sabes cuenta falta me has hecho.

- ¿En serio?-. Preguntó fingiendo incredulidad. Cruzado de brazos. Vaya dificil.

La chica tomó aire y expulso suavemente.

- Escuchame. Cariño, yo erré, fui una imbécil. Ciega. Y no sabes cuanto lo lamente... Lo que siento por ti es... es... es puro y hermoso. Amor del bueno, Algo que yo no merecía-. Solto un suspiro y volvio a llenar sus pulmones de aire- Springtrap te amo. No hay nadie mas con quien quisiera pasar el resto de mis dias. Quiero estar contigo, darle sobrinos a Rojo.- Cerró su boca al instante maldiciendose por lo que acababa de decir.- olvida lo ultimo.

El chico sonrió de lado, para luego permanecer un minuto al silencio.

La albina no podia estar mas avergonzada por lo que acababa de soltar. Cualquiera diria que fue emocion del momento pero era mas un desliz de lengua... o talves no.

Miraba al chico esperando su reaccion.

Llegó a pensar si habia dicho otra estupidez o si no habia dicho lo correcto.

Él solo se inundó en silencio enternecedor.

Finalmente después de consultarlo al corazón y a la cabeza, ganó la que lo haria mas feliz.

- Confió en ti...

Se acerco a ella, la miro suavemente. Acuno su rostro entre sus manos y como la primera vez, poso sus labios sobre ella. Hundiendolos con ternura. Llevando sus manos a la cintura de la joven atrayendola mas.

Eso habia sido su respuesta.

Ahora sí estaba completo, se sentia complementado. Su alma de lleno de ánimo otra vez. Lo mismo sucedia con la otra.

Almas afines.

Volvieron a ser uno.

Los pajaros emprendian vuelo rumbo al sur.

Y las hormigas al este.

A lo lejos, Bon y su dulce amiga chocaban palmas diciendo "Exito" "Recuperamos el Springle" "No la vuelvas a desechar, Mango" entre otros comentarios que no logró escuchar la de ojos ambar.

Luego solo vieron a los enamorados  aproximarse a orillas del lago aún abrazados.

- Me gusta tu vestido y tus zapatos tambien.

- eh?-. Miro su atuendo, un vestido de un muy bajo tono de rosa con adornoa en brillantina, precioso pero los zapatos sucios y cuadrados ya eran otra historia.

(...)

Una sonrisa real se formó en el rostro de ambos.

Pasaron la tarde forjando lazos de confianza.

Siguieron hablando de variadas novedades hasta que llegó la hora de partir a casa.

- Entonces vendré mañana a verlos  concursar-. Le dijo -Les irá bien, estoy seguro. No tengas miedo. Siempre se  fuerte... -.se despidio el estropajo.

- Te amo-. Soltó antes de irse.

- Y yo a ti.- suspiro la otra.

Llegando con sus amigos que se hallaban profundamente dormidos, agotados de esperarla. Sin aviso se  abalanzandose a ellos de la alegria. Se los agradecia desde el corazón.
Nadie podia acabar la felicidad de la albina. Nadie.

(Excepto yo!! Okno)

Mañana seria otro gran día.