Capítulo 10
"A partir de hoy serás el centro del deseo solo por ser de un solo hombre, y ser ese hombre el Alpha"
Temprano en la mañana voy con Rose al almacén en busca de una bombilla roja, sin embargo, no logramos encontrar ninguna de este color. Sin tanto que pensar, decido ir al centro de la ciudad para comprarla.
Debido a que hay muchas cosas que preparar aun en el bar, voy sola en lo que Rose regresa.
Nunca antes pensé que podría andar por estas calles sin estar oculta. Me resulta refrescante.
En cuanto encuentro la tienda donde venden este tipo de cosas, me adentro en ella. Observo todo lo que me parece interesante, entre ellos, el bombillo rojo el cual compro de manera inmediata.
-Supongo que el rojo ya está ocupado. -dicen desde mi espalda, a lo que me volteo inmediatamente.
-Sí. Es mí color. -respondo al verla, reconozco ese cabello rojizo.
-Tranquila. No te lo pienso robar. -sonríe y de inmediato capto el doble sentido.
-¿Puedes ser más clara? Si te refieres a...
-Hablo sobre el bombillo, pero si prefieres hablar sobre el jefe, no me niego. Sé que estas tras él.
-No es lo que piensas, no me interesan las mismas cosas que a las demás. Tengo mis propios motivos.
-Yo también estoy tras él. Es el jefe, el que mejor paga. Quiero ser su mujer y es lo que tengo pensado lograr. No lo hago por competencia, tampoco quiero que nos llevemos mal.
-Veamos si te compra después de hoy. -sonrío, amable.
Esa es la sonrisa más hipócrita que le he mostrado a alguien.
Me parece desbordante la sencillez de esta chica. Todo lo contrario de anoche. Su tranquilidad, su forma tan sincera de hablar, me deja sin palabras.
No quiero ser borde, pero tampoco puedo mostrarme como un cordero.
Su aspecto es digno de observar. Sus ojos son cafés y hacen un fino contraste con su cabellera rojiza en su pálida piel. Labios carnosos, dientes perfectos, nariz pequeña y pestañas largas. Y, si hablamos de cuerpo, está bien proporcionada. No tiene una figura de muerte, pero si una muy deseable a la vista de los hombres.
-Por cierto, soy...
-Aquí en el Bajo Mundo no se dicen los nombres. Soy Bridgeth. - le recuerdo.
-Selene. Un gusto.
Después de tan incómoda conversación, me dirijo al burdel. Muy pocas chicas están despiertas, no obstante, veo a mi madre quien me lleva con ella hasta mi nueva habitación.
-Ya he acomodado todo por ti. Solo falta la bombilla. ¿La tienes? -pregunta.
Asiento y me posiciono enfrente de la entrada para colocar el foco. Este comienza a brillar con una tenue luz. Es justo lo que buscaba.
-Entonces serás el rojo. Pensé que irías por el plateado, combina con uno de tus ojos.
-Pasó por mi mente, pero escogí el rojo porque es el color de la pasión, de lo carnal, y eso es justo lo que voy a hacer, entregar mi cuerpo, no mi alma.
-Eso espero. -una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro.
Un suspiro nervioso se escapa de mis labios, la observo y encuentro en ella la seguridad que tanto busco.
-Toma. -me entrega una caja de mediano tamaño color negro.
Desesperada y curiosa, abro esta para observar un juego de ropa interior de color negro y rojo vino. Hermoso, provocador, sensual. Perfecto para la ocasión.
-Es mi regalo de iniciación. Espero que te guste.
-Es perfecto. -una sonrisa se forma me forma en el rostro, complacida.
Antes de que termine el día, junto a Narya y DG ensayo una y otra vez eliminando los pequeños errores. Ya tengo los pasos grabados en mi cuerpo de tal forma que es imposible que me equivoque.
Antes de darme cuenta, el tiempo termina y junto con ello comienza a crecer mi nerviosismo. Las chicas me ayudan a alistarme. Cepillan mi cabello, le agregan ondas y lo dejan suelto para que combine con el exquisito traje que han escogido. Este se compone de dos piezas, ambas llenas de cadenas plateadas brillantes. Es sensual, provocador, deja ver mis curvas, pero no más allá de ellas, pues hay que dejar al público con algo más que desear. Este estilo, no lleva uso de calzado, sin embargo, llevo una tobillera de plata en el pie derecho.
Estoy lista. En cuanto suba a ese escenario, voy a hundirme en esta vida. En este mundo.
-Antes de que vayas allá arriba, debo decirte algo. -expresa mi madre, yo asiento dispuesta a escucharla- En cuanto estés a sola con ese hombre, en cuanto sea de noche de ahora en adelante, no vas a ser Venus, sino una más de las de este lugar. Venus, ella, vive de día, tiene una bonita relación y no tiene nada que ver con el Alpha.
Comprendo a lo que se refiere, esto es como tener una doble vida, a dos personas viviendo dentro de una misma persona.
-Espero que esto salga bien. -expresa DG, quien me mira preocupado debido al poco tiempo se ensayo.
-Todo va a ser perfecto. Te lo aseguro.
-Nervios de acero Bridgeth. -recuerda DG.
Suspiro, elimino nos nervios del sistema y avanzo hasta el escenario. Todos los hombres me observan, en especial él.
Las luces comienzan a apagarse y solo queda una, sobre mí. Comienzo a mover las caderas de un lado a otro junto a los brazos al son de la melodía erótica que resuena por el lugar. Las manos de DG llegan hasta mi cintura, las desliza por el cuerpo, me voltea y logramos el contacto visual que requiere el baile. Me alza en el aire y de forma inmediata, entrelazo los pies alrededor de su cintura, mi torso cae, el cabello y las cadenas también. Me baja, y es entonces cuando comienza lo bueno. Nuestros rostros se acercan al punto de sentir las respiraciones chocar, los labios llegan a rosarse. Su mano viaja hasta mi cuello y la mía por todo su abdomen. Se arrodilla en frente mío, uno de mis pies lo llevo hasta su hombro haciendo que caiga al suelo. Camino encima suyo sin tocar su cuerpo, en medio de este, hago una pequeña inclinación de forma sensual. Unos movimientos más, y me encuentro en el suelo, esta vez sola ya que la parte de DG acabó. Me levanto, y sin perder la concentración, avanzo hasta el tubo en unos lentos pasos, doy una vuelta y cuando la música está por acabar, me posiciono en la esquina del escenario dejando que todos los hombres que están en frente de este me lancen dinero, o lo coloquen en mis pechos.
Lo veo avanzar entre la multitud, no obstante, no es algo que me tranquilice. En cuanto lo tengo enfrente, el cuerpo se me tensa. No sé cómo reaccionar.
Sus manos se posan en mi cintura, me alza en peso para dejarme en el suelo. Lo observo a los ojos, y siento temor, pero a la vez una sensación extraña que reparte pequeñas ondas eléctricas por todo mi ser. La diferencia de altura me hace tragar saliva, la piel se me pone de gallina.
-Llévame a tu habitación. -ordena y obedezco.
Una vez en esta, prendo la bombilla.
Frente a frente, el nerviosismo aparece. Estamos a solas y aún no he hecho nada de lo que he alardeado.
Sirvo un trago, se lo doy y dudoso lo bebe. Repito su acción e introduzco un poco de alcohol en mi sistema haciendo que el cerebro me reaccione de una buena vez. Tengo que hacer lo que tengo planeado.
-Estoy deseando ver que tan buena eres en la cama.
-Me complace saber lo ansioso que está.
Avanzo hasta donde está, me le paro enfrente y lo beso. Es un beso lento, pues saboreo su boca todo lo que puedo. Sus manos recorren mi cuerpo como lo ha hecho otras veces, me pega a él, me aprieta contra su cuerpo que arde al igual que el mío, sin embargo, para esta noche tengo preparado algo diferente.
Lo empujo con bastante fuerza a la cama, este se deja tumbar y yo me desvisto ante sus ojos. Estos se oscurecen por un deseo candente, parecieran devorarme viva. Sonrío de lado, complacida por su reacción, y es ahí cuando mi plan tiene total éxito.
Nota
¿Plan? ¿Que plan Venus?
¿Que les pareció el baile de Venus, digo, Bridgeth?
¿Creen que Selene oculte cosas?
Recuerden que esta historia está comenzando, poco a poco iremos descubriendo más de la vida de los demás personajes
Si tienen alguna pregunta con respecto a la historia pueden dejar un comentario acá, lo responderé siempre que pueda.
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