Capítulo 32
Confesiones
Quizás por quinta vez busqué una mejor posición sobre la incómoda silla en el área de espera del principal hospital de Albany por aquellos años.
Mi padre descansaba detrás de unas cortinas, en un cubículo privado, se encontraba sedado y dormía, yo había preferido no imponerle mi presencia y esperar por la llegada de mi madre en la sala de espera.
Levanté la vista, y recupere la postura anterior mientras alargaba mi mano derecha para tomar el vaso con café recién hecho que Phuong me alargaba. La tibieza que emanaba del envase quito un poco del frío en mi piel.
Mi chico fue a sentarse a mi lado, la sala de espera a esa temprana hora de la mañana lucia despejada y tranquila, nada que ver con el drama de horas antes. Entre sorbo y sorbo de café recree en mi mente lo sucedido en el apartamento después de que se me ocurrió abrir la boca y antes de que papá terminara en el suelo con una de sus manos al pecho.
Todo sucedió muy rápido, de estar de pie cerca de mi con su rubicundo rostro expresando el gran disgusto que la acusación de Darcy contra Phuong habia provocado, paso a agarrarse el pecho mientras sus rodillas se doblaban, e inclinándose peligrosamente sobre el suelo alfombrado. Su expresión cambio de enojada a atónita, su mirada fija en mi hasta que ya no pudo y sucumbió a mis pies.
—¡Padre!
Escuché mi propio grito, justo antes de irme de rodillas con los brazos extendidos, logrando detener el golpe de su cabeza contra el suelo. El peso de su cuerpo laxo, me arrastro y terminé de costado a su lado.
Enseguida tuve a Phuong casi sobre mi.
—Vamos a llevarlo al mueble, Finn...hay que llevarlo al hospital, tenemos que llamar a emergencias —Mientras Phuong se mantenía activo, no solo pensando lo que que debíamos hacer sino poniéndolo en práctica, a mi me costaba moverme y mucho más pensar.
Mi chico agarro a papá por uno de sus brazos.
—¡Finley! ¡Hay que subirlo al mueble!...
Su tono firme y fuerte logró llamar mi atención sacándome de la especie de letargo en la que habia caído, juntos trasladamos a mi padre, que respiraba pesado y seguía inconsciente al sofá.
Los recuerdos de ese día se esconden entre bruma y caos, apenas tengo una idea cuando llegaron los paramédicos. Me fui en la ambulancia junto a papá que recuperaba la conciencia por segundos, y luego volvía a desvanecerse. Phuong me aseguró que llegaría al hospital antes de apretarme el hombro con empatía.
Yo comenzaba a sentirme aislado, y a pesar de que intuía que la vida de mi padre no estaba comprometida, el temor a las secuelas de su desvanecimiento estaba presente.
Jamás había pensado en Eoin como una persona débil o fácil de impresionar, sin embargo, lo cierto era que lo que escucho de mi boca fue bastante chocante y capaz de trastocar su mente y su salud física.
El sonido de unos zapatos pisando fuerte sobre el piso de linóleo fue el marco para las siguientes interrogantes.
—Finley hijo, ¿qué fue lo que paso? ¿Cómo está tu padre?
Mamá estaba allí acompañada de los padres de Deirdre, su arribo me devolvió a la realidad. Me puse de pie, con Phuong a mi lado.
Ella no espero por mis respuestas, pues realmente lo que necesitaba era ver a su esposo. Su semblante era tranquilo, pero yo noté que la ansiedad por constatar de primera mano la situación de papá le carcomía.
—Necesito verlo, Finley —murmuro con angustia mientras apretaba mis manos e intercambiaba miradas entre Phuong y yo. Los padres de Deirdre se mantuvieron un poco aparte, me dije que tenia que darle las gracias por traer a mamá con premura, más tarde supe que habían hecho arreglos para pasar la noche en la ciudad y que estarían con ella hasta que fuera necesario.
*******
Desde su apresurada llegada mamá no se habia separado del lado de mi padre. Mientras tanto, yo me mantuve lejos, pues no deseaba mortificarlo. Con el pasar de los días la salud de Eoin se restableció, y lo que sucedió en el apartamento no paso de ser un susto propiciado por una súbita elevación de su presión arterial, fue la primera vez que mi padre experimento tal cosa, y un fuerte disgusto.
No obstante, su estadía en el hospital se prolongo más de una semana, y los padres de Deirdre regresaron a Seven Hills, pero tenían planes de volver a Albany cuando Eoin y Aine estuvieses listos.
Continue lejos del hospital aunque siempre llamaba para estar al tanto de la salud de papá, Phuong me aminaba a visitarlo, pero yo preferí evitarle más disgustos.
—En algún momento deberás enfrentar la situación. Lo que le dijiste a tu padre no es algo fácil de pasar por alto, Finn—manifestaba mi chico, y como casi siempre tenia razón.
Sin embargo, no fue con mi padre sino con mamá con quien tuve que hablar de lo que sucedió. Ella tenia una vaga idea, realmente muy vaga, pues papá al parecer no se animo a contarle a detalle el motivo de su gran disgusto, aunque si le menciono a Phuong.
Ella ya tenia la distorsionada versión de Darcy, esa que dejaba a Phuong como un enfermo agresor de mujeres indefensas, entonces yo, al igual que hice con Eoin, me di a la tarea de aclararle las cosas.
Mamá no era una persona impulsiva , tampoco dada a creer cualquier acusación sin brindar el beneficio de la duda, ella era una mujer pausada con la virtud de la paciencia y la suficiente empatía para escuchar y entender.
Esa tarde nos encontrábamos reunidos en la sala del apartamento, mi madre recién se habia duchado y necesitaba una siesta, su rostro mostraba marcadas señales de cansancio, pero me pidió hablar de lo sucedido antes de irse a descansar. Yo esperaba que mi confesión no le quitara el sueño.
—Voy a ocuparme del almuerzo...
Phuong se puso de pie, sus intenciones eran encargarse de un almuerzo que ya estaba hecho, él mismo habia metido el pollo al horno, poner a hervir unas papas para majarlas con mantequilla y lavar y cortar las verduras para la ensalada que tenía en el refrigerador.
No obstante, no tuve que mirar a mi chico a los ojos para saber que su afán era dejarnos solos, quizás pensaba que de esa manera seria mas fácil para mi, cuando era todo lo contrario. Necesitaba a Phuong a mi lado, aunque tampoco quería que se sintiera presionado.
—Me encantaría que pudieras quedarte, Phuong —mencioné y entonces busqué su mirada para afianzar lo que decía.
Mi chico lucia algo nervioso, con una sonrisita vacilante que iba y venia sobre sus labios. Finalmente volvio a sentarse en la butaca que ocupaba minutos antes.
Quizás al escucharme pedirle que se quedara, noté que mamá no se molestó en disimular su escrutinio sobre él.
—Cuando Darcy estuvo aquí las cosas no sucedieron como les conto. —Fue con lo primero que me anime a comenzar, y automáticamente tuve sobre mi la absoluta atención de mamá.
Le eche un vistazo a Phuong que para ese momento mantenía la mirada baja y las manos algo crispadas sobre su regazo. Ninguno de nosotros podía adivinar la reacción de mamá a lo que escucharía, pero al menos yo, tenia fé en su comprensión.
Mamá dejo salir un suspiro.
—Me alegra confirmar lo que supuse...me negaba a creer en los dichos de tu hermana, me imaginé que era otra de sus rabietas y falsas alegaciones. —Darcy tenia fama de inventar cosas para cumplir sus caprichos, pero jamás habia llegado tan lejos.
Aine mantuvo su mirada sobre mi chico mientras él no se animaba a devolvérsela.
—Al parecer papá no dudo ni un segundo sobre lo que ella dijo y llegó aquí muy exaltado, furioso. Entró gritando y dando golpes —dije y recupere su atención, incluso Phuong se animo a levantar la mirada.
—Últimamente a Eoin se le hace muy difícil controlar ese mal carácter que ha ido exacerbándose con el paso de los años...
Yo hubiese podido añadir que tratándose de Phuong seguramente no ayudaba.
—Papá perdió el control y agredió a Phuong, mamá. No solo eso, sin pedir explicaciones entro gritándole improperios y acusaciones. Demás esta decirte que no quería escuchar, y amenazo con ir con la policía a denunciar a Phuong por las falsas alegaciones de Darcy. —Phuong no estaba totalmente de acuerdo con que le hablara a mamá sobre nuestra relación, él tenia sus reservas, después supe que era debido al temor al rechazo, que viniendo de ella le afectaría, pues ellos se llevaban muy bien.
Lo sentí moverse sobre la butaca, pero no lo mire, mi atención estaba puesta sobre mi progenitora.
—Puedo imaginar el estado de tu padre, Finley. El mal rato fue lo que hizo que se le disparara la presión arterial, nunca antes habia sucedido algo así...—
—Él estaba muy alterado, pero hay algo más...—dije— .Yo no podía permitir que papá fuera con la policía a hacer acusaciones falsas. Probablemente al final todo se hubiese aclarado, pero no podía permitir que Phuong pasara por toda esa humillación, así que le confese la verdadera razón por la que Darcy se invento toda esa historia...
Fue entonces que me puse de pie para detenerme al lado de Phuong que permaneció sentado. Coloque mi mano derecha sobre uno de sus hombros y le di un suave apretón.
—Darcy se hizo ilusiones con Phuong. Ilusiones románticas que él nunca compartió...Phuong y yo estamos enamorados, mamá. Nos amamos y eso fue algo que papá no toleró escuchar.
Justo en ese momento me pregunte que hubiese pasado si mi padre no se estuviese recuperando, si hacerlo participe de aquella verdad lo hubiese matado.
—¡Finley!
Mi nombre abandono su garganta en un agudo grito y la mire persignarse con fervor mientras su asustada mirada iba de mi a Phuong, y de vuelta a mi.
—Lamento mucho lo que ocurrió con papá...
—Ahora entiendo el silencio de tu padre...
Phuong se puso de pie moviendo la cabeza en negación, pero al parecer incapaz de decir algo, mientras mamá rehuia mi mirada y estrujaba sus manos frente a ella.
—No encuentro que decir...es una situación que nunca espere afrontar, quiero decir...tu vida estaba tan organizada, planes perfectos hechos por Eoin...tu vida junto a Deirdre, la familia que tendrían, los nietos que nos darias...esto es algo que jamas se pensó, Finley. Esto cambia todo. —Por primera vez en mucho tiempo mamá busco la mirada de Phuong y una tenue y tensa sonrisa afloro en sus labios.
—¿Estás seguro de que lo amas? ¿Estás seguro de lo que sientes, Finley? Y de lo que tu decisión significara para muchos aspectos de tu vida —preguntó con reticencia.
—Segurisimo, mamá. Amo a Phuong y quiero pasar el resto de mi vida con él. —Mamá lucia pensativa, esa tarde no comio, se fue a la habitación de Daisy murmurando por lo bajo y la vi volver a persignarse.
Sospechaba que aunque divago sobre lo planeada que estaba mi vida, su mayor preocupación se centraba en mi relación con Dios, además de con papá, y seguramente para ella ambas se verían afectadas por mis elección de vida, una fuera de lo común.
Recuerdo que a Phuong le costo bastante tranquilizarse y esa noche prefirió mantenerse en su habitación mientras mamá y yo hablábamos un poco compartiendo la comida del almuerzo en la cena. Es difícil olvidar lo aprensivo que estaba mi chico, y la dedicación que le mostré para aplacar sus emociones, entre besos y caricias.
—Te amo, Phuong y nada ni nadie me hará dudar de mis sentimientos —murmuré cerca de su oído mientras lo mantenía abrazado muy cerca de mi, su piel tibia acariciando la mía.
—Yo te amo más, hermoso. Perdóname, pero me ganaron los nervios frente a tu madre —dijo mientras giraba el rostro lo suficiente para echarme una mirada de reojo y sus labios se distendían en una sonrisa relajada.
Mi respuesta fue apretarlo más contra mi y dejar un reguero de besos sobre la piel de su espalda.
********
No dire que entre Phuong y mamá hubo cercanía, pienso incluso que fue lo contrario, pues cada uno se mostraba dubitativo ante la presencia del otro, y algo incómodos, pero yo no perdía la esperanza de que con el pasar del tiempo pudiese volver aquella amable convivencia que nació cuando Phuong estuvo de visita en la casa. Y estaba seguro de que mi madre jamás ofendería a mi chico contrario a lo que podría hacer papá.
Poco más de una semana luego mis padres volvieron a Seven Hills y yo respire aliviado pensando que por lo menos durante un tiempo el drama cesaría, sin embargo, por mi mente no pasó lo equivocado que estaba.
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