Capítulo 31
Un enorme mentira
Todo el camino hacia el apartamento donde esperaba encontrarme con mi hermana estuve distraído, dándole vueltas a mi conocido argumento, ese que ya habia expuesto anteriormente ante Darcy, para que se subiera en el próximo autobús para casa, y que antes fallo estrepitosamente.
Y no veía esperanza de que eso último fuera a suceder, no obstante, estaba dispuesto a tratar una y mil veces más.
Cuando entramos al silencioso apartamento pronto nos dimos cuenta que Darcy no se encontraba allí.
—Probablemente salió a buscar ese trabajo que tanto desea, una de sus herramientas para la independencia que tanto quiere —comentó Phuong ya más relajado. Ese día el calor y la humedad parecían pegarse a la piel.
Phuong caminó directo al refrigerador de donde saco dos latas de refresco de soda heladas y me ofreció una. Disfrutamos de las bebidas de pie, él inclinado llevando parte de su peso sobre el espacio entre el fregadero y el refrigerador, mientras que yo, que fui a sentarme en una de las sillas frente a la pequeña mesa del comedor, en un momento dado me crucé de brazos con la mirada perdida en algún punto de la sala del lugar.
No fue hasta que tuve a Phuong casi encima de mí que volví de mi ensimismamiento. Mi chico se puso en cuclillas colocando sus antebrazos sobre mis piernas y cruzando las manos en el hueco entre ellas. Phuong busco mi mirada, atrapándola con intensidad.
—¿Sabes que te amo, Finn? Y que mientras me ames estaré a tu lado para solventar juntos todos los obstáculos que esta hermosa vida nos lance. —Llevé mis manos hasta las suyas y jugué con sus dedos antes de llevarlos a mis labios para depositar suaves besos, mientras Phuong cerraba las párpados disfrutando el momento.
Como siempre sucedía entre nosotros el más inocente gesto o caricia nos encendía, y pronto ambos deseábamos más. Terminamos el uno en los brazos del otro perdidos en un apasionado beso y atrevidas caricias, que nos enajenaban del resto. Y pasamos por alto donde nos encontrábamos.
Ni Phuong o yo escuchamos el click del seguro de la puerta principal al ser removido, o cuando se separó del marco con aquel ruidito tan característico...
Tampoco oímos la puerta cuando volvio a ser cerrada...
Mi chico me habia echo poner de pie y arremetió atrapando mi boca con la suya con ardor. Yo le correspondí con el mismo ímpetu, con mis manos sobre sus hombros, sin abandonar el interior de su boca que aun conservaba el frio de la soda, y lo guié hasta acomodarlo de espaldas contra la mesa, donde Phuong fácilmente se acomodó, sentado.
Por unos segundos separamos nuestras bocas, buscando aliento, entonces aproveche la ocasión para colocándome entre medio de sus piernas ligeramente abiertas, subí una de mis manos a su nuca, tomándolo del cabello de manera suave, pero firme y forzándolo a exponer la curvatura de su cuello que ataqué a besos, mientras él gemía, extasiado, con sus manos sobre mi pecho buscando desabotonar los botones de la camisa que vestía.
Un sonoro jadeo mezclado con un grito que no provenía de ninguno de nosotros se escuchó pleno, tanto que juraría que hizo eco por toda la vivienda, y por lo menos a mi me taladro los oídos. Siempre he tenido la impresión de que Phuong no se dio cuenta de inmediato de lo que sucedía, en cuanto a mi, no tuve que voltearme para saber que me encontraría a mis espaldas.
—¡Que carajo! —exclamó Darcy después de soltar aquel chillido, y antes de lanzarse sobre mi que me encontraba frente a Phuong, quien aun permanecía sentado sobre la mesa.
Darcy se detuvo muy cerca de mi echa una furia, taladrándome con la mirada, su rostro congestionado, mientras abría y cerraba los puños de sus manos y una mueca distorsionaba sus facciones.
—¡Dios Santo que asco! —Supe que Darcy intentaría abofetearme unos segundos antes de que levantara una de sus manos contra mi, lo que no imaginé fue que Phuong me empujaría a un lado interponiendo su cuerpo sin importarle recibir el golpe que iba dirigido a mí, pero que él logró interceptar.
Phuong agarró el antebrazo de mi hermana y la echo lejos de nosotros, Darcy trastabillo, pero mantuvo el equilibrio.
—No vas a pegarnos a ninguno de los dos, chiquilla —declaró mi chico y Darcy dejo salir un aullido antes de zapatear con frustración en el suelo.
—¡No vuelvas a ponerme tus sucias manos encima! —grito presa de un estallido de rabia que no solo la mantuvo golpeando el suelo con sus pies sino sacudiendo la cabeza y las extremidades con frenesí, presa de un enorme enojo.
—¡Deja de comportarte como una desquiciada! —exclamó Phuong con firmeza y directo. Entre tanto yo caminé los pasos necesarios para colocarme entre medio de los dos, pues tuve la impresión de que si no lo hacia era cuestión de segundos para que Darcy y Phuong se fueran a los golpes.
Me desesperé, tenia que evitar ese sin sentido.
—¡Papá tenia razón, eres un maldito enfermo, un degenerado...que asco! —Darcy no paraba de gritar— .¡Los dos son unos enfermos!
—¿Puedes calmarte?—Le di la espalda a Phuong para enfrentar y suplicarle a mi hermana. Sin embargo, nunca dejé de estar conciente del chico a mis espaldas, Phuong no se estaba quieto, de reojo vi que tampoco le sacaba los ojos de encima a mi hermana.
Darcy no dejaba de sacudir la cabeza, con sus cabellos ondulados desordenados alrededor de su rostro, y un rictus de furia deformando sus lindas facciones.
—¡No me digas que hacer!...—grito y luego de otro estremecimiento de impotencia y rabia dio la vuelta dirigiendo sus pasos hacia el dormitorio que compartía con Daisy.
No dude en irme tras de ella, y Phuong siguió mis pasos, aunque admito que hubiese preferido que se mantuviera al margen, no quería exponerlo a más insultos.
—¡Me voy de esta casa, no soporto un minuto más en tu presencia! —Darcy sacó su maleta y se dedico a meter la ropa sin ningún cuidado, luego lanzo un par de zapatos y algunos artículos personales. Ella se movía frenética alrededor de la cama, mientras que yo la observaba desde el pasillo.
—Siempre supe que algún día te caerías del pedestal en el que te tenía padre...pero jamás me imaginé que te dieras tan fuerte...voy a disfrutar muchísimo cuando le diga lo que acabo de ver...créeme que se lo voy a describir con lujo de detalles...
Mi hermana comenzó a reír, primero muy sutilmente, mientras intentaba cerrar la maleta y nerviosa, volvía a intentar, sus esfuerzos fueron infructuosos debido quizás a sus temblores o tal vez a lo mal acomodadas que estaban las cosas en el interior de la misma.
Con rabia Darcy lo intento varias veces, llevar la cremallera hasta lograr cerrar el equipaje. La miré batallar con las prendas y demás artículos, buscándole acomodo, sin éxito, mientras la risa que comenzó de manera tenue, se fue incrementando y terminó siendo un estallido que parecía no se detendría.
Vi a mi hermana doblarse sobre si misma mientras reía y le daba puños a la superficie de la maleta, fuera de control, pero no me atreví a acercarme.
—Eres un...maricon...un maldito degenerado...un pecador que no tendrá redención...
Poco a poco la demente risa fue menguando, y finalmente logró cerrar la maleta y dejarla caer al suelo con un sordo golpe.
—¡Termina de irte! —le grito mi chico.
Phuong a mis espaldas no se cohibió de decirle aquello a mi hermana ante sus hirientes palabras, ella fijo su mirada en él, y yo comprendí el dicho «si las miradas mataran» pues ante la de Darcy mi chico podría considerarse herido de muerte.
Ella agarró con firmeza la pequeña maleta y acomodó sobre su hombro el bolso que llevaba, yo entendía que su marcha era inevitable y hasta necesaria luego de lo que acababa de suceder, pero estaba seguro de que tras su viaje de vuelta a Seven Hills se desatarían los problemas.
—Por favor Darcy no te vayas así, estas muy agitada. —Ante mis palabras, las cuales dije antes de echarme hacia atrás para dejarla pasar y salir del cuarto, escuché a Phuong resoplar en desacuerdo.
Darcy se dirigió a la puerta principal ignorándome completamente, cuando estuvo con un pie fuera del apartamento, justo antes de salir, volvió su atención nuevamente hacia mi.
—No finjas preocuparte por mi, no te creo nada. Mejor preocúpate por lo que dirá padre cuando sepa la verdad sobre ti y ...ese tipo —Sus palabras destilaban desprecio y asco. Mi hermana dejó el apartamento y Phuong no tardo en cerrarle la puerta con un sonoro portazo.
Recuerdo que me quede de pie allí donde estaba cuando ella se fue, repitiendo mentalmente parte de su amenaza. Mi chico se acerco dubitativo, yo diría que hasta con miedo, quizás a mi reacción, pero a mi solo me basto una mirada a sus ojos para volver a sentirme a salvo, y echar parte del temor a un rincón.
Phuong se echo a mis brazos y nos fundimos en un abrazo por largos segundos. Casi al unísono dejamos salir sendos suspiros de alivio. No importaba lo que nos deparara el futuro, en ese momento estábamos juntos y dispuestos a defendernos del mundo.
Por lo menos yo, me sentía en cierta parte aliviado, de alguna manera habia soltado un peso atado a mi alma.
*****
La sensación de alivio iba y venia, pues me sentía nervioso y a la expectativa sobre lo que sucedería. El silencio de parte de mi familia, que se extendió por algunos días luego de la ida de mi hermana no presagiaba nada agradable.
No me atreví a llamar a mi madre y parecía un gato sobre un tejado caliente. Sabia que Darcy no se quedaría callada.
Una semana después mis temores se hicieron realidad y mi padre, solo, fue a buscarme al apartamento, o eso creía.
Era un lunes en la tarde y nos encontrábamos en la cocina dándole los últimos toques a un plato de pasta. Yo lavaba las hortalizas para hacer una ensalada mientras que Phuong probaba la salsa de tomate casera. Después de comer pensábamos ver una película.
Cuando se escucho el timbre de la puerta Phuong fue a abrir, lo hizo sin prestar atención o averiguar quien llamaba. Recuerdo que yo, con un inesperado sobresalto dejé la lechuga dentro del fregadero sin importarme la verdura y menos, el agua que dejé corriendo, pues con un susto y el corazón desbocado lo único que quería era llegar al lado de mi chico.
No tuve tiempo de decir o hacer nada, cuando me asome, ya Phuong habia abierto la puerta y la recia humanidad de papá llenaba el marco un segundo antes de entrar al apartamento y golpear a un desprevenido Phuong directo en el rostro.
—¿Sorprendido de verme? ¡Eres un degenerado, abusador de chicas indefensas! —Phuong trastabillo y de inmediato buscó defenderse de los próximos golpes que mi padre parecía preparado para soltar. Yo, me interpuse entre ellos, y me encaré con mi padre, mientras mi chico tomaba distancia.
—¿Qué crees que haces, papá?
—Lo que debí de hacer desde el principio...que bueno que estas aquí, porque seguramente no sabes lo que este tipo intento hacerle a la pobre de Darcy. Porque quiero pensar que no lo sabes, Finley. ¡Por eso estas aquí y no en la policía denunciando a este individuo por intento de violación! —Papá no le quitaba los ojos de encima a Phuong quien tenia la nariz lastimada, los ojos le lagrimeaban y sus manos no eran suficiente para detener la hemorragia.
De reojo vi a mi chico quitarse la camiseta que llevaba y usarla para limpiarse la sangre no solo de las manos, sino el rostro. En ese interin mi cerebro intentaba procesar las acusaciones de mi padre. Con otra mirada a Phuong donde cruzamos gestos, perdidos y azorados, comprendí que a el le sucedía igual.
Papá continuo su avance hacia Phuong mientras que yo siempre busqué mantenerme entre ellos. Las mejillas de mi padre estaban manchadas de rojo, sus labios se distendían en un rictus de ira y su azulada e iracunda mirada iba y venia del chico asiático.
Para ese momento Phuong se encontraba apoyado en uno de los gabinetes de la cocina con la camisa manchada de sangre bajo su nariz. Papá inicio nuevamente su avance.
—¿De qué hablas, padre? ¿Qué te dijo Darcy?
Intente tomarlo por su antebrazo, pero él se sacudió con rabia.
—¿Qué me dijo? ¿Qué me dijo?
Eoin sacudió la cabeza a manera de negación y por primera vez su mirada y la mia se encontraron.
—Papá, por favor tienes que calmarte. —Lo veía demasiado exaltado, jamás lo habia percibido así, ahora pienso que debi de tener más cuidado, prestar atención a las señales— .¿Qué fue lo que te dijo Darcy?
También por primera vez vi lágrimas en los ojos de mi padre y aquello me sobrecogió y pude entender que la versión que mi hermana le contó de lo que sucedió y su motivo para regresar al pueblo, nada tenia que ver con la relación entre Phuong y yo.
Darcy habia inventado una sordida historia sobre Phuong, y asqueado escuche de boca de mi padre su version de los hechos, en esos momentos no me atrevia ni siquiera a mirar a mi chico que no se habia movido.
—¡Ese hombre al que tu llamas amigo quiso abusar de tu hermana!
Papá me apuntaba con un dedo mientras me miraba transmitiéndome todo el sentimiento de impotencia y horror que sentía ante la situación, una situación inventada por Darcy, pero que el daba por cierta.
—Gracias a Dios, que siempre cuida de sus hijos tu hermana pudo escapar de este tipo que quiso forzarla...si la hubieses visto, Finley, lloraba hecha un manojo de nervios mientras me contaba lo que sucedió...
Más allá del pasmo y el horror de aquella vivida pesadilla que se desarrollaba frente a mis ojos, un crepitante miedo comenzó a crecer dentro de mi. Mientras tanto mi padre, que parecía que poco a poco lograría calmarse llevó nuevamente su mirada mas allá de mi, en dirección a Phuong. Lo vi levantar nuevamente su dedo índice para señalarlo, sin embargo, no intento acercarse.
—Prepárate porque ahora mismo voy con la policía, a ellos les tendrás que dar muchas explicaciones...pero al final de tu vida será a Dios ante quien serás juzgado...
Eoin dejó la mirada varios segundos más sobre Phuong antes de girar encarándome.
—Vamos Finley, acompáñame —pidió decidido.
Papá se adelanto hacia la puerta, seguro de que yo le seguiría. Sin embargo, no me moví, y solo me tomo segundos para tomar la decisión que evitaría una acusación falsa hacia el hombre que amaba, un paso en la dirección correcta.
No pensé en nada más, solo en Phuong.
—Las cosas no pasaron como te dijo Darcy, papá.
—¡Finn!
Llamándome Phuong trato de detenerme, mi padre giró la cabeza un poco hacia el sonido de mi voz, y se detuvo aunque no me encaro.
—Phuong jamás forzaría a nadie...Darcy miente.
Justo ahí entendí lo que mi hermana quería. Al mentir sobre lo sucedido, Darcy buscaba que fuera yo mismo quien confesara ante mi padre, para salvar a Phuong, los verdaderos sentimientos que me ligaban a él.
—Darcy regreso a casa porque su orgullo esta herido, y me culpa por ello, no solo a mi, sino a Phuong...
Fue entonces que papá giró completamente, su mirada encontrándose con la mía, esperando mis próximas palabras.
—Phuong y yo nos amamos papá...Darcy nos sorprendió...y para hacernos daño se invento esa ridícula historia de violación. Esa es la única verdad.
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