Capítulo 30
Darcy
Escuché cuando Phuong cerró la puerta y sus pasos junto con los de Darcy moviéndose en dirección a la pequeña sala comedor del lugar. Podía escuchar sus voces apagándose a medida que se alejaban.
Otro vistazo al reloj me indico lo corto de tiempo que estaba Phuong para llegar a la librería y comenzar su turno a las once. Y realmente no sabía como podía ayudarlo, pues no me animaba a salir de la habitación y enfrentarme a mi hermana, no podría. Comencé a sentirme nervioso y perdido.
Me apoye en la puerta de la habitación y largos minutos después localice de vuelta en el pasillo, probablemente frente a la puerta principal, a mi hermana.
—Fui a buscar a Finley a la residencia, no estaba, pero me dejaron pasar para que lo esperara en su habitación. De casualidad me fijé en unos apuntes que tiene sobre el calendario de escritorio, vi tu dirección y vine hasta acá.
Alguien más llego, era Daisy cargando pan recién hecho. Phuong hizo las presentaciones, no me preocupo que nuestra amiga hiciera algún comentario sobre mi presencia en el apartamento, pues era discreta.
Daisy se alejo rumbo a la cocina en tanto los otros dos quedaron en el pasillo.
—¿Tus padres saben que estas aquí, Darcy? —
—No, me fui sin decirles, no aguanto a papá. No quiero volver, pienso quedarme aquí con Finley.
Mis peores sospechas comenzaban a materializarse.
—Eso no estuvo bien Darcy, lo primero que debes de hacer es llamarlos para decirles donde estas. Yo tengo que irme a trabajar.
Era evidente que Phuong no pasaría a despedirse, tenía prisa, además no era prudente, pero igual me molesto muchísimo. Toda la situación estaba amenazando con superarme.
Me pareció oír a Darcy chasquear la lengua a modo de disgusto y soltar un sonoro suspiro.
—Si no me voy ahora llegaré tarde...ve con Daisy, come algo y llama a tus padres. Seguramente Finn aparecerá por aquí en cualquier momento.
Recuerdo que estuve mucho esperando el mejor momento para salir del cuarto de Phuong e irme a casa, y lo hice cuando me percate que Daisy y Darcy dejaron el apartamento, según escuche Daisy invito a mi hermana al supermercado y la farmacia.
Una vez en la habitación de la residencia tome una ducha, mi compañero, un chico llamado James fue quien me mencionó sobre la visita de Darcy.
De la residencia me fui directo a la tienda donde trabajaba Phuong, necesitaba verlo lejos de las miradas de Darcy. Mi chico no se encontraba en el piso principal sino en la trastienda donde yo tenia prohibido el paso y tuve que esperar por él en el pasillo detrás del edificio, allá donde se encontraba uno de los enormes contenedor de basura que recolectaba los desperdicios de los negocios de la zona.
Con los rayos del sol incidiendo directo sobre aquel deposito y mi humanidad, las moscas revoloteando por doquier y ese amargo olor que emanaba, tuve que poner todo de mi parte para esperar con paciencia a que Phuong tuviese la oportunidad de salir.
—Creo que tu hermana está decidida a quedarse, Finn. Ya tiene dieciocho años y probablemente piense en buscar un trabajo —comentó él entre calada y calada a su cigarrillo, en tanto yo trataba de disimular el coraje ante tal imprevisto. Veía como todo se complicaba.
—Yo no voy a hacerme cargo de Darcy, ella debe de estar con mis padres hasta que decida que quiere hacer con su vida. Llegar así de improviso no funciona, yo no tengo donde hospedarla, ni siquiera tengo un trabajo real. —Quizás mi reacción fue exagerada, después de todo Phuong no habia tenido nada que ver con la llegada de Darcy, pero no pude evitar el desahogo.
Aunque ambos sabíamos que más importante que todo lo anterior estaba el hecho de que la presencia de mi hermana en Albany amenazaba con tirar una línea divisoria entre Phuong y yo, alejándonos.
Phuong me pidió calma para pensar, y tomar decisiones. Decidí esperarlo para regresar juntos y después de comer algo, estuve varias horas sentado en un banco de un parque cercano, a la sombra de un ancestral árbol.
En mis recuerdos ese día ocupaba un lugar importante, definiéndolo como pesado, repleto de incertidumbre y mucho coraje, eso último no sabia hacia quien dirigirlo, si a Darcy y su intempestiva llegada o a mí por no tener las pelotas de mostrar mis verdaderos sentimientos ante ella.
Darcy me recibió efusivamente con un apretado abrazo que me hizo sentir incómodo, pues nunca antes en tiempos cercanos tuvimos esa cercanía. Siempre me pareció que a mi hermana no le gustaba el contacto físico, y mucho menos conmigo.
—No soporto vivir un día más con papá. Es un ser opresivo y controlador —manifestó con tono lastimoso en cuanto nos miramos de frente y antes de movernos hacia el área de la sala comedor. El ambiente estaba saturado con los ricos olores de la cena que cocinaba Daisy. En el apartamento también se encontraba Barry, el novio de la chica.
Después de la rara demostración de cariño hacia mí, Darcy se desplazo hasta sentarse sobre el estrecho sofá donde Phuong ya se encontraba. Me encontré sin saber donde sentarme o que hacer, echándole rápidas miradas a mi hermana que no dejaba de coquetear con mi chico.
Esa noche recuerdo que me fui a la cocina y desde allí llamé a mamá para decirle que Darcy se encontraba conmigo, ella reacciono aliviada de comprobar lo que ya sospechaba.
—Supuse que iría a buscarte, Finley, y así se lo dije a Eoin. Tu padre está echo una furia, ahora mismo se encuentra encerrado en la iglesia...lleva allí desde esta mañana orando no solo por que Dios le brinde claridad de pensamientos a tu hermana...sino a ti.
Ante aquello último sentí enojo y vergüenza a partes iguales, sin embargo, preferí no entrar en detalles, me limite a asegurarle a mamá que Darcy se encontraba bien y que me encargaría de hablar con ella y convencerla de regresar a Seven Hills.
—Ojalá puedas hacerla entender que su lugar es aquí con su familia, hijo.—Mamá no podía saber cuan decidido estaba en enviarla de vuelta a casa.
Después de cenar traté de iniciar una conversación con mi hermana con el fin de hacerla entender que tenia que regresar a Seven Hills enarbolando varias razones, la más importante; la falta de alojamiento, no obstante, mi hermanita ya habia hablado con Daisy convenciéndola de que la hospedara en el apartamento.
—Puedo quedarme contigo Daisy, en tu habitación...—sugirió Darcy y más tarde supe que nuestra amiga se vio comprometida, pues Darcy anteriormente le habia suplicado y entre llanto le narro lo desesperada que se sentía bajo el yugo de mi padre. Daisy me hablo de lo perdida y triste que sintio a Darcy.
Darcy terminó saliéndose con la suya, Daisy y Phuong me convencieron de que lo mejor era darle unos días de tregua, para que se tranquilizara y pensara mejor las cosas. Luego me encargaría de volver a hablar sobre su regreso a casa.
Así que mi hermanita pasaría esos días en el apartamento de los chicos, durmiendo con Daisy, una idea que no le gustó mucho al novio de mi amiga. Aun así ni él y menos yo pudimos hacer nada por cambiar la sucesión de cosas. Unos días pasaron a ser dos semanas y Darcy no parecía tener intenciones de tomar un autobús con destino a Seven Hills.
Por esas fechas Daisy y Barry tenían un viaje fuera de la ciudad, entonces Darcy se quedo sola con Phuong en el apartamento, ocupando el cuarto de nuestra amiga. Aquello no me dio buena espina, pero no quería verme como un loco paranoico viendo cosas donde no las habia.
El día siguiente a que los novios se fueron de viaje Phuong me sorprendió con una visita a la residencia.
—Finley, abajo hay un chico que pregunta por ti...
Levanté la cabeza de la almohada antes de abrir los párpados, apenas entendí lo que decía James, mi compañero de habitación. Traté de enfocar la vista sobre el chico dejándome llevar por el sonido de su voz tan bruscamente, que por poco caigo al suelo desde el colchón. Logré incorporarme y a duras penas dejé la cama y me puse de pie.
—Esta abajo en el vestíbulo, su nombre es...no recuerdo,...algún nombre raro, pero creo que es el chico chino con el que siempre estas en la uni.
No lo deje terminar y escuché aquello último cuando ya estaba fuera de la habitación en dirección a las escaleras. Y en cuanto mi mirada se encontró con la de Phuong supe dos cosas, la primera; mi chico estaba realmente enojado, pocas veces lo habia visto así...
La segunda; que la causante de ese mal humor era Darcy.
Apenas pude contener los deseos de abrazarlo deseando borrar de su lindo rostro aquel gesto amargado y devolverle su hermosa sonrisa. Con un gesto le indique que me siguiera y dirigí mis pasos hacia el área de estudios, aunque esperaba que estuviese vacía, pues la mayoría de los estudiantes ya habían dejado la residencia en pos de un verano con su familia, pero me lleve un fiasco al encontrarme con varios chicos, algunos leyendo, otros simplemente reunidos pasando el tiempo frente al televisor.
—Tienes que hacer algo con Darcy, hermoso —murmuró Phuong, ambos nos habíamos desplazado hasta una de las esquinas al fondo del salón— .No aguanto un minuto más con ella en el apartamento...
A pesar de esa última frase, Phuong parecía no querer abundar en el asunto, me dio la impresión de que cambio de idea en cuanto me vio, su enojado rictus se habia desvanecido y ahora lucia apenado.
—Es tu hermana, amor, pero...
—¿Qué fue lo que paso, Phuong? Y no me ocultes nada...
Mi chico rehuyó mi mirada y la paseo por el suelo, mientras yo inclinaba la cabeza buscando atraparla con un gesto intrigado en la expresión. Estiré el brazo y llevé la mano sobre su antebrazo para darle un rápido toque con los dedos.
Recuerdo que una oleada de frustración volvió a barrerme de pies a cabeza. Anhelaba poder asir su mano y traerlo hacia mi.
—Esto es bastante incómodo, y hay que ponerle un alto, Finn. Mientras Daisy estuvo en el apartamento Darcy no traspaso los límites...coqueteaba y tonteaba conmigo, pero era algo a lo que yo no le daba importancia...
—Pero...
Nos miramos directo, lo vi hacer una mueca de disgusto.
—Esta mañana aprovecho que yo me encontraba tomando una ducha para meterse a la habitación y esperarme...estaba en ropa interior sentada sobre la cama, con la absurda idea de que podia seducirme...
Imaginarme algo así me costó, pero a la misma vez sabia que Darcy daba para eso y mucho más. Por un momento no supe si echarme a reír ante su osadía que sabia no la llevaría a nada, no con Phuong, o compartir el enojo de mi chico.
Eso sí, no dije nada por segundos, mientras me parecio que él paso de estar avergonzado a mirarme con incredulidad.
—¿No me crees?
Su pregunta me sacudió, jamás dudaría de sus palabras. No lo pensé para tomar una de sus manos con la mía y lo sentí rígido, antes de deslizar sus dedos lejos de los míos y mirarme a los ojos con una de sus cejas arqueadas.
Segundos después me fijé que deslizo su mirada a nuestro alrededor, gesto que yo evite hacer.
—Jamás dudaría de lo que me dices.
Su mirada se suavizo, y parecio aliviado, embozando una débil sonrisa la que yo correspondí.
—¿Qué podemos hacer? Traté de hablar con ella, ante mi rechazo se mostró triste y hasta un poco molesta, luego se disculpó, pero después de esto ya no sé qué esperar.
—Déjame darme una ducha y cambiarme, esperame aquí, voy a ser claro con Darcy, no solo con el tema de su extendida visita—Hice un gesto de comillas con las manos— .También le hablaré de lo que sucedió hoy, esta actuando precipitadamente en todo...
Precipitadamente era una palabra bastante suave para definir su comportamiento.
Mis pensamientos se dispersaron mientras subía la escalera, y de momento ya no estuve seguro de nada que tuviese que ver con mi hermana. La conocía y sabia que a Darcy no le importaba mi opinión, solo el hecho de que suponía a Phuong mi mejor amigo y deseaba agradarle la frenaba de ser grosera, o de desplegar sus burlas y malos tratos hacia mi. Darcy quería darle una buena impresión a Phuong.
Mientras me bañaba pensaba en lo difícil que sería hacerla cambiar de opinión y volver al pueblo. Phuong me había comentado sobre sus planes de buscar trabajo y un cuarto en alguna casa de familia para alquilar.
Cuando me reuní con Phuong afuera de la residencia mis ideas se encimaban unas con otras y me dije que solo algo extraordinario alejaría a Darcy de Albany.
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