
Capitulo 31
Ella me llevaba hasta mí oficina, metí las manos en los bolsillos del pantalón, no puedo ser normal pues en esta ocasión debo sentarme con más elegancia con un porte posesivo, miré a Cecilia y asentí, ella dejó pasar a los hombres que me habían estado siguiendo, cerré los ojos y le dije a Lucy que esté atenta.
Ambos hombres eran de prominente aspecto, parecidos a jugadores de boxeo, al más enano se le notaba tanto su esfuerzo para obtener esos pectorales que las venas se detallaban en su cuello, al alto que era un papi-chulo, sus pectorales no necesitaban mucho trabajo lo único que dejaba algo que desear era ese traje negro con el cuál podría confundirlo con un escolta presidencial, eso si no supiera quién lo había mandado. Ambos llevaban unas caras de pocos amigos y puedo decir a ciencia cierta que casi les da un paro cuando vieron que el nuevo hombre dentro del negocio en realidad era mujer.
-- Buenas tardes caballeros--me rescoté en el sillón, dí mí mejor sonrisa maniática uniendo las manos en un triángulo después de apuntarles a que se sentaran.
--Buenas - no tomaron el asiento hecho que me ofendió muy feo.
-- ¿Les puedo ayudar en algo?
El enano: De hecho sí.
-- ¿Algún servicio especial? veran que tenemos buena mercancía.
Papi-chulo: No, no-- me miró fijamente-- nos gustaría saber ¿Porqué estuvo con Samira ésta mañana?
-- ¿Samira?-- arqueé una ceja-- ¿Se refiere a la jóven con quién compartí un café está mañana?
-- Exacto-- afirmó el enano.
-- Supongo que a ambas se nos apetecía un café - me acomodé.
--Yo me llamo "cuidado" y él-- enano apunto con la cabeza a su compañero-- "con lo que hace"
Genial almenos estos chicos tenían humor, no del bueno pero se intentó.
-- solté una risa irónica - Interesantes nombres ¿Ustedes quieren saber mí nombre?
--No, preferimos pasar la etapa de las bromas-- soltó el alto.
-- sonreí - Genial ¿Quieren saber que hacía con la chica? pues les diré, como verán soy nueva en el lugar no conozco casi nada pero quería un café y la jóven quería un taxi para ir al café; le ofrecí un aventón aceptó y fuimos a lo que queríamos, tomar un café.
--Espero y no le importe compartir un café con mí jefe también-- pero que enano más odioso.
-- ¿Quiere tomar un café? perfecto que venga entonces, no precisamente el café es un fuerte de este establecimiento pero mis chicas podrían hacer lo mejor.
--No está entendiendo, tendrá que acompañarnos.
--¿Tendré? yo no tengo que hacer nada-- arqueé una ceja y luego sonreí de lado-- sin embargo se quién es su jefe - ambos hombres se sorprendieron, como sí le dieran un golpe en las bolas de imprevisto -- Magdoneir Playsmor sí no me equivoco y me gustaría acompañarlos - me levanté - Quiero conocerlo.
Subí a la camioneta con ambos, en la parte trasera, para la seguridad de Mag me taparon los ojos para no reconocer el camino, no sabían que tenía GPS soy una aprovecionista, si eso en latino, europeo y en todo los idiomas es aprovechada pero de vez en cuando es bueno tener tu propio idioma, me tiré a esta oportunidad en cuanto me lo dijeron, hombres como Magdoneir no tienen confianza en casi nada excepto en el hogar y en los que se encuentran en ella estaría entre decenas de matones que no dudarían en matarme pero todos mis instintos me decían que él traficante guardaba gran cantidad de cosas útiles en su casa y lo que yo buscaba era evidencia tanto como toda la información posible. Iba sonriendo como psicópata, Lucy me actualizaba del lugar donde me dirigían sin quitarme la venda cuando llegamos me llevaron hasta una habitación, me soltaron, escuché una voz profunda y grave.
--Ya pueden dejarla ver.
Me quitaron la venda para poder observarlo, la oficina--puedo decirlo este hijoeput* sabía de estilo-- estaba sentado en su escritorio y no podía negar que enserio me sorprendió el buen gusto de mi amigo.
-- ¿Ustedes tratan así a todas las mujeres? - levanté un ceja, la sonrisa de psicópata nunca desaparecía.
--No sabía que era mujer y a lo otro pues depende mucho de que clase de mujer se esté hablando... La verdadera pregunta aquí es ¿Qué estaba haciendo con la mía ésta mañana?
-- La misma pregunta, esto ya se está volviendo aburrido--me senté sin invitación en uno de los sillones frente al escritorio.
--Está bien, cambiaré la interrogante.. ¿Quién es usted?
-- Esperaba que lo preguntara - me toqué el cuello y cerré los ojos por un breve segundo antes de volver a mí postura sentí como sus ojos me recorrían-- Fabiola Sánchez, un gusto.
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