Al terminar de grabar me di cuenta de que Leonardo se encontraba mirando la escena, e intenté no arquear demasiado la ceja por motivo de mi sorpresa y por la intriga de cómo había logrado encontrarme, alguien le había dicho eso estaba tan claro como que ese alguien se quedaría quizás con un ojo morado.

--¿Qué haces aquí?-- me incomodaba que le dieran información de mí a extraños, incluso si estos extraños fueran sexys y millonarios.

-- Tengo mis métodos-- guiñó tentandome a sonreír-- no pongas esa cara, vamos a cenar, eso es todo.

-- Quizás cenes en la cárcel por acoso, porque esto no es normal.

-- Ve a cambiarte, te espero aquí.

Estaba molesta, pero también hambrienta y a ese hombre yo no le tenía miedo, iba a cenar con el, aprovechando el hecho de comer gratis, cuando nos pusimos en trayecto la carretera nada más. Salí ya lista, no fingí alegría de verlo pero su presencia había dejado de incomodarme.

-- ¿Tanto querías llevarme a cenar que viniste hasta acá sólo para eso?

--sonrió evadiendo la pregunta--¿Cómo estuvo tú día?

-- Bien ¿Y la tuya?

--Mejor ahora que te veo.

-- ¡Ja! Aparte de acosador, básico el muchacho.

--Suele funcionarme -- y ahí estaba, ese aire de superioridad masculina que tanto me hastiaba.

--Aunque no lo creas no es porque ese guiño derrita a las mujeres, si no porque las mujeres están acostumbradas a éste sistema pratriartico que les han inculcado desde pequeñas, se sienten obligadas a emparejarse con un buen chico o acostarse con él para sentirse más bonitas y valiosas, creeme hombre que tu carita puede ser bonita y tú sonrisa lo más blanca posible pero eso no significa que a todas las mujeres les encante, algunas solo fingen, a otras como yo ni siquiera les interesa -- guiñé y mi guiño si fué bueno.

-- ¿Entonces es usted feminista?-- me abrió la puerta del coche y luego subió él al piloto-- Porque un sistema dominado solo por mujeres tampoco parece ser tan justo.

-- Que equivocado estás, la mayoría de las personas estancadas en el viejo sistema creen que el surgimiento del feminismo busca que las mujeres nos encarguemos de todo y dejemos a los hombres de lado ¿Piensas que queremos gobernar el mundo? Claro que no, solo estamos en busca de la igualdad de oportunidades, respeto y por sobre todo seguridad, buscamos que se nos valore tal como lo hacen con los hombres, no somos más  débiles que ustedes, mas hormonales y sensibles al contrario somos inteligentes, fuertes, valientes, talentosas y creeme que ya hartadas estamos de que en los grandes cargos hayan más hombres sentados que mujeres, no son mejores solo por tener un pene entre las piernas y no mostrar sus emociones.

-- No discrepo lo que dices, tienes toda la razón. Y estoy a favor, pero es difícil cambiar una sociedad que está tan acostumbrada a la antigua escuela, con las creencias y carencias del pasado.

-- Pues encargate de criar a tus hijos con nuevas creencias e ideologías, inculca en ellos buenos valores desde pequeños pero tampoco los obligues a ser algo que tú no eres o algo que ellos no quieren ser, educar no significa obligarlos ser algo que tú quieras.

-- Tan inteligente eres-- me miró por un largo rato.

-- Mira el camino que no quiero morir-- sonreí y el rió--¿Qué provoca tanta gracia?-- divertido, penetró sus ojos en los míos.

-- Sé que las mujeres son inteligentes, valientes, perfectas, se que no necesitan a hombres para estar completas, siempre lo supe, pero nunca había hablado con una de ésta manera. Mucho menos con Jenny.

-- ¡Ah! Es que todas somos diferentes también, ¿Le dijiste eso de inteligencia y valentía para conquistarla?

--Perdió su vista en la carretera observando el camino seriamente-- No tuve que decir nada. Tampoco es que ambos sintamos mucha conexión como para hablar de tantos temas.

--Eso me cayó como balde de agua fría--¿Cómo?

--Es una larga historia.

-- ¿Y te casarás con alguien con quién no puedes hablar de todo?

--Como ya dije es una larga historia.

-- Bien-- cerré los ojos por un instante-- Supongo que es mucha información para una desconocida.

--Mucha confianza para dos desconocidos - exclamó--¿Te gustan los animales?-- pregunta tonta para ese momento pero estaba cambiando el tema para evitar lo obvio.

-- Por supuesto que sí.

--No entiendo cómo coños hay personas que no los quiere.

-- Esas personas automáticamente no me  agradan a mí.

--Tenemos tanto en común-- lo dijo en forma exagerada y burlesca.

Pasó como la última vez que no paramos a ver las manillas del reloj correr, ya eran las dos de la mañana cuando me dejó delante de mi casa, hubieron más días que lo precedieron, más charlas y comidas, caminatas en el parque con helados de mente y chocolates, los días se convirtieron en meses y el rodaje de la película había llegado a su fin  pues le había dado un paro a la agencia para concentrarme solo en el arte.

Cuatro meses después.

-- Jackson ¿Estás listo?

--Ya casi, el vuelo sale a las 13:00, además no creo que Clara y Lucy estén listas aún.

El tiempo de espera había terminado, esa tarde tomariamos el vuelo a España.

-- ¡Ya estamos aquí!-- gritaron ellas al mismo tiempo.

--Sonreí-- ¿Ves? Jackson, tienes tanto que  aprender de las chicas.

--Espera a que llegue y dime eso-- su voz crujía en nuestros audífonos.

--Falta una hora no te preocupes, nos apuramos por la emoción.

-- Sí, descuida amigo-- miré a las chicas -- Tengo algo que hacer. ¿Me esperan aquí?

Fuí al patio, me senté en un balcón -- inhalé profundamente pensando en el hombre con quién tanto había compartido los últimos meses-- le había contado de mí viaje, para mí sorpresa él se había emocionado por mi, entendiendo lo importante que era para mí ésto y aquel gesto me había unido más a él, no sabía de mis sentimientos y yo no sabía que era lo que él sentía por mí, lo único que no desconocía era que se iba a casar aunque su relación con Jeny empeoró en los últimos meses, ambos se pasaban peleando por cualquier tontería que se les ocurriera.

Observé las hojas de roble que se movían con el viento y la curiosa danza de las que ya habían caído, que perfecta era la naturaleza. Sentí sus pasos y la brisa había traido su aroma incluso antes de su llegada, así que no necesite levantar la vista para saber quién era.

--Ya casi es hora.

--Sonreí a la par que volteaba a mirarlo-- ¡Estás aquí!

--Quería despedirme de tí.

-- Gracias.

--Te voy a extrañar, agente gruñona.

-- Creo que yo también te extrañaré pero pasará tan rápido que ni lo vamos a notar.

--Leo alejó su mirada, lo hacía cada vez que diría algo serio-- Terminé con Jeny.

--No me sorprendia ambos estaban mal de todos modos pero de igual manera lo único que se me ocurrió fué -- ¿QUÉ?

--Ayudaste con su sobrino. Ya no tenía caso, ella no me amaba y yo tampoco ... Yo-- me miró-- creo, estoy enamorado de alguien más.

Quedé en silencio, no dije ninguna palabra, sabía dónde terminaría ésto y tenía miedo, miedo por la emoción que empezaba a crecer dentro de mi, por las alas de las mariposas que empezaban a abrirse para batir vuelo en mi estómago, por lo ilusionada que me sentía.