Capitulo 21
A mí regreso, el buen Jack con sonrisa pícara casual ya se encontraba con los demás.
--- Wooooo ¡Es uno de los mejores que he probado!.
--Casi destruyes la pista y a tu existencia misma-- exclamó mi amigo siempre con su complejo de padre.
--Jackson, no seas exagerado.
-- Clara, may bella siempre robando me las palabras de la boca.
--No se puede negar la genialidad de ese asesino en ruedado -- todos soltamos una risita ante aquel comentario tan propio de Lucia.
-- Vamos a mí oficina-- susurré a su oído segundos después.
Nos despedimos caminado juntas hasta llegar al lugar deseado.
--¿Cómo estuvo tú noche?-- esa era la pregunta que había retenido toda la mañana.
--Mí hermana estaba muy feliz y creo que Jackson se divirtió mucho conmigo-- se negaba a darme más detalles.
-- Me alegra-- sonreí porque la conocía e intentar sacarle más seria en vano, con Lucy uno debía conformarse con lo que ella otorgaba, nunca pedir más que eso.
--¿Y la tuya? Oí que hoy llegaste tarde.
-- solté una risa irónica, porque aunque ella se negaba darme chisme, me lo estaba pidiendo a su manera--Las noticias corren rápido en éste lugar.
--Estamos rodeados de chismosos -- se encogió de hombros.
-- No me creerás lo que pasó.
--- Tú cuenta, yo decidiré sí creerlo o no.
-- Después de la visita, el taxi casi chocó con otro auto.
--¿Qué?
-- Espera ... que él chófer del otro coche era tu galán de la tarde -- entendió la referencia.
-- ¿Él?-- me regaló una sonrisa felina.
-- Sí, ¿Me dejas terminar?
-- Ni lo dudes que la sopa cada vez se vuelve más espesa.
Le hice un breve resumen de todo lo que pasó porque por el chisme no nos pagaban en ese lugar.
--¿Así que te gusta?
-- Lucia, cariño, acabo de saber de su existencia.
--¿Y qué? El amor a primera vista no sólo es un cliché, es una realidad.
-- Estás tan loca o incluso más que Clara.
Volvió a encoger sus hombros en el momento que mi teléfono sonó, alargó el cuello intentando ver quién era-- que weona más metiche-- vió que el remitente no tenía nombre y se quedó a escuchar la conversación.
--Hola, sexy policía.
-- sonreí y arqueé un ceja al reconocer la voz e inmediatamente maldije mi acto infantil -- Y hoy amanecí con ganas de echar dientes.
--Que bonito saludo-- soltó una risita--Oye, ¿harás algo hoy?
-- ¿Para qué?
--¿Te da hambre en las noches? Porque me encantaría comer algo hoy.
-- ¿Estás invitandome a cenar?-- negué con la cabeza-- Eso no está bien, señor Massi.
-- A las nueve paso a buscarte, ¿Estarás en la agencia?
-- No, estaré en Texas.
--¿Qué demonios harás en Texas?
-- ¿Porqué tendría que darte explicaciones? Mejor saca a cenar a tu prometida, porque yo sí soy una mujer ocupada.
--Iré a Texas.
-- Genial, ya veremos sí me encuentras.
Comencé a dar vueltas con mí silla, ignorando la existencia de Lucía por un segundo.
--- Vaya, vaya, ésto es más serio de lo que pensaba-- exclamó y tomó asiento.
-- ¿Desde cuándo hablas tanto?
--rió-- Iré a mí oficina, tengo cosas que hacer.
-- Si, vaya muchacha que a mí ya me tenei camsada la verdad.
Ella cerró la puerta luego de darme un último vistazo burlón, dejé el teléfono en la mesa y observé la vista desde la ventana pues para colmo no tenía nada mejor que hacer, como si fuera un parásito invadiendo cada archivo de mi cerebro, pensé en aquel hombre de piel canela, ojos azules y cabello negro brillante. Que muñeco estaba hecho y aunque no me consideraba una persona superficial, no podía negar que su aspecto físico me atraía.
-- QUÉ HIJAESUMADRE ¿No te enseñaron a tocar antes de entrar?-- la repentina presencia de Jackson me había asustado.
--¿Interrumpí algo?
--Mis pensamientos, Jackson, mis sagrados pensamientos.
--¿Y se puede saber en qué pensabas?
-- La verdad es que no, porque no te incumbe.
--Estás de mal humor.
--me levanté de la silla-- No, no lo estoy. Jackson, mira no quiero ser grosera pero te estás pasando. Soy tu amiga, no tu novia.
--Ya me lo has dejado en claro más de una vez y creo que ya estoy empezando a comprender.
-- Me alegra y créeme que mucho-- le dirigí una mirada serena-- y de hecho, quería pedirte un favor.
--¿Qué?
-- ¿Puedes llevar mí auto a casa?
--¿Y tú qué harás?-- y ahí estaba de nuevo con su interrogatorio.
-- Comenzaré una nueva película, iré al set de grabaciones en Texas.
--Eso queda lejos, ¿Y sí mejor hacemos algo distinto?
-- ¿Qué?
--Vamos juntos y yo llevo tu auto después.
-- Trato hecho pero Lucy también irá.
--¿Para qué?
-- Porque quiero.
--Está bien-- miró su reloj-- recién son las 09:00.
-- Siii y mientras ese reloj siga moviéndose más se acerca a España.
--No sabes las ganas que tengo de patear traseros españoles.
-- Somos internacionales -- sonreí con orgullo -- Me alegra de que lo estamos logrando todos juntos.
En el transcurso del camino hasta Texas Jackson y Lucia no paraban de hablar de la noche anterior, lo cuál me causó tanto orgullo y alegría, estaba sentada sonriendo con el mismo entusiasmo que ambos irradiaban, esa emoción me arrebató la noción del tiempo y la oportunidad de darme cuenta que ya estábamos llegando.
-- Adiós, nos vemos.
--¿Qué papel interpretas?
-- Te cuento después querida, se me hace tarde. ¡Cuídense!
Lucy cambió de lugar y se situó al lado de Jack en él asiento del copiloto.
-- Que te vaya bien, ¡Latina!-- gritó ella mientras cerraba la puerta.
Todos estaban listos en las escenas de rodaje, me dirigí hasta el vestíbulo y unos chicos me ayudaron a colocarme el corset, (una de las cosas más molestas que podría usar en toda mí vida) pero era trabajo y la incomodidad no sería impedimento para lograr una escena perfecta, también me dieron una falda larga y roja como los pétalos de una rosa ya que la película en sí era de temática medieval.
El personaje que me habían otorgado me encantaba: Una mujer de doble vida, una dulce y delicada paloma ante el mundo que se transformaba en una valiente cheriff al ponerse un antifaz, mujer que podía luchar con más inteligencia que la de un hombre, un guiño fiel al empoderamiento femenino, un fiel recuerdo de que se podía tener más de una vida en el mismo espacio temporal.
-- Hola chicos ¿Ya está todo listo?¿Dónde está mí Ramar?
--Un placer trabajar contigo una vez más, Isabelle.
Jullien Teizon era él excelente actor con el cuál había tenido el honor de trabajar más de una ocasión, en los últimos cinco años en la que me había alejado de las armas, encontré un escudo en al arte, una manera de protegerme y expresarme, tomé tantos papeles como pude, hice grandes películas que habían ganado grandes premios, incluso el Oscar, Jullien me acompañó varias veces en la elaboración de esas películas, y me agradaba el hecho de volver a trabajar con su arte y creatividad a mi lado.
--¿Listos chicos? Necesito que se pongan a sus puestos, Sam (mi personaje) ¿Ves a tú caballo?-- alcé los pulgares arriba--Ramar el tuyo-- él asintió--Ya saben que hacer.
Él caballo de Samanta era un corcel blanco, elegante, veloz y majestuoso lo primero que pensé al verlo era que lo quería para mí. Ambos entramos en confianza con mucha facilidad, me dejó montarlo como si me hubiera conocido desde hace años, era un caballo entrenado pero de todas formas su confianza fué un halago para mí.
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