Epílogo

No necesito un caballo ni un corsé que me venga a buscar junto a un brillante príncipe. Eso se los dejo a las mujeres.

Incluso la vida puede ser una maravilla, como puede ser una mierda. Eso lo decides tú y el camino que vas a recorrer en parte será por ti. He decidido vivir, alegrarme día a día por mi familia y tener a la mano grandes ejemplos a seguir.

Selene tiene a su hija. Hace un tiempo me preguntaba porque la habían elegido a ella como madre y mi respuesta fue inmediata: para hacerla feliz. Eso es todo lo que ella necesitaba hace años, amor, cariño, entrega, alguien que se preocupara y que la ayudara a seguir hacia adelante.

Liam hace varios años atrás añoraba un romance que lo quisiera tal y como es, una persona que estuviera para él en todo momento y aquí estoy yo. El amor platónico junto conmigo sin sentirnos presionados ni tampoco deseosos de alcanzar un éxito.

—Tengo algo que enseñarte, esa flor que plantaste el otro día se ha marchitado —dice Liam.

Odio eso, he aprendido como se hace y pareciera que las flores conmigo. Vamos hacia el jardín y la flor está perfectamente. Liam la arranca y me la da para sostenerla.

Allí hay un mensaje bajo una roca que intento leer cuando Liam termina de arrancar las flores que están marchitas.

"Hiciste mi mundo una locura, es hora de hacer una limpieza de las semillas y empezar como es debido. ¿Quisieras ser esa semilla? "

— ¿En serio?

—Sí, soy muy tradicional. Si no lo hago, probablemente me obliguen.

Siempre soñé con casarme, en aquel tiempo vestida de blanco y con una larga cola. Ahora creo que es una estupidez ese sueño, sin embargo para Liam y para mí no es gran problema como vayamos vestidos, la cuestión es sentir mariposas.

Al momento exacto que me entrego a su alma, todo mi mundo se vuelve de colores pintorescos. Entrando con un esmoquin recién comprado por mis padres, me veo genial. Liam está sonriendo y guiñándome el ojo.

—Ante ti me entrego en cuerpo y alma, sosteniendo bajo mis manos un símbolo que representa nuestro amor. Te amo inmensamente, Andie  —dice temblándole la mano, coloca el anillo en el dedo correspondiente y me besa en la frente.

—Ante ti me entrego como lo que soy, sosteniendo tus manos cálidas sobre las mías causando efecto. Ya sabes que lo eres todo para mí. Te amo, Liam —hago lo mismo con el anillo y los aplausos retumban.

Si miro al pasado, todas esas locuras que escribí en las mesas durante tantos años están haciéndose realidad el día de hoy. Siento un inmenso placer, como si me hubiesen quitado toneladas de carbón encima y en eso me saliera una espléndida sonrisa.

No he cambiado, tengo la misma personalidad y las mismas atribuciones, puede que haya cambiado en ciertas cosas por la edad, pero aun así es como si me reemplazaran el cuerpo y la mente quedara intacta.

FIN