Capítulo 7

Selene se me queda viendo esperando que yo adiviné que persona es esa. Liam no puede ser, es imposible. Todo el mundo habla de la fiesta y que irá con Mandie. Es muy claro. Así que no sé qué otra persona pudiese ser. Esto realmente me tiene intrigada.

— ¿Por qué le dijiste a Liam que íbamos a ir juntas? —me pregunta y no sé qué demonios decirle—. Andie, sabes que Watson me invitó y no puedo decirle que no. Él y yo hemos estado saliendo y me agrada, si necesitabas a alguien le hubieses dicho a otra persona.

Demonios.

—Solo pensé en ti porque realmente eres la única persona que conozco. Así que no tiene caso. Ódiame.

—Le diré a todo el mundo que no vas conmigo. A ver cómo te las arreglas.

Selene se retira de mi casa y me quedo con el corazón hecho pedazos. Ella sabe que todo el mundo no es confiable para mí y debe apoyarme pese al error que cometí. El traje que me regala está guindado en el armario listo para usarse. Ya desearía que en verdad fuera un hombre y dejara esta maldita estupidez de mentirle a todo el mundo creyendo que soy Superman y puedo salvar a la humanidad.

Me acuesto a dormir en casi toda la tarde, no deseo escuchar los gritos de mi madre hacia mi papá quién obviamente se ha ido para siempre otra vez y los vecinos murmurando sobre lo sucedido. No me interesa el periodo, no quiero ser sensible, esperar a que el príncipe azul me salve de la desgracia. ¡Estoy harta de que me crezcan los malditos vellos! ¡Estoy cansada de tantas cosas! ¡Quiero gritar y maldecir a todo el mundo! ¿Hasta cuándo debo calarme las cosas que suceden a mí alrededor?

La madre de Selene se embaraza por un maldito bastardo y aun así lo sigue queriendo. Una cosa que no tiene ni sentido. Mi madre anda con mi papá y aunque no lo quiera, lo persigue. ¿Entonces qué demonios uno hace como mujer para valorarse a sí misma?

¿Acaso uno debe estar así siempre? ¿Acaso no somos guerreras? ¿Debemos esperar a que los imbéciles se den cuenta que somos más brutales, no en el sentido feminista ni nada de eso, simplemente que hacemos toda mierda sin ayuda? Los tipos ayudan a producir a los bebes, eso está perfecto, pero cuando el bebé nace se van a la mierda y no ayudan en un carajo. Ese es el caso más cercano que tengo, para ser precisos dos casos: el mío y el de Selene.

Liam asegura que soy hombre. Selene está en la misma. ¿Qué demonios le está pasando a la humanidad? Es decir, hasta cuando tengo que calarme todo este asunto de Liam y su gusto por los hombres y yo que soy mujer no puedo hacer nada. ¡Maldición!

Sigo estando dormida pensando en un montón de cosas y ya no sé si sirva. Estoy consciente que escucho las cosas que están pasando a mí alrededor pero tengo tanta pereza que no deseo abrir mis ojos hasta que las aguas se hayan calmado.

Al levantarme temprano en la mañana me doy cuenta que algo anda mal. Tengo un preste terrible y siento que todo mi cuerpo está extraño. Mi cama la dejo desatendida y miro hacia el suelo donde Selene duerme en un Sleeping.

Sigo estando medio dormida y me voy a dar una ducha. Al tocarme mis partes íntimas algo está mal. Muy mal. Como no tengo espejo si no es al frente de mi cama. Salgo rápidamente chorreando agua por todo el suelo y al mirarme en el espejo doy un grito aturdidor de esos que no sabes si estás loca o no.

— ¡MAMÁ! ¡MAMÁ! —grito tan fuerte que Selene se levanta mirándome como si no me conociera.

— ¿Qué demonios? ¿Quién eres tú? ¿Dónde está Andie? ¡Eres un violador!

—Soy Andie, estúpida.

Ella retrocede.

—Selene Xang, tu primer beso fue con el idiota de Marc en primaria bajo un árbol. Te dio tanto miedo que le vomitaste en sus zapatos —le digo y se me queda mirando nuevamente.

— ¿Cómo demonios?

Mi madre aparece a la media hora ya estando con ropa de hombre. Esto es alarmante, aunque ella no parece entender que me ha sucedido.

—Bueno... bajen a comer —dice con voz apagada. Ya quisiera matar a mi padre por causarle daño a mi mamá.

Selene aún me sigue viendo sin poder creerlo. Luego me toca la cara, las pequeñas pecas que poseo, el cabello corto muy moderno, brazos más fuertes, la piel más dura y oliendo a chico.

—Al menos si vas a poder ir a la fiesta. Liam te va a adorar.

—Seguramente no me va a reconocer. Estoy en un cuerpo de chico.

—Bueno, los milagros existen. Andando que tengo hambre y tu madre está haciendo algo delicioso.

Bajamos a desayunar y es horrible estando en este cuerpo. No estoy acostumbrada a tener bolas entre mis piernas ni mucho menos tener que fingir que estoy bien. Todo me incomoda y pareciera como si me picara todo a la vez. El hombre que tengo es tan brutal que me como no solo un sándwich sino cuatro de un solo golpe. La adrenalina es fenomenal y no me siento cansado para nada.

Mi madre nos da el almuerzo y me abraza como si fuera su pequeña, ahora que soy chico, su pequeño y se despide de nosotros.

—Odio verla así —mi voz es más fuerte y no suena tanto como mi antigua voz. Ahora no sé qué deba hacer. Esto es una locura. ¿Y si me expulsan del colegio por no estar inscrito? Esto es deprimente.

—Tu madre es valiente, Andie. Ahora, creo que soy la única persona que se da cuenta de tu cambio de cuerpo milagroso y los demás te saludan normal. Tus vecinos que son chismosos no te han visto raro —comenta Selene mientras conduce por la vía hacia el colegio—. Hay que comprarte ropa. Necesitas cambiar tu cuarto y todo lo demás. Ya muero por ver cómo Liam te observa. Será genial.

— ¿Por qué fuiste a mi casa anoche?

—Tuve una pequeña discusión con mi madre y no tenía a donde irme.

—Bueno, estamos a mano.

—Si.