Capítulo 27
Capítulo 27
Dos años después.
—No camines por ahí, Alex —grita Selene por enésima vez a su hija—. Te vas a caer de ahí.
Es divertido como Alex se sube por las escaleras y no le causa miedo. Uno aprende mucho de los niños y como ven la vida. Si fuera un adulto tuviera demasiado miedo, pero los niños enfrentan los problemas como si fueran a tragar saliva.
—Tengo que irme a la universidad, recuerda tratarla bien, Andie. Eres muy pasivo con ella.
—¡Oye!
—¡Ya lo sabes!
—Si, señora.
Ella se ríe, abraza a la pequeña Alex y se va.
Selene está estudiando en una universidad local. La carrera que escogió fue economía financiera. No le va mal y pues le gusta. Yo la ayudo con Alex todos los días pues trabajo desde la casa realizando trabajos informáticos con mi padre. Me da chance de hacer muchas cosas y sobra tiempo suficiente.
No he sabido nada de Liam en los últimos dos años. No sé cómo estará, si se caso, si aún está soltero. No lo he buscado tampoco en las redes sociales para dejarlo tranquilo. Me gusta dejar a las personas en paz consigo mismo, no me gusta estresarme.
Tocan el timbre y aprovechando que Alex se ha quedado dormida puedo atender. No se ve la persona y pregunto quién es, la respuesta sale de una voz ronca y susurrada. Me siento vigilado y debo preparar mi arma mortal. Lastimosamente en mi familia ninguno es asesino en serie como para tener un bate de béisbol, ni una pistola ni nada de eso. Finalmente decido abrir y rogar que no me maten.
—Hola, ¿puedo pasar? —es un hombre de dos metros. Parece ser un agente secreto por su vestimenta. Me pregunto quién será y que demonios hace aquí. Lo dejo pasar hasta la sala y me quedo de pie para incomodarlo un poco, aunque no estoy haciendo algo varonil porque es capaz que con un solo puño me derrumbe—. Firme esto, por favor.
Solo es una invitación, pero no indica cuál es su propósito y quién lo envía.
—¿Para qué estoy invitado? ¿Quien envió esto?
—Tengo prohibido hablar sobre eso, señor Ford. Solo firme y terminemos con esto.
—Es absurdo. Si se trata de un secuestro, no tengo dinero, soy pobre y vivo con mis padres. Si es una broma, le sugirió que le diga a la persona que venga hacia donde estoy y me lo diga en mi cara. ¡Que pase una feliz noche! ¡Hasta luego!
El hombre se retira sin amenazas. Odio cuando hacen ese tipo de cosas porque me ponen los pelos de punta. ¡Que ridiculo que me envíen una invitación sin ningún motivo! ¡No es el día de los inocentes, idiota!
Al cabo de una hora cuando estoy cómodamente en mi habitación arropado y viendo un programa divertido, suena el puto timbre. ¡Por mi, que se mueran! No iré a ninguna parte. No solo suena una vez, sino diez veces seguidas. ¡Que desesperante es esto!
Como las luces están apagadas y solo el televisor está encendido, más escalofriante se pone la escena. Escucho ramas, mosquitos, hormigas, susurros, ruidos. Alex está tan profundamente dormida que ni se da cuenta de las cosas paranormales que suceden en la casa. Le envío un mensaje a Selene para verificar que no sea ella, pero me responde que va en camino y que se retraso un poco por el tráfico. Mis padres están en una celebración de cumpleaños y no vendrán sino mañana en la tarde. ¿Quién demonios me está molestando a altas horas de la noche?
—Si es un fantasma, manifiéstate bastardo inútil. ¡No tengo miedo! ¡Tu eres el gallina! ¡Tú estás muerto y yo estoy vivo! No tiene ciencia. ¡Eres un idiota!
Los ruidos se van acercando, pero no veo a ninguna persona. Me levanto de la cama y prendo la luz para asegurarme de verlo de frente. Las cortinas de la ventana se mueven haciendo un oleaje tenebroso.
—¡Ven pues si eres hombre, idiota imbecil!
Al darme la vuelta, Liam está con una chaqueta de cuero.
—¡AHHHH! ¡Demonios!
—Lo se, doy miedo.
—No me asustes así, carajo. ¡Casi me hice pis encima!
Me acuesto nuevamente mirándolo con temor. Mi corazón está acelerado del susto y la sorpresa.
—Es increíble que no aceptaras mi invitación.
—¡COMO SI FUERA ADIVINO QUE FUERAS TÚ! ¡VINO UN IDIOTA DE DOS METROS! NO IBA A FIRMAR ESO.
—Por eso es que me gustas tanto. Me encanta que no seas confiado, menos mal que siempre tengo planes extra por si acaso.
Todavía sigo respirando agitadamente.
Liam me da un vaso de agua fría para que me tranquilice un poco. Desvía la mirada hacia Alex quién está tan dormida que no se entera de lo que ocurre a su alrededor. Él sonríe y se sienta a mi lado.
—Muy linda, igual a su madre.
—¡Ya llegue! —Selene abre la puerta y no se sorprende de ver a Liam—. Lamento la tardanza.
—Casi me mata del susto y te apareces ahorita.
—No seas gallina, Andie.
Levanta a su hija y la lleva a su habitación, en menos de cinco minutos aparece de nuevo ya cambiada y más ligera.
—Díselo antes que le de otro ataque.
—¿Decirme que?
Liam me tapa los ojos con una pañoleta y pide que me quede quieto sin moverme. Siento algo en mis manos y me produce estrés no ver que demonios es. Luego me quita la pañoleta y al ver es una cajita.
—Estuve a punto de cometer un gravísimo error, pero lo corregí a tiempo. Me fue bien por allá y es otro mundo estar con un equipo tan milenario como aquel. No es mi fuente hacer algo que a mi padre le guste, normalmente le hago caso para no incomodarlo y que se decepcione de mi tan rápido. Desee con todas mis fuerzas volver a verte, estaba desesperado. Me sentía como un hielo y nada podía hacerme más feliz que verte el rostro lleno de pecas lindas. Recuerdo la primera vez que te vi, lucias un vestido verde lleno de flores y el moño te quedaba lindo, te imaginaba una linda princesita. Siempre te imaginé como chica y fingía que eras un chico para llamar tu atención y que te fijaras en mi. Ahorita que eres un chico, no veo la diferencia. Sigues siendo la misma persona, tu brillante personalidad, tu divertida memoria, las cosas que escribías sobre mi en la mesa. Nunca creí que te gustara, pensé que lo hacías porque me creías solamente atractivo. Me di cuenta, Andie que no me interesa como sea tu aspecto físico, siempre te voy a querer y ese sentimiento costará un poco para que se vaya. No soy tan fácil para dejarte ir, quizás lo suficientemente loco para enamorarme de ti una y otra vez. Por supuesto que me gustabas de chica y ahorita de chico, te había mentido tantas veces al decirte cosas sin sentido que mi corazón no hallaba cómo reaccionar ante tantas cosas. Temía que te fueras a decepcionar de mi y me dejaras por otra persona. He aprendido muchísimo en estos últimos dos años y es a dejarse llevar por los momentos. Nuestro caso es tan loco y fuera de lugar, que ni siquiera nos dio tiempo para tener peleas reales que tiene toda pareja, creo que ya sabíamos cómo era cada quien para tolerar al otro y llevarnos mejor de lo que pensábamos. No tengo porque pedirte que seas mi novio, porque siento que desde el momento que llevaste a mi vida, ya lo eras inconscientemente.
—¡Esto me dan ganas de llorar! —exclama Selene con los ojos lagrimosos.
Es como las escenas más extrañas de una película. Es real, emotivo y muchísimo mejor que en la televisión.
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