Capítulo 22

—Es inexplicable, solo se fue —al contarle todo a Selene ella se extraña del comportamiento de Liam. Quizás esté evadiéndome y quiera hacerle caso a su padre es lo que mi amiga opina al respecto.

La vida continua tan solitaria y grandes cambios que no soy capaz de diferenciar entre el día y la noche. Estudio, ayudo a mis padres en todo, voy a los entrenamientos de fútbol, salgo con Selene y Watson y trato de distraerme con todo. Me siento extraño, a la vez libre, pero extraño como si el aire me faltara al respirar.

Quisiera saber si está bien, si su padre lo trata bien, si su hermana sigue siendo una loca, si continúa jugando fútbol, si se fue a otro país. Me encantaría verlo aunque sea una última vez si el destino decide que no servimos para estar juntos.

Es desesperante no saber nada de Liam, eso me tiene las tripas llenas de ansiedad y hambre. Pocas veces como un bocado de lo que mamá me prepara, porque siento que nada me sabe sabroso.

—Saldré con Watson, ¿vienes?

Niego con la cabeza, estoy demasiado cómodo viendo una película de acción que ni deseo moverme, además tengo demasiado frío y si salgo me congelo.

—Cuídate y no pienses tanto en tu amorcito. Seguramente estará bien. No te preocupes.

¡Volvio mi mejor amiga, carajo!

—De acuerdo.

Me quedo despierto hasta tarde y como a las 2 de la mañana aparece mi mejor amiga muy sonriente y con ganas de contarme cosas. Como estoy un poco aburrido de los programas inútiles que pasan en la televisión, prefiero escucharla a ella y entretenerme un segundo. Watson le ha pedido oficialmente que sean novios y ella acepto. Tuvieron un encuentro amoroso. Eso me preocupa.

—¿Segura que usaron protección?

—Totalmente segura, Andie.

—Confío en ti o sino le parto la cara no me importa lo mucho que lo ames.

—Me gusta tu actitud agresiva.

—Hablo muy en serio.

Ella comienza a ver sus redes sociales, reírse de algunos memes y burlarse de los otros que colocan cosas idiotas. Verifica la cuenta de Liam en instagram. Las ultimas fotos está muy feliz y parece haber estado en el paraíso. Las demás fotos está su padre, su hermana y él. ¿Y su madre porque no aparece en las fotos?

—Andie, hay algo que quizás él no te haya dicho y si lo hizo no creo que te acuerdes demasiado —dice en voz susurrante, casi inaudible—. Su madre estaba en el hospital y no creo que este muy bien.

—¿Hospital? —hago memoria concentrándome muy bien en los detalles de mi última transformación y verifico que él menciono algo de un hospital y su madre, pero nunca me dijo la razón y el por qué de eso—. Mencionó algo, pero no entro en detalles íntimos.

—Su madre tiene cáncer de mama, Andie.

—Todo esto es mi culpa, ¿cierto? Cambie el futuro de todos a mi alrededor. ¿Qué hubiera pasado si seguiría como chica y no estuviera en búsqueda de Liam como la vez anterior? ¿Y si mi madre quería abandonarme de verdad y yo hice que se quedara obligándola a quererme? ¿Y si Liam solo actuaba así para no herirme más? ¡Tengo que resolver esto! Así sea infeliz, pagaré el precio, pero no dejaré que ustedes sufran por mi culpa. ¡Ya me cansé de esto!

Selene me detiene a mitad del pasillo y me lleva a mi cuarto nuevamente.

—Andie, no puedes hacerlo.

—Nos escondemos de la realidad, nos molesta que nos digan la verdad, queremos que todo sea fácil y la vida no es así, Selene. Hay que ser fuertes y valientes. Si tengo que sufrir porque mi madre en realidad se ha ido, lo haré sin ningún problema. Asumo la responsabilidad, no me quedaré de brazos cruzados para ver cómo esta supuesta vida perfecta no es tan perfecta. Yo causé tu embarazo, cause todo por una ambición amorosa súper ridicula. Si Liam no es para mi, está bien, lo voy a entender. Solo quiero volver al pasado, que mis padres estén separados, que todo siga normal. Allí veré realmente lo que desea cada persona que amo en este mundo, Selene. Si es realmente no que quieren en sus vidas. No puedo estar arreglando a todo el mundo, cada quien asume su problema. Tomas una decisión y eso dependerá de ti.

Cierro mis ojos con toda la fuerza deseando en lo más profundo de mi alma que el río corra su rumbo y que me devuelva la vida de meses anteriores cuando no pensaba en hacerme chico para gustarle a Liam. Los acontecimientos recientes pasan por mi mente a una velocidad impresionante, viajan a millones de distancias y todo está borroso y pegajoso.

Al abrirlos me encuentro en la misma habitación, vestida para ir al colegio y los gritos matutinos de mi madre. Al bajar para encontrarme con ella, la veo diferente, demacrada, sin vida en sus cabellos y con las lágrimas a flote.

—Buen dia, madre. ¿Estás bien? —le digo en voz dulce.

—Andie, cariño. Estaré bien —su sinceridad es nueva y quizás sea yo que lo hice inconscientemente porque le pregunté si está bien. Me sirvo el desayuno y al cabo de un rato viene mi mejor amiga con los mejores ánimos del mundo, chequeo su barriga y sigue intacta. Ella sonríe sin decirme porque la estoy mirando así y nos vamos al colegio luego de desayunar. Le deseo suerte a mi madre y ella trata de estar un poquito feliz.

La vida sigue su destino planificado, Liam está allí con sus mejores amigos hablando de cualquier cosa y se detiene cuando me ve pasar, pero yo lo ignoro por completo. En las clases apunto todo lo interesante, resumo las palabras de los profesores y hasta los momentos todo va bien. En clase de literatura nos mandan a leer un libro y debemos conseguirlo en la biblioteca.

—Disculpe, busco este libro —le entrego el papel a la bibliotecaria que está de buen humor el día de hoy.

Se va a la sección infantil y regresa con un libro delgado y en buen estado. Al leer el título, es un niño vestido de príncipe junto a un planeta pequeño. El título es " El principito".

—Amarás al libro si lo interpretas correctamente, Andie.

Estoy a punto de preguntar cómo sabe mi nombre, pero es mejor dejarlo como está. Ella sonríe y vuelve a su lectura. Me siento en la parte de afuera del colegio a hojearlo, no es muy largo y parece divertido porque tiene dibujos en ciertas partes.

—Lo he leídos millones de veces —escucho la voz de Liam, cuando está más cerca, sus amigos le prestan poca atención y no se dan cuenta que les está diciendo algo importante—. Sacaré la mejor nota del curso.

Me preparo para asistir a la práctica de fútbol. He decidido renunciar, no encuentro mi verdadera vocación y es mejor dejar lo que causa estrés. Hablo con el entrenador antes que llegue todo el equipo y él comprende.

—Señor Hamilton —es el padre de Liam, vestido con mucha elegancia y su perfume me llega a la nariz—. ¿Desea algo?

—Solo veré la práctica, Torrez. No se preocupe. ¿Y usted quién es? —me pregunta a mi y quedo congelada.

—Una de mis jugadoras estrella, es la única chica en el equipo, pero ya no la tendremos el resto del año.

El padre de Liam parece insatisfecho con la respuesta del entrenador. Cruza los brazos y me pide que me siente con él. Es extraño porque antes todavía hablar con el señor sin problema, pero ahora somos desconocidos y quizás no recuerde quién soy.

—¿Conoces a mi hijo? Él que está allá de camisa azul con el número 25 —señala a Liam quien sonríe.

—Estudiamos juntos.

—¡ANDIE! ¡ANDIE! TE ESTABA BUSCANDO, DEBES VENIR RÁPIDO. ES SELENE —exclama una chica de nuestro salón muy nerviosa y agitada.

Dejo al señor con la palabra en la boca y salgo corriendo hasta que llegamos al baño de chicas donde Selene está tirada en el suelo y llena de sangre. Reviso rápidamente y no posee heridas. ¿Cómo alguien se puede desangrar tan rápido?

—¡AUXILIO, AUXILIO, AUXILIO! —mis gritos desesperados son escuchados por dos personas: Liam y el padre de Liam.

El señor Hamilton me ayuda a cargar a Selene y la llevamos al hospital más cercano. La atienden muy rápido y esperamos en la sala de espera.