Capítulo 18

—Estás muy callado —comenta mi tía mientras estamos comiendo un plato de pasta con salsa roja.

—Lo siento.

—No te disculpes, solo me preocupas mucho.

—Estaré bien si eso es lo que deseas saber.

Ella sonríe satisfecha de mi respuesta. Comienza a fregar los platos y me quedo viendo hacia el más allá. Pensar que hasta hace poco la armonía de la casa impregnaba me hace sentir idiota. No entiendo porque me abandona así de esa forma, el porque no me dijo la verdad de todo esto, es como si quisiera verme triste siempre.

Por otro lado Selene se ha ido y ha pasado un mes desde que no está. Liam y su padre han realizado un buen trabajo, pero aún así sabiendo quién podría ser el padre del bebé que lleva dentro, no pueden encontrar a mi mejor amiga.

—Quisiera tener el don de ver el futuro —murmuro para mí mismo, mi tía voltea y sigue fregando. Termino de comerme la ración de pasta y coloco el plato en el fregador.

Tocan la puerta y es Liam, lo dejo pasar y nos sentamos en el mueble. Sabe que estoy raro porque no estoy diciendo nada, toma mi mano y la va acariciando poco a poco.

—Sabía que era Watson desde un principio —digo a Liam—. Es un cobarde.

,

—No es Watson, Andie —comenta Liam—. Mi padre aún no me ha dicho quién podría ser, lo mantiene en secreto. He intentado sacarle información y no es fácil.

¡Maldicion! ¿Qué chico será ese? ¿Por qué tanto misterio? Cada vez que pienso en eso me produce nostalgia. Es mi culpa que todo esté revuelto por la idiotez de convertirme en chico. Esto se sale de control.

—Tan pronto lo sepa, te lo diré. No te preocupes —continúa acariciandome la mano. Suena su celular refunfuña y supongo que es uno de sus padres—. De acuerdo. En 5 minutos. Vale...Okey...no hay problema, Leo. De acuerdo, está bien. Te espero. Adiós.

—¿Ocurre algo?

—No es nada. Es el cumpleaños de uno de mis mejores amigos y es tradición pasarla juntos.

Siento un terrible dolor de estómago, no sé si es la pasta o es que Liam se va con sus amigos. Es un poco extraño que un hombre sienta celos.

—Genial. Le mandas saludos a todos.

—Por supuesto. Cuídate, nos vemos mañana y no te preocupes por Selene, tratare de sacarle información a mi padre. Adiós.

Ni un beso, ni nada. Eso me desespera. Me quedo con las ganas de besarlo y me abstengo. Yo sé que ellos son primero que yo, porque los conoce desde hace muchos años. Ya estoy pensando como mujer, eso me preocupa aún más. Solo deseo que si me convierto en chica de nuevo, no se vaya a decepcionar.

Pasan varios días y no veo a Liam ni en el colegio ni en el entrenamiento. Me siento cada vez más solo y sin opciones de nada. Me toca estudiar matemáticas, física, comercio, literatura sin diversión. El fútbol se hace pesado, tanto así que me agoto muy rápido.

Llego a mi casa y me instalo en la sala mirando hacia el techo sin ganas de hablar. Mi tía nota que estoy muy deprimido.

—Te han dejado está nota, cariño. Iré preparando el almuerzo.

Es la letra de Liam, me pongo cómodo, y la leo:

Sé que estarás molesto y te entiendo. Estoy bien, no ha pasado nada. A mi mamá la han hospitalizado y pues todos estamos allá en el hospital, te pido que no vengas, es algo personal. Después hablamos.

Pasaré por ti el domingo a las 10 de la mañana.

Te quiere,

Liam

Posdata: Deja los celos. Jajajaja! Amo tus pecas.