
Capítulo 16
Capítulo 16
—Andie, háblame. Dime que estás vivo —me dice Liam sobándome el cabello. Ya ni se lo que siento en este momento, es como sacarle las tripas a un animal y que este no pudiese hacer nada.
No puedo responder "bien" ni tampoco "mal" ni mucho menos "más o menos". Me siento una plasta de mierda envuelta en un ácido cólico fundido y tapizado con hierbas provenientes de veneno impuro.
—Andie —la respiración entrecortada de mis venas se desvanece por completo y cae en un sonido mortífero, escupiendo mi cuerpo hacia el más allá.
No escucho gritos, ni nada. Está todo en silencio y nada parece ser real.
**
Al abrir los ojos me encuentro en mi casa, tapado con una sábana negra y una ropa diferente. Miro hacia mí alrededor y Selene está charlando con Liam en el balcón. Parecen reírse de algo y hablan en murmullos. Vuelvo a tumbarme en la almohada tratando de ver si es un sueño y mi madre aparece de nuevo.
El tiempo parece estar sufriendo conmigo porque avanza muy lento y me hace entender que no sirvo para estar fingiendo que de verdad estoy despierto y fue en vano dormir.
Se escucha la canción de Can't Stop The Feeling y al ver de donde proviene esta Liam bailando solo sin camisa. ¿Más o menos? No canta mal y me sorprende que lo esté haciendo en mi habitación.
— ¿Qué haces? —le pregunto incorporándome de la cama. Él sonríe y va directo hacia mí.
—Estuve viendo Trolls y se me pego la canción —contesta sonriente—. No me mires así porque te beso aquí mismo no me importa si tu tía está presente.
Me duele la cabeza y me vuelvo a recostar en la cama intentando recordar por qué sigo vivo, quien es mi tía y que hace Liam en mi casa.
En mi cabeza suena una canción que me hace llorar enseguida:
So, rockabye baby, rockabye
I'm going to rock you
Rockabye baby, don't you cry
Somebody's got you
Rockabye baby, rockabye
I'm going to rock you
Rockabye baby, don't you cry
—Andie, sé que la pasas mal, pero no sé qué decirte. Quiero mostrarte algo.
—No quiero.
—Andie Ford, coopera —aparece una mujer parecida a mi madre, a diferencia que esta tiene el cabello rubio. Seguramente se lo tiño porque no se ve muy natural—. No puedes estar así toda la vida como si fueras un delincuente tirado y apestoso.
—Con que tú eres mi tía. Jamás te había visto.
—Pues sí. Lástima que no haya tenido el chance de ver tu nacimiento ni de estar a tu lado. Ahora vas a estar conmigo te guste o no.
—Me puedo ir a donde sea.
—Liam, puedes esperar afuera un segundo. Necesito hablar con mi sobrino a solas.
Liam se va sin antes lanzarme un beso en el aire. Mi tía ha captado ese detalle y no le dice nada. Cuando la puerta al fin se cierra, ella se dirige a mí como si fuera un ladrón.
— ¿Me vas a decir en qué momento te cambiaste de sexo? —me pregunta seriamente.
Okey. Ella sabe muy bien como soy y por supuesto le habrá extrañado mi comportamiento. Ahora debo explicarle la locura más grande de la historia. Empiezo por decirle que estaba deseando ser un chico porque quería que Liam me aceptara y que fuese algo más que un simple compañero de futbol. Él solía confundirme con un chico y yo estaba harta de que me tratara así. Entonces de la noche a la mañana apareció un pene entre mis piernas y no pude hacer más nada para quitar dichoso deseo. Al culminar se me queda mirando como si estuviera loco.
— ¡Vaya! La cabeza tuya es una locura.
—Lo sé.
—Es la única persona que me sigue viendo como un chico. A veces creo que finge demencia, pero está seguro que soy así desde que me conoció en el colegio. Por lo visto mi deseo se cumplió y ahora soy un chico sin aparentar serlo.
—Bueno, no me darás preocupaciones de salir embarazada ni nada por el estilo. Al menos me agrada que te gusten los chicos, pienso que es una relación más sana.
—Quizás fue por eso que mamá me abandono. Creía que era su hija y por mi culpa...
—No es tu culpa, cielo. Tu madre siempre ha sido así, a los dieciocho se fue a vivir con el miserable de tu padre y dejo a mi madre desconsolada y devastada. Supongo que quería deshacerte de ti cuanto antes.
—Supongo. No lo sé.
—No vayas a salir huyendo, Andie.
— ¿Cómo me has reconocido?
—Podrás ser un chico y haber cambiado un poco el rostro, pero conozco fielmente a los de mi familia. Tienes una mueca similar a la de tu abuelo y además posees los ojos idénticos a tu madre.
—Me siento como Harry Potter.
—Salvo que no está Dursley para molestarte.
—Sí, la diversión es aburrida.
—No me iré, Andie.
—Pensé que vendrías con esposo, hijos, amantes.
—No. Soy divorciada y no tengo hijos.
—Bien.
—Si. Dejare que pase porque cree que he cometido un crimen. No vayas a irte.
Creo que lee mentes porque estoy pensando en huir hacia quien sabe dónde, pero por lo amable que es no le puedo hacer tal desgracia. Ha dejado su vida en donde vivía para estar conmigo y no dejarme fallecer.
Liam de nuevo en mi habitación haciéndome incomodar con su pecho resaltado y su humor a flor de piel. Después de una divertida conversación acerca de futbol vemos un partido en vivo y directo para matar el aburrimiento.
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