Aidan

No puedo definir exactamente como terminamos en una fiesta de una chica del instituto a la cual no fuimos invitados.

A pesar de no haber sido invitados exactamente por la organizadora, fuimos invitados por un amigo de ella, eso quiere decir que si estuvimos invitados ¿Verdad?

Hace un rato estuve en la pista de baile junto a Emma, todo ha dado un cambio y un rumbo que jamás pensé que tendría.

—Te ves bien con esa camisa —dice Emma distraídamente mientras me da un repaso.

—Lo sé —digo y ella voltea los ojos.

La atraigo para darle un suave y rápido beso en los labios, son adictivos y no puedo evitarlo.

—Iré a ver algo para tomar.

—Está bien, te espero ahí sentada —dice señalando un espacio que hay en la barra.

Solo asiento y me dirijo a donde están sirviendo bebidas y pido dos tragos que son los que están ofreciendo en este momento. Al llegar a la barra donde se encuentra Emma, está muy concentrada revisando su celular así que me acerco lentamente y le toco el hombro, ella da un saltito en su lugar y la veo con diversión.

—Eres un idiota —dice riendo

Le entrego su bebida y me agradece con una sonrisa.

—¿Aún no llega Andrea? —pregunto ya que Emma me comentó que iba a venir, pero al parecer se estaba tardando.

—Estaba hablando con ella, me dijo que llegaba en un momento.

—Ah bueno.

Conversamos hasta que un chico se acerca a nosotros con la mirada fija en Emma.

—Hola linda —la saluda el rubio con una mira lasciva. Emma lo mira con una mueca de asco.

—Emma ¿Quieres algo más para tomar? —pregunto para que el rubio vea que vino conmigo y porque a ambos ya se nos acabó nuestro trago.

—Eh —ve su vaso—, si está bien —me sonríe, luego dirige su mirada al rubio—. Hola —dice dándole una sonrisa amable a pesar de su mirada de hace un momento.

—¿Quieres bailar? —le pregunta el chico intentando tomar su mano.

—Eh... No gracias, estoy cansada y vine con el —dice señalándome mientras le da otra sonrisa amable, yo también sonrío, pero de manera burlona al ver como el chico fue rechazado.

—Venga, no creo que a tu amigo le incomode o moleste —vuelve a tratar de tomarla por la mano y ella la vuelve a retirar.

—No gracias —esta vez la voz de Emma suena más fuerte y molesta.

—Ven, hay que bailar —esta vez ya no es un toque delicado, la trata de tomar por el brazo, pero es interrumpido por el empujón que le proporciono.

—Te dijo que no —esta vez habló yo con voz fuerte.

—No te metas... —trata de hablar el rubio, pero es interrumpido por Emma.

—Yo ya te dije que no y no entiendo porque sigues aquí —suena realmente molesta.

—Como sea —dice el rubio volteando los ojos y yéndose.

—Agh, que molesto —dice Emma volviendo a sentarse.

Yo solo la miro sonriendo, sus mejillas están sonrojadas por el calor que hace dentro.

—¿Qué? —pregunta sonriendo al notar mi mirada en ella.

—Que te ves muy linda —digo y mi sonrisa aumenta cuando veo que se ha sonrojado mucho más.

—¡Oh Dios!, me he sonrojado —dice riendo y apartando la mirada—. Gracias, tú también te ves muy lindo.

—¡Oh Dios!, me he sonrojado —la imito con burla.

Voltea los ojos.

—Oh, cállate.

—He notado que en cada conversación que tenemos me terminas callando —finjo indignación.

—No es cierto —voltea los ojos divertida.

—Si lo es —la contradigo para molestarla.

—No lo es.

—Si lo es.

—No lo...

—Hola chicos —saluda alguien y nos volteamos a ver de quien se trata, es Andrea.

—¡Andrea! —la saluda Emma efusivamente.

—¡Emma! Te ves increíble —dice dándole una repasa a el vestido que lleva puesto Emma, es un negro que le llega hasta arriba de las rodillas, es pegado y resalta la figura, se ve hermosa.

—Gracias —sonríe Emma—, tú también te ves increíble.

—Oh, hola Aidan —me saluda Andrea amablemente.

—Hola —hago un pequeño asentimiento con la cabeza.

—¿Qué hacían? —pregunta sentándose a él frente de nosotros.

—Ah, estábamos conversando —responde.

—¿Conversando? ¿En una fiesta? Mejor bailen, pero bueno ¡oye! ¿Ethan te hablo? —la pregunta de Andrea hace que Emma voltee a verla, yo la miro enarcando una ceja con más interés en la conversación.

—No.

—Me dijo que en unas semanas viajaba hacía aquí.

—¡Oh Dios! ¿¡En serio!? —vale ¿Quién es Ethan y por qué Emma esta tan feliz de que venga?

—Sí, me comentó algo sobre que iba hablar con tus padres para hospedarse en tu casa.

—¿Quién es Ethan? —pregunto.

Vale chico, pero disimula un poco.

—Es un amigo de la infancia —responde Andrea encogiéndose de hombros.

—Oh.

—Bueno, luego le hablaré para confirmar, ahora ¡hay que bailar! —Emma se levanta tomándonos de la mano y llevándonos a la pista.

Nos movemos al ritmo de la música, Andrea baila junto a un chico y Emma baila conmigo. Emma se ve jodidamente bien, es preciosa, su cabello largo agitándose en cada movimiento que da, sus ojos mirándome fijamente, nuestros cuerpos rozando al compás de una melodía perfecta.

No aguanto más, es imposible verla y no pensar en qué quiero besarla y tenerla cerca. La tomo por la nuca atrayéndola hacia mí, su rostro al principio es de sorpresa, como las otras veces, pero no duda en sonreír y rodearme con sus brazos para seguir el beso de manera más intensa.

Nuestros labios se mueven encajando perfectamente, un beso vehemente, nos separamos por falta de aire, Emma me ve a los ojos y juro que noto una pizca de vergüenza que es casi imposible de notar.

Después de bailar por un poco más de tiempo, decidimos tomar asiento ya que nos encontramos cansados, pedimos tres tragos para tomar mientras hablamos.

Ya son casi las cuatro de la mañana y es la hora de que nos vayamos, Emma tiene permiso de dormir en casa de Andrea así que yo las llevaré en mi auto, ya que he sido el que menos ha tomado.

Andrea es la que va más tomada, por lo que Emma se encarga de ir con ella en la parte de los asientos traseros.

El viaje es divertido, Andrea menciona incoherencias que nos hacen reír a Emma y a mí, mientras Emma intenta tranquilizarla.

Al llegar a casa de Andrea, ella se encuentra dormida.

—And —la llama Emma —Venga, ya llegamos.

—¿Eh?

—Vamos, bájate y dame las llaves —ambos nos encargamos de bajarla del auto.

—Eh, si, si —comienza a hablar Andrea —Oye Aidan...

—¿Qué? —pregunto.

—Cuida a mi amigaaa... Ella-ella es muy buena...

—Yo la cuidare, tranquila —hablo al ver que comienza a reír.

—Oye —murmura al parecer para que solo yo la escuche, pero está claro que Emma también la está escuchando.

—¿Qué? —vuelvo a preguntar.

—En-entre nosotros —comienza —¿A ti te gusta Emma? Porque ella es mi mejor amiga y si le haces daño te partiré la cara —dice con voz arrastrada.

—Vale —Emma se sonroja—. Andrea ya entra —la comienza a arrastrar como puede hasta dentro de la casa para dejarla en el sillón con un ruidoso "Pufff"

—Sí, sí, vale —masculla Andrea.

—Gracias por traernos –me agradece Emma al salir de la casa de su amiga.

—No te preocupes —le sonrió y me acerco para abrazarla.

—Bueno, tengo que entrar para llevar a Andrea a su habitación, nos vemos mañana.

—Está bien, descansa Emma —la tomo de la nuca para darle un beso rápido e irme.