|CAPÍTULO 28|
-Uy ¿Tengo que salir corriendo? -murmura Aidan cuando entra y ve a mi padre.
-No seas idiota -digo riendo.
-Ehh ¿Hola? -murmura acercándose y parándose a mi lado.
-Hola Aidan -la voz de mi padre hace que el mencionado de un respingo en su lugar.
-Tranquilo -murmuro bajito para que solo él me escuche.
-Aidan quiero hablar contigo -habla mi padre haciendo que Aidan frunza el ceño instantáneamente.
- ¿Co-conmigo? -pregunta Aidan con confusión.
-Si contigo.
-Pero...
-Ve Aidan, yo espero -digo animándolo.
-Pues bien -masculla.
-Ven, vamos a mi despacho -Aidan me mira y asiento, camina detrás de mi padre hasta perderse en su despacho.
Suspiro y camino hacia mi habitación, espero que no sea un fraude.
Aidan
Dirigirme junto al padre de Emma a su despacho hace que me falte el aire, como me pida que me aleje de ella nuevamente no aguantare porque no quiero hacerle daño, nunca lo quise, ni lo querré.
-Bueno -carraspeo nervioso- ¿Qué desea? -pregunto sentándome al frente de su escritorio.
-Disculparme -su voz es apenas audible.
- ¿Qué? -pregunto.
-Disculparme muchacho, por dios es que eres sordo -masculla haciendo que quiera reír.
-Ah bueno.
-Mira niñato como dañes a Emma te dejare sin descendencia...
-No pretendo hacerle daño a Emma y gracias, pero si quiero descendencia.
-Como sea, discúlpame por todas las tonterías que te dije y eso.
- ¿Ya vio que fácil es pedir perdón? -digo con un poco de burla en mis palabras.
-Aidan si no te callas...
-Pero debería ser un poco más específico. ¿Por qué me pide perdón?
-Aidan segundo aviso.
-Vale, vale. Es perdonado.
-Bien.
-Sí, pues bien. Pensé que habría más drama en esto, pero bueno no todo es como en los libros o novelas.
-Yo también pensé que habría más drama, algo como gritos o algo así.
-Sí, sí, yo igual ¿sabe?
-Y si volvemos a hacer esto, pero con más drama...
-No -digo precipitadamente, esto es raro- Bueno, si me disculpa iré a ver a Emma, ya que ya me pidió perdón.
-Pues bien.
-Vale -salgo de su despacho con menos tensión en los hombros y camino hacia la habitación de Emma- Hola -saludo al entrar.
-Hola -murmura mirándome- ¿Qué te dijo? -pregunta con los ojos entrecerrados.
-Me pidió perdón.
-Vale -se ve desconfiada y eso me causa preocupación, no quiero que piense que volveré a irme en cualquier momento solo si su padre me habla.
-De verdad, solo se disculpó.
-Está bien.
-Emma...
- ¿Que? -pregunta a la defensiva.
- ¿Qué tienes?
-Nada -su respuesta es inmediata y sigue estando a la defensiva por lo que entiendo que está mintiendo.
-Emma -replico esta vez un poco más irritado.
-Solo tengo miedo ¿Vale? -responde también irritada parándose de su cama y caminando hacia su escritorio.
- ¿Por qué lo estarías?
-No lo sé, quizás porque la última vez que hablaste con mi padre te largaste, me ignoraste y no sé qué otras cosas más -masculla sin mirarme.
-No volverá a pasar eso Emma, lo que hice fue un error...
-Sé que no lo harás, no sé porque me siento así, no-no lo sé, tengo miedo, aunque sé que no lo harás.
-Eso es normal.
-Si bueno -suspira y se sienta en su cama nuevamente.
-Venga -me acerco y me siento a su lado-, no volverá a pasar eso, nunca más, es una promesa.
Ella solo asiente, giro para ver su rostro y noto su mirada fija en mí, sus ojos suben y bajan desde mis labios hasta mis ojos haciendo que mis manos piquen queriendo sujetarla y besarla.
-Aidan...
-Dime -murmuro sin dejar de mirarla.
-Nunca fui buena cumpliendo cosas que no quería hacer -dice finalmente tomando el primer paso y sujetándome de las mejillas para acercarme hacia ella y besarme.
Me quedo sorprendido, pero no tardo en mover mis labios al mismo compas de ella, hago que retroceda en su cama hasta que se acuesta y a movimientos lentos me posiciono encima de ella sin separar mis labios de los suyos. Mis manos rozan la suave piel de su cintura haciendo que Emma suspire y se aferre a mi espalda.
Tenemos que separar nuestros labios para respirar, apoyo mi frente junto a la suya mientras nuestras respiraciones se acoplan.
-Joder -jadeo-, extrañe esto -murmuro abriendo mis ojos y mirándola, me encuentro con una de sus hermosas sonrisas, esta se extiende más y más haciendo que vuelva a besarla.
-Yo también te extrañe -murmura haciéndome estremecer.
Hundo mi rostro en su cuello y comienzo a dejar besos en su suave piel.
- ¿Le pusiste seguro a la puerta? pregunta haciendo que sonría.
- ¿Qué pretendes hacer pequeña pervertida? -pregunto burlón, obviamente sé que quiere hacer porque yo también lo quiero hacer, solo quiero irritarla un poco.
-No sé, quizás quiera matarte y estoy pidiendo que cierres la puerta para que no entre nadie y poder hacerlo en paz y tomarme mi tiempo -dice haciendo que ría.
-Si le puse seguro a la puerta -murmuro mirándola.
- ¿Y por qué sigues con ropa? -pregunta sorprendiéndome y haciendo que tenga aún más ganas de besarla.
- ¿Por qué tú sigues con ropa? -contrataco haciendo que levante una ceja y comience a deshacerse de mi camiseta.
- ¿A qué esperas? -pregunta mirándome con los ojos entrecerrados.
- ¿Qué espero de qué?
-Qué esperas para quitarme la ropa -su respuesta hace que un escalofrió recorra mi cuerpo.
No falta que diga más porque comienzo a deshacerme de su ropa y ella de la mía, claro, en el proceso no faltan los besos porque hay muchos, demasiados y en todas partes.
• • • • • •
-Jo-der -murmuro cuando caigo a su lado en la cama.
-Eso fue intenso -rio tras lo que dice.
- ¿Entonces ya volvimos? -pregunto volteando a verla.
-No lo sé.
- ¿No lo sabes?
-No.
-Yo digo que ya ¿No?
-Sí, creo que ya.
-Entonces ¿ya te puedo besar cuando quiera?
-Si -responde sonriendo, imito su gesto y acerco mi rostro al de ella para atrapar sus labios y juntarlos con los míos.
• • • • • •
Emma
-No quiero ir -murmuro sin abrir mis ojos.
-Venga vamos -la voz de Aidan hace que abra los ojos.
-Bien -asiento levantándome de la cama- No puedo creer que solo hayan organizado la cena y nos digan a última hora -murmuro caminando hacia la ducha.
-Ni yo -la voz de Aidan es más fuerte para que lo escuche.
Termino de ducharme y salgo envuelta en una toalla.
-Me tengo que ir -dice Aidan acercándose a mí y besando mis labios.
-Está bien -asiento sonriendo.
-Nos vemos en mi casa -dice Aidan sin separarse de mi- Te amo -murmura y sin esperar respuesta vuelve a besar mis labios.
-Te amo -digo cuando sus labios se separan de los míos- Nos vemos en un rato.
-Vale.
Me besa por última vez antes de salir de mi habitación y bajar por las escaleras.
Suspiro sonriendo y busco algún vestido para ponerme para la cena que la madre de Aidan y mi madre han organizado después de que mi padre le diga lo que de verdad paso a mi madre, ella aún está enojada con él, pero me dijo que después de esto ella iba a hablar con él.
Salimos de mi casa y cruzamos la calle para llegar a casa de Aidan y sus padres, tocamos le timbre y como siempre la madre de Aidan abre la puerta y me abraza a mí y a mi madre como si no nos hubiera visto hace mucho. Eso me hace sonreír.
-Hola Emma, Aidan está en su habitación, si quieres puedes subir.
-Está bien -asiento entrando a su casa y saludando al padre de Aidan en el camino.
Toco la puerta de la habitación de mi novio quien abre la puerta rápidamente con una gran sonrisa mientras me abraza.
-Te ves hermosa -murmura besando mis labios.
-También te ves muy bien con esa camisa ¿Ya te dije que me encanta que te pongas camisas? Me encanta como te quedan.
-Ya me lo dijiste, pero lo puedes seguir diciendo.
Rio y beso sus labios.
-Venga bajemos -digo tomando su mano y halandolo hacia las escaleras.
Cuando llegamos al comedor todos están sentados en la mesa así que los imitamos y comenzamos a comer mientras conversamos.
- ¿Ya sabes a que universidad iras Emma? -pregunta la madre de Aidan mirándome.
-Si -sonrío- Es la misma universidad a la que ira Aidan, nos aceptaron a ambos -comento mientras me llevo un pedazo de carne a la boca.
-Algo de eso me comento Aidan -habla el padre de Aidan haciendo que gire mi rostro hacia él.
Seguimos comiendo hasta que terminamos y camino junto a Aidan a la terraza.
Ambos nos sentamos en el asiento que hay y nos concentramos mirando el cielo que como casi nunca está muy estrellado.
-Te amo -murmura Aidan mientras recuesto mi cabeza en su hombro y me tapo con la manta que trajimos.
-También te amo y mucho -respondo mirándolo, su sonrisa se ensancha y pasa su brazo por mi hombro atrayéndome más a él.
Y con las estrellas iluminándonos ambos confirmamos que nuestro amor es verdadero, aquel amor que comenzamos a tener gracias a aquellas reglas que se fueron desvaneciendo conforme lo nuestro iba creciendo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro