-Emma, creo que deberías hablar con tu padre -murmura Aidan cuando ambos salimos de su casa.

-No lo creo, estoy muy bien así -mascullo acercándome a mi madre bajo la atenta mirada de mi padre al notar que a él no lo saludo.

-Emma...

-Estoy bien mamá, no te preocupes...

-Vale -suspira- ¿Quieres que te pasemos dejando por el instituto?

Niego.

-No, me iré con Aidan, no te preocupes.

Mi padre masculla algo que no entiendo antes de subir a su auto sin mirarnos.

-Luego nos vemos -me despido de mi madre con un abrazo.

-Está bien, ve con cuidado...

-Vale.

Aidan me espera en su auto, mirándome.

-Listo -aviso cuando entro al auto- Podemos irnos.

Me mira con una pequeña sonrisa antes de poner el auto en marcha.

- ¿Andrea hizo la fiesta que había propuesto hace unas semanas?

- ¿La de la playa? -pregunto frunciendo el ceño.

-Esa.

-No la llego a hacer, su madre no le permitió usar la casa de playa después de ver sus notas.

-Oh.

No digo nada más, nos mantenemos en un silencio un poco tenso.

-Aidan -llamo su atención- Podemos actuar normal, para que esto no se vuelva incomodo -recomiendo ya que la incomodidad y tensión es muy notable.

-Si... Tienes razón, so-solo no sé cómo actuar a tu alrededor ahora.

-Pues normal, como siempre has actuado.

- ¿Siempre? Emma, recuerdo que en todas esas veces te besaba, ahora no puedo hacerlo.

¿Quién dijo que no?

Muero por responder eso, pero considero que necesitamos un pequeño tiempo para arreglar todo.

-Con suerte lo vuelves a hacer pronto -respondo como una broma no tan broma.

-Eso espero -murmura sonriendo.

Cuando llegamos al instituto nos encontramos con Andrea y los tres avanzamos juntos hacia el aula, faltan dos días para que finalicen las clases, luego la graduación y somos libres, bueno ni tan libres porque luego tenemos que ingresar a la universidad, no estoy completamente segura de estar lista para estudiar en otra ciudad, sola.

- ¿Cómo es que ustedes están ahora como que juntitos? -pregunta Andrea mirando mal a Aidan.

-No estamos juntitos -mascullo arrugando la nariz.

-Sí, si aja. Emma como te vuelva a hacer daño le reventare la cara y esta vez no habrá nadie que me detenga, primer aviso -advierte, Aidan solo la mira con burla antes de que yo suelte una risa.

-Tu amiga aun no me perdona -dice Aidan mirándome con los ojos entrecerrados.

-Yo ya te perdoné -respondo frunciendo el ceño.

- ¿Ah sí?

-Si...

-Ah bueno entonces puedo besarte.

-No.

-Entonces no lo has perdonado -habla Andrea.

-Que lo haya perdonado no quiere decir que... Saben olvídenlo -volteo los ojos centrándome en la ficha que tenemos que realizar.

-No te ha perdonado -canturrea Andrea molestando a Aidan.

-Si lo ha hecho, pero no la puedo besar.

-Ni tocar -sigue molestando Andrea.

-Lamentablemente -le responde Aidan mientras la ignora.

Solo volteo los ojos centrándome en terminar la ficha para poder irme a mi casa.

-Termine -avisa Aidan parándose a entregar su ficha.

- ¿Que? -pregunto mirándolo sorprendida- ¿Te has podido centrar mientras manteníamos una conversación con Andrea? yo recién voy poniendo mi nombre.

-Se llama concentración.

-Entonces no tengo concentración.

-Pásamela -pide mirándome.

- ¿Que? -pregunto sin entender a qué se refiere.

-Tu ficha, pásamela -vuelve a repetir.

No lo dudo.

Se la extiendo y lo veo tomar su lapicero mientras marca opciones y escribe respuestas, en un par de minutos me la devuelve y ya tengo mi ficha resuelta lista para entregar, pero claro que aún no lo hare.

-Gracias -murmuro mirando a Aidan con una pequeña sonrisa, el solo asiente sonriendo de igual manera.

Toco el brazo de Andrea, disimuladamente, y ella se gira, apunto mi ficha para que pueda copiar y así finalizar juntas. En su rostro se extiende una gran sonrisa de complicidad.

Cuando ambas finalizamos acordamos que primero seré yo quien entregue y después de unos minutos ella así la profesora no sospecha.

Al fin salimos del instituto, realmente hemos estado estudiando menos horas ya que son los últimos días a los que asistiremos.

- ¿Nos vamos juntos? -pregunta Aidan mirándome.

-Vale.

-Bueno yo ya me voy, tengo que hacer cosas en mi casa -habla Andrea alejándose de nosotros- ¡No se enrollen en el camino! -grita haciendo que muchas personas volteen a vernos y yo enrojezco de inmediato, claro y Aidan se ríe ajeno a mi vergüenza.

- ¡No prometo nada! -grita Aidan de regreso, le doy un golpe en el brazo y el ríe aún más.

-Cállate -mascullo tratando de aliviar el rubor de mis mejillas.

-Bueno vamos -dice Aidan tomándome de la mano y haciendo que caminemos hacia su auto, extrañamente su mano junto a la mía no se me hace incomoda.

Vamos conversando mientras música suena en la radio de manera en la que el ambiente es cómodo y muy normal.

Al llegar a casa noto la presencia de mi padre en frente de la puerta de mi casa, eso hace que me ponga tensa ya que no tenía la intensión de verlo, ni de hablar con él, pero claro mi padre pensara todo lo contrario.

-Emma, hija ¿Podemos hablar? -pregunta cuando bajo del auto junto a Aidan.

-No -respondo cortante.

-Bien, cambiare la petición. Debemos hablar -no me puedo negar ya que, aunque este muy molesta le debo un mínimo de respeto y no quiero ser grosera.

-Habla -digo sin moverme del lado de Aidan.

-Dentro de casa.

Suspiro con molestia antes de girar y ver a Aidan mirándome.

-Iré a hablar con él ¿Si? luego te llamo para que vengas a mi casa.

-Está bien. Espero tu llamada.

-Vale -asiento antes de girarme y caminar en dirección a dónde está mi padre- ¿Qué paso? -pregunto entrando a casa delante de él.

-Yo-yo -carraspea haciendo que frunza mi ceño- Creo que te debo una disculpa.

¿Qué?

- ¿Eh?

-Eh si ¿No?

-A mí no me debes ninguna disculpa...

-Ah bueno...

-Se la debes a Aidan -espeto mirándolo con una ceja enarcada.

- ¿Qué? ¿Por qué? -pregunta alarmado.

-Sera porque a él fue quien amenazaste, manipulaste y exigiste que se aleje ¿No?

-No me disculpare con ese muchacho.

-Pues no lo hagas, solo te digo que a mí no me debes ninguna disculpa, pero eso no quiere decir que no esté enojada contigo.

-Ay, o sea me tengo que disculpar con ese chico para que mi hija no ignore y deje de ser una grosera.

-Discúlpate porque crees que es lo correcto, no por mí que no tengo que guardar respeto a quien no me lo da.

- ¿Y en qué momento te falte el respeto?, hija.

-No lo sé -hago como que pienso- Quizás cuando te metiste en mi relación, o cuando hiciste que Aidan me aleje, se me ocurren muchas cosas, papá.

Lanza un largo y cansado suspiro antes de asentir.

-Tienes razón -responde a regañadientes- Perdón por faltarte el respeto a ti y a ese chico, hablare con el hoy.

-Lo harás en mi presencia...

-Lo hare al privado, con él, así lo hice cuando lo amenacé, así lo hare para disculparme.

-Como lo vuelvas a... -comienzo a advertir.

- ¡No lo hare!

-Estoy hablando muy en serio -advierto.

-Vale -masculla.

-Pues bien, tienes suerte, justo iba a llamar a Aidan para que venga a casa.

-Está bien.

Llamo a Aidan sin decirle que mi padre quiere hablar con él, el timbre suena y lo único que anhelo y espero que nada de esto sea un fiasco.