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|CAPÍTULO 2|

Nos encontramos en la cafetería esperando que nos entreguen nuestros almuerzos, hoy tengo que avanzar el trabajo junto a Aidan, no les he hablado a mis padres sobre el trabajo ya que sé que se lo tomaran mal y no quiero que hagan un escándalo en el instituto, es mejor evitar problemas ¿no?

Cuando al fin nos entregan nuestro pedido, Andrea y yo caminamos hacia el patio de la escuela, pero antes de que logremos salir se nos cruza, nuevamente, Aidan.

Me miró.

Lo mire.

- ¿Que? –pregunto entrecerrando los ojos en su dirección.

- ¿Quieres venir a almorzar conmigo, je, je, es que ehm... Podemos ir avanzando con... ¿El trabajo? -sonríe y yo lo miro confundida.

-Almorzare con Andrea, te dije que en la hora de salida nos veríamos para hacer el trabajo y así será, no es necesario hacerlo ahora -sonrío un poco extrañada por la situación.

-Ehm si –asiente-, entonces nos vemos en un rato Emma –se despide antes de darse vuelta y caminar en dirección contraria a la mía.

-Eso fue raro -habla Andrea haciendo que gire mi rostro hacia donde está ella.

-Sí, eh... vamos a almorzar, venga -la tomo del brazo para hacerla caminar al césped del jardín escolar.

Y como siempre nuestro almuerzo fue hablar, reír y comer.

Las clases ya habían pasado y yo ya estaba en la biblioteca esperando a que llegue Aidan para avanzar con el trabajo.

Han pasado diez minutos y Aidan todavía no llega, así que decido que es mejor comenzar a avanzar por cuenta propia. Tomo algunos libros de la estantería y también busco algo de ideas en mi portátil para tener información más completa.

Comienzo a realizar el informe con preguntas básicas como ¿Qué es la salud mental?, ¿Cuál es la importancia de esta?, entre otras.

Tomo mis audífonos y me los pongo con música a todo volumen para evitar escuchar ruidos externos.

He avanzado gran parte del principio del trabajo, han pasado cuarenta minutos y Aidan aún no llega. Comienzo a guardar mis cosas en mi mochila de mala gana mientras voy mascullando insultos mentales hacia Aidan y su irresponsabilidad.

Me molesta que me hagan perder el tiempo, si no iba a venir me hubiera avisado así no gastaba mi tiempo estando aquí esperándolo.

Voy caminando por los pasillos de la biblioteca cuando en mi campo de visión aparece Aidan corriendo hacia donde yo estoy. Sus labios gesticulan algo que no logro entender, aún tengo los audífonos así que hago como si no hubiera escuchado ni visto nada y sigo de largo. Siento su toque en mi brazo, pero lo ignoro.

-Hey, hey -comienza a llamarme.

Le subo aún más el volumen a mis audífonos y los señalo, haciendo un gesto de negación, dando a entender que no lo escucho, obviamente lo escucho, pero no quería hablar con él después de que me haya dejado haciendo el trabajo sola.

Me quita los audífonos.

-Lamento haber llegado tarde, es que tenía otras cosas que hacer -lo ignoro y vuelvo a ponerme mis audífonos para poder seguir caminando-. Emma, venga, lo lamento, tuve que ir a el campo de fútbol, el entrenador me estaba llamando.

Relajo mi rostro, a Aidan le encanta el fútbol desde muy pequeño.

-Está bien, no te preocupes -volteo los ojos -, solo investiga más sobre el tema para mañana unir los dos conceptos hechos y así sacar una sola conclusión -me encojo de hombros y trato de volver a ponerme los audífonos, pero me detengo cuando vuelve a hablar.

-Hoy iré a tu casa para avanzar algo más.

-Sabes que no puedes ir, Aidan -niego con la cabeza lentamente.

-Eso ya lo veremos -lo ignoro y decido salir del instituto para dirigirme a mi casa.

Al entrar a mi casa me encuentro con mis padres quienes están con sus maletas.

Carajo, lo olvide, hoy viajan.

-Hola -saludo.

-Hola y adiós -bromea mi madre haciendo que una sonrisa surque mis labios.

- ¿Ya se tienen que ir? -pregunto extrañada.

-Sí, ayer te lo dijimos -habla mi padre frunciendo el ceño.

-Pero si aún... -me calle. Agh que tonta soy, hoy me quedé más tiempo en el instituto, no medí los tiempos-. Cierto. ¿Cuándo vuelven? -pregunte.

-El otro lunes -dijo mi padre mientras cargaba la maleta.

-Oh, bueno -asiento.

-Ya nos tenemos que ir. Nos vemos luego hija -mi madre me abraza.

-Hasta el lunes, Emma -también se despide mi padre-. Ya sabes que tienes permiso de salir siempre y cuando sea junto a Andrea, también tienes en claro que nadie de la familia Johnson puede entrar, así que todo claro, nos vamos.

Asiento moviendo mi mano en señal de despedida antes de que suban al auto y se vayan. Suspiro y cierro la puerta para luego caminar hacia mi habitación.

Decido leer por un rato, tengo un libro pendiente por leer así que decido comenzarlo ahora.

Después de una hora aproximadamente, paré mi lectura para ir y tomar algunos snacks de la cocina, bajo lentamente las escaleras y camino hacia la nevera para así tomar un refresco y luego a la estantería para tomar unas papas fritas.

Vuelvo a subir las escaleras y al entrar a mi habitación suelto un grito agudo al darme cuenta que Aidan está sentado en mi escritorio.

¿Cómo demonios entro?

Aidan, sentado en mi escritorio, con la mirada fija en mí ¿Y yo? yo aún no logro salir de mi shock.

Niego con la cabeza.

- ¿Qué haces aquí? -susurro molesta como si alguien más pudiera escucharme.

-Te dije que vendría a verte para avanzar con el trabajo -se encoge de hombros.

-Aja y yo te dije que... ¡No! -grito al ver que se levanta del escritorio para así caminar hacia mi cama, sentarse y tomar mi bolsa de snacks-. Oye, están tomando demasiada confianza -mascullé de mala gana- ¡Párate ahora mismo de mi cama y deja ahí mi comida!

- ¡Dios mío! que exagerada -se levanta y suelta mi comida a regañadientes.

- ¿Cómo entraste? -pregunto frunciendo el ceño.

-Por tu ventana -se encoge de hombros tranquilo.

- ¡¿QUÉ?! -pregunto en un grito-, te pudieron haber visto, debes de irte.

- ¿Te caíste? -pregunta con voz chillona-. No, no te preocupes, estoy bien no me caí -dice con voz normal-. Me alegro que estés bien, Aidan -volvió a hablar con voz chillona.

Volteo los ojos exageradamente.

-Yo no hablo así.

- ¡TE ESTOY DICIENDO QUE ESTOY BIEN! Hazme caso en mi drama –frunce el ceño, indignado.

-Aidan, no es buena idea que estés aquí -comento lentamente.

-Tus padres no están.

- ¿Qu...? ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? –pregunto extrañada.

-Los he visto irse con maletas -ah bueno.

- ¡Aidan deberías de irte! -grito, me mira con las cejas levantadas.

- ¿Por qué me quieres echar de tu habitación? -pregunta entrecerrado los ojos.

-Ni siquiera deberías estar aquí.

-Quiero estar aquí -se encoge de hombros como si no le viera problema a lo que dice.

-Aidan...

-Venga, Emma. Tus padres no están, podemos avanzar con el trabajo -me mira con una sonrisa.

-Bueno -suspiré al notar que no se iba a ir sea lo que sea que hiciera-, avancemos con el trabajo.

Sonríe.

-Así está mejor.

Se levanta de donde estaba sentado y se camina hacia su mochila, que por cierto recién noto que estaba acá, sacó unas hojas y me las entrega.

-Logré sacar más información sobre el tema y la adjunté en esas hojas –comienzo a leer la información que me ha entregado y estaba muy bien, estaba perfectamente redactado.

-Wow, está muy bien -comento mientras me siento en mi cama, imita mi acto.

-Bueno, ¿la agregamos ahora? -pregunta.

Asiento y tomo mi portátil para comenzar a agregar la información.

-Eso de ahí es información no tan importante pero igual la decidí poner ya que pensé que hacía que se entienda mejor -dice mientras se inclina un poco para mirar la pantalla del portátil, me tense al sentir su rodilla rozando la mía, rápidamente aleje mi pierna de la de él y me acomodé mejor, un poco más lejos de él, me mira con una ceja enmarcada.

- ¿Quieres algo de tomar? -pregunto-. Iré abajo por mas snacks.

-Ehm, si, está bien -asiente.

-Vale, ya vuelvo.

Vuelvo a bajar hacia la cocina y tomo más papas con otro refresco para Aidan. Cuando entro a mi habitación lo veo con mi portátil en sus manos, revisando la información del trabajo.

-Toma -le extiendo la mano en donde tenía los snacks con el refresco.

-Gracias -lo sujeta y lo abre para comenzar a comer.

Vuelvo a tomar asiento a su lado, nuevamente.

-Bueno y ¿Cómo has podido sobrevivir diez años sin mí? -pregunta.

Enarque una ceja.

- ¿Cómo has podido sobrevivir tu sin mí?

-La verdad es que para poder sobrevivir lo único que hice fue dejar de tratar de trepar la reja de la vecina –comienza a reír haciendo que lo imite.

Cuando éramos pequeños, creíamos que nuestra vecina era una bruja, si lo sé, es demasiado tonto. Una vez Aidan trato de trepar la reja de la vecina para "Verificar que no esté haciendo brujería" y pues lo que pasó es muy obvio, se cayó y terminó en urgencias con un brazo roto.

-Sigo sin entender porque creíamos que la vecina era una bruja -niego divertida.

-Ni yo.

Ya era hora de que Aidan se vaya. Camina hacia la puerta de mi habitación y lo tomo por el brazo evitando que dé un paso más.

- ¿Qué crees que haces? -pregunto al ver sus intenciones.

-Irme o ¿Quieres que me quede? –sonríe con picardía, él sabe a lo que realmente me refiero.

-No puedes salir por la puerta principal, así como entraste, saldrás -lo hale de la mano hacia la ventana-. Ahora sí, cuidadito te caes -le sonrío con burla.

-Ehm, no pienso bajarme por ahí -dice alarmado.

-Claro que lo harás –sonreí aún más al ver su rostro.

Al ver que no estoy bromeando su rostro se contrae en temor, al final decide asentir y comenzar a bajar por la ventana.

-Nos vemos luego, Emma -se despide sonriendo.

-Nos vemos luego, Aidan -sonrío. Cuando me fije que haya llegado al piso sano y salvo, cerré la ventana.

Decidí que era hora de tomar una ducha para así luego acostarme a descansar.

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