|CAPÍTULO 17|
Bueno ahora sí, hoy es la cena. Respiro profundamente antes de salir de mi habitación ya arreglada para irnos.
Mis padres me esperan pacientemente sentados en la sala mientras cada uno está mirando su móvil.
-Bueno -suspiro- Estoy lista, vámonos.
Ambos dirigen sus miradas hacia mí, sonríen y se levantan de los sillones.
-Ehh..., antes de irnos les quería pedir que por favor no mencionen nada del pasado, se los pido -digo mirando con súplica a ambos, ellos asienten cautelosos y no tardamos en salir de casa.
Conforme nos vamos acercando a la puerta de la casa de Aidan mis nervios van aumentando, mis manos tiemblan un poco, pero trato de tomar aire y así relajarme.
Mi padre toca el timbre y la puerta se abre en seguida mostrando a la madre de Aidan que se encuentra con una gran sonrisa, mi padre está serio y mi madre tiene una sonrisa casi igual de grande que la de la madre de mi novio.
-Hola -saludo abrazándola.
-Emma, ya extrañaba verte, Aidan no deja de hablar de ti, bueno, nunca lo dejó de hacer -sonríe besando mi mejilla, estas se ponen rojas y en seguida sé que es por lo que acaba de decir.
-Hola -medio habla mi padre que con un asentamiento de cabeza formal se saludan, en cambio mi madre y la madre de Aidan se miran por unos segundos antes de envolverse en un dulce abrazo.
-Te extrañe demasiado -dice la madre de Aidan mientras limpia una pequeña lagrima que estaba recorriendo su mejilla.
-Yo igual -responde mi madre con una enorme sonrisa.
Sonrío de manera encantadora tras verlas de esta manera.
Una voz desde el pasillo interrumpe el momento, enseguida sé que es Aidan, volteo y me quedo sin palabras al notar como está vestido. Pantalón negro, camisa blanca con los 2 primeros botones abiertos, cadenas, anillos, reloj, cabello desordenado como de costumbre y una gran sonrisa que hace que mi boca emita un pequeño suspiro.
-Wow -digo mirándolo mientras se acerca a mí.
-Wow -dice dándome una repasada con los ojos que hace que mi piel se erice, se acerca a mí para tomarme por la nuca y depositar un beso en mis labios.
Escuchamos un carraspeo que hace que nos separemos y volteemos, se trata de mi padre que mira con los ojos entrecerrados a Aidan, este ríe para después acercarse y saludar a mi madre y padre.
-Pero bueno, pasen, pasen.
Todos tomamos asiento y se me hace raro no ver al padre de Aidan aquí.
-Está en la cocina preparando la cena –murmura Aidan sonriéndome.
Asiento con una pequeña sonrisa y me acerco más a él para así recostar mi cabeza en su hombro.
-Estoy aburrido -murmura- No entiendo nada de lo que habla tu madre y la mía y siento que la mirada de tu padre en cualquier momento atravesará mi frente.
Rio porque sí, mi padre tiene la mirada fija en Aidan y en nuestras manos entrelazadas.
- ¿Quieres subir? Vamos a la terraza -murmura Aidan.
-Está bien, vamos -asiento mientras nos levantamos de nuestros asientos.
- ¿Dónde irán? -pregunta mi padre alertado.
-A la terraza -respondo encogiéndome de hombros y aceptando la mano que me extiende Aidan, la tomó y subimos las escaleras dirigiéndonos a la terraza.
Al subir a esta ambos nos encontramos en silencio, mirando el cielo sin decir nada.
Lo quiero besar.
Siento la mano de Aidan soltar la mía para que esta en un rápido moviento se envuelva en mi cintura atrayéndome hacia él, atrapando sus labios junto a los míos, en un beso efusivo, mis brazos se envuelven en sus hombros y mis manos se aferran a su espalda, dando pequeños apretones, no sé en que momento, pero mi espalda se encuentra contra una pared fría, nos hemos movido sin que me dé cuenta.
Los labios de Aidan se separan de los míos lo cual me permite dar unas pequeñas respiraciones. Lo siento dejar suaves besos en mis mejillas, mientras sus manos juegan con los cordones que tiene mi vestido en la parte inferior de este, sus labios comienzan a descender por mí cuello, deja besos húmedos, doy un respingo cuando lo siento succionar de manera suave, mis brazos lo vuelven a rodear para aferrarse aún más a su espalda invitándolo a seguir.
-Aidan -logró decir con voz temblorosa.
Ni siquiera sé que quiero decir.
- ¿Huh? -su voz ronca hace que mi piel se erice y mi temperatura suba a varios niveles
Lo siento morder y succionar mientras emito pequeños jadeos.
Sus manos se desplazan por mí cintura atrayéndome más a él, si es que es posible, y dejando suaves caricias en esta.
-Me encantas -murmura despegando sus labios de mi cuello y volviendo la atención a los míos.
Siento mis labios palpitantes, de una manera exquisita succiona mi labio inferior y se separa dándome una sonrisa que me hace estremecer, sus labios están hinchados, tiene manchas de labial alrededor de estos, sus pupilas se encuentran dilatadas, al moverme un poco siento una presión en su pantalón a causa de estar tan juntos, bajo mi mirada y, oh mierda, la subo en seguida y en menos de un segundo ya estoy sonrojada, Aidan me mira divertido y me abraza dejando un suave beso en mi frente.
Ambos nos sentamos en el sillón que hay aquí, recuesto mi cabeza en su hombro mientras el entrelaza nuestras manos y miramos el cielo.
-Dicen que cuando hay estrellas puedes pedirle un deseo la más brillante –comenta sin despegar la mirada del cielo.
- ¿Ah sí? -pregunto, el asiente- Pues pidamos un deseo ¿No?
Ambos miramos el cielo, visualizo la estrella más brillante y soy la primera en decir mi deseo.
-Que lo nuestro sea sempiterno -murmuró dando un pequeño apretón a su mano.
Me mira antes de sonreír y besar mis labios de manera suave y tierna. Sus ojos me miran expectantes antes de murmurar:
-Que nunca dejemos de querernos de la manera en la que la hacemos.
-Tienes que pedirlo mirando a la estrella más brillante -digo con una pequeña sonrisa.
-Emma, tu eres la estrella más brillante que he visto en todo mi vida -murmura con sus ojos fijos en los míos, me acerco lentamente a él y lo beso de manera tierna- Te quiero decir algo...
-Dime -digo jugando con su cabello.
-Solo... Solo no quiero que te asustes.
-No tendría por qué.
-Emma, te amo -suelta de un momento a otro sin dejar de mirarme, me quedo estática- Si no estás lis...
-Yo también te amo, Aidan.
- ¿Lo haces?
-Lo hago.
No decimos nada más, nuestros labios vuelven a chocar en un beso tierno, ansioso y afectuoso, todo en uno.
-Entonces tendré que modificar un poco mi deseo -murmura separándose un poco de mi - Que nunca dejemos de amarnos de la manera en la que la hacemos -dice mirándome y acariciando mi mejilla con sus nudillos.
Un pequeño carraspeo hace que nos separemos de un salto, me tocó el pecho por el susto.
-Demonios -digo levantando la mirada y fijándome en mi padre quien está mirándonos- ¿Qué pasó?
-Ya está la cena -dice enarcando una ceja- Tienes un poco de labios en tu labial -dice mi padre con claro sarcasmo mirando a Aidan quien sorprendentemente se sonroja y retira lentamente el labial que se encuentra en las esquinas de sus labios con su dedo pulgar.
Mi padre avanza junto a Aidan hacia el primer piso, mientras yo camino al cuarto de baño para arreglarme el labial.
Todos nos sentamos en la mesa, y servimos en platos nuestra comida. El plato preparado por el padre de Aidan son verduras salteadas que están preparadas con una salsa que hace que el sabor sea realmente delicado, sabe demasiado bien y la carne está cortada en trozos finos que hacen que éste sea un plato realmente bueno de probar.
Mientras cenamos nuestros padres llevan una conversación que para mi sorpresa es realmente amena, nos preguntan sobre nuestra relación y mi padre se ve extrañamente relajado mientras habla con él padre de Aidan.
Siento un tacto frío ubicarse en mi rodilla y no tardó en notar que la mano de Aidan va dejando suaves caricias en esta mientras su mano sube peligrosamente, dejó mi cubierto en la mesa y bajó mi mano de manera disimulada para así detener la de él, Aidan tiene una sonrisa ladeada y divertida. Lo miró con una ceja enarcada y vuelvo a subir mi a mano para tomar mi cubierto y seguir comiendo, sus caricias siguen haciendo que mi piel arda.
Por suerte nuestros padres están muy entretenidos en conversar que ni siquiera se dan cuenta de lo que pasa.
La mano de Aidan sube lentamente quedándose peligrosamente en mi muslo, dando pequeñas caricias y apretones que hacen que mi temperatura suba varios niveles, necesito más...
Tomo mi móvil de manera disimulada, entro a nuestro chat y escribo un mensaje rápidamente.
Emma: Vamos arriba.
Aidan: ¿A la terraza?
Emma: A tu habitación.
Aidan voltea su cabeza al instante en el que lee el mensaje y me mira fijamente, sorprendido. Puedo notar sus pupilas dilatadas, se relame los labios, y da un último apretón a mi muslo antes de que ambos nos levantemos de la mesa.
-Iremos arriba -avisa-. Gracias.
-Gracias por la cena, estuvo deliciosa -digo sonriendo de manera cordial.
Ellos asienten sin prestarnos mucha atención y aprovechamos para subir rápidamente, antes de entrar a su habitación nuestros labios ya se encuentras unidos en un beso ansioso que hace que mis manos se tengan que aferrar a su camisa, Aidan abre la puerta de su habitación con movimientos torpes, haciéndonos entrar y cerrándola detrás del él con seguro.
Siento mi cuerpo caer de manera suave en la cama, Aidan apoya su rodilla en medio de mis piernas sin despegar sus labios de los míos, mis manos comienzan a buscar los botones de su camisa y a desabotonarlos de manera lenta, las manos de Aidan se dirigen a mis muslos mientras deja suaves caricias, estas van subiendo hasta toparse con mi vestido el cual va subiendo mientras las palmas de sus manos dibujan círculos en mis muslos, detiene sus caricias y sus manos suben por mi cintura para luego invitarme a levantar un poco mi espalda y bajar el cierre de mi vestido, sus labios se despegan de los míos y apoya su frente junto a la mía, su respiración es irregular al igual que la mía.
-Nos pueden escuchar -murmura manteniendo sus ojos cerrados.
-No hagamos tanto ruido -murmuro con la voz agitada, Aidan suelta una risa ronca antes de dejar un suave beso en mis labios y comenzar a retirar mi vestido.
Cuando mi vestido está fuera de mi cuerpo siento la mano de Aidan subir desde mi cintura hasta mi clavícula y con extrema delicadeza comenzar a retirar mi sujetador. Sus labios se separaron de los míos y su mirada se dirige directamente a mi piel expuesta mientras se relame los labios. Con el sujetador fuerza Aidan se vuelve a centrar en mis labios.
Aidan se acerca a su mesa de noche antes de sacar lo necesario y en un par de segundo esta encima mío besándome nuevamente.
• • • • • •
Mi cabeza se encuentra recostada en el pecho de Aidan mientras nuestras manos están entrelazadas.
-Creo que debemos bajar -digo alzando mi vista para mirarlo.
-Hay que dormir -dice cerrando los ojos.
-Estás loco, sospecharán y subirán, bajemos, actuemos normal y otro día me quedo a dormir -digo levantándome de la cama y dirigiéndome al baño para después salir, ponerme el vestido y arreglarme el cabello.
-Me gustaba más la vista antes -dice mientras se levanta y se dirige al baño.
-Idiota -rio divertida.
No tarda en salir del baño y vestirse. Tampoco tardamos en bajar y nos sorprende notar que nuestros padres siguen en el comedor hablando mientras beben vino.
-Ehh ¿Hola? -saludo divertida.
Mi padre voltea y su mirada se dirige a mi mano que esta entrelazada junto a la de Aidan, sonríe y sigue la conversación con los padres de Aidan ignorándonos.
- ¿Quieres ir a caminar? Parece que se están divirtiendo sin nosotros y a mí me gustaría haber seguido la diversión arriba -me dice Aidan en voz baja, cuidando que nadie más escuche, golpeó su brazo divertida mientras caminamos hacia la puerta -Saldremos a caminar -grita y ambos salimos de la casa, con las manos entrelazadas.
Caminamos en silencio, un silencio cómodo, hasta llegar a un mirador, el mismo de la vez en la que salí en la madrugada y Aidan me siguió.
Nos quedamos observando el cielo mientras hablamos de temas triviales.
Amo a Aidan y el me ama a mí, sin duda una de las mejores confesiones.
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