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|CAPÍTULO 1|

Con frecuencia veo a Aidan al salir o llegar a su casa, ya estoy acostumbrada, hace años que no nos saludamos, simplemente ignoramos nuestra presencia el uno a otro, las reglas fueron establecidas para ambos así que era imposible que podamos volver a hablar. Miles de veces me lo he preguntado ¿Podremos volver a ser los mismos de antes? Y la respuesta de mi mente sigue siendo la misma: «NO», supongo que tiene razón, es casi imposible, por no decir imposible, que nuestros padres hablen y puedan arreglar sus problemas, como también es imposible que Aidan y yo volvamos a tener la misma amistad que antes.

Mis pensamientos terminan al escuchar a mi madre llamarme.

- ¡Emma! -giro rápidamente a verla-. Es hora de que te vayas, Andrea ya está afuera.

Me despido rápidamente de mi madre para dirigirme hacia afuera donde está mi amiga esperándome.

- ¡Hola! -saludo dándole un abrazo-. Y hoy empieza la tortura, nuevamente -doy un suspiro lastimero.

-Tengo sueño -es lo único que dice mi mejor amiga para luego dirigirse hacia el auto, lanzó una carcajada por su gran entusiasmo.

Antes de subir al auto noto un movimiento al otro lado de la calle, volteo para ver de quien se trata y claro, es Aidan. Al parecer nota mi mirada ya que también se voltea a verme, giro rápidamente mi rostro avergonzada y entró al auto.

Aidan ha cambiado demasiado, ahora está mucho más atractivo que antes. Bueno, dentro de lo que la palabra "atractivo" puede describir a un niño quien está en medio de la etapa en donde se le caen los dientes y en donde se juega con tierra.

Es alto y delgado, tiene un rostro perfecto y su piel es pálida, sus labios no son muy gruesos, pero si lo suficiente para ser un gran atractivo de su rostro, su nariz es perfilada y sus cejas pobladas, tiene pestañas largas y sus ojos son de un color gris hipnotizaste, su cabello es negro y siempre lo lleva desordenado.

Es jodidamente atractivo, parece un maldito modelo.

- ¿En qué tanto piensas? –pregunta Andrea con el ceño fruncido.

-En qué prefiero quedarme a dormir en mi casa que venir a él instituto -las dos reímos.

-No eres la única, creo que prefiero quedarme cuidando a él perro de la vecina que, a estar en el instituto, es una verdadera tortura –es lo que dice y ahora sí que rio con ganas, el perro de su vecina, un Chihuahua pequeño pero muy peligroso, una vez la persiguió por 4 calles, hemos dado por hecho que ese perro la odia.

Al llegar al instituto bajamos y nos dirigimos las dos juntas a nuestros casilleros que se encuentran juntos.

-No puede ser, acabamos de llegar y ya me quiero ir corriendo -masculla Andrea de mal humor.

-No eres la única, te lo aseguro -comento-. Parece que este año han incrementado un curso para nuestro grado -comencé -creo que es más como un taller y pues las clases serán tomadas en el auditorio o biblioteca, dijeron que hoy nos avisarían entre clase.

-No puede ser ¿otro curso?, acaso no es suficiente tortura con los que llevamos, por favor llévenme -levantó sus manos dramáticamente implorando paciencia.

-Venga, vámonos -la empuje hacia nuestra aula.

Al entrar me quedé estática al notar que Aidan estaba ahí, él siempre ha ido en un aula distinta a la que iba yo ¿Qué haría aquí? Bueno, no todo gira a mi alrededor, supongo que se decidió cambiar. Seguí caminando después de mi pequeño shock y como de costumbre me senté junto a Andrea en casi los últimos lugares al final del aula.

- ¿Qué crees que haga aquí? -me pregunta Andrea mirando a Aidan.

-No lo mires -mascullo-, puede voltear y verá que lo estamos viendo. No sé qué hará aquí, quizás ya se decidió cambiar de aula.

El profesor entra al aula haciendo que todos corran y se sitúen sus lugares.

-Bueno alumnos, soy el profesor que tiene a cargo la materia de Psicología. El día de hoy todos iremos a la biblioteca en donde estableceremos una actividad que se desarrollará durante todo el año escolar.

- ¿Lo haremos juntas verdad? -pregunto a Andrea en voz baja así solo lo pueda escuchar ella.

-Si, como siempre -me sonríe.

Todos salimos del salón de clase para dirigirnos a la biblioteca. La biblioteca normalmente es utilizada para cuando los trabajos se realizan en grupo y para cuando se tienen que realizar investigaciones.

Entramos y nos sentamos en las sillas establecidas para nuestra sesión, Andrea se sienta a mi lado.

-Escuche al profesor decir que él será el que elegirá a las parejas -levantó las cejas con sorpresa.

- ¿Que? Pero si siempre los que eligen con quien trabajar somos nosotros, para "evitar problemas" -se encoge de hombros con una mueca en el rostro.

-Espero y nos toque juntas, siempre trabajamos así y bueno, no hablo con casi nadie más del aula-sonríe inocentemente.

-Nuestra culpa por ser asociales -sonreí.

-Señorita Michell, Señorita Jones, por favor hagan silencio -sonrío de manera irónica antes de acomodarme en mi asiento y hacer silencio -. Bueno, comencemos por el hecho de que el trabajo tratara sobre sus vidas durante el período escolar, me explico, nosotros los docentes muchas veces no notamos como afectan el exceso de trabajos o tareas a la salud mental del alumno. Si, este es un trabajo un poco avanzado, pero será el único que tendrán en mi clase, todas las clases se avanzará un poco de este proyecto hasta llegar al final del año escolar.

Todos lo mirábamos sorprendidos, es el único profesor que dice y habla sobre este tema.

-Bueno -continúa hablando el maestro-. Este trabajo se realizará en parejas- toda el aula comenzó a murmurar sobre con quien lo iban a realizar, el profesor miro a todos con una ceja enarcada y continuó-, y cada uno sabrá con quien trabajara mediante una ruleta al azar –finalizó haciendo que todos abran sus ojos de manera exagera con sorpresa.

Todos lo miraban como si fuera una broma. Un compañero levantó la mano.

-Dígame -le dio la palabra.

-Pero profesor, siempre que se realizan este tipo de trabajos nosotros somos quien elegimos con quien trabajar -dijo frunciendo el ceño.

-Pues en mi clase no será así, necesito que todos se integren y que otra mejor manera de hacerlo que de esta manera, sin preferencias.

Todos asintieron y procedió a encender la pantalla donde se proyectaba una ruleta que el profesor iba girando con tan solo un toque en su móvil.

-Ok, comencemos.

Al girar la ruleta iban saliendo las diferentes parejas, a Andrea le tocó con una chica que es una de las más inteligentes del aula así que Andrea fue feliz, aun no me tocaba y solo faltaban algunos, entre ese "algunos", está Aidan, estoy segura de que existe muy poca posibilidad que me toque con él.

-Alumna Michell... –levanto mi rostro al escuchar al profesor mencionar mi nombre después de girar la ruleta -, junto a él alumno... Aidan Johnson.

La poca posibilidad se fue al carajo.

Alzo las cejas sorprendida y volteo a ver a Aidan quien me mira con una sonrisa de burla tras mi expresión de sorpresa.

-Pero... -traté de hablar.

-Alumno Johnson siéntese junto a la alumna Michell por favor.

-No puede ser posible -mascullo de mala gana cuando Aidan se sienta a mi lado.

Me miró con la burla impregnada en sus ojos.

- ¿Qué pasa?

-Nada -mascullo de mala gana nuevamente, bueno dos reglas rotas, no pasa nada ¿verdad?

Yo creo que sí, estas en problemas.

Oh no, otra vez mi conciencia.

Sí, sí, soy yo. Hola.

Hol... Espera ¿Que hago hablando conmigo misma? Ok, me volví loca.

Alguien agita su mano delante de mí rostro y salgo de mi conversación conmigo misma. Vi que Aidan me miraba con el ceño fruncido.

- ¿Qué? -pongo cara de aburrimiento.

-Estabas mirando a un punto fijo -dijo con extrañeza -, estás loca - solo volteo mis ojos y me centro en revisar la ficha con información que nos habían dado.

- ¿En dónde nos reuniremos para avanzar el trabajo? –pregunta mirándome- ¿En tu casa o en la mía?

Lo miro con el ceño fruncido, confundida.

-Aquí, en la biblioteca, después de clases -digo, él también tiene en claro las reglas que establecieron nuestros padres y no podemos ir a casa de ninguno.

¿Qué? –pregunta con confusión en su voz.

-Lo que escuchaste –me encojo de hombros-. Que yo sepa tú también tienes en claro las tontas reglas que establecieron nuestros padres y entonces debes de saber que no podemos ir a casa de ninguno de nosotros.

-Bueno, también había otra que decía "No hablar" -dibuja comillas con los dedos-, y que yo sepa hace diez minutos la hemos roto ¡Vivamos al máximo! -exclamó con un claro sarcasmo y burla.

Lo mire con mala cara.

-Mañana después de clases nos vemos aquí, hoy no puedo, pasaré la tarde con Andrea - Aidan voltea los ojos y asiente.

Después de que la clase finalizara, caminamos hacia al salón y seguimos con las clases hasta la hora de almuerzo. Al terminar camino junto a Andrea a la cafetería, Alguien se cruza y cuando levanto mi vista veo a Aidan en frente de nosotras.

- ¡Emma! -volteo para verlo.

- ¿Qué?

-No me diste la ficha de información -cierto.

De mi mochila saco la ficha y se la doy.

-Toma, está marcado lo que es más importante investigar, nos vemos mañana.

-Nos vemos- dice caminando aun mirándome hasta que rompo el contacto visual y decido seguir andando hacia la cafetería.

-Le gustas -hablo Andrea.

- ¿Qué? –pregunto mirándola con mala cara.

-Que le gustas -repitió.

-Sí, sí, claro, como hemos hablado recién hoy después de 10 años ¡Le encanto! -dije dramáticamente haciéndola reír.

Llegamos a la cafetería y pedimos lo que queremos para comer y así caminar hacia el patio con jardín que tiene la escuela, nos sentamos en el césped y comenzamos a hablar.

-Entonces eran súper amigos, pero sus papás tuvieron problemas y tuvieron que dejar de ser amigos -repitió Andrea por novena vez.

-Sí, Andrea, también no hablamos hace 10 años.

-Vale, lo entiendo. Pero... -trato de hablar.

-Por favor dejemos de hablar de Aidan y de mi familia y centrémonos en que... No sé, pero centrémonos en otra cosa.

-Yo me quiero centrar en el guapo que te está mirando -la mire extrañada -. ¿Qué? Voltea y ve como Aidan te mira.

Volteo mi rostro lentamente para así encontrarme con la mirada de Aidan, quien me mira fijamente, como era de esperarse volteo los ojos y dirijo mi mirada nuevamente hacia Andrea.

-El timbre -dijo Andrea-. Hora de volver a las clases.

Caminamos a nuestro salón y nos sentamos en nuestros sitios respectivos para así pasar una hora más en clase.

• • • • • •

Al fin es hora de salida y nos podemos ir. Andrea sale junto a mi hacia mi casa.

- ¿Qué veremos? -pregunta buscando películas.

-No lo sé, busca algo interesante –digo encogiéndome de hombros.

Terminamos viendo una película de terror, lo típico.

Nos pasamos la tarde hablando sobre temas que se nos venían a la mente.

Andrea se tiene que ir así que la acompaño al primer piso para poder abrir la puerta, al abrirla noto la presencia de Aidan quien está en la puerta de su casa, su mirada choca con la mía y me sonríe, le devuelvo la sonrisa de manera amable y termino de despedirme de Andrea para así entrar nuevamente a mi casa.

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