Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Bajo las leyes del universo + Cap. 6 + Parte 4

+++

Mientras tanto precisamente en los aposentos del patriarca, Kanon está "trabajando". Aunque la realidad es que se distrae cada cierto tiempo al mirar por las ventanas de su oficina hasta una amplia terraza de la planta baja donde alcanza a ver a Kiki y a Sorrento que hablan y ríen tan tranquilamente que le hace pensar que desearía escapar de sus responsabilidades una vez más.

-Kanon, por favor.- Camus suspira cansado y estresado como ya era costumbre. –Por favor ¿podrías concentrarte?, ya casi terminamos con el trabajo de hoy.

-Te estoy haciendo caso, llevo el día entero escuchándote leerme un reporte tras otro y a Saga a un lado tomando nota de mis respuestas de cada uno de ellos.- Se recarga en el respaldo de su silla. -¿Podríamos descansar por lo menos cinco minutos?.-

-No, se que te vas a distraer y no serán cinco minutos y probablemente pienses en escaparte, ¿crees que no me he dado cuenta de que todo el día haz estado viendo por las ventanas?.- Camus le reclama.

-Pues sí, es que el día está muy soleado.- Y obvio Kanon no iba a perder oportunidad para excusarse.

-Jaja ¿podríamos tomar tres minutos?.- Dice Saga tratando de apoyar discretamente a su hermano. –A mi ya se me terminaron las hojas limpias.-

-Toma...- Le da más hojas nuevas que ya tenía Camus previamente preparadas en una de sus carpetas dejando a ambos hermanos con cara de sorpresa. ¿En serio a Camus no dejaba se le escapara ni una?. –Y no Kanon olvídalo, no vas a ir a...-

Justo entonces tocan la puerta.

-Con permiso.- Se trataba de Mu. –Me han informado que Aioria ha vuelto y Shaina lo ha escoltado personalmente hasta acá.

-Excelente.- Kanon se pone de pie de inmediato. Esta era su oportunidad de escapar discretamente. –Es decir... bien, ya era hora. –Tenía que mantener la compostura o definitivamente no escaparía. -¿Podrías decirme ¿Dónde se encuentra?.-

-Shaina lo ha llevado a la biblioteca.- Le responde Mu dejando sobre el escritorio unos papeles pendiente para el día siguiente.

-Bien entonces por favor Mu dile a Shaina que le agradezco y que no permita que Aioria salga de la biblioteca hasta que yo lo ordene.-

-Sí, iré enseguida.- Mu se retira de inmediato para cumplir la orden.

-¿Piensas hacerlo esperar mucho tiempo?.- Pregunta Saga curioso.

-Uhmm quizás si un poco.- Se cruza de brazos sonriendo. –Lo esperamos un día entero, no le afectara a él esperar unos minutos más.-

-Con permiso...- Mu regresa. –Le he informado a Shaina, y si me lo permites Kanon, me gustaría retirarme un poco temprano el día de hoy; tengo un entrenamiento pendiente con Kiki y las saintias.-

-Oh claro, claro, de hecho Mu, sería buena idea que llevaras a Sorrento para que no se aburra.- Sugiere Kanon pensativo.

-Ehm si claro, creo que podría acompañarnos a ver el entrenamiento.-

-Perfecto, siendo asi te lo encargo mucho Mu y no olviden regresármelo para la hora de la comida.-

-Kanon, le das muchas libertades.- Opina Camus. –Pero afortunadamente contara con la vigilancia de Mu y todos los demás que igualmente estarán alerta.-

-Camus, ya fue suficiente con tu idea de los brazaletes, y ya discutimos sobre eso y no pienso volver a permitir que te tomes ninguna otra libertad sin consultármelo primero; así que te sugiero algo yo a ti.- Suspira cansado y tratando de olvidar su enojo al recordar el tema. –Dejemos el trabajo de hoy hasta aquí y tu iras con Mu a acompañarlo a dar su entrenamiento el día de hoy junto con Kiki y las demás saintias.-

-¿Qué? Kanon, yo no entreno con las saintias ni con los caballeros de bronce.- Camus se queja y se cruza de brazos. –Imagino que lo haces con la intención de librarte del trabajo por el resto del día.-

-Tómalo como gustes, pero después de decidir pasar por encima de mi autoridad, no tienes derecho alguno a reclamarme ni oponerte, así que iras con Mu a dar una clase muestra te guste o no... incluso creo que Saga debería acompañarlos.-

-Oh no Kanon, yo si debo negarme en esta ocasión. Creo que aun no estoy listo para volver a entrenar con los demás.-

-Bien como quieras gran hermano, en ese caso tomate tu tiempo y descansemos por hoy; no volveremos al trabajo después de comer; mi platica con Aioria no sé si será larga, pero no aseguro salir de la biblioteca con buen humor.- Dice finalmente Kanon dado por terminada la discusión antes de despedirse y dirigirse a la biblioteca.

Al llegar ahí Shaina lo espera en la puerta.

-Shaina, gracias y lamento la espera.-

-No tienes que disculparte Kanon, se que tienes muchas cosas pendientes por hacer y yo solo me concentre en cumplir tu orden.-

-Aun así, te agradezco, ya he abusado mucho de tu tiempo, yo me encargare del resto.- Agradece a Shaina y le pide que también se retire; ya estando finalmente solo, entra para hablar con Aioria, encontrándolo aburrido y desesperado como gato enjaulado caminando de un lado a otro.

-¡Kanon!.- Y cuando finalmente Aioria lo ve corre hacia él. –Kanon ¿Qué rayos es lo que pasa?, Shaina casi me trajo como prisionero y luego me dejan aquí sin decirme ni una sola palabra; y Marín había dicho que querías verme urgentemente y ni siquiera pude...- Pero sorpresa, Kanon tampoco parece estar de humor así que Aioria no puede hacer más que guardar silencio sintiéndose intrigado, confundido y obviamente regañado e ignorado aun sin saber porque.

Finalmente y después de un minuto de sepulcral silencio Kanon se decide a hablar.

-Bienvenido Aioria, nos alegra contar con tu presencia ya que últimamente al parecer tiendes mucho a romper tus promesas.-

-Ah... yo...- Y al parecer Aioria no esperaba que Kanon le reclamara directamente eso. –Kanon yo... en verdad disculpa, pero tuve algo muy importante que hacer y no me di cuenta del tiempo y después...-

-Acaso ¿ese "algo" era más importante que el santuario, que todos tus amigos o incluso tu propio hermano?.-

-¿Qué?, pero Kanon ¿qué pregunta es esa? Por favor, sea lo que tuviera que hacer no existe comparación alguna.-

-Entonces supongo que tendrás una explicación lo suficientemente convincente para tu falta y espero a que me la digas inmediatamente.-

-Kanon...- Y sintiéndose atacado, Aioria no encuentra mejor opción que sacar su instinto como leo y resistirse a responder. –Hay cosas que indiscutiblemente no voy a responderte porque es mi vida y eso no te incumbe.-

-Aioria...- Voltea a verlo fijamente. –Tu asunto importante ¿es una persona?, ¿una novia acaso?.-

-Uhm eso... ¡¿Y que si lo es o no?!, ¿eso importaría?, sea lo que sea, es asunto mío y de nadie más.-

-Ahh si, sin duda que lo es Aioria, es muy tu asunto a quien veas o con quien salgas... incluso de quien te enamores si es que eso es lo que crees que sientes. Pero te recuerdo que si es asunto mío saberlo también, porque te guste o no, vives bajo las reglas del santuario, reglas que todos acordaron respetar.- Suspira profundamente y continúa. –Y si tanto es tu deseo de estar fuera de estas reglas con esa persona, está bien, pero debes decidirlo cuanto antes y decirme si te vas o te quedas.-

-¿Qué rayos dices Kanon? yo no...-

-Ya lo dije, te vas o te quedas, porque recuerda que si te vas, las puertas del santuario se te cerraran para siempre y no volverás a vernos nunca más, incluido a tu hermano.-

-Kanon ya, lo entiendo y ya sé que no debí faltar si lo prometí, aun así creo que tu regaño es injusto y no es para tanto...-

-¡¿No es para tanto?!.- Kanon le responde verdaderamente molesto. -¿Acaso tienes la menor idea de lo que ocurrió anoche aparte de tu ausencia?.-

-Yo... pues no, nadie me ha querido decir absolutamente nada de...-

-Yo te lo diré entonces, ya que tu nulo interés demuestra lo poco que te importan tus amigos.- Se recarga de espaldas a la mesa de la biblioteca. –Quizás a ojos de muchos no lo parezca, pero realmente hago mi mayor esfuerzo por cumplir con mi deber. La cena de anoche no era solo un vil capricho mío, se suponía que era para que todos se apoyaran y se vieran como una familia sin distinción alguna de edades o de rango; solo compañeros que debían apoyarse en todo momento, tal como una familia. Pero en vez de eso tú preferiste irte a pasear por toda la ciudad impulsado por un capricho...-

-¡Espera un momento! no es solo un capricho es...- Aioria intenta reclamar al respecto.

-¡Silencio!.- Pero Kanon lo hace guardar silencio de inmediato. –No he terminado ni te he autorizado a hablar. Por lo menos dime si acaso, ¿tienes idea de que el santuario fue atacado anoche?.-

-¿Qué?, ¿atacado?... pero eso es...- Aioria estaba notablemente sorprendido.

-Ven...- Kanon le indica que lo siga hasta la ventana para mirar hacia la terraza que el mismo estuvo observando toda la mañana. –Para nuestra fortuna, no se trataba de un enemigo, era Sorrento, mi general marino quien invadió el territorio y libro la seguridad del santuario. Estoy más que dispuesto en creer en su inocencia y en que su intención no era herirnos de algún modo; sin embargo imagina tan solo por un instante que se hubiera tratado de otra clase de enemigo. El santuario no está en condiciones de soportar un ataque, sin importar de quien se trate; por mas intentos que hubiésemos hecho, seguramente habría varios heridos o quizás muertos.- Suspira pesadamente una vez más apartando la mirada. –Tan solo imagina que el enemigo hubiera devastado el santuario mientras tú paseas felizmente por la ciudad. ¿Qué habrías encontrado a tu regreso?, seguramente todos de la primera a la ultima casa, incluido tu hermano Aioros los habrías encontrado gravemente heridos o quizás muertos.

Muertos.

Esa simple palabra le basto a Aioria para que por su mente cruzaran los recuerdos que tenia de la guerra santa contra Hades y donde...

Shaka.

Lo sintió desaparecer y morir en su jardín de los sales gemelos y él no pudo impedirlo... simplemente no pudo hacer absolutamente nada.

-Kanon... ¿todos se encuentran bien?.- Pregunta sorprendentemente ya no con su actitud a la defensiva, sino con una realmente preocupada. –Tú, ¿sabes el motivo por cual Sorrento vino al santuario?.-

-No, no lo sé, pero espero averiguarlo pronto, se lo preguntare mas tarde en la cena. En cuanto a los demás, si realmente estas interesado puedes ir a preguntarles a cada uno personalmente, contaras con mucho tiempo para hacerlo ya que tendrás prohibido salir del santuario hasta nuevo aviso.-

-¡¿Qué rayos?!, Kanon por todos los dioses tú no puedes...-

-Ya te lo dije.- Lo mira fijamente. –Vives aquí bajo las reglas, o si no estás conforme puedes irte en este mismo instante, pero te aconsejo que lo pienses detenidamente, porque cuando me des tu respuesta no habrá vuelta atrás.-

Y dicho esto último, Kanon se retira dejando a Aioria solo en la biblioteca. Ya no tenía nada más que decirle al respecto, la decisión final era solamente suya.

+++

De regreso al área de entrenamiento, todos han vuelto a tomar un descanso mientras Camus y Mu dan una muestra de su poder y enseñar a los santos de bronce y saintias como deberían esquivar los ataques.

Entre las gradas se encuentra Sorrento y nadie parece incomodo con su presencia, por el contrario todos le dieron la bienvenida de inmediato y lo invitaron a sentarse con todos y compartiera su punto de vista sobre el combate de práctica que observaban entre Camus y Mu; quedando bastante sorprendidos por su perspicacia e inteligencia como general marino.

Por su parte, Sorrento se siente feliz de finalmente poder hablar con personas de su edad o similares, sin formalidades, sin pensar en mantener las apariencias y sobre todo sin sentirse vigilado.

-Ahhh que curioso es el destino.- Comenta Aldebaran. –Nos conocimos como enemigos pero ahora que tenemos una nueva oportunidad de conocernos; realmente es agradable tenerte entre nosotros en el santuario.-

-También es agradable estar aquí.- Contesta el joven austriaco. –Sin duda me gusta más la idea de verlos a todos como amigos.-

-Oh sin duda, aunque no imaginaba que entrarías de esa manera solo para ver a Kanon, seguro lo extrañabas demasiado jajaja.- Le dice Aldebaran con una enorme sonrisa haciendo que Sorrento abriera los ojos de sorpresa.

-¡Oh no Aldebaran por favor, no es nada de eso, no es que lo extrañara de ese modo!.- Sorrento intenta negarlo de inmediato. –Además tú sabes que hace años que no lo veo... ni supe nada de él después del final de la batalla en el templo marino.-

-Bueno, si tú lo dices, pero entonces la razón que te hizo dejar todo y venir aquí igualmente debió ser muy importante.- Dice Aldebaran con una gran sonrisa. Sorrento le caía bien y no había podido evitar en querer molestarle un poco, además...

-Sorrento, te sonrojaste jejeje.- Dice Kiki señalándole a la cara.

-¡¿Qué?! Oh no, para nada, eso no...- Y Si, Sorrento muy avergonzado aparta la mirada. ¿Sonrojarse?, ¿Por qué haría algo así?, el no tenía ningún motivo para... eso.

Ninguno, o quizás solo un géminis de ojos profundos y azules.

-Seguramente es por el calor y el sol.- Intenta abanicarse torpemente con la mano. -Yo... casi no salía de casa y seguro es la costumbre.-

-¿Tu vives con Julián Solo no es así?- Pregunta Afrodita curioso. –Eso seguramente ha de ser maravilloso, poder viajar por todo el mundo, siempre ser servido como todo un príncipe... ¡ahh y con un acompañante como Julián Solo!, ¿para que se te ocurrió venir aquí entonces perdiéndote de todo eso?.-

-Ahmm.- Y Sorrento solo aparta la mirada otra vez. –No es tan entretenido viajar por todo el mundo como piensas.-

-¡Por favor!, ¿Cómo dices eso?- Dice Afrodita de forma dramática. –Estamos hablando de Julián Solo, ese chico debe ser todo un caballero, seguro debe consentirte en miles de caprichos.-

-En exceso...- Suspira pesadamente. –En verdad vivir en una caja de cristal como "el tesoro mas valioso" de un multimillonario no es lo que yo hubiera esperado... y no lo quiero. Además, yo solo vine aquí porque necesitaba asegurarme de las intenciones de Kanon como patriarca o si había riesgo de que algo ocurriera en el santuario... de no ser así, simplemente me iré sin ningún problema.-

-¡No, no te vayas!- Kiki lo toma del brazo. –Es divertido platicar contigo y te aseguro que nadie aquí quiere que te vayas.-

-Jeje muchas gracias Kiki.- Si debía ser honesto, Sorrento tampoco quería pensar en irse y eso que apenas llevaba un día ahí. Le gustaba tener amigos y esa sensación de libertad que hacía mucho tiempo no recordaba haber experimentado.

-Uhmm, uhmm.- Por su parte, Kiki mira curioso a todos con una pregunta dando vueltas en su mente ya hace un rato y no puede evitar preguntarles. -¿Por qué todos se ponen raros cuando hablan de algún tema en particular?.-

-¿Raros?.- Cuestiona Shura levantando una ceja. -¿Qué podría ser extraño en nuestro comportamiento?.-

-Ya saben... eso que hacen, se sonrojan como Sorrento y Katja cuando fue a hablar con Mu y Camus y preguntar si podía ayudarles. ¿Por qué?.-

-Ahh Kiki, aunque ahora tengas 14 años aun eres muy joven para comprender esas cosas.- Comenta Aldebran.

-Oh no, para nada, para esas cosas del amor no hay edad.- Interviene Afrodita. –Por ejemplo, cuando DM y yo teníamos esa edad ya nos habíamos besado e incluso...-

-¡Oye, oye!... sin detalles por favor...- Shura le hace guardar silencio de inmediato para evitar posibles traumas.

-Ay vamos mi amigo, no es para tanto, ¿no crees que estas exagerando?.- Pregunta DM. –Además no es como si todos los aquí presentes fueran unos santos jaja irónicamente hablando. Así que, los reto a que levante la mano a quien mínimo ya haya besado a alguien.- Todos se miran nerviosos, incluidas a las saintias que se sienten algo intimidadas.

Cuando de pronto ve a alguien conocido a la distancia.

-Oh vaya vaya un gato perdido ha vuelto a casa.- Murmura y sonríe al verlo caminar distraídamente por el camino que lleva hacia las 12 casas.

-¿De qué están hablando?.- Pregunta Mu acercándose junto con Camus. Su entrenamiento de muestra ya había finalizado.

-Espero que hayan puesto por lo menos el mínimo de atención.- Comenta Camus secándose el sudor con una toalla. –No me agradaría saber que hemos perdido el tiempo.-

-Ah sí claro que si Camus.- Dice Afrodita. –Les pusimos nuestra total atención, es solo que no pudimos evitar hablar de otros temas como el amor y otros tantos recuerdos de nuestra juventud. ¿Verdad amorcito?.- Mira a DM.

-Si, por supuesto, y justo comentábamos ahora que sería interesante saber quiénes de los aquí presentes ya ha tenido su primer beso.- Ve que Aioria aun no se aleja y llama su atención. -¡Hey Aioria!.- Y le hace señas para que se acerque. –Tú también deberías contarnos cuando fue tu primer beso, anda anímate...- Y ahí estaba de nuevo esa sonrisa sínica tan característica en él.

-¿Para qué querrías saber algo semejante DM?...- Llega Aioria aunque no parece muy animado y poco interesado en responder.

Y aunque era una pregunta aparentemente tan sencilla, aun apenaba e incomodaba a algunos de los presentes.

-Ohh vamos, vamos no es difícil.- Y es precisamente DM el primero en levantar la mano. –A los 15 años con Afrodita.-

-Y obvio el mío a los 14 y no hace falta decir con quien.- Responde Afrodita sin la menor pena.

-Sí, bueno ya que estamos en confianza.- Dice Aldebaran. –No diré que fue precisamente el primero pero si el que ha significado más para mi.- Se rasca la mejilla con algo de pena. –Y fue hace poco, aunque por respeto a esa persona no la mencionare sin su consentimiento.-

-Mmm... igual fue hace poco, hace un par de meses.- Admite Shura con un aire de no querer darle mucha importancia; pero no puede evitar carraspear un poco incómodamente al notar la mirada inquisidora y sorprendida de Aioros. Nunca debió abrir la boca.

-Fue en una de las salidas locas que tuve con Aioria y Milo y, estaba ebrio, no recuerdo realmente nada.-

-Yo...- Dice Shoko al ver que es la siguiente en responder. –No, para nada.- Se sonroja un poco por tener que responder. –Y la verdad es que eso jamás se me cruzo por la cabeza hasta hoy, y no quiero nada de eso por ahora.-

-Me atrevo a decir...- Interviene Erda. –Que ninguna de nosotras ha hecho algo así, dejando muy de lado el hecho de que alguna vez pudiera alguien atraernos de alguna manera; enamorarse para una saintia está prohibido porque solo debe existir Athena en su mente, en su corazón y ser su principal deber.-

-Bueno, ya que lo dices, eso también va para nosotros.- Comenta Nacchi, uno de los santos de bronce. –Si alguien nos ha llegado a gustar a lo largo de estos años, es cosa de cada uno. Pero por mi parte nunca he besado a nadie.-

Era algo vergonzoso de admitir para la mayoría, pero los demás santos de bronce también dieron su respuesta; unos admitiendo que no, otros que sí; pero quizás no algo que se pueda considerar un recuerdo agradable.

-Y... ¿qué nos dicen ustedes?.- Pregunta Afrodita con evidente interés mirando a Mu y Camus

-No nunca.- Responde Mu con firmeza y un largo suspiro seguido de una sonrisa confiada. –Pero eso podría ocurrir pronto, sin embargo no diré nada al respecto.- Mira a Camus esperando un comentario de su parte.

-Oh no, ni lo sueñes Mu, no tengo porque perder mi tiempo en cosas sin sentido.- Camus se niega a responder terminantemente.

-Bueno yo...- Aiorios habla llamando la atención de los presentes. –Pues yo tampoco jaja.- Los mira suspirar decepcionados. –Jaja lo siento, morí muy joven siquiera como para pensar en la idea de enamorarme. Tenía que pensar en cuidarlos a todos ustedes porque eran unos niños.

-¡Bah! Esos son pretextos, no nos culpes de tu vida tan aburrida.- Se queja DM.

-No fue aburrida...- Aioros reclama haciendo un puchero.

-Oye Sorrento.- Kiki lo mira con curiosidad. -¿Y tú?-

-¿Qué?, o no Kiki yo no tengo nada que decir al respecto. Si fuera un recuerdo bueno lo haría sin dudarlo pero, recibir el beso de alguien en contra de su voluntad no es algo digno de recordarse.-

-Ah, de acuerdo.- Kiki parpadea extrañado. No esperaba esa respuesta, al igual que los demás que quedan intrigados pero evitan comentarios. –Bueno entonces ¿Qué dice usted maestro Aioria?- Pregunta con inocencia.

-¿Yo?...- Se cruza de brazos. –Eso es sencillo, fue a los 26 años.- Sonríe con suficiencia dando a entender con eso que fue hace poco.

-Eso es mentira.- Aioros le interrumpe de inmediato. –Eso no es verdad, tu primer beso fue hace muchos años antes.

-Aioros deja de inventar cosas.- Aioria frunce el seño.

-No son mentiras, es solo que tú no lo recuerdas.- Insiste el arquero.

-¿Cómo no recordaría algo asi?. En todo caso y si tanto insistes deberías decirlo Aioros.-

-Si tú quieres...- Sonríe. –Fue con Shaka en la pradera, a la orilla del rio a los 6 años.- Responde sin dudarlo ni un instante.

Y se hizo el silencio.

Un total y sepulcral silencio.

Todos estaban no solo sorprendidos, estaban literalmente en shock. Nadie se imaginaba que Shaka siendo un niño tan reservado y solitario, se besaría con alguien como Aioria que en ese entonces era un tremendo caos, travieso, juguetón, impulsivo, e incluso algo imprudente. Eso claro, sin mencionar que Mu estaba igual o más sorprendido.

Tanto que sentía que no tenía otra manera más que apretar los puños llenos de ira, y quería ocultar su rostro indignado. No quería creerlo, no entendía, no alcanzaba a comprender como es que si en ese entonces él y Shaka eran tan buenos amigos, incluso inseparables; jamás le conto nada de eso, si se suponía compartían cualquier secreto y pensamiento. Jamás encontró ni el menor indicio en su cosmos, una inquietud, algo diferente. Creía que era imposible si él jamás se separaba de Shaka... excepto, cuando salía del santuario con su maestro Shion y pasaban temporadas en Jamir.

-Ohh eso debió ser algo tan adorable...- Comenta inocente Xiaoling. –Pero lo que me intriga es saber cómo es que Aioros se entero.-

-Jaja eso es muy fácil.- Responde orgulloso cruzándose de brazos. –Como su hermano mayor siempre tenía que vigilarlo para que no se metiera en problemas. Y mi tierno hermanito llevaba bastante tiempo obsesionado con lograr que Shaka abriera los ojos, y así lo convenció.-

-¡¿Qué?!, ¡Aioros yo jamás haría algo semejante y tan!... tan... estúpido como eso, además que...-

-Ahhh Milo, Shaka.- DM los saluda con una enorme sonrisa haciendo voltear de inmediato a Aioria dejándolo congelando.

Maldición... Aioria jamás debió abrir la boca.... Pero tampoco esperaba verlos aparecer ahí, justo ahí... juntos.

-¡Hey! ¿Qué hay?.- Saluda Milo aun confundido al ver que todos se quedaron en silencio a su llegada.

-Buenas tardes a todos...- Shaka saluda cortésmente sintiéndose también algo confundido ante la mirada de todos.

DM noto esa confusión y la cara de espanto de Aioria, ¡oh por todos los Dioses!, se había casi puesto pálido; y eso sin duda era algo que su mente maliciosa y mezquina era difícil de ignorar, y tenía que sacarle provecho a la situación.

-Hey muchachos...- Vuelve a hablar DM con aire casual. –Únanse a la plática y tomen asiento, es interesante.- Sin duda se sacaría esa duda de la cabeza. –Saben, hablábamos sobre nuestras experiencias en el amor y sobre nuestro primer beso... y Aioria asegura que la historia que nos conto Aioros es una completa mentira y que él jamás haría algo tan terrible y una completa falta de respeto... algo tan estúpido como besarte a ti, Shaka...-

-¡No!, ¿Qué demonios estás diciendo imbécil?, ¡DM yo jamás dije eso!- Grita Aioria enfadado. Aunque lo más acertado seria decir "estado de pánico".

-Ahm si ya sé que no... pero lo pensaste.-

-¡Por supuesto que no!... yo, yo no iba a...- Aioria intentaba defenderse pero no tenia modo.

No, el no quería decir lo que DM insinuaba; pero tenía que admitir que quizás si lo hubiera dicho imprudentemente con tal de callarlo y escapar de esa situación tan...

Extraña... vergonzosa... que no sabía el porqué, pero de solo pensarlo, su corazón latía nervioso... dolido y culpable, al ver ahí a Shaka de pie sin decir una sola palabra, pensando en que quizás lo había ofendido.

-Oh vamos... Shaka... tú debes de recordar algo, tu si tienes una mejor memoria que este cerebro de gato pulgoso ¿o no?- DM definitivamente no se cansaría.

Y en otro tiempo, quizás se hubiera escuchado el poderoso "Tenbu Horin" y DM habría volado en miles de pedazos siendo atacado directamente por el poderoso ataque del Tesoro del Cielo de Shaka. Actualmente mínimo esperarían que ese cangrejo entrometido acabara en el suelo gracias a un puñetazo directo a la cara que estaban seguros Shaka sería capaz de darle con la suficiente fuerza para dejarlo con un enorme hematoma y quizás un diente menos...

Lo que nadie esperaba era ver a Shaka apartando la mirada avergonzado porque aunque nadie más ahí lo imaginaba, Shaka recordaba todo, y muchísimo más que solo lo del primer beso.

-Oh vamos, no tienes que darnos tantos detalles.- DM insiste. –Podrías solo decirnos lo más básico como un "si" o "no"... o mejor aún, podrías decirnos si la persona que besaste siendo niños, se encuentra aquí entre nosotros.-

Shaka levanta la mirada hacia DM y, ¡no podía preguntarle eso!, es obvio que él no respondería... no lo haría pero. Eso era muy diferente a lo que sentía, y últimamente costaba tanto controlar sus emociones... ya no podía... nada era tan sencillo como antes.

Y su silencio y su sonrojo acabaron por delatarlo y confirmarles a todos la verdad.

-Ajajaja ¿lo ven?.- Ríe Aioros victorioso. –Yo jamás les mentí, siempre les dije la verdad.-

-Esperen un momento, ¿de qué están hablando exactamente?.- Pregunta Milo confundido ante el silencio de sus amigos, la insistencia de DM con historias de la infancia, la reacción de Aioros, la cara petrificada de Aioria... y todo.

-Ah lo que pasa es que.- Shoko se atreve a tomar la palabra. –Aioros nos contaba que su hermano Aioria se beso con Shaka cuando eran niños.- Y soltó todo sin siquiera dudarlo. –Pero Aioria decía que no, ¡pero todo es verdad!, ¿verdad Shaka?.- La intención de la joven saintia no era mala, pero era joven, curiosa como sus amigas y muchas veces no media sus palabras y lo que podía provocar.

-¡¿Qué Shaka y Aioria qué?!.- Grita Milo sin poder creerlo. Y la verdad hubiera asegurado que todo era una mala broma pero al mirar a su amigo buscando alguna respuesta, un comentario o lo que fuera que desmintiera aquella tontería. –Oh wow... no lo puedo creer.- Con solo ver el rostro de Shaka, Milo sabía que era verdad.

-Shaka... amigo, vamos...- Y ahí estaba nuevamente DM dispuesto a insistir. –Ya nos diste a entender que es verdad así que ¿Qué más da?, podrías contarnos más detalles.-

Pero simplemente ya era demasiado. Shaka no era alguien que abriera su corazón a cualquiera y mucho menos contaría cosas personales rodeado de personas, no importaba que fueran sus amigos; eso simplemente era algo privado. Además Aioria también lo miraba fijamente con el seño fruncido sin decir nada. Shaka no sabía si estaba confundido o enfadado; incluso le hacía pensar que para Aioria haberse enterado de algo semejante ha sido algo desagradable. No quería incomodarle, además la presión que sentía ya era demasiada.

-Lo siento yo... debo... perdón...-

Y sin dar más explicaciones Shaka se da la vuelta alejándose de inmediato.

-¡Hey!, Shaka espérame.- Y sin pensarlo dos veces, Milo se va corriendo detrás de Shaka.

-Jajaja ¡Oye Shaka!- Grita DM con burla. -¿Entonces no nos vas a contar tu pequeño cuento de hadas?... o ¿será que la bruja llego y todo el encanto se esfumo?.-

-¡Cierra la boca!- Grita Milo deteniéndose a medio camino mirando a DM furioso. –¡No preguntes algo que no te incumbe! Y si tanto te interesa saber detalles, pregúntale al imbécil que tienes al lado.- Obviamente se referia a Aioria, pero Milo no pensaba quedarse a discutir así que corrió nuevamente para alcanzar a Shaka.

Todo ocurría tan rápido, y era tan irreal. ¿Qué rayos estaba pasando?... Historias de la infancia olvidadas, ¿Quién olvidaba algo asi?... Shaka reaccionaba con extremada pena y timidez, mientras Milo corría tras él ignorando a todos, incluido al mismo Camus.

-Es un idiota...- Murmura el francés para sí mismo.

Y claro, nunca iba a admitirlo pero en todos los años que llevaban de conocerse, Milo jamás había ignorado la presencia de Camus; pasara lo que pasara, siempre iba hacia él, lo tenía rondando a su alrededor, siempre con su sonrisa arrogante y confiada, hablando y quejándose sin parar hasta el grado de parecerle un reverendo fastidio.

Pero haberse sentido desplazado e ignorado por su "más grande fastidio"... y más aun a causa de Shaka, no había resultado tan agradable y liberador como había pensado alguna vez que seria.

-Ah bueno ¿Qué más da?.- DM se da la vuelta sin darle importancia a la huida de Shaka, pero sin duda ahí no terminaban sus ganas de fastidiar al prójimo. –Así que... Aioria, ¿ahora aun nos vas a negar que hay mucho que deberías contarnos?.-

Tal vez lo escucho o tal vez no, pero en ese momento lo único que cruzo por la cabeza de Aioria fue correr tras sus amigos, tenía que encontrar a Shaka y saber y recordar toda la verdad.

Por su parte, Shaka y Milo siguieron caminando sin detenerse, no dijeron una sola palabra hasta detenerse cerca de un sendero de arboles; ya estaban lo suficientemente alejados de la arena y no había nadie a los alrededores.

-Oye Shaka... yo...- Se rasca la nuca nervioso. –Se que parezco un metiche y boca floja pero... somos amigos y... en verdad si lo necesitas, si yo pudiera ayudarte... Agh no se cómo decirlo...- Definitivamente no era muy bueno con las palabras. –Bueno eso... puedes decirme lo que quieras y necesites, en verdad, puedes confíar en mí.-

-Milo, te lo agradezco en verdad pero créeme que no es algo tan sencillo de explicar...- Shaka continua apartando la mirada. –Ni siquiera se en este momento si todo lo que he hecho es lo correcto.-

-Shaka, quieres decir que lo del beso... ¿es verdad?.- Milo estaba genuinamente sorprendido. –Jamás lo imagine de ustedes.- Sonríe algo nervioso intentando aligerar el ambiente. –Es decir... no me acuerdo haberlos visto juntos y...-

-Solo... nosotros solo éramos unos niños, y todo fue tan inocente que...- Suspira profundamente y mira por primera vez a Milo en todo ese tiempo. –No puedo evitar aun así pensar en cuanto temo que Aioria al haber recordado eso se sienta enojado u ofendido.-

-Hey... Shaka, ¿Por qué piensas en esas cosas?, tu teniendo miedo y dudando, es algo que realmente no encaja contigo; ¿acaso se aproxima el apocalipsis? jaja.- Le sonríe esta vez intentando darle confianza. –Y bueno Aioria, es muy necio y un tarado; pero no creo que se enoje contigo, ya sabes que no hay otra persona en todo el santuario en quien él confié y escuche más que a ti, aparte de su hermano y...-

Ahí iba otra vez ese sentimiento de culpa, atreviéndose a darle consejos a Shaka y palabras de aliento. Cuando la verdad sobre Aioria ahora estaba muy alejada del que conocían y admiraban. Pero Shaka aun lo veía así, con un cariño y comprensión infinitos... pero Milo sabía perfectamente que ya no era así.

-Vamos Shaka.- Le da un golpecito en el brazo y coloca las manos en sus hombros. -¿En verdad crees que alguien sería capaz de molestarse contigo?. Jaja es mas... ¿Quién en su sano juicio se enojaría por besarte?.-

¡Oh por todos los dioses!... ¿Qué había dicho?... eso se había escuchado... realmente comprometedor.

Como si él mismo hubiera considerado esa idea de... Besar a Shaka.

-Milo, creo que no te entiendo...- Shaka lo miraba confundido y sonrojado.

-Ehhh, bueno yo.- Milo se había puesto realmente nervioso también. -A lo que me refiero es que, pues ya sabes, tú eres tan... curioso...- No sabía ni lo que estaba diciendo.

-¿Curioso?.- Ahora de confundido, Shaka estaba desconcertado.

-Sí, bueno no, es que...- Milo tenía que aclarar las ideas y pensar bien en que decir antes de arruinar más las cosas. -¡Agh! A lo que me refiero...- Se sacude el cabello frustrado. –Es que no comprendo tantas cosas. Primero que nada, ¿Qué es lo que ocurre realmente entre tú y Aioria?, ¿Por qué todo parece como un drama? Es casi como si fuera la historia de un par de "amantes prohibidos" o algo así jaja.-

Casi había dado en el blanco. Aunque era obvio que Milo intentaba decirlo a broma para bajar la tensión pero, el silencio de Shaka era...

-Ohhh no Shaka no, por todos los... ¿es en serio?...- Vuelve a tomarlo de los hombros y lo sacude... "sin querer". –De... debes decírmelo, por favor en serio, ¿cómo paso esto?, ¿ustedes desde cuándo?...-

-Milo, no sabría por donde comenzar es solo que...-

-¡Shaka!...- Aioria finalmente los había encontrado, y los observaba fijamente, sobre todo a Milo que aun tenía sus manos encima de Shaka; y eso no le agradaba en lo más mínimo porque despertaba en él una sensación de enojo e incomodidad que le parecía irrazonable... eran complemente celos. –Shaka, ¿podemos hablar?... a solas.-

-Aioria.- Milo toma la palabra mirándolo seriamente. –No creo que sea buena idea en este momento, no después de lo que paso allá en la arena con DM y...-

-Milo, por favor...- Lo mira de manera suplicante y con cierta urgencia. –En verdad tengo que hablar con Shaka.-

No quería hacerlo, Milo en verdad presentía, sabía que no era buena idea. Algo le decía en su interior que debía proteger a Shaka de su mejor amigo pero... vaya, maldita ironía.

-Milo...- Shaka lo mira a los ojos dándole a entender que agradece su preocupación, pero definitivamente aceptara hablar con Aioria.

-Aah...- Suspira algo frustrado y preocupado, pero vamos, no es como si Milo pudiera oponerse realmente. Así que solo asiente mirando a Shaka y luego observa a Aioria fijamente como si le advirtiera en silencio "ten cuidado con lo que haces" y finalmente suelta a Shaka. –Como quieran.- Se despide agitando la mano y alejándose sin querer mirar atrás porque sabe que sería capaz de gritar o hacer algo que en definitiva no ayudaría a mejorar las cosas.

Solo rogaba que Aioria no lastimara a Shaka otravez, o no iba a perdonárselo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro