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Bajo las leyes del universo + Cap. 3 + Parte 3

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El camino de la arena a las 12 casas era corto, uno no tardaría más de 15 minutos en llegar, pero Aioria se tomaba su tiempo, no era como si alguien fuera a estarlo esperando en su casa de todas maneras... así era siempre y ya se las arreglaría solo.

Al llegar cruzo la estancia y se dirigió a la cocina para tomar una bandeja con agua para ir después a su habitación, tomar un par de lienzos de tela limpia de entre su ropa que tendría que usar para hacer los vendajes y sacar de un cajón un desinfectante para dejar todo a un lado de su cama para finalmente dejarse caer sobre el colchón.

-Agh mi cabeza... la espalda duele.- Suspira pesadamente removiéndose incomodo. –Y demonios, mi pierna, sanara pero será incomodo entrenar así hasta que cierre la herida.- Podía quejarse libremente, después de todo estaba solo, ya sabía que debería limpiarse la sangre y curarse, pero estaba cansado, molesto, harto de la situación y el constante silencio... quizás acabaría mejor por dormir un rato, o el resto de la tarde... aunque en realidad no estaba tan solo como él creía.

-Aioria...- Shaka de 26 años estaba ahí en la puerta observándole; sabia que se sentía muy solo, fueron muchos años de tristeza e indiferencia de parte de todos en el santuario, hasta de él mismo; aun no entendía ¿cómo era posible que él sintiera mas empatía por la situación que Aioria vivía todos los días, que su yo de 18 años... si tan solo pudiera acercarse para ayudarlo o decirle algo... deseaba tanto protegerlo.

-Aioria...-

-¡Shaka!.- Aioria se sienta de golpe y lo ve... ahí en el marco de su puerta estaba de pie, un joven Shaka de 18 años algo agitado, parecía que había ido corriendo hasta ahí. -¿Qué haces aquí?.-

Shaka estaba sorprendido, pero se alegraba de verse a sí mismo habiendo regresado para buscar a Aioria... si su yo de 18 años estaba con él, sabía que no tendría nada de qué preocuparse.

-¿Puedo pasar?.- Pregunta con voz tranquila.

-Ah... si claro que si.- Le responde Aioria algo nervioso mirando a su alrededor, su cuarto no era precisamente un desastre, pero como nunca había visitas no tenía ni una silla disponible cerca.

-¿Puedo?.-

Pero Shaka ya estaba frente a él señalándole la bandeja con agua y los otros utensilios de curación.

-¿Qué?, no nada de eso, no es necesario, puedo curarme solo.-

-Pero te duele ¿no es así?.- Le dice Shaka inclinando un poco la cabeza y frunciendo el seño levemente.

-No, claro que no.-

-Te escuche hace un momento.- Levanta una ceja.

-Oír las conversaciones de otros tras la puerta no es de buena educación ¿no lo sabías?- Le dice Aioria algo molesto, aunque más que nada, avergonzado; estaba acostumbrado a siempre mostrarse fuerte ante todos.

-¿Tu y quien más?.- Le dice Shaka sonriendo con obviedad, -No veo a nadie más aquí.-

-Claro, porque tienes los ojos cerrados.-

-¡Aioria!...- Frunce el seño. –Ya sabes que puedo ver perfectamente con los ojos cerrados.-

-Jajaja, ya se, ya se... solo bromeaba.-

Shaka suspira, no está enojado realmente, incluso le había agradado oírlo reír finalmente.

-Nunca pierdes el sentido del humor.- Se inclina ante Aioria y tomado uno de los lienzos de tela lo corta a la mitad para humedecerlo y comenzar a curarle.

-Shaka, espera...- Aioria lo detiene tomándole la muñeca. –No por favor... en serio.-

-¿Por qué?.-

-Ya hiciste demasiado por mí el día de hoy.-

-Mmm.- Aparta la mirada, retira lentamente la mano de Aioria, y sin hacerle caso inicia su trabajo. –No he hecho nada extraordinario el día de hoy.-

-Lo de hace un rato en la arena ¿te parece poco?.-

-Hice lo que creí justo, es todo.- Termina de limpiarle la herida de la pierna que afortunadamente no era profunda pero igual tenia contusiones; aunque sanaría pronto, así que solo le vendaría.

-¡Te dije que no lo hicieras, no soy débil!-

-¡Se que no lo eres!- Lo "mira" enfadado. –Pero bien sabes que todos ellos estaban cometiendo un crimen para el santuario y sobre todo contra ti, se que te habrías defendido, se que habrías peleado, pero ¿qué hubieras hecho si DM te atacaba y Milo también?... ¿habrías soportado una Antares?-

-¡No lo sé! Pero si tenía que hacerlo, lo habría hecho.-

-¿Por qué tienes que hacerlo solo?-

-¡¡Porque simplemente así es!!.- Golpea el colchón con el puño. –Es así... y lo sabes...-

-Hay cosas... que al parecer no han cambiado después de 12 años.-

Se quedaron en silencio unos minutos hasta que Shaka vuelve a su trabajo, ahora limpiándole cuidadosamente los brazos donde no había más que cortes pequeños y raspones.

-Shaka... ¿Por qué viniste?- Le pregunta Aioria finalmente con algo más de calma.

-Creí que debía hacerlo, no podía...- Extrañamente le era difícil expresarlo. –Yo... sabia que estarías solo y nadie más vendría.- Le dice en voz baja.

-Estoy acostumbrado ya... pero es agradable saber que a alguien le preocupes, aunque sea solo por cumplir con el reglamento de hermandad del santuario.-

-No lo hice por eso Aioria...- Moja una última vez el paño de tela para limpiarle la sangre del rostro y la nariz. –Pareciera que no me conoces lo suficiente.-

-Después de 12 años pudiste haber cambiado de parecer.-

-No... nunca lo haría...- Lo mira fijamente. –Tú sabes que confío en ti, siempre lo he hecho y eso no ha cambiado.-

-Volvimos al santuario hace casi 7 meses, después de no vernos por 12 años y no habíamos cruzado palabra... creí que ya no te importaba.-

-Nunca me preguntaste.- Deja el paño sucio a un lado.

-Siempre te veía muy ocupado hablando con Mu y nunca tenía idea de que decirte o si querías siquiera volver a verme.-

-Nunca he dejado de mirarte.- Shaka nota que Aioria levanta una ceja y está a punto de decir algo, pero se le adelanta, ya sabía lo iba a decir. –Sí, si... aunque tenga los ojos cerrados.-

-Jaja, oye yo no dije nada.-

-Se que lo estabas pensado.- Le sonríe de lado y apunta con un dedo. –Te conozco perfectamente Aioria .-

-Ja... tienes razón, lo estaba pensando...- Finalmente Aioria se estaba sintiendo un poco más relajado. –Entonces ¿no interrumpía algo importante?.-

-No, Mu y yo solo hablábamos como siempre, de muchísimas cosas, su compañía siempre es pacifica y agradable, y nos entendemos sin problemas para todo.-

-Oh vaya...- Su voz sonaba molesta otra vez. –Por lo que veo eso tampoco ha cambiado con los años.-

-Uhmm...- Y Shaka deja escapar una pequeña sonrisa. –Recuerdo que nunca te ha gustado que hablemos tanto.-

-Porque te acapara todo el tiempo, "Shaka ven aquí", "Shaka vamos al pueblo", "Shaka tenemos que hablar de cómo te fue en tu misión", y siempre vas con él a todas partes...- Suspira frustrado. –Además no pareces tener nunca intenciones de hablar con alguien más, ¿Por qué no me habías hablado tu primero?.-

-Lo hice hace rato en la arena, pero no quisiste escucharme.-

-Mu ya lo había dicho antes, solo pasaban casualmente por la arena, pero ya tenían pensado ir a otro sitio...-

-Solo al pueblo como siempre.- Responde sin darle mucha importancia.

-Creí que era importante, no quise molestarte.-

-Tú eres importante.-

Y de nuevo se quedan en silencio, viéndose atentamente hasta que Aioria aparta la mirada.

-¿No me crees?.- Shaka se acerca un poco y coloca suavemente una mano sobre la de Aioria que tenia recargada en sus piernas.

-Soy importante ¿por que soy un santo de Athena?-

-Si...- Responde Shaka. –Pero creo que eres mucho más importante por ser simplemente tu.- Le sonríe nuevamente. –Te conocí antes de ser un santo y aun... a pesar de todo, la esencia real de ser quien eres no ha desaparecido, esa es la parte de ti que más quiero y me importa...-

Y justo al decir esto último Aioria abre aun más los ojos en la sorpresa y siente sus latidos apresurados en su pecho, un golpe como de adrenalina le recorre de pronto como si algo dentro de él hubiera despertado. Y al parecer Shaka lo había notado, como si una pequeña llama se avivara en el interior de ambos... conocían bien esa sensación.

-¿Me quieres?- Pregunta Aioria firmemente.

-Si...- Responde Shaka de la misma manera.

-Te creeré, pero...-

-¿Qué?-

-Abre los ojos y dímelo de frente.- Le exige.

-¡No!, sabes que no puedo, ni debo hacerlo.-

-Ja, no me vengas con esas cosas de siempre del cosmos y que es solo para luchar y matar a un enemigo.-

-¡Pero lo es!-

-¡¿Yo soy tu enemigo?!-

-¡Nooo!-

-Entonces no puedes lastimarme Shaka.-

-No sé que podría pasar...-

-Eres un santo confía en ti mismo.-

-Si confío en mi Aioria...- Shaka se iba a desesperar, sabía que Aioria podía ser muy persuasivo si quería, quizás lo mejor era retirarse.

-Confía en mi entonces...- Aioria le insiste.

-Lo hago pero sería como romper un voto como santo y...- Decidido, tenía que irse, tenía que hacerlo, no iba a discutir.

-Shaka.-

-No, no lo hare, no es correcto.- Se da la vuelta para levantarse.

-¡Mírame!-Aioria lo detiene tomándolo de los hombros y lo mira con furia. -¡Shaka!-

-¡No!, yo no voy a...- Y cuando estaba por obligar a Aioria a soltarle, él lo suelta primero, pero solo para sujetarle firmemente el mentón, girarle el rostro hacia él...

Y besarlo...

No, no era el primer beso de ambos... pero si era el primero de verdad... Aioria lo había atrapado literalmente con los labios abiertos y no le costo para nada adentrarse en su boca lentamente hasta que ambas lenguas se encontraron e iniciaron un movimiento lento, curioso, quizás tímido, una pequeña caricia suave entre los dos... una caricia que fue dulcemente correspondida... como una bienvenida.

Y tan suave como inicio, Aioria separo sus labios lentamente para verlo y sonreír feliz.

-Abriste los ojos.-

-¿Qué?...- Shaka apenas y soltó un suspiro, sus labios cosquilleaban, sentía que su cuerpo temblaba y de no ser porque estaba arrodillado en el piso creía que seguramente las piernas se le hubieran doblado.

-Mmm vaya.- Le dice Aioria con expresión juguetona. –Parece que aún conservo el toque...- Se le acerca nuevamente. –De hacerte abrir los ojos sin que te des cuenta... y con solo un beso.- Y le termina por rozar suavemente la frente con los labios.

Shaka seguía... ¿sorprendido?, ¿asustado?... no, ¡estaba casi en shock!, él siempre tan centrado, serio, firme de convicciones y sin dudas ni temores... años de entrenamiento, para que Aioria "rompiera" en un instante con todo, solo con bésalo... ¡con besarlo!.

-Aioria, ¡no, no, no!, ¡¿Qué hiciste?!.- Casi en estado de pánico Shaka intenta esconder el rostro, cerrar los ojos, volver a concentrarse, tratar de fingir que nada paso; pero no, no podía, simplemente era como si todo se le hubiera olvidado en un segundo, hasta como meditar y para que servía el mantra "omg"... ¡era estúpido!.

-Jaja Shaka cálmate, no pasa nada.-

-¡¿Cómo que no?! ¡Aioria me hiciste abrir los ojos!.-

-Ahmmm si ¿y eso qué?.- Él simplemente se sentía feliz.

-¡¿Cómo qué?!, eso no se puede, yo no debía, es peligroso y...-

-Uhmmm...- Aioria pone expresión pensativa cruzándose de brazos. –Si se puede porque ya los abriste, sigo creyendo que eso de no deber abrirlos es mentira y...- Guarda silencio como si intentara escuchar algo. –No hemos explotado ni nada parecido... y yo sigo aquí.-

-¡Aioria no seas idiota!- Y no teniendo más a la mano le pega con el trapo mojado tan fuerte que lo tira de espaldas.

-¡Aaaauuch mi nariz!.- Se retuerce en la cama.

-¡A... Aioria no quería golpearte!...- Ahora él lo había lastimado mas. –Lo siento, lo siento...- Se sube a la cama para disculparse y revisarlo. –¡No quería golpearte, en serio, pero fue tu culpa!.-

-Si ese es el precio que tengo que pagar... no me quejo.- Se reincorpora para volver a sentarse y sujetarse la nariz que había vuelto a sangrar un poco.

-Espera, buscare algo para limpiarte.-

-No, ya déjalo, no es necesario.- Se limpia con el dorso de la mano y le sonríe como si nada. –¿Lo ves?, ya olvídalo, ven y siéntate.- Le dice palmeándose las piernas.

-...- Y Shaka se le queda viendo raro.

-Ah bueno, no en mis piernas...- Se sonroja. –La cama, siéntate en la cama.-

Shaka se sienta y de nuevo, ahí estaban en silencio sin saber que decir ni por dónde empezar.

-¿En qué estas pensando?.- Pregunta Aioria para romper el silencio y porque Shaka no dejaba de mover y ver sus manos.

-En todo... y en nada.-

-Mmm, eso suena confuso.- Se rasca la nunca... también estaba nervioso. -¿me cuentas?.-

-Es raro ver las cosas, con mis ojos físicamente... y pienso en que debería concentrarme, cerrar los ojos, irme a mi templo, encerrarme a meditar y no salir de ahí pero...- Lo mira de reojo. –No puedo, ni siquiera recordaría como hacerlo; contigo siempre es así...-

-¿Conmigo?-

-Quiero decir... entrene 12 años sin abrir los ojos, fui serio, entregado, adquirí conocimiento, experiencia y poder; siempre soy imperturbable y tu...- Gira la mirada hacia Aioria. –Haces pedazos todo eso en un instante, me siento tonto, nervioso, olvido todo lo que se supone aprendí y no puedo pensar en nada correctamente, me siento...-

-Más humano...- Responde Aioria seguro, y al ver que Shaka lo mira confundido continúa. –A lo que me refiero es, que como santo de virgo eres diferente, pareciera que todo lo sabes, todo lo puedes hacer, todo lo puedes ver, los demás te temen y eres inalcanzable.-

-¿Me temen? Creí que se suponía era respeto.-

-Oh si y lo tienen, pero eres muy distante, te encierras en ti mismo, es imposible saber lo que piensas con los ojos cerrados. – Le sonríe. – Creo que no abrir los ojos por 12 años es un desperdicio, hay tantas cosas que ver y conocer y...- Aioria nota que Shaka está a punto de decirle algo y es ahora él quien se le adelanta. –Y ya sé que puedes verlo todo, pero lo vez como un santo, de manera razonable, lógica, espiritual... pero cuando los abres, solo... sientes y es más sencillo que te dejes llevar por el momento... y creo que lo que te pone nervioso, es a eso... a sentir como cualquier otra persona.-

-¿Quieres decir que mi concepción de las cosas como santo de Athena está mal?- Estaba más confundido ahora.

-No, pero ¿Cómo aseguras saber lo que otros sienten o necesitan, lo que temen... lo que aman, lo que desean... si te privas a ti mismo de sentirlas por lo menos una vez en tu vida?.-

-Y tú... ¿sabes todas esas cosas?.-

-Claro que no, pero si quiero vivirlas.-

-¿Y no tienes miedo de decir o hacer algo mal?-

-Si... pero ¿Cómo saber si está bien o mal sino lo intento?.-

-Uhmmm suenas como todo un viejo sabio.- Suspira y sonríe mirando al techo. –Así, pareciera que yo soy el que no sabe absolutamente nada, todo lo vez de manera tan fácil... pero eso me gusta.-

-Tú me gustas...- Aioria suelta de pronto haciendo que Shaka voltee a mirarle con sorpresa. –Siempre me has gustado.-

-¿Siempre?.-

-Desde que te conocí, por eso no quería alejarme de ti... me sentía tan feliz a tu lado... y necesite eso por tantos años.-

-Jamás he sentido con nadie lo que siento contigo... también desde que te conocí.-

-¿Con nadie?... ni con... ehm ya sabes.-

-Es diferente.- Shaka niega. –Hablar con Mu, es sencillo, pensamos igual prácticamente en todo y no hay discusiones ni nada de eso por el estilo.-

-Suena como algo perfecto...- Eso le quitaba los ánimos a Aioria.

-Tal vez... pero siempre es algo predecible, en realidad hablar con Mu, es como hablar conmigo mismo; no hay sorpresa alguna.- Lo mira y acerca su mano para tocarle suavemente la barbilla llamando su atención. –Contigo todo es impredecible... me haces reír, enojar, gritar... y ver de verdad las cosas, de un modo muy diferente.-

Nota que sus palabras le han hecho sonreír un poco y no resiste la tentación de rascarle la barbilla como un gato y hacerlo sonreír a un mas, y Shaka ríe al verlo feliz.

-A mí también me gustas Aioria.-

Aioria no podía negar que se sentía feliz de oír esas palabras, tanto que olvidaba el mal rato que había pasado esa tarde en la arena.

-Siempre te recodaba y lamentaba que hubiéramos tenido todos que partir del santuario... Shaka, dime ¿Pensaste en mi en todo este tiempo?.- Le confiesa tomando su mano que hace un momento le acariciaba la barbilla.

-No, no podía, ni debía... pero eso no significa que te olvidara, nunca te olvide y pase lo que pase, no lo haré.-

-Y yo quiero estar a tu lado, pase lo que pase, y si te quedaras a mi lado, yo no me alejaría nunca.-

-¿Aunque tenga dudas?-

-Shaka ¿En qué tendría dudas alguien como tú?-

-En este momento, a que me beses.-

-¿Por qué?.- Le mira intrigado.

-Lo que me haces sentir.- Aparta la mirada. –Se supone que por eso soy quien soy, por haberme liberado de todo temor y duda, pero... eres tan sorpresivo que, me estremezco y comienzo a temblar y... luego...-

-¿Luego?-

-Y luego ¿Qué?.-

-Puede pasar todo...- Susurra. –O nada...- Sonríe tímidamente. –Tampoco es que yo tenga mucha idea de eso; pero si quieres saberlo y decidir por ti mismo.- Se inclina un poco hacia Shaka. –Bésame.-

-¿Yo?.- Lo mira con sorpresa, pero no se aleja. –Yo no podría.-

-Claro que puedes, y no tienes que saber, ni pensarlo tanto... solo lo que sientas en ese instante estará bien.-

-...- Mira los labios de Aioria, e inconscientemente se muerde los propios. -¿Seguro?.-

-Seguro.- Se acerca un poco mas inclinando la cabeza hacia un lado. –No me moveré... y haré lo que me pidas, únicamente lo que tú me digas.-

Nervios, curiosidad, duda... ansiedad... necesidad... toda esa combinación de emociones se mezclaban en ese mismo instante... los labios le temblaban... aun así se aproximo lentamente, solo sintiendo su corazón latir con fuerza, preguntándose exactamente ¿qué sentiría al besar a Aioria?, porque cuando él lo hacía simplemente dejaba de pensar... si quería saber, necesitaba hacerlo, necesitaba entenderlo... necesitaba sentirlo.

Estaban tan cerca que podían sentir sus respiraciones... suaves y cálidas chocando la una con la otra, a Shaka le daba tanta sensación de calma que sus ojos se cerraron nuevamente por si solos, pero únicamente por instinto.

Y si, era muy diferente... para Aioria era diferente la sensación de un beso juguetón y sorpresivo, a este... tan suave... los labios de Shaka se sentían tan deliciosamente suaves, y su toque era tan delicado como una pluma; suave, lento y lleno de emociones. En ese momento, Aioria podía asegurar que era cierto que en un beso podían trasmitirte miles de emociones desde felicidad, amor,sinceridad, ternura, emoción... una creciente tentación, ansiedad... y pasión.

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