Pov: Mathew

¿Donde estará? Es lo que me he preguntado desde que salió corriendo de mi oficina. Ya la he buscado por todos lados- más bien en los lugares que creó podría estar- pero he fracasado miserablemente.

Maldigo una y mil veces a Orquídea por haberse atrevido ha ir a mi empresa y besarme, pero me maldigo mil veces más a mí por ser tan estúpido, por no haber actuado con firmeza y sacarla de mi oficina, me maldigo mas aún por dejar que me besará, por no haber resistido más. Malditasea mi suerte.

No se donde mas buscar, he buscado hasta por los alrededores de Marcos por si él tiene algo que ver o sabe algo de ella, pero nada, no he sabido nada y me desespera hasta más no poder. Han pasado dos semanas y nada, no he sabido nada. Solo espero que ambas se encuentren bien, no me perdonaría que algo les pasara por mi maldita culpa.

-Disculpe señor.- dice Lorena, mi secretaria. La miro a la espera.- ¿No saldrá a comer algo? Ya es hora del almuerzo.

¿Comer? No creo que sea algo que merezca. No sin tener la certeza de que las dos mujeres de mi vida lo han hecho ya.

-No Lorena. No tengo hambre.

-Pero señor..-

-He dicho que no tengo hambre. Puedes ir a almorzar.- digo y me dispongo a seguir leyendo el contrato que tengo a manos.

Escucho la puerta cerrarse y dejo a un lado los papeles con un sonoro suspiro.

¿Donde diablos estas mujer?

~*~

Pov: Jessy

Los días me han sabido a infierno, ¿Para que negarlo? pero aún así continuó mi vida, sigo luchando como es mi deber y no es porque tenga que alimentarme y pagar renta, no, es por mi bebé, por ella, debo continuar por mi bebita

Así que aquí estoy , con una ropa de mesera puesta y una bandeja llevando pedidos a los concurridos clientes. A pesar de todo lo que estoy sufriendo me siento bien, estoy trabajando y tengo un techo que me cobija y da calor. ¿Que más puede pedir alguien sola y para rematar embarazada?

Escucho el tono de llamada de mi celular, dejo la bandeja en la mesa mas cercana, sacó el móvil del bolsillo y contesto la llamada.

-Buenas tardes.- digo

- ¿Con la señora Lombardi?- preguntan del otro lado de la línea.

-Si. Con ella habla.- respondo un poco cautelosa, pues no se quien me habla.

-Habla David Sanchez del periódico Impacto.- responde. ¿Periódico Impacto? Oh Dios!!!. - ¿Usted puede pasar mañana a primera hora para realizarle una entrevista?- continua.

-¿U...Una entrevista?.- digo e inmediatamente maldigo internamente por tartamudear. Carraspeo.- Claro que si. - digo y me felicito por haber recogido tan rápido mi cerebro que se encontraba rodando a mis pies.

-Bien. Entonces le esperamos mañana a las 8:00am.-

-Si, señor. Ahí estaré.-

-Perfecto. Que pase buen día.-

-Igual y gracias.- finalizo la llamada con una gran sonrisa en mis labios.

¿Había dicho qué que más podía pedir? Pues aquí está, recibir una llamada de uno de los periódicos a los que lleve mi CV.

Las horas se fueron volando y en este momento me encuentro de camino a casa. Cuando llego, entro y me quito rápidamente los zapatos, seguido de la blusa, para terminar de quitarme el pantalón en la habitación. Me recuesto en la cama y suspiro de cansancio. Cierro los ojos y me dispongo a imaginarme una vida junto a mi bebé, las dos solas. Una vida en la que Mathew no esta.

Lágrimas salen de mis ojos y se que es por esa escena en la que el padre de mi bebé no está. Mi estómago se mueve y se que ella al igual que yo lo extraña. Ambas extrañamos a ese tonto desgraciado.

Me levanto de la cama, término de quitarme la ropa interior y entro al baño, abro la regadera y me colocó debajo del chorro.

Media hora después estoy vestida y hambrienta. Voy al frigorífico y sacó un filete de tocino y el jugo de naranja. Busco un sartén, enciendo la hornilla, coloco el sartén al fuego y le agregó un poco de aceite de oliva. Una vez lista la cena me siento en el sillón situado en la pequeña sala y me dispongo a alimentar a mi bebé.

Terminada mi tarea, voy a la cocina y dejo los trastes sucios en el lava platos. Salgo de la cocina en dirección a la habitación, checo mi teléfono y veo que son las 9:30pm. Bostezo agotada y decido dormir.

Despierto gracias a ni despertador. Me paro de la cama y me dirijo al baño. Una vez hechas mis necesidades, me visto con una falda blanco hueso que compre hace unos días y una blusa rosa. Me pongo unos zapatos de tacón bajo negro, me peino un moño alto y maquillaje suave.

Salgo de casa, cojo un taxi en dirección al periódico. 20 minutos después el taxi se detiene, pago el taxi y salgo. Me dirijo a la puerta de entrada e ingreso. Me acerco a recepción en donde se encuentra una chica morena, de más o menos mi edad.

-Buenos días. ¿En que podemos ayudarle?- pregunta ella de forma cordial.

-Buenos días. Soy Jessy...-

-Oh!, la señora Lombardi. Si el señor David la espera.- dice ella interrumpiendo mi presentación.- Tenga, suba por el ascensor a la planta tres, puerta 303. Con este carnet entrara presentándolo al lector.

-Muchas gracias.- digo y doy media vuelta.

Entro al ascensor y marco la planta tres. Una vez que se abren las puertas busco el número 303, cuando doy con el, presento el carnet al lector y entro.

-Buenos días.- digo sin mirar a nadie en especifico.

-Buenos días.- responde esa voz. Esa voz que llevo dos semanas sin escuchar.

- ¿Tu? No entiendo.

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Hola amores miosssss....sólo tengo para decirles gracias por estar al pendiente de la historia. Las chero muchote...

Chaito