Pov: Jessy

    Ha pasado un mes desde que tengo a mi pequeña Ágata en brazos, todo ha sido perfecto. Math trata de llegar mas temprano para dormir a su tesoro como el le dice y yo no puedo estar menos de acuerdo; Ágata es nuestro tesoro.

     Sonrió al escucharle llorar, es hora de su merienda. Salgo de mi habitación y voy ha la de ella. Al entrar la encuentro haciendo rabietas con las manos y con sus carita sonrosada. Es tan hermosa hasta llorando. Me acerco a ella e inmediatamente llamo su atención. Me dedica uno de sus pucheros y yo le sonrió. La tomo en brazos y me dispongo a alimentarle.

  Una vez satisfecha, le doy palmaditas en su espalda para sacarle los gases.  Unos toques en la puerta me sacan de concentración. Digo un monótono pase.

-Señora, a bajó esta una mujer el cuál dice ser su madre.- me informa una de las chicas del servicio.

   Mi cuerpo se tensa de forma inmediata ¿Mi madre? No puede ser.

-Cuida a Ágata por favor.- le indico.

-Si, mi señora.- sin perder tiempo salgo de la habitación y bajo las escaleras. Cuándo llego a la sala que es donde supongo se encuentra, veo a una mujer esbelta y con su porte seguro. Mi madre.

   La mujer que me dio la vida, la mujer que debió quererme como nadie. El ser que debió protegerme con su vida esta frente a mi. Muy sonriente, toda descarada. Maldita sea la hora en que esa mujer decidió engendrarme.

-Hija mía.- es lo primero que le escuchó decir. El sólo descaro me enerva ¿Como se atreve?

- ¿Hija mía? ¿Hija mía!!!?-.grito con rabia.- ¿Que diablos quieres? No, esa no es la pregunta ¿Que diablos haces aquí?.- pregunto entre dientes.

- ¿No le darás un abrazo y un beso a tu madre?- pregunta fe vuelta con una cínica sonrisa.

-No e quiero ver. Quiero que desaparezca de mi vida. Tu no eres nadie para mi, mi madre murió el día que dejaste que Marcos pusiera su sucias manos en mí.

-Eran chicos.- eres una perra. Si no eres nadie quieres que llame a seguridad y te saqué de aquí como lo que eres, largate.

- ¿Es que no has extrañado a tu madre?-

-Gorge!!!- grito.

-Señora.- dice el aludido cuya do esta a mi lado.

-Sacala de aquí y no la quiero volver a ver.- término de decir.

-Espera, antes quiero dejarle un mensaje a tú querido esposo.- dice y mi curiosidades crece.- Dile que me estoy causando y que el tiempo se le ha agotado.

-  ¿Que diablos significa eso?- preguntó.

-Adiós, querida hija.- desaparece de mi vista dejando mi cabeza un remolino de Preguntas sin respuestas.

....

   El tiempo pasa y mis nervios van en aumento. No veo la hora en que aparezca Mathew por esa puerta y me diga que quiso decir esa mujer. Cómo es posible que me haya dejado arrastrar por el veneno de esa serpiente.

    La puerta de la habitación se abre y por ella entra Math, al verme sonríe, de acerca y me da un corto beso. Se aleja y comienza a desvestirse.

- ¿Que sucede?- pregunta al ver mi silenció.

- ¿Porque no me dijiste que hablaste con la mujer que se hace llamar mí madre?- mi tranquilidad ed tanta que hasta me sorprende.

-Amor, no es lo que crees.-

- ¿Y que es lo que creó, según tú?- pregunto escéptica.

-Sentemosnos.-me indica y yo lo hago.- Tú hermano Marcos y tú madre llegaron un día de improvisto a mi oficina a chantajearme. Me dijeron que si no les daba dinero tratarían de divulgar un decreto tuyo. No se de que demonios hablan pero no quiero que nada te arrebate la felicidad que tienes.- dice un poco triste.

- Y ¿Por que no me contaste? Debiste decirme.

-Lo se. Perdón amor, en verdad lo siento. Les dije que no mes daré nada y que no se atrevieran a acercarse a ti, pero por lo visto tú madre es insistente.

-Ella no es nada mio.- suspiro resignará. Math no tiene la culpa de esto y no puedo molestarme con él por esa tontería.- Está bien, perdón es que su visita en dejo tensa.- le digo.

-Esta bien, amor. - sus brazos rodean mi cintura y al momento me siento la mujer mas completa y feliz de la faz de la tierra. Él es mi complemento y se que no podre vivir sin él.

    Sus palabras dan vueltas en mi cabeza y me ponen intranquila, Marcos y mi madre nunca han sido cosa buena y que hayan dicho que tienen algo que me perjudica me a robado la tranquilidad.

-No permitiré que nada pase y si esos dos se atreven a atentar contra ti, moveré mis influencias. Así que estate quieta amor.-sus palabras logran tranquilizarme un poco, pero no voy a negar que hasta que no sepa que traman esos dos no podré estar tranquila.

~*~

   Los días han pasado sin noticias de mi supuesta familia. No he tenido novias de Marcos y mucho menos de mi madre. Ágata cada día esta mas despierta lo que me pone feliz púes eso quiere decir que está creciendo como se debe.

   Camino de prisa por el centro comercial, me urge llegar a casa pues es los senos me duelen horrores lo que significa que es hora de alimentar a Ágata. Suspiro resignada púes no he encontrado lo que vine a busca y ya es tarde para ir a otro lugar.

   Siento un fuerte peso en mi espalda y miro hacia atrás y lo que noto me extraña. Hay muchas personas mirándome y murmurando, y las que no, me señalan de una forma no muy disimulada. Frunzo el ceño pues no entiendo la razón.

   Niego y continuo mi camino, salgo del Mall y camino al coche pero algo llama mi atención. Me acerco al quiosco de revista