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🍷Capítulo 14🍷

Jeon Jungkook

-No quería decir esto frente a Lia, pero debiste haber dejado que esa chica muriera allí -dije con fastidio, sintiendo el peso de mis propias palabras. Mi irritación era evidente, y la tensión en el ambiente aumentaba -Sabes que ahora todos esos cazadores vendrán por ella. Y... ese chico también vendrá. Debe ser ya un hombre, y probablemente su líder.

El recuerdo de lo que ocurrió hace tantos años volvió a invadir mi mente, algo que prefería no revivir. Hace doce años, tuve una oportunidad única: reunirme con el líder de los cazadores y firmar un tratado de paz. Un acuerdo que nos permitiría coexistir sin tener que vivir en constante guerra. Ellos dejarían de cazarnos, y a cambio, nosotros nos comprometeríamos a no matar a aquellos que no lo merecieran.

Por un momento, creí que podía hacer algo diferente, algo bueno. No solo por mi gente, sino por todas las almas inocentes que se veían arrastradas a nuestro oscuro mundo. Nuestra existencia siempre condena a los inocentes, y a veces incluso a aquellos que lo merecen. Pero esa era mi oportunidad de cambiarlo. Sin embargo, todo se fue al demonio. Ese día, todo salió terriblemente mal.

12 años atrás...

-Señor Jeon, ¿está completamente seguro de esto? -preguntó Kim, su tono cauteloso mientras avanzábamos hacia el lugar de la reunión. La preocupación en su rostro era clara, conocía bien a los cazadores y sus estrategias sucias.

-Sí, Kim. El único impredecible aquí soy yo -respondí con confianza, aunque sentía una leve punzada de duda en mi interior. Sabía que esto era arriesgado, pero si no lo intentábamos, la guerra nunca terminaría -Esto podría ser el inicio de una nueva era para ambos lados. Haré que funcione.

Caminamos hacia el edificio acordado, una estructura antigua y deteriorada en medio de un campo baldío, aislado de cualquier rastro de civilización. Las paredes agrietadas y el aire enrarecido daban una sensación de abandono, pero también de peligro inminente.

Dentro, el señor Park, el líder de los cazadores, ya nos esperaba. Llevaba un traje gris bien ajustado y su rostro mostraba una sonrisa tensa, forzada. Parecía más un anfitrión en una cena incómoda que el líder de una facción decidida a exterminarnos. Sus ojos, sin embargo, estaban llenos de odio apenas contenido.

-Jeon -saludó, con una inclinación leve de cabeza -Me alegra que hayas decidido reunirte conmigo. No siempre tenemos la oportunidad de hablar... como iguales.

Sentí cómo la tensión en la sala se volvía más palpable. Kim, siempre alerta, permanecía a mi lado, con los músculos tensos, listo para cualquier ataque.

-No somos iguales, Park -le respondí, sin dejar de mirarlo a los ojos -Pero eso no significa que no podamos coexistir. Ambos sabemos que esta guerra no tiene fin si seguimos en el mismo camino. Tú has perdido a muchos cazadores y yo... he perdido más de lo que puedo contar. Es hora de que pongamos un alto.

El señor Park soltó una risa suave y sarcástica.

-¿Un alto? ¿Paz? No me malinterpretes, Jeon, pero eso suena demasiado idealista viniendo de alguien como tú. Sabes que la única paz que puede existir entre nuestras especies es la extinción de una de ellas.

-No vine aquí para hablar en círculos, Park. Sabes bien que ningún lado ganará si seguimos así. Propongo un tratado -continué, intentando mantener la calma -Mis vampiros se comprometen a no atacar humanos inocentes, y tus cazadores dejarán de cazarnos indiscriminadamente. Mantenemos la paz y dejamos de lado la venganza.

Park permaneció en silencio por un momento, su expresión parecía evaluarme, midiendo mis palabras. El silencio en la sala se volvía más pesado, y mi paciencia comenzaba a agotarse. Justo cuando estaba por insistir, él rompió el silencio.

-Sabes... siempre pensé que eras más astuto, Jeon -dijo en tono burlón -Pero parece que la desesperación te ha vuelto débil.

Mis ojos se entrecerraron, intentando descifrar sus intenciones. Algo imposible ya que sus pensamientos estaban en blanco.

-¿Qué quieres decir con eso? -pregunté, mi voz tensa.

Antes de que pudiera recibir una respuesta, escuché un ruido detrás de mí. Volteé rápidamente, y vi cómo varios cazadores emergían de las sombras del edificio, armados hasta los dientes, sus ballestas cargadas con estacas de madera. Habían estado esperándonos.

-¡Traición! -gritó Kim, sacando a relucir sus colmillos de inmediato.

El caos estalló en un abrir y cerrar de ojos. Los cazadores comenzaron a disparar sin piedad, y mis vampiros, en un desesperado intento de sobrevivir, desataron su furia. Las balas de madera zumbaban por el aire, perforando paredes y cuerpos, mientras el suelo se llenaba de sangre.

-¡Nos tendiste una trampa, maldito! -grité, lanzándome hacia Park. Él apenas tuvo tiempo de sacar una daga antes de que mis manos lo alcanzaran.

Lo lancé contra la pared con una fuerza descomunal, haciendo que los vidrios de las ventanas temblaran. Su cuerpo chocó contra el suelo con un estruendo, pero incluso así intentó levantarse. Mi paciencia se había agotado.

-¡No habrá paz mientras tú estés al mando! -le gruñí, acercándome con rapidez. Con un solo movimiento, lo sujeté por el cuello y levanté su cuerpo del suelo. Sus ojos se abrieron con terror cuando vio mis colmillos acercándose.

-Te lo advertí, Park -murmuré antes de hundir mis colmillos en su cuello. Sentí su vida escaparse entre mis dientes, mientras su sangre, amarga y llena de odio, se deslizaba por mi garganta.

A mi alrededor, el caos continuaba. Los vampiros, al borde de la desesperación, aniquilaban a los cazadores con una brutalidad sin igual. Las paredes se teñían de rojo, y el suelo estaba cubierto de cadáveres, tanto de cazadores como de vampiros. Kim estaba luchando con dos cazadores a la vez, pero su destreza le permitió derribarlos con facilidad. Sin embargo, las pérdidas en nuestro lado eran significativas.

Cuando el cuerpo sin vida de Park cayó al suelo, supe que ya no había vuelta atrás. Habíamos venido buscando paz, pero habíamos encontrado más muerte. El sueño de coexistencia se desvaneció ante mis ojos, sustituido por la realidad brutal de nuestra naturaleza. Los cazadores jamás nos dejarían vivir en paz.

Miré alrededor, respirando con dificultad. El hedor de la sangre impregnaba el aire, y la quietud que quedó después de la batalla era casi insoportable. Los cazadores habían sido aniquilados, no quedaba ninguno vivo. Pero también habíamos perdido a varios de los nuestros.

Kim se acercó a mí, limpiando la sangre de su boca.

-Señor... -comenzó, con un tono lleno de pesar.

-No digas nada, Kim -interrumpí, mi voz ronca por el esfuerzo y la ira -Vámonos de aquí. Esto terminó.

Miré una vez más el cadáver del señor Park, el hombre que había arruinado mi única oportunidad de cambiar las cosas. Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de rabia y resignación...

Aquí les dejo el capítulo 14 vvs. 💞✨

¿Qué opinan de lo que pasó? 💜✨

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