🍷Capítulo 11🍷
Me quedé sin aliento cuando sus dedos comenzaron a recorrer mis muslos, acariciando lentamente mi piel húmeda, subiendo cada vez más cerca de mi centro. Su toque era tan ligero, tan delicado, que me hacía arder de anticipación. Apenas podía mantenerme en pie, cada parte de mí ansiaba más de él, más de esa sensación abrasadora que estaba despertando en mí.
Mis manos, temblorosas, se aferraron a sus brazos, tratando de mantener el equilibrio mientras él me tocaba. Su miembro, duro y palpitante, rozaba mi entrepierna, provocando que soltara un gemido bajo de placer. Jungkook dejó escapar una risa suave y satisfecha al escucharme, su ego estaba inflamado por la reacción que me arrancó.
—Me vuelves loco —murmuró, mientras sus labios empezaban a recorrer mi cuello, mordiendo y chupando suavemente. Su mano izquierda subió a mi pecho, masajeándolo con ternura antes de pellizcar ligeramente mi pezón, haciéndome arquear la espalda contra él. Mientras tanto, su otra mano se deslizó por mi entrepierna, acariciándome con la suficiente presión para volverme loca, pero no lo suficiente para satisfacer mi creciente necesidad.
Mi mente era un caos de sensaciones, una parte de mí quería rendirse completamente a él, a su toque, a todo lo que estaba despertando en mí. Pero otra parte, la que recordaba todo lo que había pasado, luchaba por mantener el control, aunque se hacía cada vez más difícil resistirse.
Jungkook notó mi vacilación y, con una sonrisa peligrosa, me giró rápidamente para enfrentarme a él. Nuestros cuerpos chocaron, piel contra piel, y sentí su dureza presionando contra mi vientre. Él me miró a los ojos, su mirada oscura estaba cargada de lujuria.
—Relájate, preciosa —dijo con voz seductora mientras sus manos recorrían mi espalda, bajando lentamente hasta mi trasero, apretándolo con fuerza y acercándome aún más a él. Su miembro rozaba mi feminidad, y yo no podía evitar soltar otro gemido.
Cada vez que intentaba apartarme, él encontraba una manera de mantenerme cerca, de mantener esa presión intoxicante que me hacía olvidar todo lo demás. Sus labios encontraron los míos en un beso hambriento, y mi resistencia comenzó a desmoronarse poco a poco. Estaba perdida en él, en su sabor, en la forma en que su lengua exploraba mi boca con una necesidad desesperada.
Cuando no podía más, me rendí completamente. Mis manos se deslizaron por su cuerpo, explorando su musculatura, sintiendo cada curva de su abdomen, cada línea de su espalda. Él me apretó contra la pared, su miembro estaba completamente alineado con mi centro, y con un solo movimiento, supo que había ganado.
Era suya, en cuerpo y alma, en ese momento, no existía nada más que nosotros dos y el deseo que ardía a nuestro alrededor.
Sentí cómo su miembro se deslizó dentro de mí, y un dolor agudo recorrió mi cuerpo, haciéndome soltar un quejido involuntario.
—Jungkook... duele —murmuré, intentando moverme para aliviar la incomodidad, pero él se quedó quieto, acariciando mi rostro con ternura.
—Shhh... tranquila —susurró en mi oído, sus labios rozaron mi lóbulo mientras sus manos continuaron explorando mi cuerpo, buscando calmarme. Poco a poco, el dolor comenzó a desvanecerse, dando paso a una oleada de placer que se extendía desde mi centro hasta cada rincón de mi ser.
Me arqueé contra él, aferrándome a sus hombros mientras su ritmo se volvía más firme, más profundo. Los gemidos escapaban de mis labios sin control, y pronto, comencé a susurrar su nombre.
—Kookie... —gemí, mi voz era un susurro cargado de deseo. Sentí cómo su cuerpo se tensaba ante el sonido de su apodo, su mirada se oscureció aún más.
—Sigue... —murmuró, su voz era una mezcla de placer y necesidad—. Dime cómo te hago sentir.
—Kookie... —gemí de nuevo, esta vez más fuerte, mientras él aumentaba el ritmo, llevándome al borde de la locura. ΕΙ placer se acumulaba en mi interior, una presión deliciosa que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
Cuando no pude soportarlo más, mi cuerpo se tensó, y el clímax me arrasó como una tormenta, haciendo que gritara su nombre una última vez. Jungkook me siguió poco después, su cuerpo convulsionaba mientras llegaba al éxtasis, ambos unidos en una danza frenética de placer.
Cuando me recosté contra él, con la respiración agitada y mi corazón latiendo desbocado, sentí que todo a mi alrededor comenzaba a desvanecerse. La realidad se desmoronaba, y antes de darme cuenta, desperté con un sobresalto.
Estaba en la bañera, el agua aún estaba cálida alrededor de mí. Jungkook estaba a mi lado, riendo suavemente mientras me observaba.
—Te quedaste dormida —dijo con una sonrisa traviesa, sus ojos brillaban con diversión—. Y parece que te adentraste en un sueño muy interesante.
Me sonrojé de inmediato, recordando lo que acababa de soñar. Él lo sabía. Lo había visto todo. Mi corazón se aceleró al comprender que Jungkook había entrado en mi mente mientras dormía.
—¿Lo viste todo? —pregunté, mi voz temblaba de vergüenza.
—Me encantó cuando gemías y me llamabas 'Kookie' —admitió, su voz estaba ronca y provocativa. Mi sonrojo se profundizó, y él se rió con ternura—. No te preocupes, solo quería mostrarte cómo sería... Pero cuando estés realmente lista, será de una manera especial —dijo, acercándose para besar mi frente con suavidad—. No hay prisa.
Jungkook me ayudó a salir de la bañera, envolviéndome en una toalla y secando cada parte de mi cuerpo con cuidado. Su toque era tan suave, tan considerado, que mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Cada vez que sus manos rozaban mi piel, sentía un calor recorrerme, y no pude evitar sonrojarme aún más.
Después de secarme, me cargó en sus brazos, llevándome fuera del baño como si fuera la cosa más natural del mundo. Me dejó sola para que me vistiera, y mientras lo hacía, mi mente no dejaba de regresar a ese sueño, a la intensidad de las emociones que había sentido. El deseo, el placer, el amor... todo se mezclaba en un torbellino.
Cuando salí de la habitación, me encontré en la gran sala del Penthouse, y allí estaba un hombre mayor, sentado con una expresión tranquila. Jungkook se acercó, poniendo una mano en mi hombro.
—Él es el Dr. Min, te ayudará a superar tus traumas —dijo suavemente, su voz estaba llena de comprensión. El hombre asintió con una sonrisa amable, y aunque sentí un nudo en el estómago, supe que esto era lo que necesitaba.
Las primeras sesiones con el Dr. Min fueron difíciles. Las palabras se me atragantaban en la garganta, y revivir los recuerdos del abuso y la violación fue casi insoportable. Pero con cada sesión, me sentía un poco más ligera, un poco más capaz de enfrentar mi pasado. Jungkook estuvo allí, apoyándome en cada momento, siendo mi roca en medio de la tormenta.
[...]
Pasaron varios días, y con el tiempo, comencé a hablar más abiertamente. Finalmente, pude liberar todo el dolor que había llevado dentro durante tanto tiempo. Acepté que nada de lo que había pasado era mi culpa, y eso me dio una nueva fuerza, una que no sabía que tenía.
A lo largo de todo este proceso, Jungkook se mantuvo a mi lado, mostrándome una paciencia y un amor incondicional que nunca había experimentado antes. Cada gesto, cada palabra, me demostraba cuánto se preocupaba por mí. Fue entonces cuando me di cuenta de lo profundo que era mi amor por él. Lo amaba más de lo que jamás había amado a nadie, y sabía que, él siempre estaría a mi lado...
Ya vamos evolucionando con los traumas de Lia. No quise aún que llegara a tener relaciones con Jungkook porque esta historia tiene temas muy delicados. Si pasaron por algo así, o alguien que conocen lo hizo. Apoyenlo y estén ahí incondicionalmente.
Bueno vvs nos vemos en el siguiente capítulo. 😊❤
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