🍷Capítulo 10🍷
Con las últimas fuerzas que me quedaban pude ver a Jungkook, no hacía falta ver bien para saber que estaba furioso y, en un movimiento, le arrancó la cabeza al vampiro que me había lastimado.
—Pequeña tranquila, aquí estoy no te preocupes. Mantén tus ojos abiertos —dijo, preocupado. Sin más que decir mordió su mano y la puso sobre mi boca, dejando caer su sangre en mis labios. La tomé, pero eso no impidió que me desmayara.
[...]
Desperté y estaba en mi habitación, lo sabía porque lo primero que vi al abrir los ojos fue la lujosa lámpara de araña que colgaba en el techo. Me senté y estaba muy mareada, seguro porque no había comido nada desde hacía tiempo. Toqué mi estómago, tenía tanta hambre.
—Te traje el desayuno —me asusté, él debe dejar de hacer eso. Me va a matar de un infarto.
Le agradecí y le quité el desayuno, Jeon me miraba sorprendido, mi forma desesperada de comer las tostadas hizo que sonriera. ¿Cómo podía ser tan cínico? Anoche después de besarme se fue con otra y está aquí como si nada. ¿Por qué me importa tanto? No deberían molestarme esas cosas, él no me pertenece.
—¿Te sientes mejor? —asentí mientras seguía desayunando—. Lo siento tanto, te prometí que te protegería y no estuve contigo —dijo, casi en un susurro.
—Igual llegaste a tiempo. Además, tienes todo el derecho de estar con quién quieras, yo no soy importante —me miró confundido, como si no supiera de que estaba hablando.
—No se a qué te refieres, pero necesito saber que te ocurrió anoche. Te fuiste así tan rápido y... luego no te encontraba, estaba tan asustado —podía ver una chispa de melancolía en su rostro. ¿Qué le está pasando?
—Yo... tenía ganas de vomitar, tal vez algo que comí me cayó mal —tomó mi mano y me sorprendí por su acción.
—La verdad, hay algo un poco extraño en ti. Pero no estoy seguro aún que es —sus ojos se posaron en mis labios. Él, ¿estaba pidiendo permiso? Asentí, quería volver a sentir sus labios fundidos en los míos, y así lo hizo. El beso era tierno y poco a poco se intensificó. Jungkook apartó la bandeja en la que había traído el desayuno, estaba en el medio y estorbaba.
—Kookie... —solté al sentir una de sus manos acariciando mi entrepierna—. Detente... —rogué, pero no hice nada para alejarlo.
—Solo, déjate llevar —susurró en mi cuello, dejando besos húmedos.
Jungkook se colocó entre mis piernas. Comenzó a mover sus caderas lentamente, rozando su erección contra mi feminidad, provocando una descarga de placer que recorrió mi cuerpo. Mis manos, que antes habían estado tensas, ahora se aferraban a su espalda, sintiendo cada músculo bajo mis dedos. Él, notando mi rendición, deslizó sus manos bajo mi blusa, subiéndola hasta dejarla al borde de mis hombros. Su mirada oscura y llena de deseo se clavó en la mía, mientras lentamente me despojaba de la prenda, dejándome solo en sostén. Su boca descendió hasta mis pechos, basándolos a través de la tela, y mi respiración se volvió errática.
Sus manos viajaron por mi cuerpo con una seguridad arrolladora, recorriendo cada rincón, provocando sensaciones que me hacían temblar. Mis pensamientos se desvanecían en la niebla del deseo mientras sus caricias me envolvían, hasta que, de repente, una imagen perturbadora cruzó por mi mente.
Kai.
Su rostro.
El horror de aquella noche.
El pánico se apoderó de mí en un segundo. Mis manos, que momento antes lo habían deseado, ahora lo empujaban con desesperación.
—¡No! —grité, mi voz estaba llena de angustia mientras trataba de apartarlo—. ¡Aléjate, Jungkook!
Él se detuvo de inmediato, pude ver en sus ojos la confusión y preocupación que sentía.
—¿Qué pasa? —preguntó con suavidad, intentando acercarse de nuevo, pero retrocedí rápidamente, cubriéndome con la sábana, temblando.
—No... no puedo... —susurré, las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos mientras los recuerdos me invadían—. Por favor, solo... aléjate.
Jungkook se quedó quieto, claramente devastado al ver mi estado, pero respetó mi deseo, retrocediendo lentamente, dándome espacio para respirar.
Corrí hacia el baño y cerré la puerta. Me observé en el espejo e inconscientemente mi mano viajó a cada parte de mi cuerpo que él había tocado. Una sonrisa estaba dibujada en mi rostro, si no hubiera recordado lo de Kai, tal vez ahora estaría entre sus brazos. Me quité el sostén, y lo que me restaba de ropa. Me metí a la ducha dejando que el agua caliente relajara mi cuerpo.
Estuve un rato bajo la ducha cuando sentí una mano en mi hombro. Me asusté tanto que resbalé y me caí.
—¡Qué tonta! Ahora ya estoy alucinando —me reí de mi misma y otra risa se unió a la mía.
—Tontita —levanté la vista viendo a Jungkook allí, me estaba observando con deseo y recordé que estaba desnuda. De inmediato me puse de pie e intenté cubrirme. Para mi mala suerte, hoy tenía una relación cercana con el suelo ya que me volví a caer—. Vaya, debería ponerme celoso del suelo —dijo, riendo.
—¿Cómo entraste? —pregunté, alzando una ceja.
—Olvidaste cerrar la puerta con llave y pensé... Qué calor hace, debería ducharme, y aquí estoy —dijo, comenzando a desvestirse frente a mí.
Pude ver su trabajado abdomen y no me había fijado en ese tatuaje que tiene en el brazo. Me di vuelta para no verlo, era muy complicado taparme e intentar no mirarlo. Mientras estaba dándole la espalda mordí mi labio inferior, recordando su perfecto cuerpo. Una sonrisa seductora salió de su boca. "Maldición, olvidé que puede leerme la mente."
—Si tanto te gusta, puedes tenerlo —me quedé en silencio y en un movimiento, me levantó en sus brazos. Estaba tras de mí y pegó su miembro en mi trasero, jadeé y me dejó en el suelo, dándome la vuelta. Lo miré a los ojos y de inmediato evadí su mirada, volviendo a darle la espalda, estaba tan avergonzada. Además, tenía tanta pena por las dos caídas.
Jungkook se acercó a mí con una mirada intensa que hizo que mi corazón se acelerara. Sentí su mano en mi espalda, trazando un camino desde la base de mi cuello hasta la curva de mi cintura, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Estaba atrapada entre la pared de la ducha y él, y su cercanía me estaba volviendo loca. Su aliento cálido chocaba contra mi piel mientras se inclinaba para susurrar algo en mi oído...
—No tienes que esconderte de mí —su voz era grave, cargada de deseo. Sentí su erección presionando mi trasero mientras su otra mano viajaba hacia abajo, acariciando mi cadera con una firmeza que me hizo estremecer...
Espero que les haya gustado. Esperen con ansias el siguiente capítulo. 🤭
Bye vvs, nos vemos pronto. Dentro de poco comenzaré a publicar otra historia. Espero que le den mucho amor. 😊💖
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