Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

"Al parecer eres más tonta de lo pensé".

Dice una voz a lo lejos. Me encontraba en medio de una profunda oscuridad, en donde solo podía ver con claridad un pequeño radio de luz alrededor de mi, de resto, todo está empañado en una gélida negrura.

"No podrás arrepentirte de lo que dijiste".

Escuche nuevamente. Gire hacía todos lados con la esperanza de encontrar el dueño de la voz, pero era imposible. Por alguna razón, esa voz me resultaba familiar. Intenté caminar a la dirección en donde creía provenía la voz, pero con cada paso que daba, me parecía que estaba yendo a ninguna parte, como si estuviera caminando en círculos.

Deje de caminar y espere a que toda esta pesadilla terminará de una vez por todas. De repente, una mano misteriosa desde atrás me aprisionó el cuello, y unos labios helados se acercaron a mi oído. Mi cuerpo comenzó a temblar.

"No sabes... En lo que te haz metiendo".

Su voz me puso los pelos de punta. Como pude, me arme de valor y me separe bruscamente para encarar al ente.

Al observarme, pude apreciar una sonrisa macabra asomar por su labios.

"Comenzó el juego... Elizabeth".

Que pronunciara mi nombre hizo que mi corazón saltara de miedo, y antes de que me diera cuenta, el suelo debajo de mí se desvaneció, causando que cayera a través de aquella oscuridad.

Me desperté sobresaltada. Por mi frente, corrían unas gruesas gotas de sudor y mi corazón estaba latiendo como loco. Como pude intenté tranquilizarme, dando grandes bocadas de aire, pero esto no era suficiente, necesitaba agua. Al levantarme me percate de algo; me encontraba en mi cuarto. Al notar este hecho todos los recuerdos de la madrugada se instalaron en mi mente, la habitación del piano, el chico aprisionando mi cuello, María inconsciente... Espera, ¡¿dónde está María?! Comencé a alterarme al recordar lo que aquel espectro le había hecho a María. Al devolver mi vista a mi cama note que María se encontraba allí, no sé si durmiendo o todavía inconsciente. Sin poderlo evitar di un gran suspiro y me senté sobre el edredón. Aun así, sin perder tiempo moví el hombro de María, hasta que no abra los ojos no sabré si realmente se encuentra bien.

— ¿María?, ¡María! — Empecé a llamarla mientras la movía un poco más fuerte. Ya comenzaba a preocuparme que no estuviera reaccionando — Por favor María despierta, ¡por favor despierta!

Ya parecía una psicópata desesperada, ¿por qué no despertaba?, ¿acaso no solo la durmió temporalmente sino para siempre? No, no puede ser. Intente una vez más llamarla.

— MARÍA DESPIERTA — Grite a la vez que le daba una última sacudida. Antes de que me diera cuenta ella abrió los ojos y se sentó sobresaltada. ¡Gracias al cielo!, por inercia la abrace, por un momento creí que nunca despertarías.

— Por un momento pensé que ese... chico te había hecho algo más que solo desmayarte — Dije. Pude sentir como una pequeña lagrima corría por mi mejilla.

— ¿Elizabeth? — Al escucharla me separo para mirarla. Al parecer se veía todavía confundida. Pasados unos segundos algo en su mente pareció hacer clic, debido a que su mirada cambió de confusión a una de preocupación y asombro — Por Dios, ¡Eliza! — Ahora era ella la que me estaba abrazando, obviamente yo le devolví el abrazo.

Así duramos por un tiempo bastante considerable, hasta que ella comienza nuevamente a hablar.

— Lo siento, de verdad lo siento mucho — Menciona al parecer ¿sollozando? Al notar esto, rápidamente rompo el abrazo para mirarla, algunas lágrimas caen a lo largo de su rostro.

— Yo soy la que debería disculparse, no tú.

— No, yo soy la que debería. Prometí que te protegería y mira, no pude hacer nada — Vocifera todavía sollozante.

Verla llorar me hizo sentir peor, por mi culpa ella pasó lo que me temía, pero por la promesa que me hizo, María no era capaz de verlo, solo se enfoca en lo que cree que hizo mal.

— Te equivocas, eso no es verdad — Digo, y con mi mano comienzo a secarle las lágrimas de sus mejillas — Tú intentaste protegerme, eso fue lo que prometiste, pero no era posible que me protegieras de él y no te voy a culpar por eso, así que por favor tampoco te culpes de ello.

Es curioso cómo en estos dos días más o menos de conocernos, ahora soy yo la que intenta consolar a María, cuando siempre había sido al contrario.

— Nunca quise que todo esto te pasará, lo lamento mucho María — Nuevamente tenía ganas de llorar, en serio que no quería que todo esto pasará.

Ambas, nos miramos a los ojos todavía sollozantes, pero regalándonos una cálida sonrisa la una a la otra al darnos cuenta por lo menos, podemos darnos ánimo y consuelo de todo lo sucedido.

(...)

— ¡¿Que esa cosa te pidió qué?! — María no pudo evitar sorprenderse con lo que le acababa de soltar.

— Me pidió encontrar... Su cuerpo — Tampoco lo terminaba de asimilar al decirlo nuevamente en voz alta.

Una vez estuvimos más calmadas, bajamos a preparar algo para desayunar. Mis padres todavía no habían vuelto, por lo que procuré que hubiera bastante por si llegaban dentro de un rato. Una vez ya estábamos en la encimera comiendo, le conté a María lo último que recordaba antes de caer también dormida.

— ¿Y cómo espera que hagas eso?, de verdad que todo esto... Es una locura — Frustrada, María se levantó bruscamente y salió de la cocina, por impulso comencé a seguirla, tenía un mal presentimiento, y este se intensificó cuando observe que se dirigía a la habitación del piano, ahí si que aceleré el paso, pero no pude evitar que entrara en el cuarto.

— ¡Ey tú!, espectro, sal de donde quieras que estés — Expresa María claramente irritada. ¿Pero qué demonios está haciendo?

Sin demora, corrí hasta donde estaba María y le tape la boca con mi mano antes de que dijera otra barbaridad.

— ¡¿Te volviste loca acaso?! — Y antes de que pudiera quitar mi mano de su boca y reprochar, la saque de la habitación lo antes posible. Una vez fuera, liberé a María y volví a cerrar el par de puertas.

— Eliza, ¿pero a ti qué te pasa? — ¿Me lo está preguntando en serio?

— No, ¿a ti qué te pasa María?, ¿por qué hiciste eso?, ¿quieres provocarlo?

— ¿Provocarlo?, lo que te dijo que encontrarás es lo que me esta provocando a mi, ¿cómo se supone que vas a encontrar el cuerpo de un fantasma?, ¿cómo sabemos si no se encuentra en una tumba de un cementerio cualquier pudriéndose?, ¿o si todavía después de 6 años siguen investigando el caso y todavía está metido en una morgue forense?, se podría decir que es imposible poder lograrlo — Definitivamente se encuentra enojada.

Tiene razón todo lo que dice, es una locura lo que me pide, pero lastimosamente di mi palabra, no puedo permitir que en algún punto atormente a mi familia o intente nuevamente hacerle algo a María.

María intentó nuevamente entrar al cuarto, pero yo se lo impedí.

— No permitiré que entres aquí nuevamente — Exprese firme.

— Pero Eliza, debe haber otra forma para que esa cosa te deje en paz, como te digo encontrar un cuerpo es una locura, ¿cómo se supone que lo vas a hallar?, ¿dónde comenzarás a buscar?

— No lo sé — Y en serio no lo sabía, me daba miedo solo pensar que se supone que me hará si no lo consigo — Pero de algo si estoy segura, es que no dejaré que te vuelva hacer daño si puedo impedirlo esta vez.

— La que prometió protegerte soy yo — Protesto María — Por favor déjame ayudarte — Súplica.

No María, de esta forma no me puedes ayudar.

— Puedes ayudarme encontrando una manera para hallar el cuerpo, pero no poniéndote en peligro. Por favor María, no quiero que algo te vuelva a pasar por mi culpa — Ella no se veía muy convencida, y era entendible, como dijo es una locura todo esto — En caso de que se vuelva una tarea totalmente imposible, intentaré una forma de convencer a mis padres de mudarnos a otro vecindario por lo menos, muy alejado de este, o buscaremos una forma de convencer a ese chico de ayudarlo en otra cosa que requiera, pero de una forma segura y que no haya posibilidad de que nos mate — María todavía no decía nada, seguía meditándolo — Por favor.

Luego de mucho pensarlo, finalmente ella dijo:

— Está bien, tú ganas — Menciona rendida — Afortunadamente para ti, mi papá tiene un amigo que trabaja en el departamento de archivos de la nación, por lo que intentaré convencerlo de que nos permita ver el acta de defunción de ese chico, para así poder tener un inicio de toda esta búsqueda, y por suerte hallar una razón por la cual ese ente te está pidiendo encontrar su cadáver — De verdad que María es increíble, sin evitarlo salte hacía a ella para abrazarla — Eso si es que realmente tiene una acta de defunción registrada — Añade.

La miró con los ojos en blanco.

— No arruines el momento por favor.

Ella solo suelta una pequeña carcajada.

— Ven, terminemos de desayunar.

— Buena idea, por la adrenalina olvide que tenía mucha hambre — Expresa graciosa.

Negué con la cabeza sonriente mientras me separaba de María y le hacía una seña para que volviéramos abajo.

(...)

Al cabo de marcar las 10 de la mañana, llamé a mis padres ya que todavía no habían vuelto a casa. En esta ocasión contestó mi padre, el cual me explica que debido a la misma razón, tenía que doblar su turno del día, por lo que no podían volver todavía, pero que el lado bueno era que esta noche si iban a llegar a casa, y debido al gran esfuerzo de mis padres estos dos días en el hospital, el mismo les dará medio día libre para que puedan descansar. No les darán más tiempo debido a que por lo mismo todavía falta personal en el hospital, pero tampoco van a ser unos abusivos, por eso les darán ese medio día mañana, es decir en la mañana estarán en casa y a las 3 de la tarde comenzarán el turno con sus labores. Afortunadamente para ellos, el personal faltante ingresará la próxima semana, por lo que posiblemente se puedan relajar un poco cuando eso ocurra me comenta. Sobre eso, pienso que un médico por lo general rara vez descansa, por lo que no creo que el trabajo disminuya así ingresen los nuevos trabajadores. Si estaban muy ocupados en Mánchester, dudo mucho que en Worcester sea diferente, pero dicen que lo último que se pierde es la esperanza, por lo que si mis padres pueden pasar más tiempo en casa por mi mejor, sobre todo por que al parecer ese chico ente solo me ataca cuando me encuentro realmente sola o estoy indefensa.

Por otro lado, también me comentó que querían conocer a mi nueva amiga, por lo que quieren que en la mañana llegue para desayunar y así interactuar con ella. Supongo que imaginan que al tener una nueva amiga, yo ya estoy comenzando a adaptarme a este nuevo hogar, y quieren verla en persona. Creo que si ellos fueran conscientes de que su hija está pasando por cosas sobrenaturales y especialmente peligrosas su menor de los problemas serían que yo hiciera una amiga, pero nada se puede hacer al respecto por el momento.

Una vez me despedí de papá, le comenté a María la invitación a desayunar que le estaban ofreciendo mis padres, con una radiante sonrisa dijo que estaría encantada.

— Se ve que tus padres son cariñosos — Menciona María mientras se secaba el cabello. Ya en este momento nos encontrábamos bañadas y vestidas. Durante los largos 15 minutos que María se tardó en la ducha, no pude evitar preocuparme y estar nervioso, temía que le pasara algo durante ese lapso de tiempo, afortunadamente nada ha sucedido en lo que ha transcurrido el día.

— Si, son muy buenos, aunque no me han creído con lo que les he dicho de los vecinos, solo me dijeron que estaba exagerando — Conteste a su comentario. Todavía recuerdo cuando ambos rodaron los ojos y no le pusieron atención a todas esas veces que les dije que los del vecindario se comportan de forma extraña.

María que estaba sentada en mi tocador, dejó de lado el secador y se volteó a mirarme.

— ¿Les has comentado sobre las cosas raras que te han pasado en la casa? — Interroga.

— No — Le confirmo — Por lo general no creen nada de lo que les digo de este lugar, por más pequeño que sea y que algunas veces no tenga relevancia o relación con lo que está pasando. La primera vez que tuve el sueño extraño en esta casa me dijeron que solo era porque todavía me estoy adaptando al cambio, y en otra ocasión pensé decirle lo de la habitación del piano, pero mejor me contuve.

— Espera, ¿sueño? — Oh, es verdad, no le he comentado a María el tema de los sueños.

— Desde que nos mudamos, he comenzado a tener sueños raros con... él — Baje la mirada a mis manos y comencé a jugar con ellas, no me gusta recordar los sueños ya que automáticamente el miedo se vuelve a instalar en mi cuerpo — Mejor dicho, son múltiples pesadillas en donde el escenario es el mismo, pero suceden hechos diferentes — En eso, recuerdo la pesadilla de esta mañana — Antes de despertarme volví a tener una pesadilla con él, en esta ocasión, él me hablaba desde las sombras de aquella negrura que me rodeaba, posteriormente me agarra del cuello desde atrás y me susurra algo en el cuello pero no lo recuerdo muy bien — Intento recordar aquellas palabras pero me es imposible, algunas cosas vienen borrosas a mi mente — Lo último que recuerdo que es comencé a caer en el vació de aquella oscuridad.

Durante unos segundos María no vociferó ni una palabra, por lo que levanté la vista y pude notarlo, ella se veía angustiada y un poco asustada.

— Quiere decir, ¿que esa cosa te atormenta en sueños? — Ahora que lo dice en voz alta... Si, es la forma en cómo él se comunica conmigo y me atormenta, al principio creía que era que los tenía por miedo a esta casa, ya que la creía muy espeluznante, pero desde que pasa la primera situación en la habitación del piano, me percate que era él todo este tiempo, era su manera para volverme loca y que me fuera lo antes posible junto con mis padres.

María al observar que no contestaba comprendió también todo, ella no lo podía digerir del todo.

— Esto es increíble — Manifiesta. Con una de sus manos pasa esta por el largo de su cabello mientras lo sigue asimilando — Dime Elizabeth, ¿has explorado con detalle todas las habitaciones de la casa?

— No... La verdad que no.

Su pregunta me sorprendió, no sé a qué venía, pero ahora que lo pienso, cuando estuvimos acomodando las cosas, yo me enfoque en parte en la planta de abajo y en mi cuarto, el resto de habitaciones nunca los he visto, de esas se encargaron mis padres, solo cuando sucedió lo del jarrón, fue que entre a la habitación del piano, y al cuarto de mis padres solo he entrado una vez, pero esto fue cuando esta ya estaba con sus cosas. Espera, no me digas que...

— Por tu expresión imagino que ya sabes a qué quiero llegar — Se levanta del tocador y da un paso hacía mi — Vamos, aprovechemos y busquemos pistas de toda esta situación — Ella me tiende su mano — Es nuestra oportunidad.


Dato Curioso:

Como mencione en el apartado de curiosidades, la historia anteriormente era muy diferente a como es ahora, como dato en esta ocasión en esa anterior historia, la casa en donde se encontraba el ente o el chico fantasma, era realmente la casa de al lado de a donde se había mudado Elizabeth.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro