
Capítulo 10
Y así, comenzamos a inspeccionar la casa en busca de pistas. Primero empezamos con la habitación de mis padres, María intuye que esa o la habitación de huéspedes fue posiblemente el cuarto de ese chico Alexander, y si es el caso, lo más probable es que se encuentren cosas perteneciente a él. Como la habitación del piano se encontraba aún amueblada, es posible que otro tipo de cosas todavía sigan aquí de esa familia en los demás cuartos, aún así más tarde también investigaremos esa habitación. Para este aspecto, se descartó mi habitación ya que si hubiera sido anteriormente la habitación de él, de seguro yo ya habría notado algo ya que paso la mayor parte del tiempo en ella. Sin embargo, si queda algo pendiente o no encontramos algo relevante, le echaremos un vistazo luego de revisar el resto.
Una vez frente a la habitación de mis padres, María abre la puerta y posteriormente entra en ella. Yo, estaba un poco dudosa ya que me sienta mal revisar de esta manera el cuarto de ellos, pero luego de meditarlo un poco a la final ingrese también. Una vez dentro pude notar que ya María estaba buscando en el armario.
— Curioso que comiences por este lugar — Una vez estuve cerca, me agacho al lado de ella. Por lo que pude notar, estaba buscando si entre las cajas que tenía el armario de mis padres, se encontraba algún escondrijo o algo parecido, como si esa familia se hubiera encargado de esconder algo y las posteriores personas que se mudaran a esta casa, no lo pudieran descubrir.
— Dices que los secretos que más se quieren ocultar se encuentran en el armario, ¿no? — Ni siquiera me miró, seguía con su búsqueda un poco inútil en mi opinión, es decir, es probable como dijo que en alguna parte se pueda encontrar algo útil tanto del padre como del chico, pero no estoy muy segura que hayan tenido el tiempo de ocultarlo, eso si de verdad tenían razón para ocultar algo, y también teniendo en cuenta que de un momento a otro, las mayoría de las cosas de ellos ya no se encontraban, por lo que seguro no se tuvo mucho tiempo para eso.
— ¿Cómo estás tan segura de que de verdad hay algo oculto?
— No estoy segura, pero si sé que en algunos armarios como el mío de cuando vivía en este vecindario, hay algunos escondrijos o cajones que no se visualizan a simple vista. Claro que posiblemente esta casa o cuarto no los tenga pero hay que intentarlo — Vaya, eso si no lo sabía, es bueno tener a María de mi parte entonces, sabe muchas más cosas que yo de este lugar.
Viendo que tenía un punto, comienzo también a buscar algo en los alrededores de aquel pequeño espacio. Mientras María buscaba en la parte baja, yo buscaba en la parte de arriba. Con mi mano, iba dando toques a la pared. Si había un escondrijo por algún lugar, se sentiría la pared hueca en alguna parte.
Estuvimos así aproximadamente 15 minutos, pero lastimosamente no encontramos nada. Que gran fracaso.
— ¿Sabes si todas estas cajas son realmente de tus padres? — Interroga luego de dar un gran suspiro de decepción.
— Muy segura — Todas las cajas están marcadas con la letra de mis padres, además de que las vi en la mudanza en su momento, por lo que no hay duda, son de ellos — Por lo que en este lugar no hay escondrijos — Esto si que era una lástima — ¿Vamos a la otra habitación?
Ella, tarda unos segundos en contestarme, al parecer no quería rendirse con esta habitación, pero a la final dijo:
— Si seguro — Se pone de pie y camina hacía la salida, yo imito su acto. Espero que en el cuarto de huéspedes tengamos más suerte.
Me encontraba en el marco de la puerta cuando nuevamente, siento el aire helado. Por instinto, comienzo a mirar a todos los lugares de mi alrededor, y nuevamente mi vista recae en el armario. Si mi visión no me fallaba, creo que pude divisar una vaga sombra entrando en este. No hay que dudarlo, en definitiva es él, nos está observando pero, ¿por qué su espectro entró en el armario?, eso sí que era intrigante. Iba a girar sobre mis talones para volver a inspeccionarlo cuando escucho la voz de María.
— ¿Eliza? — Pregunta mientras se vuelve asomar por la puerta — ¿Estás bien?
— Si — Digo luego de unos largos segundos — Vamos — De seguro solo quiere distraerme, seguir atormentándome como desde el comienzo, lo mejor es ignorarlo por esta vez.
Una vez estuve frente al umbral de la puerta de la otra habitación, noto como María ya se encontraba en su búsqueda.
Cabe mencionar que la habitación de huéspedes todavía no se encuentra tan bien organizada como mis padres hubieran querido. Recuerdo que el día antes de ellos entrar a trabajar en el nuevo hospital, mi papá se encontraba haciéndole una limpieza e ingresando algunas cosas en este lugar, y debido a que han estado muy ocupados cubriendo turnos extras por la falta de personal, y yo no me he tomado el tiempo de terminar lo que falta por ellos en su lugar, sobre todo por lo que está pasando, entonces el cuarto solo cuenta con la cama para los huéspedes y alguna que otra caja, de resto la habitación se encuentra muy vacía, por lo que será más fácil inspeccionar cada rincón, o eso espero, ya que hasta ahora no hemos tenido mucha suerte.
Para esta vez, veo que María está inspeccionando el piso cerca de la cama.
— ¿También habían escondrijos en el piso de tu antigua casa? — Le pregunto con algo de gracia mientras doy unos pasos hacía ella.
— La verdad no, o por lo menos si los había, nunca los pude descubrir — Daba toques en el piso a la vez que hablaba conmigo — Pero nada se pierde con intentar.
Y en eso tenía razón. Debemos encontrar la mayoría de pistas que nos sean posible.
Ya que María estaba verificando el suelo, yo me dirijo al armario para realizar la misma búsqueda que intentamos hacer en el cuarto de mis padres. Abro el par de puertas y este se encuentra vació claramente, pero por lo menos de esta forma será más fácil moverme y así no dejar que ningún espacio se me escape. Comienzo a dar toques en cada una de las paredes de aquel sitio para detectar algún lugar hueco. Voy trazando un recorrido desde la parte inferior hasta la parte superior de cada uno de los lados, con el propósito de no dejar desapercibido algún indicio. Acerco mi oído un poco más a cada pared con el fin de encontrar fácilmente los posibles escondrijos... Pero nada, luego de alrededor de unos 10 minutos, ya había revisado todo lo posible, y no logre encontrar algún cajón o lugar oculto. Vaya fracaso nuevamente. A este paso no lograremos encontrar algo que nos ayude con todo este dilema.
Giro sobre mi y observo a María, ella todavía seguía buscando algún sitio en el piso. Esta vez, se había puesto de pie y con pequeños zapateos, estaba intentando encontrar los escondrijos, a lo mejor de esa forma era más sencillo, pero al parecer como yo, aún no encontraba nada. A diferencia de mí, ella todavía seguía intentando encontrar algún lugar escondido. Por lo menos una de las dos tiene más fe en todo esto, y es irónico que sea María y no yo que estoy metida en este lío.
Ella me estaba dando la espalda, por lo que todavía no notaba que ya me estaba cansando de todo esto. Doy un largo suspiro y apoyo mi brazo izquierdo en una de las paredes, no se me ocurre en qué otro sitio seguir buscando, en dónde más podemos localizar algo que nos ayude, de verdad que no se me viene nada a la mente. Me refriego el rostro con mi palma para calmar mi estrés, y dirijo mi vista al techo por inercia. Por favor señor ayúdame, ya me estoy desesperando.
Así me quedo más o menos por unos dos minutos. Mi mente divaga por una solución, o por algo que pudiéramos hacer, pero nada. Nada, nada y nada. Estaba a punto de salir del closet hasta que mi vista cae en un punto de este. Esa tabla se visualizaba levemente diferente a las demás. Espera un momento, ¿podría ser posible?
A pesar de que estaba un poco alto, pego un salto para así confirmar lo que estaba pensado, y así fue; la tabla se movió. ¡Se movió!
— María — La llamó todavía con asombró — ¡María ven rápido! — Vuelvo a hablarle un poco más alto — Creo que encontré algo.
María, se detuvo en seco al escuchar eso último. Me observo y rápidamente vino hacía mi.
— ¿Un escondrijo?
— Eso creo — Con ayuda de mi vista le muestro lo que descubrí — Ahí arriba — En serio que todavía no me lo podía creer — Vamos, ayúdame a subir. Hazme palanca.
Sin perder un solo instante más, ella hace lo que le indico. Con ayuda de sus manos me impulsa hacía aquella tabla, y con mi mano la muevo a un lado. Era un sitio muy pequeño, por lo que ingreso un brazo y empiezo a palmar de un lado a otro con el propósito de alcanzar cualquier cosa, y por suerte lo logro, pude agarrar algo. Tiro de él y me bajo de las manos de María para visualizarlo mejor. Era una pequeña caja.
— ¿Aparte de esta caja no sentiste algo más? — Interroga a la vez que miraba el pequeño compartimiento.
— No estoy segura — Desabrocho la pequeña perilla y levanto la tapa — Pero es lo único que pude alcanzar, no sentí otra cosa o similar.
Mi vista detalla cada pequeña cosa que se encontraba dentro. Para empezar había varias fotos y alguno que otro papel doblado. Ya que había suficiente material para inspeccionar, me siento en el suelo y María al verme imita mi acto. Coloco la pequeña caja en el piso y comenzamos a sacar alguna que otra cosa.
De entre el pequeño monto que había logrado agarrar, me llama la atención dos fotos que se encontraban allí. La primera era la de un niño de más o menos de unos 10 años, al lado de un hombre alto y serio. Imagino que el niño es ese chico Alexander, y el hombre posiblemente es su padre, sobre todo porque guardan cierto parecido.
— María mira — Le paso la fotografía para que la analice — El hombre alto al lado del niño, ¿sabes si es el padre?, ¿recuerdas de pronto su apariencia de cuando vivías aquí?
Ella la observa unos buenos instantes, hasta que en su cara se puede reflejar que hace un clic.
— Oye, creo que si — La detalla más de cerca — Aquí está más joven pero si, es el padre, y lo sé ya que lo llegue a saludar un par de veces cuando nos encontrábamos por la calle, y la apariencia es muy similar a como lo recuerdo.
Eso es algo bueno, por lo menos ya conozco la apariencia del padre, y esto me puede ayudar para la búsqueda del cadáver. Posiblemente el padre ya ni se encuentre en el país debido a todo lo sucedido o incluso haya muerto quien sabe, pero hasta que no pueda comprobar aquello, él puede ser una pista para poder encontrar el cuerpo. Ella me devuelve la foto y sigue analizando los papeles que había sacado.
La otra foto estaba cortada, lo más probable que con unas tijeras. En el pedazo que estaba sosteniendo se veía a Alexander sentado en un piano. En esta también se veía un poco más joven, pero no tanto como en la anterior, en esta puedo intuir que tenía alrededor de unos 12 o 13 años, y algo más que noto es que no fue tomada en esta casa, más que nada por que el suelo se ve de una textura y color diferente, al igual que las paredes. Rebusco en la caja con la esperanza de encontrar el trozo faltante, y afortunadamente lo encuentro pero tenía un problema.... También estaba cortada, lo que quiere decir que todavía hacía falta otro pedazo, y este, desafortunadamente no se encontraba en la caja. Esto sí que era extraño, ¿con qué objetivo guardarían una foto hecha pedazos?, y sobre todo ¿por qué ocultarlo junto con todas estas cosas en el escondrijo?
Aun así dejando mis pensamiento de lado, junto el pedazo que encontré con el que sostenía en la otra mano. Los dos trozos juntos completaron el piano, y en el segundo trozo en la parte donde se hallaba el otro corte, se observaba las piernas de otra persona, y debido a que se alcanzaba divisar unos tacones y la parte de una falda o vestido, probablemente esta se trataba de una mujer. Claro que, de nada servía saber que era mujer, no se tenía el otro trozo que faltaba, por lo que sin ese pedazo no se podía saber de quién se trataba, lo cual es frustrante, ¡de verdad muy frustrante! Esta podría ser la mejor pista que tenemos y se encuentra incompleta.
Imaginaba que esta búsqueda no sería nada fácil, pero a este paso nunca podremos avanzar, y si no avanzamos no podré cumplir lo que dije.
Rendida, recuesto mi espalda en la pared. Mejor espero que María termine de revisar los papeles que tiene en mano, con suerte ella encuentra algo más útil que yo.
Nuevamente, me encontraba mirando el techo. Mi vista estaba fija en la tabla que había dejado suelta mientras todavía oía como María pasaba o recogía una hoja tras otra. Ahora que lo pienso, quién diría que el escondrijo estuviera en el techo, está bien planeado, muy pocas personas notarían que hay algo raro allí, o no posarían su mirada en ese lugar... Un momento, ¿no posarían su mirada en ese lugar?.. ¡Oh por Dios!
Sin pensarlo dos veces, me levanto rápidamente y parto otra vez al cuarto de mis padres.
— Elizabeth ¿pero a dónde... — La ignoro y sigo mi camino saliendo de la habitación de huéspedes — ¡Pero espera!
Esto no puede esperar María, ¿cómo no se me ocurrió desde un inicio? Abro la puerta, agarro la silla que estaba junta a esta y me adentro nuevamente en el armario. De seguro por eso sentí el aire helado y vi su sombra entrar en el armario, no me estaba atormentando, de seguro quería que verificara nuevamente el closet.
Una vez ya estaba sobre la silla, comienzo a forcejear las tablas del techo. Cuesta un poco pero una de ella cede, para posteriormente caer algo de adentro de ella: una carta. Para cuando esta ya está en el suelo, María se asoma en el armario asombrada. Posiblemente esto se deba por mi reacción de recién.
— ¿Pero qué te sucede?
Bajo de la silla y recojo el sobre.
— María, en este armario el escondrijo también se hallaba en el techo — Digo contenta a la vez que le muestro el sobre —No revise bien y por eso no lo descubrimos antes.
María agarra la pequeña carta y abre su contenido. Me hago a un lado de ella para poder visualizar mejor el contenido, pero una vez puse mi vista en esta mi cara cambia de alegría a una de decepción. El contenido no estaba en nuestro idioma. Esto tiene que ser una broma.
— ¡Esto no puede ser posible! — Manifiesto a la vez que me alejo y llevo mis manos a la cabeza.
— Tranquila —Dice, y pone sus manos sobre mis hombres para que la mire. En una de ella todavía sostenía la carta — Podemos descubrir que es lo que dice, no está todo perdido.
— ¿Sabes en qué idioma está?
— No estoy segura, me da la sensación de que es un idioma de países centrales de Europa, como Ucraniano, Polaco o incluso Griego — No sé ninguno de esos idiomas, y puedo asegurar que María tampoco, ya que no ha mencionado nada al respecto — Pero no te preocupes, descubriremos que es lo que dice, haremos todo lo posible para ello —Me da un leve apretón en los hombros — Como siempre te lo prometo Elizabeth.
Su palabras claramente intentaban darme ánimo, pero no lo consiguen del todo. Al final, encontramos posibles pistas, pero estas tienen obstáculos por resolver antes que nada, y eso solo nos retrasa más en nuestra búsqueda.
(...)
Luego de encontrar esa carta, decidimos que lo primordial será descubrir su contenido. Sin mencionar de que la madre de María la llamó a ella para decirle que vuelva pronto, por lo que en otra ocasión investigaremos el resto de la casa.
Una vez María recogió todas sus cosas, la acompaño hasta la entrada.
— Por cierto, los papeles que encontramos en la caja, me lo llevo para así analizarlo con más calma, sobre todo porque uno de ellos al parecer es el acta de divorcio de los padres del... Chico ese, por lo que puede que no llegue a ser relevante pero intentaré sacar un dato útil respecto a eso — Menciona una vez ya se encuentra ella afuera y yo en el umbral.
—De verdad que muchas gracias María — Le digo con una sonrisa —Si no fuera por ti, de seguro que yo ya habría tirado la toalla, o no sabría qué hacer. Ten por seguro que lo de los escondrijos no se me hubiera ocurrido si no es que lo mencionas.
Si no fuera por todo el apoyo que me ha dado durante todos estos días, lo más probable es que ya me hubiera vuelto loca.
— Y te seguiré ayudando en lo que más pueda Eliza — Apoya una mano sobre mi hombro — Como te dije, no te dejaré sola.
Le devuelvo el gesto apoyando mi mano sobre la que tiene en mi hombro. De verdad que es increíble.
— ¡Ah!, y también buscaré la forma de descubrir en qué idioma está escrita la carta. No conozco a alguien que sepa de lenguas pero si es necesario, conseguiré alguno ¿de acuerdo?
Suelto una pequeña risa — Está bien María.
Ella me devuelve el gesto. Acta seguido se despide de mí y parte para su casa.
Luego de que ella sale de mi rango de visión, cierro la puerta y me doy media vuelta para ir a mi habitación, ha sido un día largo y estoy muy cansada. Pero una vez lo hago me detengo en seco y quedo petrificada. Él... Se encontraba frente de mi. Me observaba con la misma mirada gélida de siempre.
—¿Qué.. —Mis palabras quedan en el aire cuando él pone sus manos sobre mi cabeza, y hace presión sobre esta. Poco a poco, comienzo a sentirme mareada y con gran pesadez.
— ¿Quieres pistas Elizabeth?, ¿quieres descubrir la verdad? — Pregunta, pero su voz ya se escucha un poco lejos para mí — Entonces... Yo te daré algunas pistas.
A los pocos instantes, mi vista se torno negro sin enterarse de nada más.
Dato Curioso:
Las personalidades de Elizabeth y María eran muy diferentes en la anterior historia. Anteriormente, María se comportaba más como se comporta ahora Elizabeth, y Elizabeth se comportaba más como se comporta ahora María.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro