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15. Bajo el agua

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Flashback de Angelly Álvarez

"En la noche, luego de haber pasado el día en la playa, fuimos a una pequeña fiesta en un club elegante , el cual no estaba muy lejos  del hotel en el que estábamos hospedándonos. No quería ir, pero al final acepté porque las chicas me lo rogaron, según ellas me necesitaban para llevar a cabo la parte final de su apuesta.


¿Ya sabes lo que harán contigo? Apuesto a que no te va a gustar Me dijo Allan impaciente por saber qué papel me iba a tocar representar esta vez.

No lo sé. Creo que tienes razón. Seguramente me tocará interpretar a la hermana mayor de ambas...

Pero es no cuenta, ya eres hermana mayor de Amy Me interrumpió Allan. Encogí mis hombros. Sabía que era cierto, pero también sabía que no podía llevarles la contraria. Además, me daba gusto que por lo menos estuvieran felices —Así que, cuéntame, soy todo oídos.

Supongo que haré un escándalo diciendo cosas como: "¿cómo es posible que estés a punto de llevarte a la cama a una menor de edad? o ¿Qué clase de persona inmoral eres?". Eso los asustará, y alguna de las dos terminará ganando.

—¿Crees que sea Amber esta vez la ganadora? —Me preguntó con curiosidad. Si bien Allan se mantenía al margen de todo, al final estaba implicado en lo que hacían las chicas.

—Honestamente... creo que Amy tiene más posibilidades esta vez. Sigue sin contarme todo, según ella "arruinaría la magia del momento" Ambos reímos pero dejé de hablar cuando me di cuenta que Andrew estaba escuchando nuestra conversación.

—No puedo creerlo. Te juro que esperé esto de todo el mundo, pero de ti Angelly... jamás —Al escucharlo supe que algo iba mal por el tono de voz de mi amigo, y por su manera de pronunciar mi nombre completo.

¿Qué te sucede? ¿De qué hablas? Podía comprender que no tuvo un buen día,  pero la culpa no tenía que pagarla conmigo.

¡Le ríes la gracia! ¿Apoyas esta niñería? Es que si les pasa algo tú serás la culpable, la única que tendrá la culpa. ¡Todo por no armarte de valor e imponer tu autoridad como hermana mayor que eres!

Lo miré fijamente. Había algo raro en él. Estaba, con o sin intención, tocando una fibra que desde hace tiempo quise que tocara para poder realmente intervenir. Seguí tratando de negar lo que decía para ver si terminaba de decir lo que yo quería, lo que yo sabía que había pasado, pero como Allan no entendía nada fue más difícil de lo que pensé.


Vamos, Andrew. Sabes que lo que dices no es verdad Intenté que se calmara para provocar lo contrario. Noté cómo se enrojeció más y encerró sus manos en dos puños .

Has tomado mucho hoy viejo, vamos a dormir Allan se acercó, pero Andrew se deshizo de sus manos con un empujón fuerte. 


Fue en ese instante en el que todo comenzó a salirse de control. Allan lo señaló como para que se calmara, Andrew volvió  ignorarlo porque su mirada estaba clavada solo en mí. ¿Qué sucedía con él?

No me iré de aquí hasta que no la detengas Angelly Vociferó como si fuese mi padre.

Lo dices por lo que hacen. ¿Cierto? Dije ya cansada de su actitud Jugar con los chicos como lo han hecho con ellas ¿no? ¡No le están haciendo daño a nadie, ni a ti, ni a esos imbéciles! Definitivamente su actitud autoritaria había logrado sacarme de mis casillas. Hasta ahora no había discutido con mi amigo. A pesar de eso, estaba disfrutando de    y nunca había discutido con Andrew, no hasta ahora.

Sí, me refiero a eso Confesó aún con molestia en su voz ¡Deténlas tú o lo haré yo!

¿No decías que no te importaba? Me miró con ira entrecerrando los ojos, había dado en el blanco. Lo miré de la misma manera ¿Quién te entiende?

Deténganse, chicos Intentó decir Allan pero ambos lo silenciamos con un señalamiento con los dedos.

¿Qué te sucede Andrew? Pregunté conociendo la respuesta.


Ahora entendía su punto. El enojo pudo más que la amistad, y la pena que pudiese sentir por cómo se sentía se hizo añicos violentamente. ¿Cómo me juzgaba a mí cuando por él, mi hermana y mi amiga pensaban que el amor era solo un juego? ¡Él las había dejado tan destrozadas que ni mis miles de consejos las sacaban de su nueva manera de ver las cuestiones referentes al amor! ¿Además, cómo hacerles entender que lo que hacen estaba mal, si yo pasaba por una situación similar ¡y aun no me recuperaba! ¿Cómo darles un consejo de que el camino que tomaban estaría mal si mi camino era turbulento y solo seguía de pie por ellas y por como me animaban día a día? 

Amber había perdido a su adorado y amado novio por una discusión estúpida e insignificante sin saber realmente el motivo del rompimiento; mientras que Amy se debatía entre lo más fuerte de su vida: Lo que le hizo Daniel y lo que estuvo a punto de hacer ella por esa misma depresión al final. Entonces  Andrew no era quien podía venir a decir que por mi culpa les podía pasar algo, porque el único culpable seguía siendo solo él.

Me crucé de brazos con la intención de no hablarle hasta que bajara los humos, pero su siguiente reacción no ayudó mucho a que siguiera controlando mis emociones.

—¡¿NO HARÁS NADA?! —Exclamó acortando la distancia entre nosotros zarandeándome —Bien. Si no vas tú, la detendré yo...


¿Quién se creía en estos momentos? ¿En que se había convertido mi amigo, ese chico dulce con quien podías hablar horas enteras y que nunca te diría que tenía algo más importante por hacer más que escucharte? Coloqué mis manos en sus hombros y halé fuerte hacia abajo para quitármelo de encima


Tú no vas a ningún lado Le dije.


No supe de dónde había sacado tanta fuerza, pero cuando iba a irse sujeté sus hombros para darle la vuelta y que estuviera frente a mí de nuevo. Quise golpearlo con todas mis fuerzas, tenía ganas de que recibiera su merecido, pero Allan en medio de la confusión me detuvo.

¿Qué te importa a ti? Es mas, aclárame algo... ¿Estás celoso por Amber? ¿Por qué no arreglas tu problema con ella de una vez y me dejas en paz? Quise decirle  que también se alejara de Amy, pero me contuve de hacerlo. Había hecho un juramento y tenía que cumplirlo.

No sabes de lo que hablas.

Entonces explícame por favor. Soy toda oídos... ¿Por qué estas actuando así?  Seamos honestos porque no entiendo tu actitud Mentí, claro que le entendía, dentro de mi amigo sucedía algo.

Por Amy Soltó con rapidez, diría casi que sin pensarlo. Su respuesta automática provocó que Allan se quedará mirándolo perplejo tratando de atar los cabos sueltos como en su momento yo lo hice.

Viejo... ¿Qué dices? ¿Te has oído? ¿Qué te pasa? Tú no eres así.

Yo... No he dicho lo que creen que... Trató de excusarse, pero sabía que era ya demasiado tarde.

—Creo que oímos perfectamente lo que dijiste. No estás así por Amber, estas así por alguien más... por Amy —Esperé unos segundos y como no decía nada decidí irme. No iba a continuar más con esta discusión —Me voy de aquí. A ver si piensas antes de hablar, And, no querrás afectar más a Amber. Porque si ella actúa así es por tu misma culpa, no la mía —Como estaba más calmada, le di unas palmaditas en el hombro y salí de la habitación.

Caminé hasta llegar  a la orilla de la playa, y allí me quedé un buen rato, tratando de despejar mi mente con la misma intensidad en que se movían olas las del mar. 

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Desperté y nada había cambiado. Cerrar los ojos no me ayudó, solo provocó más pesadillas en las que no llegaba a tiempo para salvar a Amy. Por alguna extraña razón la fantasía y la realidad estaban mezclándose en mi mente de una manera muy inexplicable .  

No pude evitar las pesadillas, al igual que me pasó en la vida real, en sueños intentaba salvar a mi hermana y algo extraño me lo impedía. Abrí los ojos sobresaltada y Pierre me atrajo hacia su pecho de nuevo para calmarme. Noté que estaba apenas amaneciendo, ya todo era más nítido a nuestro alrededor.

—¡Buen día! —Me saludó con más alegría. 

—¿Y a ti qué mosca te picó? —Murmuré desde el suelo sin mirarle.

—Buen día también. Eso deberías responder... En fin, supongo que es un progreso que no me des una cachetada —Sonrió acercándose a mí —He encontrado algo mientras dormías.

—¿De qué se trata?

—Sígueme —Extendió su mano para ayudarme a levantar,  y la acepté.

Caminamos hacia el norte ¿o sería el sur? Las direcciones u orientaciones no se llevaban bien conmigo. No supe con certeza hacia dónde íbamos, solo que podría decirse que no era por donde vinimos. Atravesamos otra parte más selva cuando de pronto ante nosotros se dibujó un paisaje totalmente diferente frente a nosotros, en medio de arbustos y rocas estaba una pequeña cascada.


—Pensé en que como es agua limpia podríamos tomar la que viene directamente de arriba para llevársela al resto de las personas, y justo allí...—Señaló la parte más baja —Allí podríamos bañarnos... si así lo prefieres.

—¿Qué has dicho? —Pregunté. Parecía no haber entendido el significado de sus palabras porque se encogió de hombro, volvió a mirar el agua y pasó nerviosamente una de sus manos por su cabello marrón.

—¿Qué dije? —Inquirió haciéndose el sorprendido con mi pregunta.

—¡No me bañaré contigo! —Exclamé con total seguridad. Me deshice de la imagen que se había formado en mi mente con un leve movimiento de negación. Pierre sonrió y supe que en ese instante entendió todo.

—Que conste, no lo he dicho yo —Contestó con picardía, esa misma que ya lograba reconocer en él —Pero... si tu quieres...

—No, no me bañaré contigo. Ya quisieras tú —Dije interumpiéndolo.

—Y tú... —Comenzó a decir pero no dejé que terminara de hablar, sabía que iba a intentar decir algo para que aceptara bañarme con él.

—Que no, no me bañare contigo —Refuté evitando su mirada.

—Como sea... Como iba a decirte, es momentáneo, es mientras nos rescatan.

—Sigo sin entender del todo tu felicidad mañanera —Murmuré por lo bajo.

—Encontré agua y comida. Es una razón suficiente para estar feliz, al menos para mí.

—¿Qué? ¿Hablas en serio? —Mi estómago rugió y llevé instintivamente las manos hasta esa parte de mi cuerpo. Pierre notó  qué me sucedía aunque intenté ocultarlo.

—Tienes hambre ¿no es así? —Asentí —Ven —Tomó de mi mano y con cuidado bajamos hasta el desemboque de la cascada, entonces vi el bolso que trajimos cerca de una roca, los envases de vidrio llenos de agua y al lado unas frutas, naranjas y fresas (mis favoritas) — ¿No es increíble? Te dije que todo mejoraría.

—Mejorar es salir de aquí...

—Anggie... No seas pesimista.

—Es cierto, afrontemos la realidad, esto no está nada mal —Medio sonreí, pues en realidad tenía mucha razón, por lo menos ahora teníamos qué comer. Probé unas cuantas fresas, al final comí muy poco y ya me sentía llena.

—¿Esto es toda el hambre que tenías? —Pierre colocó los ojos en blanco por unos segundos.

—No es eso, es que...

—¿Qué? —Susurró y se acercó unos cuantos centímetros hasta mí buscando aprovecharse de mi vulnerabilidad. Me alejé de inmediato, sabía lo que quería.

—¿En qué quedamos? —Quise saber al notar lo que quería hacer.

—¿Qué quieres que haga? ¿Qué se supone que haga? Dímelo, porque no lo entiendo....

Suspiré, sus palabras fueron precisas y muy exactas para mí, pero no tenía toda las respuestas que él quería. ¿Qué se suponía que hiciera yo? Pensé muy bien la situación, pero las palabras que él quería escuchar no llegaban a mi mente, así que decidí cambiar de tema.

—Puedes dejarme sola unos instantes para pensar ¿si?

—No es lo que tenía en mente...

—No quiero discutir de nuevo, sigo sin estar bien —Insistí. Bajó la mirada y con paso lento se marchó —Nadaré un poco, así que mejor no te acerques a menos que quieras conocer la peor parte de mí —Le dije. Con un movimiento de manos aceptó mis palabras.

Una vez noté que no estaba cerca, y verifiqué que no estuviera por los alrededores, me deshice de mi ropa. La coloqué en la tierra cerca del agua, a salvo de no mojarla,  y solo con ropa interior entré al agua. Esta era la sensación más refrescante, y sin duda, un calmante para mí porque me encantaba el agua. Con el sonido del agua al caer, el olor a selva, con esa proximidad con la naturaleza podría decirse que resultaba  fácil hacer borrón y cuenta nueva, despejar tu mente y dejarte llevar por la belleza del paisaje para dar tu mayor esfuerzo en olvidar los problemas.

Solo que en mi caso no funcionaba del todo la técnica porque eran muchas las cosas que no salían de mi mente, y que cada vez que las traía de regreso, todo era intenso. Pensar en las decisiones que a algunas personas no les iba a gustar, tener ese sentimiento oprimiendo mi pecho por no tener a mi hermana y lo que debía hacer para no salir lastimada, era demasiado para mí.

Las preguntas llegaron a mí como una ráfaga de viento. ¿Cómo puedes pensar que un lugar como este es perfecto cuando no tienes lo que quieres, cuando estás sin lo que significa tanto para ti y cuando sientes que todo está mal? ¿Cómo deshacerse de los problemas para no decaer y tirar la toalla en el camino? ¿Por qué podría ser este un lugar perfecto para mí? 

Mientras pensaba en todo lo bueno y malo que me había pasado, comencé a nadar hasta que llegó a mí una especie de visión. Estaba caminando en un bosque frondoso huyendo de algo que me daba miedo. trataba de gritar, pero mi voz sonaba como en otro idioma. Cuando me tiré al suelo, llevé las manos a mi garganta porque no podía respirar, me estaba quedando sin aire y a mi alrededor no había nadie que me ayudara. Sentí tanta desesperación que las lágrimas salían de mis ojos.

Supe que todo era un sueño demasiado tarde, cuando abrí mis ojos todo lo que tenía a mi alrededor era agua. La sensación de no tener aire era porque me estaba ahogando. Traté de subir a la superficie, como cuando surfeaba, pero nada funcionaba. El cansancio estaba venciéndome, las manos, los brazos, todo mi cuerpo me dolía por el empeño que ponía para salir a la superficie. ¿Qué más podía hacer? ¿Cómo iba a salir de esta situación? No quería rendirme, pero cada vez era más difícil nadar contra esa fuerza que no me dejaba salir.



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Flashback de Angelly Álvarez

Después de haber discutido con Andrew, mientras estaba en la playa, me dejé llevar por el sonido de las olas para poner en orden mis ideas. Me gustaba pensar que con cada ir y venir del mar, justo de esa manera se iban alejando mis problemas.

Los últimos meses habían sido bastantes complicados, empezar nuestra carrera musical, dejar Dover College, lo de Amy, o de Amber e incluso todo lo que se había generado en los medios de comunicación por culpa de mi ex novio Víctor. En ese tiempo, ocurrió de todo, pensar en eso solo saturaba mi mente porque era como revivir todas las emociones que no pude expresar y las que había tenido que callar porque no me correspondía a mi actuar.

Suspiré y me recosté en la arena hasta que sentí que alguien se aproximaba. No cambié mi posición porque por más sola que estuviera la playa cualquier persona podría pasear por acá como yo.

-Hasta que te vuelvo a ver.

Reconocí la voz y me incorporé de inmediato. Si la tierra me pudiera tragar, hubiese deseado que fuese en aquel momento que lo hiciera. Tener que verle de nuevo solo empeoraba las cosas porque recordaba cómo se había dañado mi tabla.

Medio sonreí, como por cortesía, aunque me levanté, sacudí la arena de mi ropa e intenté alejarme.

¿Ya te vas? ¿Tan rápido? ¿En serio? Seguí sin decirle nada y en menos de un segundo se puso a caminar a mi lado No sabes todo lo que me ha costado encontrarte desde... bueno, desde lo que pasó aquí...

¿Pagarás por mi tabla? ¿Es eso? Considera que he recibido el mensaje. Puedes irte tranquilo, déjalo así Quité el cabello de mi rostro y seguí caminando sin verlo.

Te debo algo más que la tabla. Eh... también te debo una disculpa.

Waoo Dije impresionada Pensé que no eras de ese tipo.

¿Perdón? Quiso saber.

—Me refiero a que pensé que no eras el tipo de hombres que se disculpa Medio sonreí al ver su reacción, acababa de hacerse el ofendido Lo siento, ya dicen por ahí que las apariencias engañan Traté de disculparme por mi comentario.

Entonces... Podemos hablar lo de la tabla, ¿quieres?. Cerca vi que habían algunas a la venta, puedes elegir la que quieras...

El asunto es que... Lo interrumpí Esa tabla es irremplazable. ¿Sabes? Fue un regalo de alguien especial.

—Oh entiendo... era de tu...- Extendió la vocal innecesariamente como esperando que yo completara su frase.

Mi hermana. Me la hizo. Ella misma la pintó en un campamento en el que estuvimos, y bueno me la regaló. Así que olvídalo. Ninguna tabla podrá tener el mismo significado que esa.

-No lo olvidaré...

¿Viniste solo por eso? Detuve mi paso cuando llegamos cerca del puesto donde vendían cocadas, algo que me recordaba mucho a mi país, Venezuela Yo llego hasta aquí, así que supongo que nos despedimos porque... ¿Y tus amigos? Quise saber cuando noté que estaba solo y que ninguno de ellos estaba cerca de nosotros.

No están por acá... Esto... Vine solo Parecía nervioso, tanto que había que sacarle las palabras porque dejaba todas las frases sin terminar.

La situación me pareció un tanto graciosa. Si Amy estuviera por acá seguro bromearía por días, y si me incluyera en su apuesta, seguro tuviera algunos puntos porque era demasiado obvio lo que trataba de hacer este chico desconocido.

Lo detallé un poco mejor cuando nos quedamos en silencio por unos segundos, imagino que él también estaba haciendo lo mismo conmigo. De altura, era un poco más alto que yo, músculos tonificados sin exagerar, un cabello marrón ni tan corto ni tan largo, y su piel era tan blanca como la mía, solo que él sin duda estaba más bronceado que yo.

¿Entonces? Interrumpí el silencio, él solo siguió mirando.

Tus ojos...—Comenzó a decir, pero no dejé que terminar de hablar. Alcé una de mis manos para indicarle que debía detener lo que intentaba iniciar.

Aunque pareciera ilógica, mi reacción tenía una razón de ser, sabía que iba a usar el truco de los ojos para acercarse a mí y besarme. Por eso interrumpí lo que iba a decir.

Debo irme, me esperan. Gracias por la compañía —Comenté dándome media vuelta.

Espera...

¿Qué quieres? Dije que puedes dejar así lo de la tabla. En serio. Debo irme Dejé de mirarlo y me di la vuelta de nuevo, pero entonces él me sujetó por la muñeca para que no me alejara. Me quedé mirando su mano y entendió que debía soltarme, mucha confianza. Pareció entender lo que con palabras no dije, y me soltó rápidamente alzó ambas manos.

Lo siento... No tengo tu... número Alcanzó a decir ¿Puedes dármelo? Así nos mantenemos en contacto... por lo de la tabla.

No soy de por acá...

Yo tampoco Me dijo interrumpiéndome Pero, en caso de coincidir, me gustaría tenerlo. La vida da muchas vueltas... ¿No crees?

Somos demasiado jóvenes.

Puedo esperar Se justificó Puedo ser paciente.

—No veo el sentido de...

—Por favor, ¿qué más da? Es solo un número.

Permíteme Extendí mis manos, me entregó su teléfono y guardé mi número. No sabía por qué lo hacía, seguirle la corriente, pero no era tan grave que intentara socializar con alguien distinto a mis amigos Allí lo tienes. Adiós.

—Gracias. Adiós —Escuché que dijo para despedirse —Tendré en cuenta lo de la tabla. ¿Eh?

Sin voltear levanté la mano para que supiera que lo había escuchado. Esto era lo más raro que me había pasado en mucho tiempo, aún así esperaba con ansías la oportunidad de conversar con este chico en un escenario diferente. Quizá teníamos más en común de lo que parecía.

En fin, caminé hasta el puesto de cocadas, compré una y seguí mi camino hasta la cabaña en la que estábamos hospedados. Tenía un asunto que arreglar y una fiesta a la que ir. Aún quedaban algunos días de vacaciones, y no quería seguir peleando con Andrew.

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