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12. Promesas


¿Y prometes no dejar que me pase nada malo ?

Lo prometo...


Aquella promesa que le hice a mi hermana de pequeña me regresó a  la espantosa realidad. Había visto en mis sueños a mi hermana, como cuando era pequeña y nos hicimos la promesa de no estar lejos y de protegernos mutuamente. Una punzada oprimió mi pecho y antes de volver a llorar terminé por abrir los ojos.

Me senté en la arena y me di cuenta que todo seguía tal y como el día anterior, aún nadie había venido por nosotros. Me giré para ver si Pierre había despertado, me sorprendí al ver que no estaba en el lugar en que se había dormido. Me pregunté dónde se habría metido ahora, no quería perder  más tiempo, quería salir de inmediato a buscar a Amy porque algo en mi interior me hacía pensar en que necesitaba mi ayuda.

Mientras me levantaba algo llamó mi atención, escuché unos gritos pero no de miedo sino como de una pelea. Al principio no reconocí las voces, por lo que decidí acercarme hasta el lugar donde estaban casi todos conglomerados.


— ¡VAMOS HOMBRE! ¡MUÉSTRALES A TODOS LO QUE CARGAS AHÍ EN TU CHAQUETA! DÍ LA VERDAD Y DEJA DE VERNOS LA CARA DE ESTÚPIDOS —Reconocí la voz de Pierre, así que apresuré mis pasos.


¿Qué sucedía? ¿Por qué se escuchaba tan agitado? Intenté seguir el sonido de su voz en la orilla de la playa, que estaba un poco lejos de mi posición original. Un grupo de personas formó una especie de círculo, y Pierre estaba en el centro gritando. Me escabullí entre las personas para poder verlo mejor.


—¡¡SE HOMBRE Y DINOS A QUIÉN LLAMABAS!! ¡¡VI LO QUE HICISTE ASÍ QUE HABLA DE UNA BUENA VEZ!! —Le oí más fuerte que antes. 

—No tengo por qué hacerte caso. Ni siquiera te conozco —Le respondió con desprecio el hombre con el que discutía.

—Todos aquí buscamos lo mismo... ¿no es así? —Miró de uno en uno a los que tenía alrededor buscando apoyo sin llegar a mi posición. Sin duda no me había visto aún —Que nos rescaten, eso queremos, entonces, dime... ¿Qué haces con un artefacto eléctrico que funciona a la perfección, haciendo quién sabe qué cosa?

—Tonterías, no sé de qué demonios hablas —Aquel sujeto puso los ojos en blanco al mirar a Pierre y rió con ganas.

—Te vi usar algo muy parecido a un celular. Creíste que no te veía, te escondiste en la selva y marcaste un número que puedo recordar era 580251...407...1524 —Las personas alrededor comenzaron a murmurar tan rápido que no logré entender nada de lo que decían —Es ese el número. ¿A quién llamabas?

—¡A nadie! ¡No llamaba a NADIE! Deja la paranoia y deja que me vaya —Intentó irse pero una señora corpulenta lo empujó de nuevo al centro diciendo "Queremos explicaciones" —¡Estás loca, todos están locos! —Exclamó con desprecio viendo  todos los que no lo dejaban irse del círculo.

—Ahora mismo me darás eso si no quieres que... —Pierre tuvo intenciones de írsele encima, quizá para quitarle el artefacto que dijo que usaba o para golpearlo, pero logré sujetarlo y me ubiqué en el medio de los dos a tiempo. Por lo visto ya se había recuperado de las heridas tal cual me dijo en la noche porque se veía más recuperado.

—Suficiente —Repliqué al verle de frente. Fijamos nuestras miradas durante unos segundos, fue una conexión que nunca pensé tener con él, era como poder hablarle sin que le dijera una sola palabra. Asintió y cambió por completo su expresión tratando de parecer más calmado, pero yo sabía que no lo estaba.

—Vaya, resulta que el niño bonito de la isla tiene una damisela que lo defiende —De nuevo detuve a Pierre —¿Quién es el cobarde ahora? —El hombre rió con ganas. Pierre enrojeció de la ira, luego me miró primero y después a aquel hombre, y por un segundo creí que me haría a un lado para arremeter contra él, pero no lo hizo. Conservó su posición apretando mucho sus puños —¿Quién es el cobarde ahora? Deja de hacerte el héroe y querer ser el líder de un grupo que no te pertenece porque jamás conseguirás resaltar.


¿De qué hablaba? Aparentemente solo de algo que ellos dos conocían. ¿Acaso este hombre no veía que Pierre podía dejarlo medio muerto con golpearlo una sola vez? El hombre poseía una altura similar a la de Pierre, pero era mucho más delgado y de piel oscura, el cabello lo llevaba hasta los hombros y totalmente rizado. Se veía débil, sin dudarlo supe que podía acabar con él fácilmente si se lo proponía.


—¿Qué es lo que sucede aquí? —Pregunté con calma dirigiéndome solamente a Pierre.

—Él está escondiendo un celular o algo parecido. Lo vi en la mañana antes de despertarte. Estaba escondido en la parte de la cabina. Me acerqué para hablar con él  pero luego dijo que iría al baño. Entró en la selva, sacó el artefacto, parece un teléfono, y marcó el número que dije —Contestó mirándome a los ojos.

—Sabes que no es cierto...

—¡Entonces muestra tus bolsillos imbécil! —Detuve a Pierre empujándolo, pero él no se echó para atrás por la fuerza que empleé sino para alejarse de aquel hombre —Lo siento —Me miró de nuevo y se disculpó por haberme empujado también.

—Muestra tus bolsillos —Le pedí. El hombre negó —¡Muéstralos! Si no tienes nada que temer ¿Qué te cuesta vaciar tus bolsillos?

—¡Tú, no eres nadie para hablarme así! —Replicó el hombre con desprecio y arrogancia al acercarse hasta mí. Evaluó mi expresión, miró a Pierre y rió —No eres la líder del grupo, no eres nadie. ¿Entiendes? No recibo órdenes de ninguna persona y menos de una mujer.

—No he dicho que soy o que seré la líder de este grupo. ¿Entiendes? Solo digo que si tienes algo con lo que podamos comunicarnos para que nos rescaten, deberías mostrarlo.

—No es tu asunto. Ambos están locos porque no tengo nada —Se cruzó de brazos con mucha seguridad.

—¿Quién te crees para hablarle de esa forma? —Exclamó Pierre ofendido como si le hubiesen hablado mal a él. ¿Qué pasaba entre estos dos? ¿Qué me había perdido? —¡No dejaré que le hables así! —Gritó Pierre desde su posición sin moverse.

—Cállame niño bonito... —Dijo en un perfecto español. Aunque Pierre no entendió muy bien, de igual manera se le iba a ir encima para golpearlo, y no sé de dónde saqué fuerzas para detenerlo. Él solo se quedo mirándome con mucha atención sin entender por qué no lo dejaba resolver esto a su manera, pero esto solo provocó que aquel sujeto se burlara más.

—SUFICIENTE —Grité. Tomé a Pierre de una mano y pedí permiso para que me dejaran salir de aquel círculo. Nadie se interpuso en mi camino, así que nos fuimos alejando de la concentración de personas —Llama a quien quieras con lo que sea que tengas. De igual forma lograré conseguir que nos rescaten. ¿Entiendes eso? —Esta vez fue Pierre quien me sujetó de los hombros para impedir que golpeara a aquel sujeto que empezó a burlarse de peor manera —Todos, vayan a descansar o... a hacer algo.... ¡fuera, se acabó el show!


Tomé a Pierre de nuevo de la mano, él no se quejó por mi actitud. Solo quería poner mis ideas en orden y volver a ser yo misma. Nos alejamos de la orilla de la playa. Al llegar a un punto tranquilo cerca de unos matorrales lo solté y traté de drenar el subidón de adrenalina que tenía en mi cuerpo.

—Bonita forma de despertar... —Dije en medio de un suspiro.

—Lo dices por... —Me invitó con un gesto en las manos para que terminara de hablar.

—No está Amy a mi lado. ¡Está perdida quien sabe donde y expuesta a cualquier cantidad de peligros que desconocemos! —Comencé a moverme de un lado para el otro sumergida en mis pensamientos sin prestarle atención a Pierre. Ya no hablaba con él sino conmigo —Los chicos no están. No está Allan, ni Andrew, ni Amm. Tuvimos un accidente, nos separamos y ahora... Este imbécil arrogante. ¿Qué o quién se cree para hablarme así? Déjame decirte que te supera en cuanto a su arrogancia. ¿Cómo que no soy líder? Soy líder por naturaleza y él no es quien para... —Comencé a hiperventilar.

—Angie... —Trató de decirme pero lo ignoré, seguí con mi monólogo.

—No puedo dejar que se crea el dueño y señor de esta isla ni que me hable de esa forma. No tenemos ni dos días aquí y ya míralo. No puede, es que no debe hablarle así a nadie...


No acostumbraba a ser como Amber de arrogante, pero tampoco me gustaba que me pisotearan, quizás fuese algo que heredé de familia o que aprendí con el paso del tiempo por la forma en cómo me habían humillado. El hecho es que seguí hablando sola, diciendo quién sabe qué bobería más. Me movía de un lado al otro solo pendiente de mí, de lo que tenía que hacer y de más nada.


—¡Anggie! —Repitió Pierre dos tonos más fuerte, lo cual consiguió captar mi atención. Cuando dejé de caminar, me sujetó con suavidad por los hombros.

—¿Qué te dije sobre llamarme por mi apodo? —Repliqué con seriedad ignorando el reciente episodio mío —No lo entiendes ¿cierto? —Me quité sus manos de encima, pero me llamó de nuevo la atención que estaba sonriendo —¿Qué es lo gracioso ahora?

—No sabía que hablabas sola —Murmuró con una expresión de sorpresa en el rostro. Fruncí el ceño, no quería que se burlara de mí, no él.  Esto no era justo para nada.

—No hablaba sola —Negué, pero no tenía excusa que sustentara mi comportamiento. Solo terminaba hablando sola cuando estaba bajo mucha presión, y justo ahora, me sentía así. Delante de Pierre no admitiría nada para que luego se burlara, pero eso que temía estaba pasando, se estaba burlando de mí y no sabía por qué me importaba tanto.

—No hablabas conmigo —Puntualizó con seguridad.

—Tampoco conmigo —Espeté. Volvió a sonreír —¿Qué le ves de gracioso? ¡Nada de esto es gracioso! ¡Nada!... Yo solo quiero... Quisiera poder... —Se me hizo un nudo en la garganta al no poder terminar de hablar.

—Angelly... —Trató de decir mi nombre, pero su rostro reflejaba que no le gustaba llamarme así.


Me giré para que no viera lo que me sucedía. Desde hace muchos años me había hecho una promesa, no llorar frente a desconocidos, pero estaba a punto de romperla. Me tomó por los brazos con la idea de abrazarme. Me alejé una vez más, no me gustaba ser débil delante de los chicos. 


—Te entiendo. Puede que estés...

—No tengo nada, Bouvier —Le interrumpí —Iré a buscar a Amy me acompañes o no —Di media vuelta para secar rápidamente las lágrimas en mis ojos, y en un descuido mío él me tomó de nuevo por el brazo y me atrajo hacia sí.

—No te comportes así —Me pidió sin apartar la mirada de mis ojos —Voy contigo. Ya te lo había dicho antes.

—Está bien — Acepté suspirando, por lo que me soltó.


No es que no me agradara la idea de que viniera conmigo, era solo que el viaje me resultaría un tanto extraño. Desconocía cuántos kilómetros tendríamos que recorrer para buscar a nuestros amigos, y teníamos que tomar previsiones en caso de tardarnos más de un día.


—Debemos buscar algunos envases y bolsos para llevarnos agua. Nos internarémos en la selva a ver que conseguimos —Sugerí evitando hablar de lo que acababa de ocurrir conmigo.

—Buen plan —Aprobó con una sonrisa amable en su rostro —Por cierto... ¿crees que hay animales feroces allí dentro? —Miró con temor la selva y comenzó a reír con nerviosismo.

—A ver si entiendo... no le temes a las personas, pero ¿sí a los animales? —Analicé la situación. Levanté las cejas sorprendida y sonreí —Esto es nuevo. No sabía eso de ti.

—Hay muchas cosas que aún no sabes de mí —Susurró atribuyéndole un doble sentido a sus palabras.


Coloqué los  ojos en blanco y sonreí sin que me viera. El viaje iba a ser difícil, pero con Pierre sabía que sería más complicado. Aún así traté de pensar más en lo que realmente me motivaba a ir con él en busqué de nuestros seres queridos.

Sí, había roto una promesa al no ver el peligro que rondaba cerca de nosotros en aquel avión, al sentarme lejos de mi hermana y dejarla estar con quien ella quería. Ahora no iba a descansar hasta estar otra vez con mi hermana y mis amigos, tenía que volver a estar con ellos y salir de esta isla cuanto antes.


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Flashback de Angelly Álvarez


"Salí del agua tras estar varias horas mostrando mis pocas pero excelentes habilidades en el surf. Sin mirar a nadie, caminé hasta el puesto que reservé aquel día. Entonces encajé la tabla de surf cerca de la de Allan, tomé una de las toallas que tenía en el bolso, la estiré y me recosté a tomar el sol mientras esperaba que los chicos regresaran.

Desde lo ocurrido con Amy meses atrás y el boom reciente de lo mío con Víctor, les planteamos a nuestros amigos que estuvieran con nosotras en los viajes que hacíamos cada fin de semana.  La idea era distraernos ya que no podíamos ir con tanta frecuencia a nuestro país natal por las giras, así que tratábamos de hacer algo diferente para nuestra salud mental.

Por obvias razones, a Amy y a mí nos costaba ponerle nombre y apellido a lo que sentíamos, era muy difícil porque estábamos procesando todo. A pesar de eso, nos apoyábamos mutúamente en nuestras aventuras.


¡Anggie! Guapa hemos regresado Anunció Allan sonriente ofreciéndome de su bebida cuando se sentó a mi lado. Aquello me causó risa porque por poco tropezaba con mi tabla por estar viendo a una chica que acaba de salir del agua al estilo Baywatch. Típico de Allan, pensé.

Gracias.

Hermana, estás de maravilla. Podrías llamar la atención de cualquier chico en kilómetros de distancia Expuso Amy alargando las manos. 


El tema clásico de conversación entre nosotras, chicos y mi atuendo. Honestamente no había cambiado mucho físicamente en las últimas semanas, y el peso que había perdido tenía que ver con la situación sentimental que trataba de superar. En realidad no me sentía muy "guapa", pero mi hermana y amigos siempre estaban allí animándome.

Mi color favorito era el azul en este momento, no solo tenía un mechón en el cabello que resaltaba el color de mis ojos, sino que también había elegido un traje de baño del tono azul marino de dos piezas. Para completar mi outfit decidí ponerme un short de surfista de mi diseñadora favorita, y tenía el cabello suelto y ondulado en esta ocasión. 


Se ve bien, Amy. Mira lo lindo que le queda su traje de baño Aprobó Amber guiñándome el ojo siguiéndole la corriente a mi hermana.

¿Podíra ser diferente?  No, está preciosa porque recibió de tu ayuda Prosiguió Amy subiéndole más el ego a Amber, quien recibió el halago haciendo una reverencia. Reímos todos, menos uno, Andrew.


Al escuchar que solo hablábamos de temas de chicas, Andrew se alejó de ellas y se sentó de mi lado derecho con su bebida. Lucía incómodo y cabizbajo una conducta que últimamente lo alejaba de todos nosotros.

En mi interior conocía el motivo real y no era precisamente el que Andrew le decía a cualquiera que preguntara. Sin embargo, como no hablaba conmigo cada vez me resultaba más complicado ayudarlo a que no luciera tan perturbado.

La situación cada vez era más incómoda para mí porque  no podía mostrarle mi apoyo como amiga o recriminarle lo que hizo precisamente por mi hermana. Mi posición ya jugaba un puesto definitivo desde el comienzo de toda la historia, había hecho un juramento y romperlo no era una opción. Aunque no negaré que en ocasiones la ira me llevaba a querer pararle en seco y decirle gran cantidad de ofensas, el juramento estaba de por medio, tenía que mantener mi posición neutral en esta situación.

Suspiré y después de verlo de reojo por unos cuantos minutos, moví la cabeza para alejar de mí cualquier pensamiento que me hiciera fallar. Tenía que ocuparme de mis propios asuntos, poner en orden mi vida antes de estar pensando en qué hacer o no con los problemas de Andrew. Sonaba egoísta, quizá sí, pero era la verdad.


¿Tú que opinas Allan? Inquirió Amber ¿No luce Anggie bien?

Lo malo es la especie de "dieta" que está haciendo. Ha perdido al menos unos cuantos kilos y eso no me agrada. Debes alimentarte Me dijo él.

Pero lo hago Repliqué. Sabía que lo decía por mi bien, que me quería como una hermana, pero lo que yo estaba pasando emocionalmente no era fácil, y comer bien no me provocaba.

Pues yo creo que luce fantástica, ya deberías darme la receta Amber me guiñó el ojo Entonces Allan... ¿De verdad, qué opinas de Anggie hoy? 

Si, claro Balbuceó distrayéndose como siempre. En pocos segundos su atención pasó de estar en mi alimentación a estar en alguien más, y esto casi hizo que se cayera de nuevo con mi tabla por no ver bien por dónde caminaba. Al ver que nos reíamos por lo bajo, se encogió de hombros Lo siento guapas, mi corazón lo ha robado aquella chica Dibujó en el aire un corazón.

Ya veo Murmuré aguantando la risa de nuevo Dejemos de hablar de mí, ¿si? Propuse, se me acababa de ocurrir una nueva idea, y quizá eso animaría a Andrew ¿Por qué no hacemos una competencia a ver quién monta la mejor ola en una hora? ¿Allan, Andrew? ¿Qué dicen? Me referí a ellos porque en el grupo eran los únicos aparte de mí a los que les gustaba surfear.


Antes de que me respondieran, giré la mirada hasta Amy y Amber que estaban calladas con su atención posada en algo más. Me era difícil estar en todos lados, pero noté que miraban hacia otra dirección y lo entendí, estaban viendo a unos chicos y planificando su propia apuesta.


-Chicas? Inquirí tratando de detener lo que sabía a la perfección que harían.

¿Con cuál te quedarías, Amy?

Con aquel Señaló a un joven alto, musculoso de cabello claro que resaltaba en un grupo de cuatro chicos que salían del agua. Los reconocí al instante porque en la mañana me topé con ellos mientras decidía qué ola montar, hasta crucé unas cuantas palabras con algunos.

Buena elección Aprobó Amber con picardía dando unas palmaditas en el aire, totalmente entusiasmada.

¿Y tú, cuál eliges?

Yo me quedo con el de la esquina. ¿Quieres uno para ti, Anggie? Negué con la cabeza. Querían incluirme, un gesto lindo viniendo de ellas que nunca me dejaban fuera de su apuesta, pero no iba a participar más en sus juegos. Yo estaba fuera del alcance de los chicos hasta nuevo aviso.

No gracias, saben que paso Respondí con seriedad.

Tú te lo pierdes... Empezó a decir Amy pero Allan levantó la mano para que se callara. No pude evitar sonreír con lo que logré que me vieran de nuevo. No dejé que me intimidaran y me encogí de hombros

Hagamos algo divertido... ¿surfear o jugar voleibol como una competencia? Propuse de nuevo buscando algo de diversión. Si no iban a desistir hablando, capaz un juego las iba a distraer lo suficiente.

No tengo ánimos de hacer precisamente deportes hoy. Además, no surfeo, Anggie... - Se quedó callada unos segundos y volvió a voltearse hacia los chicos ¿¡Lo has visto!? Son tan lindos Amber hizo como si se estaba derritiendo de amor Me parece mejor que hagamos nuestra apuesta a ver quién cae primero, a ver hasta dónde llegan.

Te apoyo. Lo siento hermanita, pero de seguro gano otra vez Alegó Amy por lo bajo, aun así Amber la escuchó. Yo suspire, no lograría hacerlas desistir, así que algo más tendría que hacer yo.

Me niego, ganaré yo.

Creo que me tocará ir sola a surfear, otra vez Bajé la mirada al no poder convencerlas. Me levanté de la toalla.

¡Hey! Yo voto por ir contigo. Desde ayer que no practico nada Allan bebió ruidosamente el último trago de su bebida, se levantó y tomó su tabla. Le gustaba poco cuando las chicas se ponían a jugar, en eso estábamos de acuerdo, solo que él se mantenía más al margen, yo no.

¿Vienes Andrew? Le extendí la mano para que se levantara, pero rechazó el gesto con demasiada odiosidad. Sabía que no era conmigo, pero igual me dolió un poco su reacción.

Puedes hacer lo que te venga en gana, no me importa Musitó con sequedad pasando cerca de Amber, a lo que ella respondió con una dulce sonrisa. La situación entre ellos cada vez era peor. Él tomó su tabla y se metió al agua primero.

Cuídense, chicas Murmuró Allan tranquilamente ignorando lo que acababa de ocurrir, y se fue a alcanzar a Andrew Te espero adentro, Ang.

¿Por qué no me buscan una bebida mientras...?

Estaremos bien, mamá Murmuró Amy cómicamente haciendo una reverencia provocando la risa de las tres, como cada vez que lo hacía.

No me dejes ser tu mamá, nunca me ha gustado, y a ti menos Sonreí recordando viejos tiempos Cuidado pequeña, nunca sabrás qué pasa por el diminuto cerebro de esos cerdos. Me voy, un triunfo también espera por mí .


Me alejé de ellas nerviosa por lo que pudiera suceder, pero confiando en la madurez nueva que estaba adquiriendo Amy. Sentí que a pesar de todo, ella sabía lo que hacía.


¡Así se habla Ang! ¡Gánales a esos holgazanes! Me animó Amy en un tono bien alto para que le escuchara. Me volteé aún caminando, le hice una señal con la mano de que la estaría vigilando a pesar de estar en el agua, y seguí mi camino.


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