05
Al segundo, no pude hacer otra cosa más que, en un movimiento mecánico, dirigirle la vista a mi madre. Ni siquiera había captado el gesto nulo que le había dedicado. Sin embargo, al notar su risa desalmada, y su mirada desviada, pude percibir en menos de un instante como no pudo restarle más importancia. Al contrario, elevó sus cejas, y me dejó en evidencia su par de pupilas oscuras. Todo cantaba al unísono un bien planteado "te lo dije".
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro