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Capítulo 1: La belleza del angel caído

-¿Si escuchaste? ¡El príncipe tiene a una consorte de un pueblo lejano!

-¿"Consorte"? ¿Acaso no la viste? Esa chica no es normal, ¿Por qué iría con los ojos bendados?

-¿Una asesina?

-Algo mucho peor.

Reino Nabriok.
En la lejanía del Sur y a la cercanía del risco Mathuel.

Solo habían transcurrido 3 días desde que el príncipe Len Kagamine había llegado a su reino. Nadie lo recibió, más que los sirvientes. Hacía mucho que había sido exiliado a Nabriok, "castigado", por su negligencia y sus acciones en el pasado.

Sin embargo, su propio padre esperaba que el muriera, grande fue la sorpresa de todos cuando; tras la visita de su hermana y anunciar al pueblo en el que residían Esthela y Ledert, (Su madrastra y su padre), que el seguía vivo y el imperio que había formado a lo largo de los años que estuvo en Nabriok.

Nabriok no tenía ni si quiera el mejor clima para los sembradíos, siempre estaba helado y la lluvia era convertida en aguanieve o simplemente nevaba. Raros eran los días en que salía el sol para iluminar el pueblo.

Len se encontraba finalizando de leer un par de cosas con respecto al comercio y a las futuras reuniones a las que el tendría que asistir. Entre ellas el tema sobre la famosa bruja que había traído con el.

Reino Urthad
Ledert Kagamine.

"Envío mis saludos más cordiales al príncipe heredero, esperando que goce de buena salud y de bendita gracia.

El motivo de mi carta, es para estar en tanto sobre el consejo de guerra; se me informó que cuando usted llegó al lugar ya había ocurrido el caos, añadiendo que, tomó como prisionera a una mujer que iba a ser quemada. Me enorgullece ver que usted erradicará el mal que encontró.

Espero estar informado sobre la ejecución de esa bruja y verlo pronto, antes de la coronación."

Len dejo la carta a un lado, ¿Hasta ese punto habían llegado las noticias sobre aquella chica? ¿Y quien había asumido que el la ejecutaría?

-Mikuo-llamó en voz alta

Un joven de cabello turquesa, con el uniforme de guardia abrió la puerta de su estudio.

-¿Me llamo, majestad?-preguntó

-. Pasa.-indicó Len

Los pasos de Mikuo sonaron suavemente sobre la alfombra, Len tenía su mirada puesta sobre la ventana que tenía a su izquierda está daba directamente al gran océano que chocaba contra el risco de la montaña.

-. Necesito al ministro Breger, antes del anochecer, un momento, ¿Que dijo su hijo?-preguntó

-. No ha querido confesar-respondió el chico

Len asintió lentamente, Mikuo supuso que el rubio estaba barajeando sus opciones.

-¿Quiere ejecutarlo usted mismo?-añadió Mikuo

"Ejecutar", "matar", "masacrar"... siempre era un cataclismo, su mero nombre en algún sitio, era sinonimo de muerte. Len se pasó la mano por el rostro, no por frustrado, su simple narcisismo lo llevó a ocultar la burla ante el temor que el causaba en todos los reinos.

-¿Cuál era el nombre de aquella campesina?-fue su última pregunta respecto a ese "pequeño problema"-No, olvídalo. Quiero que la busquen g la traigan aquí, ¿Ya tenía a su primogénito, verdad? Traelos a ambos, antes de que venga el ministro.

-Entendido, majestad.-contesto Mikuo haciendo una reverencia-¿Algo más?

Len observó de reojo la carta de su padre y luego miró detrás de Mikuo.

-Quiero verla.-confesó en un murmullo Len-¿Que ha pasado durante estos días?

-Raiyen la ha cuidado, como usted ordenó.

Mikuo no tenía mucha información, puesto que jamás espero el peculiar interés de Len hacia aquella mujer. Sólo sabía lo mínimo, pero si fallaba...

-Lo único que se es que se ha negado a que le quiten la venda, tengo entendido.-admitió Mikuo

-No lo sabes, esa es la verdad-apuntó Len -No importa, lo que quiero ahora es verla.-sentenció el rubio-;Pero antes, necesito hablar con su dama de compañía. Da la orden de que iré a visitarla. Por cierto... -agregó mientras se levantaba-Quiero que te comuniques con Gakupo. El es bueno para este tipo de situaciones.

-Entendido su majestad.-dicho esto Mikuo hizo una reverencia y se retiro



La alcoba era iluminada por la luz exterior, ___________ bebía el té que cada tanto le llevaba su dama de compañía, Raiyen, esta chica era de ojos grandes, azules, el cabello corto y unos centímetros más baja que ella. Raiyen era muda, pero eso no fue problema para ninguna de las dos, ____________ no hablaba tampoco.

Pero al contrario de ella, Raiyen usaba una pequeña pizarra que Len le había dado, con tal de mantener la comunicación, esta pizarra cada que ella escribía y quería borrar, solo bastaba con dar un par de toques en esta. Raiyen, lo intento, pero _________ tenía la benda todavía en sus ojos, aún sorprendida de que esta chica tuviera la sensibilidad de saber donde estaba parada o incluso, de seguirla con la mirada.

En un inicio, la dama de compañía se había asustado de la presencia de la chica, pero en aquellos días, se fue familiarizando con ella.

Tocaron a la puerta, Raiyen se levantó y se dirigió hacia esta. _________ tenía sus sentidos tan agudos que a pesar de que a Raiyen le hablaron en un susurro ella lo escuchó:

《"El príncipe vendrá en breve, arreglala."》

No causó temor, ni ningun efecto de horror, pero logró escuchar como los dientes de Raiyen chocaron dentro de su boca. A los pocos segundos, la castaña ya se encontraba en la bañera, Su fleco caía sobre sus ojos y además de que ella no permitía que Raiyen se acercará demasiado a ella para mirarlos, de hacerlo y no tener escapatoria, ella los cerraba.

Cuando finalizaron, sintió como le pasaba las prendas por los brazos, la peinaba y hacia de ella lo que quisiera; apenas Raiyen terminó, alguien aviso detrás de la puerta de su habitacion:

-¡El príncipe ha llegado!

Y se abrieron las pesadas puertas de golpe, lo reconoció, era el. ________ identifico al rubio por el mero aroma, limpio y era una mezcla de menta y algún dulce que quizá probó en El pueblo anterior.

-Déjanos solos.-ordenó el rubio-Quiero que nos dejen solos, todos.

Pronto los pasos de los sirvientes se fueron alejando con suavidad y una rapidez impresionante.

°•°•°•°•°•°•°•°...

Len no reparó en mirar a la joven, aún no le veía los ojos, pero el cabello castaño lo llevaba suelto, pero arreglado, las joyas que Raiyen había colocado, eran discretas y hacían armonía con la chica. Un vestido color crema, y El maquillaje apenas y se notaba en su piel.

-. Has mejorado.-observó Len, mientras Caminaba hacia la mesa de centro que había en la habitación--¿Has estado conforme a tu estadía aquí?

Ella solo asintió.

-Ven a mi.-fue la.siguiente orden

Ella camino vacilante, pero no se detuvo hasta encontrarse frente a el.

-. Supe que todavía no eres capaz de hablar y tampoco de quitarte la venda, ¿Estas enferma?-La chica nego-Dime, porque yo te escuche hablar.

Pero no obtuvo respuesta, a cambio de eso, Len noto que ella acerco temblando sus manos a los hombros de él. Len estaba a punto de reprochar, pero se percató de que estaba tratando de adivinar su rostro y que sus manos eran un tacto frágil y único.

-Pienso salir al pueblo, vendrás conmigo.

Alejó las manos y ella asintió.












Si, el plan era salir pero __________ no escuchó alboroto ni nada por el estilo, en cambio, ahí, montada frente a Len, escuchaba los latidos del rubio y el viento mecerse sobre el prado.

-¿Conoces El mar?-preguntó el rubio.

Ella negó.

-vivías cerca de la costa, ¿Debería creerte?-ella asintió

___________ no tenía ni la más mínima idea del lugar al que la llevaba, entonces, cuando bajaron del caballo, se tenso.

-¿Puedo quitarte la venda?

Tardo en contestar, pero tomo el riesgo , cuando Len la hizo voltear hacia un punto en específico, Len le paso las manos al rededor de la cabeza, desató el nudo y noto que la chica temblaba. Otra vez.

-¿Cuanto daño recibiste...?-murmuró para si Len

Cuando quito la venda, __________ abrió sus ojos y se encontró con el paraíso. Estaban a unos cuantos kilómetros del castillo, la pradera se extendía hasta el pueblo. Flores, aves...

El rubio se sorprendió de ver como se le cristalizaban los ojos a la chica, ojos violeta casi grises. Un alm demasiado hermosa

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